Esta historia puede resultarles conmovedora o no… común, sencilla o tal vez indiferente, pero en algún lugar hay dos seres para quienes es SU HISTORIA… y por eso, sólo por eso ya merece mi mayor respeto. Les quiero contar sobre la historia de Ana y Kaio, que una vez más me demostró que la calidad y la cantidad en relación a los sentimientos también suelen ir en dirección opuesta como en muchas ocasiones lo hacen el corazón y la razón… De seguro cada uno de ustedes la recibirá de manera diferente, por sus historias vividas, por sus prejuicios, por sus amores…. yo sólo siento el deseo de acercarla a ustedes para que la conozcan. Cuando llegó a mí, decidí escribir sobre ella intentando reflejarla con la mayor precisión posible; si los emociona como a mí, quizás haya puesto o removido un granito de amor en el corazón de alguien…Seguramente existen muchas historias similares, con distintos finales, diferentes detalles, pero como cada una de ellas, ésta es una historia única, porque quienes la vivieron son únicos, como cada uno de nosotros…pero ciertamente con algo que nos es común a todos…. el amor.
Luego de un largo tiempo de pensarlo, Ana decidió acercarme su historia vivida años atrás con Kaio. Quizás con el fin de que en algún lugar permaneciera viva, más allá de su memoria, comenzó a escribirla tal vez para que el corazón pudiera encontrar ese espacio etéreo donde se escaparan libremente las lágrimas de la nostalgia o tal vez sonreír al recordar ciertos momentos que vivieron juntos…
Ana pensaba y dudaba… por dónde empezar, qué escribir… Y dijo en susurros… una frase que solía decirle él: "Mi amor… tan sólo cierro los ojos y te abrazo…". Y abrazó su alma y la dejó hablar, estaba inundada de recuerdos, que le producían dolor… a veces demasiado. Y las palabras fluyeron, desde ese rinconcito donde estaban guardados hasta hoy sus recuerdos.
Su comienzo tiene una fecha…hace algunos años, un lunes de marzo cuando sin saber que le depararía el destino Ana entró en una sala de chat para hablar con alguien…necesitaba hablar….sólo eso necesitaba y ahí estaba él, Kaio. Se fueron conociendo, durante casi una hora estuvieron "conectados", pero en un determinado momento la conexión de Internet, al igual que ella, se paralizó, pero Kaio permanecía esperándola, como le dijo después: "No me iba a ir, quería seguir estando con vos…" y ella también esperaba….quizás rogando que él no se desconectara, porque no sabría si lo volvería a encontrar. Cuando la conexión se reestableció finalmente, pudieron seguir conociéndose, estando de alguna manera uno cerca del otro…supongo que más relajados por poder seguir en contacto, y dichosos por no haberse perdido.
Durante la conversación Kaio le había dado una dirección de mail para que ella se conectara, a lo cual Ana no accedió, por razones que ella fundamentó como "obvias", pero luego y sin poder precisar la razón, en un determinado momento antes de despedirse le pidió su número de teléfono y Kaio se lo dio sin dudar… pero no insistió en pedirle el suyo, Ana se tranquilizó… lo llamaría de privado, se preservaría de alguna manera y podría manejar sus miedos…quizás ninguno de los dos quería perder el contacto…porque en una sala de chat es muy factible no volver a encontrar a alguien en particular…pero él estaba casi seguro que ella se contactaría de alguna forma…en algún momento. Tomando como testigo al ocaso del día, ella lo llamó y escuchó su voz…. Se escucharon…se estremecieron…ya no eran sólo palabras que escribían y leían, ahora las palabras tenían una melodía…la de sus voces, aunque temblorosas, expresando lo bien que les había hecho el haberse conocido…y reflexionaron sobre el destino y la CAUSALIDAD de su encuentro en esa sala, en un momento tan especial para cada uno de ellos…. Ana tuvo una rara sensación al escuchar su voz con acento y tonada propios de provincia y la simpleza que se traslucía en cada palabra que le oía pronunciar, que la movilizaban tanto internamente…pero no se explicaba el por qué. Kaio se mostró algo sorprendido y al mismo tiempo agradecido por su llamada, por su dulce voz y por la conversación tan amena. Ella comenzaba a sentir extrañas "cosquillas" en su cuerpo, como si fuera una adolescente….sin importar la edad… ya no lo era, y sin dejar de pensar que en su vida ella no estaba sola y él lo sabía, porque al principio de la conversación ella le había hablado de su pareja. Kaio sentía casi la misma sensación, pero le costaba reconocerlo. En ese momento eran simplemente un hombre y una mujer conociéndose…amigos que iniciaban una extraña y especial amistad…aunque ellos no lo sabían aún.
Las llamadas continuaron y se permitieron conocer más uno del otro, sintiéndose cada vez más cerca, haciendo responsable a esa extraña química que hubo desde el comienzo entre ambos…hasta que una mañana ella lo llamó, quizás en su necesidad apresurada de escucharlo, sin darse cuenta que olvidaba ocultar el identificador de llamada…manera en que lo había hecho hasta ese entonces, forma que la protegía…en el anonimato, en el misterio quizás. Kaio ahora tenía registrado un nuevo número, su número… Ana no podía manejar el miedo y la adrenalina que le generó recibir un mensaje de él…. Ya no era más privado su número, ahora Kaio lo sabía y se sintió muy vulnerable, pero él la tranquilizó con su pronta llamada manifestándole que no tenía intención de comprometerla, que respetaba su condición y así la aceptaba, pero que lo hacía feliz haberla conocido y poder estar en contacto con ella. Él reconoció su carencia de afecto, afecto que ahora encontraba en ella a través de sus palabras y su voz… se sentía pleno y no dejaba de agradecerle….y de decirle cuánto la quería. Ana por su parte no dejaba de pensar, de temblar, de sentir….
Había comenzado definitivamente una nueva etapa en sus vidas. Ana particularmente experimentaba sentimientos nuevos, cierta culpa que se mezclaba con la alegría y necesidad de escucharlo… culpa por extrañar a alguien más… alguien que no conocía más que por lo que escribía o decía con su acento de provincia, pero que sentía tan cerca suyo y no encontraba la razón, lo cual la posicionaba de alguna manera en el lugar de la "falta", pero en ese momento sólo se permitía ser ella y sentir… Quién puede juzgar el accionar de una persona que sólo se deja llevar por el corazón?… Ana creyó cada palabra que él decía y muy extrañada sentía conocerlo desde mucho antes de ese lunes de marzo. Él la calmaba en su angustia y constantemente la tranquilizaba con el tono sereno y suave de su voz, con su caballerosidad y simpleza…compartiendo "la culpa" que ella sentía, pero sin dejar de manifestarle sus sentimientos en forma constante, lo cual le era inevitable y se disculpaba por eso, pero los sentimientos surgían sin pedir permiso.
Cuando se encontraron ese ya lejano lunes de marzo, ella tenía 38 años, vivía en una pequeña ciudad de provincia, estaba casada hacía muchos años, y su matrimonio no pasaba por su mejor momento, ni siquiera había diálogo, se sentía sola….pero jamás había sido infiel, ni siquiera pasaba por sus pensamientos serlo, no era ese su propósito cuando entró a la sala para hablar con alguien, ella misma no se lo hubiera permitido… de eso estaba segura. Por ese entonces su profesión ocupaba el vacío que constantemente sentía en su ser… sólo se creía esposa y una profesional muy dedicada a su trabajo, pero se olvidaba que era una mujer…. Kaio tenía 37 años, vivía en la capital de una provincia bastante alejada de la de Ana, era soltero, no estaba enamorado, y pronto se recibiría de profesional, se sentía muy solo, y encontró en Ana algo que le faltaba, que lo completaba…simplemente se conformaba con sus palabras escritas o dichas con su voz tan dulce como solía decirle, con eso él se sentía feliz y pleno. Con sólo escucharla sentía que su corazón se agitaba y se sentía vivo…. Ana le había devuelto sin proponérselo, el despertar al alba con una sonrisa. Su primer deseo diario era escucharla o leerla…sentirla de alguna manera cerca. Lo que él no sabía era que ese regalo se lo estaban ofreciendo mutuamente.
Con los días se sucedieron "las sorpresas esperadas"… las llamadas y finalmente tuvieron otro lugar para seguir conociéndose, crearon cada uno de ellos una cuenta en el espacio virtual sólo para el otro…para los dos….algo que era de ellos solamente… Ana se cuestionaba por su situación, pensaba si estaría en falta por la necesidad que sentía de estar al menos de esa manera con él…era lo máximo que ella se hubiera permitido, y él lo sabía y la respetaba. Estaban conectados virtualmente pero tan cerca uno del otro, que casi podían sentirse y abrazarse….ambos aceptaron que su amistad tan especial y esa química que sentían cuando "estaban juntos", tuviese ese lugar de encuentro, donde ambos se permitían conocerse cada día más y mostrarse tal cual eran, ser ellos mismos y acompañarse mutuamente dándose el afecto que necesitaban ambos…y quizás sin darse cuenta, proporcionándoles alas a sus sentimientos…
Pasaban mucho tiempo juntos, hablando, escribiéndose…conociéndose… Sus risas estaban teñidas de una ingenuidad propia de seres puros, sinceros…hasta que de repente un día descubrieron en ambos un sentimiento que tal vez se negaban a aceptar, se estaban enamorando… pero ninguno de los dos se explicaba cómo podía pasarles, como era posible sentir un amor así. Se preguntaban constantemente uno al otro cómo estaban, qué sentían, si sufrían con esa relación especial que los acercaba cada vez más… Se extrañaban, se disculpaban, se querían y no lo ocultaban… recordaban cada uno en su geografía, que literalmente los distanciaba, los momentos vividos, tan amenos y tan simples…pero que definitivamente los había acercado mucho más de lo que ellos hubieran podido imaginar cuando se conocieron ese lunes de marzo. Empezaron a extrañarse cada día más, a sentir más profundamente esa "amistad especial" que los unía, no podían despedirse, seguramente hubiesen deseado hacer eternos esos momentos donde estaban juntos, aunque fuese conectados virtualmente…
La "relación" de ambos llevaba diez días…si, tan sólo diez días desde ese lunes de marzo cuando Kaio, manteniendo siempre la misma acitud del comienzo, como todo un caballero que respetaba a Ana como una dama…amada pero prohibida en lo real… decidió a pesar de sus sufrimientos, empezar a alejarse… ya resultaban eternos los días previos en los que habían empezado a luchar contra esos nuevos sentimientos que se adueñaron de ambos y que tan difícil de manejar les resultaba; pero era inútil, cada hora se llenaba de ansiedad y angustia, cada vez pensaban más el uno en el otro, cada día se necesitaban más. Pero Ana sufría demasiado…la culpa hacía que su vida no contara con la paz que necesitaba para sobrellevarla, y Kaio quien no sólo la respetaba sino que la entendía… y la contenía hasta en sus llantos, un día decidió "DESAPARECER"…. creyendo seguramente que era la mejor manera para que ella dejara de sufrir y tratara de ser feliz con la vida que ya tenía armada antes de ese encuentro en esa sala de chat, ese lunes de marzo…, y sin acuerdo alguno dejó de hablarle, de escribirle, de responder a sus llamadas o mensajes…Ana no lograba comprender su actitud… muchas lágrimas derramó cuando se dio cuenta de lo que le estaba pasando, y experimentó una gran impotencia cuando no se sintió dueña de su vida, ni de poder dominar sus sentimientos….!!!!. Dos meses pasaron y volvieron a hablar un par de veces más, él explicó motivos fortuitos que a Ana no la convencieron, sólo la confortaba que seguía en contacto con él. Pero ya no se hablaban como antes, notaban el esfuerzo que hacían para no demostrarse su amor….hasta que un día él volvió a "DESAPARECER"…. (al menos hasta el momento en que me llegó su historia) Ana presintió que esta vez era para siempre….y nunca más supo de él.
La narración que Ana hizo sobre su historia de amor realmente me emocionó y me dejó un sabor amargo, por ser una despedida que irónicamente no tuvo un "adiós". Pensé qué destinos podrían haber tomado sus caminos, sus sentimientos, su amor, si ellos se hubiesen encontrado en otro momento de sus vidas, o si hubiesen tomado la decisión de conocerse….más allá de lo que ella se permitía… No sabemos ciertamente qué motivos la paralizaron a ella, y cuáles lo impulsaron a él a "desaparecer"…tan fuertes serían como para dejar escapar ese amor….?.
Confieso que esta historia me conmovió, puede ser para muchos una historia más. Simple?, común?… sí, por qué no?. Pero puedo pensar que en algunos momentos de sus vidas estas dos almas llorarán, extrañarán una voz o unas palabras…escucharán una canción y recordarán lo vivido…. se amarán en secreto, un secreto tan profundo que ni ellos se lo pueden decir. Al indagar más en los detalles que Ana describió tal cual fotografías de esos momentos vividos, como mujer pude llegar a sentir lo que Ana debe haber sentido al saberse "abandonada", sin una despedida, sin un adiós y ni un por qué…que le aclarasen sus dudas y aliviasen su dolor….quizás lo logre cuando en su interior, ella pueda permitirse pensar que con esa actitud Kaio tal vez no demostró desprecio o indeferencia….muy por el contrario me inclino a creer que fue su gran amor lo que lo llevó a tomar esa decisión, pensando tal vez que lo hizo por ambos, sobre todo por ella, por ese amor prohibido. Quizás su amor era demasiado grande e imposible en esa etapa de sus vidas, que a él le resultaría insoportable continuar sintiendo el sufrimiento de ella, y sentir desvanecer la efímera esperanza de tenerla a su lado algún día?. Quién sabe que les deparará el destino a estas almas…?!
Ana y Kaio jamás estuvieron frente a frente, jamás se besaron, ni abrazaron realmente, no pudieron leer sus miradas, esas miradas a las cuales seguramente no les hubiesen hecho falta las palabras… pero que se conocieron, que llegaron a sentirse cerca uno del otro, de eso no me caben dudas… como si la razón no existiera y sólo los sentimientos fueran su motor en esa fugaz relación que los unió…como si tuvieran alas…las alas de un amor especial… pero que sentían prohibido…
De las decenas de páginas que Ana escribió en forma tan detallada, me permití copiar textualmente fragmentos de frases con las que ella cerrara su narración… quizás como símbolo de un profundo sentimiento: "Amor, es posible que ya no me recuerdes, que mi voz se haya esfumado en esos aires de paz donde estarás viviendo?, o sentirás en tu alma este mismo dolor que siento yo?. Me inquieta el no saber si estás bien, qué te pudo haber pasado para dejarme así abruptamente. Pero no pierdo la esperanza de algún día saber de vos. (…) ya mi alma no aguanta más…sólo me queda recordarte en silencio."
Les agradezco a quienes leyeron esta historia, y les deseo a cada uno de ustedes que ha vivido, vive o vivirá SU HISTORIA, que nunca muera en nosotros el AMOR, que nuestras almas siempre encuentren el agua para su sed…y si lloramos amores perdidos o no correspondidos, que siempre tengamos presente que un día amamos…o que fuimos amados…no importa el tiempo que haya durado, recordemos la intensidad de ese sentimiento. Luchemos por lo que sentimos, demostremos nuestro amor, no lo guardemos o nos privaremos de saber cuán feliz podemos hacer a alguien!!!. El destino se encargará del resto. Quienes hemos experimentado el sentimiento más hermoso que Dios pudo habernos regalado, el AMOR….podremos entender de qué se trata…
Desde el alma…los abrazo fuertemente. Mayo de 2010.
Datos para citar este artículo:
Revista Vinculando. (2010). Cuando el corazón va en dirección opuesta a la razón. Revista Vinculando, 8(1). https://vinculando.org/articulos/cuando_el_corazon_va_en_direccion_opuesta_a_la_razon.html
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