Desarrollo:
La mayoría de estas cooperativas fueron creadas en la década de los 90, sin embargo hay algunas más antiguas como Majomut o la Sociedad Cooperativa Tzeltal-Tzotzil. Éstas varían mucho en cuanto a su tamaño. La más grande es Majomut con cerca de 1500 miembros, y la más pequeña es Tzotzilotic Tzobolotic con sólo 192.
Podríamos considerar la FIECH, donde hay cerca de 2030 productores, pero en este caso se trata de una federación de cooperativas. La estructura es prácticamente la misma para todas las cooperativas de este estudio. Todas cuentan con una asamblea general que se reúne frecuentemente, un consejo de administración, une asamblea de delegados representantes, un consejo de verificación y un equipo técnico.
Fuentes de financiamiento
Varias organizaciones participan en el financiamiento de las cooperativas, ya sea de manera directa, esto es con créditos o ayuda económica, o indirecta, con ayuda técnica o equipo. Aún cuando el gobierno no apoya el comercio justo per se, sí apoya a las cooperativas de productores de diferentes maneras. Existen algunas instituciones federales como el Fondo Nacional de Empresas Solidaridad (FONAES)1.
Esta institución ofrece créditos con tasas de interés muy bajas y propone una serie de programas según las necesidades de los agricultores, entre ellas el capital social de riesgo o la comercialización social. FONAES ofrece igualmente apoyo a las organizaciones de mujeres. Hay otras organizaciones de apoyo técnico, como Proyectos y Asistencia Técnica en Producción Orgánica (PATPO), que también reciben financiamiento de FONAES. PATPO está conformado por un grupo de técnicos que se separaron de ISMAM en 1996 que se dedican a la asistencia técnica y al entrenamiento de los cafeticultores en la producción orgánica. Esta organización está en la base de la creación de la FIECH.
Por otro lado, el gobierno ofrece créditos para la certificación por medio del Consejo del café (Concafe). La Semarnat, por su parte, creó FIRCO2, una agencia que promociona instrumentos de ayuda pública y privada tanto para el establecimiento de empresas privadas como para el apoyo de las ya existentes. FIRCO ayuda a que los productores se encarguen de tantas las etapas de la transformación como les sea posible, con el fin de que estos se adueñen del valor agregado.
Asimismo, alienta los proyectos competitivos y sostenibles, que más adelante favorecerán el acceso a más recursos financieros. El Fondo Acción Banamex es otra institución del gobierno que otorga créditos a los pequeños productores agrícolas. Finalmente, el INI alienta el proceso de organización de los productores y los apoya con capacitación técnica.
Algunas ONG contribuyen también con capital para cooperativas y capacitación para sus miembros. Paluche’n, por ejemplo, trabaja con Patronato pro educación mexicano, una organización que se dedica a la educación para adultos y plantea así una transformación estructural a largo plazo.
Esta organización se concentra en la creación de capital humano y en las capacidades organizativas de las cooperativas.3 La Fundación Vamos está también involucrada en programas de desarrollo rural. Su participación consiste principalmente en mejorar las instalaciones escolares y facilitar el acceso a la tecnología a personas de escasos recursos. El Foro para el Desarrollo Sustentable es otra organización que promueve el desarrollo agrícola sostenible y capacita a los productores en el uso de las tecnologías ecológicas. Algunos actores internacionales contribuyen también con el financiamiento de las cooperativas.
El Instituto Latinoamericano de comunicación educativa ha contribuido con donaciones de computadores a algunas cooperativas, como es el caso de Majomut. La FIECH, por su parte, recibe ayuda de varias organizaciones. Esta federación construyó su bodega gracias a la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo, mientras que Majomut recibe apoyo de la Fundación Rockefeller, de la Fundación MacArthur y de la Fundación Hábitat4. Esta misma organización tiene lazos con Trade Assistance and Promotion Office (TAPO), una organización de Estados Unidos que pertenece a la Foreign Agricultural Service (FAS). La FAS administra los programas de ayuda alimenticia y trabaja para mejorar la entrada de productos agrícolas en este país.5
Las organizaciones religiosas también están presentes. Un ejemplo es el Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas, A.C (CENAMI). CENAMI ofrece principalmente apoyo técnico, asesorías para mejorar las capacidades organizacionales y actividades culturales en el terreno de la agricultura. CENAMI busca en primera instancia garantizar el desarrollo sostenible de las comunidades de productores agrícolas, al tiempo que enfatiza el proceso organizacional y el trabajo en equipo.
Finalmente, existen otras fuentes de ingresos. Por ejemplo, Maya Vinic, representada por Agustín Vázquez, recibió el premio francés de la paz en 2001 gracias a su enfoque pacífico en el conflicto en Chiapas. Esta entrada de dinero les permitió construir una bodega. Esta misma cooperativa se acercó en sus inicios a los sacerdotes jesuitas y a la organización Caritas para que les ayudaran con el registro como cooperativa y con su organización. Por otro lado, las cooperativas realizan esfuerzos importantes de autofinanciamiento. Como ejemplo, La FIECH está intentando establecer una caja de ahorro y de crédito para sus miembros. Paluche’n también trata de capitalizarse por sus propios medios, ya que considera que es vital para la supervivencia de la cooperativa.
La importancia de las redes
El éxito de las cooperativas en el mercado justo no descansa únicamente en su organización, sino también en los lazos con los actores externos. Así, todas las cooperativas de Chiapas pertenecen a Coopcafé, en el ámbito regional, y a la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) en el ámbito nacional. Tzotzilotic Tzobolotic, Tzeltal-Tzotzil y la OTPC tienen lazos con Majomut, especialmente en lo que respecta a la comercialización de su café. Maya Vinic está relacionada con ISMAM y San Fernando.
Los asesores técnicos de la FIECH, por ejemplo, se capacitaron en UCIRI y en ISMAM. Paluche’n, además de ser parte de la FIECH, pertenece a la Red Internacional México-Centroamérica de Pequeños Productores de Café y a Comunidades Indígenas de la Región de Simojovel de Allende (CIRSA). Del mismo modo, la Iglesia apoya a algunas cooperativas. En efecto, después de la desaparición del Instituto Mexicano del Café, esta institución empezó a realizar campañas de sensibilización de consumidores, así como programas de ayuda que garantizaran la supervivencia de los agricultores.
De esta manera, a pesar de las posibles fricciones y de la competencia que se puede dar entre las cooperativas (no se debe olvidar que el comercio justo responde en cierta medida a los criterios del comercio convencional) existe en general un sentimiento de ayuda mutua entre pequeños productores. Los miembros de las cooperativas están conscientes de la importancia de establecer redes y de pertenecer a estas instancias. En general, las soluciones individuales son poco viables y poco convenientes para defender el interés colectivo de los cafeticultores.
Notas
4 Si bien la mayoría de la información fue obtenida por medio de entrevistas personales, ésta se complementó con algunos datos que fueron encontrados en internet.
Datos para citar este artículo:
Ana Isabel Otero Rance. (2005). 2.1.1 Panorama general. Revista Vinculando, 3(2). https://vinculando.org/comerciojusto/mexico_chiapas/cj_panorama_general.html
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