Una burbuja que combina ambición con muerte.
En México la clase política y los medios de comunicación presentan al público su juego de poder -costosísismo (para la sociedad) y muy lucrativo (para políticos y empresarios)- como si fuera un megaprograma de la serie "Big Brother". Por ello nos indignamos ante episodios como el conflicto Canal 40-Televisión Azteca donde más allá de procedimientos gangsteriles se hace evidente una confabulación desde la Presidencia, o ante la tragicomedia del IFE y los affaires Pemexgate y Amigos de Fox, o ante las recientes elecciones en el Estado de México donde tras gran disputa mediática triunfó ¡la abstención con un 64%! Todos los reflectores apuntan al escenario donde actores conocidos nos dan atole con el dedo mientras el público permanece en la oscuridad debatiéndose entre la pobreza, la ignorancia, el fastidio y la impaciencia.
Mientras, la llamada sociedad civil -cuya crema dirigente pasó (se eclipsó) de las ONG’s a las OG’s de Fox y López Obrador- es rebasada (leer a James Petras y Luis Hernández Navarro) y reasumida por la esposa del Presidente (y los Amigos de Marta) para marchar -y competir- tras las escasas zanahorias de SEDESOL y similares. En contraste, los campesinos, el México bronco, impelidos por el desastre, el hambre y el abandono (emigración), organizados o masificados, asumen el rol protagónico que hasta fechas recientes han tenido los indígenas. Presionan y negocian, enfrentando al TLC.
Mientras, la economía globalizadora, una gigantesca burbuja de ignorancia y ambición, sigue su marcha engullendo y digeriendo las economías nacionales. Observamos sus maniobras por superar una evidente recesión y su estrategia por el control de los recursos naturales (petróleo) y financieros (divisas). Todo lo cual culmina en la guerra sobre Irak (ataque unilateral, invasión, mortandad y fabricación de títeres). Estados Unidos (Corporaciones Transnacionales/Wall Street) y sus aliados, por un lado, y por otro(s), Europa, Rusia y China, no podrán coincidir. Y el mundo musulmán sabe que las erupciones volcánicas continuarán sucediendo y que -así como en México se nos da (en) ¡la Torre Mayor!- estamos ya en ¡la Guerra Mayor! En nuestra región, Colombia es el próximo paso y en otras, Corea del Norte, Filipinas, etc. Las Naciones Unidas pretendían controlar a Bush y los Campesinos Mexicanos lo intentan con Fox. ¿Podremos cambiar el TLC? Los augurios son nefastos.
¿Y la sociedad qué? No basta hablar de una ísociedad civilí, término y concepto manoseado por burócratas y filántropos, mediatizado y vaciado de contenido quedando unicamente un confeti análogo al de los partidos políticos, dependiente o sobreviviente de las cada vez más escasas ayudas y subsidios de las agencias públicas y fundaciones privadas. Si se nos dice que hay varios miles de ONG’s, las cifras no hablan de su calidad, autonomía, creatividad, efectividad. Lo que sí es evidente es que México cuenta con 150,000 localidades pobres, 5 millones de microempresas en crisis, más de la mitad de la población debatiéndose entre la pobreza y la miseria, así como una clase media descubriendo que el sueño de tener profesión, empleo, casa, coche, vacaciones y seguro, solo es posible si se es político, burócrata o empleado de una transnacional. ¿Donde quedan las mayorías?
Una sociedad real por un mundo nuevo.
Hablemos de una sociedad orgánica, donde el ciudadano se conjugue como el habitante, productor y consumidor, donde la política resulte expresión culminante y conducente, de una economía y una ecología realmente combinadas, emanadas a favor de la población sin exclusión alguna y en rescate del medio ambiente patrimonio de todos hoy y en el futuro.
Que esto suceda, que la sociedad vuelva a ser eje y sujeto principal en el presente y el futuro, implica un reconocimiento del desastre, de la inviabilidad de las instituciones fraudulentas, heredadas del pasado y dueñas del presente, tanto en lo político (Democracia Liberal y Representativa, un artificio presupuestal y mediático) como en lo económico (Capitalismo Transnacional, burlando soberanías). A la par, es necesaria la creación de una nueva conciencia y un nuevo actuar cotidiano, que retome los valores fundamentales de la vida personal y colectiva versus el lavado de cerebro continuo propiciado por los sistemas educativos (leer a Ivan Illich) y los medios íde comunicacióní.
Esto no es posible realizarlo en forma masiva. Se precisa una estrategia íorgánicaí, esto es domesticar, cambiar a la escala de lo humanamente posible (ílo pequeño es hermosoí según Schumacher), rescatando y personalizando/socializando los paradigmas (hoy asumidos demagógicamente por grandes pero ineficientes instituciones) que responden a las necesidades de la cultura: IDENTIDAD; de la política: SEGURIDAD; y de la economía/ecología: SOSTENIBILIDAD.
Para reformar y recrear instituciones, que operen no a favor de una globalización implosiva sino de la sociedad orgánica germinal, se precisa una nueva estrategia en el ser y quehacer de las iniciativas endógenas que surgen de la sociedad y que supere su fragmentación o aislamiento. Reforma y Mutación en medio del Colapso. Mutación implica volver a asumir desde la base los valores, siempre primeros y últimos, de la convivencia y el don comunitario, por encima del afán capitalista de competencia y ganancia individual. Implica trabajar a base de células y redes innovadoras en vez de instituciones y bloques consecuentes al capitalismo, valorar el servicio antes que el poder,la redistribución antes que la concentración,la creatividad antes que la dependencia. Implica reconstruir/resurgir un sujeto reticular que positivamente y sin violencia pueda orientar y consolidar la imprescindible Reforma de las instituciones y dejen estas de estar ícambiandoí (patinando) en el vacío.
La Red VIDA DIGNA Y SOSTENIBLE trabaja por una sociedad orgánica, privilegiando la economía y la ecología, una especie de íecosofíaí. Se identifica con iniciativas y movimientos que en todo el planeta se manifiestan bajo el lema de í¡Otro Mundo es Posible!í Y privilegia el hacer sobre el decir. VIDA DIGNA se identifica con el Foro Social Mundial (Porto Alegre, Brasil y pronto la India) donde se han ido aglutinando múltiples corrientes afines, una de ellas bajo el término Economía Solidaria.
Si bien existen movimientos eminente y justificadamente críticos del sistema neoliberal hoy dominante en el mundo, mediante organizaciones abocadas a cuestionar, movilizar y manifestarse públicamente, cuyo hito pionero fueron las jornadas en Seattle 1999 ante la Organización Mundial de Comercio, VIDA DIGNA privilegia la propuesta sobre la protesta.
En el marco de la propuesta, se pueden identificar varias líneas de trabajo, donde afortunadamente existen en México acciones constructivas:
Un pluralismo constructivo a favor de una Economía Solidaria.
Varias mociones orgánicas en diversos grados y niveles se despliegan en México:
Repensar y redefinir el concepto y la práctica del TRABAJO HUMANO, superando el esquema del asalariado dependiente de empresas que hoy tienden a desemplear al adoptar tecnologías cada vez más robóticas y muchas veces productoras de una infinidad de adminículos prescindibles (chatarras sofisticadas). Repensar la dificil relación Ocio-Negocio, donde el ocio es creatividad y el negocio su mercantilización. Si el trabajo rural se abandona y los trabajos industriales, maquinistas, maquiladores, burocráticos, tienden a enquistarse, incluso a desaparecer o emigrar, surge la necesidad de oficios y trabajos creativos en aras del medio ambiente, la cultura, la comunicación, la recreación, la espiritualidad y la salud, que puedan provocar una infinidad de planes y servicios inéditos. En esto, la
diferenciación y valoració
n de género, de generación, de cultura, de localidad/región, será muy importante.
El AUTOABASTO. Si bien la Globalización Neoliberal promete cubrir las necesidades de toda población, la realidad es que existe sobreproducción por un lado y un gigantesco subconsumo por el otro, siendo las intermediaciones las que operan en forma no solo deficiente sino perversa. De ahí que urge revertir el proceso de dependencia -e ilusión- de la megaeconomía para desarrollar la capacidad doméstica de cada célula familiar, convivial, local, tanto en lo rural (granjas, traspatios) como en lo urbano (azoteas, jardines). Una suerte de rururbanización. Existe una gran cantidad de microtecnologías ambientales y laborales al alcance del más simple habitante (por ejemplo, los germinados, la composta, la bicicleta) que es preciso practicar y perfeccionar para contribuir con productos y servicios a la autosuficiencia personal y grupal.
La PRODUCCION ORGANICA Y NOVEDOSA. Se precisa pasar de la producción cuantitativa (masiva) y sectorial, destructora del medio ambiente y de la cohesión (tejido) social, a una producción que fomente los recursos naturales, la integridad del trabajador y la integración/capacitación de las nuevas generaciones. Pensemos simplemente en la necesidad del agua, de la energía solar o eólica, del tratamiento de basura, etc., así como de empresas novedosas como la piscicultura, la producción de setas, el ecoturismo, etc. Destacar la preferencia que el público culto está dando a los productos resultado de la armonización del trabajo humano con la vida animal y el medio ambiente. íBioplanetaí, íAires del Campoí, íRed de Productores Orgánicosí y otras numerosas pequeñas experiencias dan testimonio de ello.
El CONSUMO RESPONSABLE. El ciudadano vota en México cada seis años para elegir presidente pero come cada seis horas. El consumidor vota todos los días al acudir al mercado y comprar productos y servicios. Urge levantar la conciencia de ese voto a fin de crear movimientos de consumo solidario con las grandes causas económicas de nuestro pueblo. Por ejemplo, la campaña realizada a favor de los productores de frijol (vs frijol importado -subsidiado por los Estados Unidos-) que bajo el impulso de VIDA DIGNA, PDP, CARITAS, Comunidades de Base, El Barzón, FONAES y algunos empresarios y ecologistas, y que colocó en el segundo semestre del año 2000, 120 toneladas en parroquias, delegaciones, ONG’s, etc. Las campañas pueden ser correctivas, incluso boicotear aquellas empresas nocivas o inequitativas como el cigarrillo o la Coca Cola.
EMPRESAS SOCIAL Y ECOLOGICAMENTE RESPONSABLES. Muchas empresas establecidas de diversa magnitud empiezan a procurar resolver en forma más humana sus conflictos históricos con los diversos factores de su producción: accionistas, administradores, trabajadores, proveedores, clientes, competidores, vecinos, opinión pública, sociedad en general, y, por supuesto, su trato para con los recursos naturales y el medio ambiente. Algunas lo hacen en forma auténtica, lo cual implica cambios fundamentales (y otras lo hacen meramente con cambios superficiales para mejorar su imagen mediante la publicidad). Hay varias iniciativas al respecto, como la que impulsa CEMEFI o la que se anunció desde Rearme Moral/Caux (Suiza) y su arquetipo, el empresario Kaku (Canon, Japón)
El COMERCIO JUSTO. Los movimientos internacionalistas que buscan humanizar el mercado Norte Sur se han caracterizado por cualificar las relaciones entre productores del Sur y consumidores del Norte, en la procura de una relación más equitativa y un pago más justo a productos característicos del Tercer Mundo como el café (la Fundación Max Havelaart, OXFAM, etc.), el plátano (la experiencia Japón-Filipinas), la miel, las artesanías, los cosméticos y productos para la higiene (Body Shop), etc. Se privilegia el consumo de productos orgánicos y surge entonces la necesidad de las certificadoras. En México se han dado pasos fructíferos y esperanzadores.
El COOPERATIVISMO. Siguiendo el ejemplo de las luchas sociales en Europa y los Estados Unidos y Canadá durante el siglo XIX, han surgido a lo largo del siglo XX muchas experiencias basadas en la filosofía cooperativista y recuperando también la tradición gregaria, comunitaria y solidaria de los indígenas, subsistente en muchas regiones del país. La Iglesia y la Revolución las han impulsado, dando por resultado la marginalidad de unas y la manipulación partidaria en otras. Varias ONG’s han logrado mantener un apoyo sostenido a experiencias locales en gran parte contando con ayudas de fundaciones internacionales. El movimiento cooperativista en general se conforma con varias líneas: ahorro y crédito (vapuleada hoy por el lavado de dinero y los desatinos legales), consumo, producción, vivienda, transporte, etc. En la medida de que instancias eclesiales y partidarias han perdido dinamismo en el ámbito cooperativista y que la administración de muchas cooperativas no ha podido competir con las empresas capitalistas, muchas imitan a estas o desaparecen. Es paradójico que las leyes que pretenden regular e impulsar al cooperativismo resultan hoy más parte del problema que de la solución. Subsisten experiencias destacables como las cooperativas de Tacámbaro, Mich, donde las de consumo, ahorro y crédito, producción, se conjugan y forman articulaciones para la capacitación y promoción en común (Centro Roberto Owen, A.C.). IMDOSOC por su parte ha organizado encuentros que propician la toma de conciencia, la solidaridad y la articulación de algunas experiencias principalmente de ahorro y crédito. Destaca la lucha de empresas socializadas como es el caso de la Cooperativa Pascual.
El DINERO COMUNITARIO. En el marco de una economía social, muchos problemas se han identificado en el renglón de la producción, las finanzas y la comercialización, y consecuentemente proliferan iniciativas de solución (microempresa, microcrédito, comercializadoras, etc.). Pero hoy, ante las limitaciones de esta política y la agudización de la crisis, es necesario profundizar. Surge la conciencia sobre una economía que hoy está determinada por los grandes movimientos de masas monetarias, y sobre un dinero que hoy está muy lejos de representar valor real (emitido de la nada por el sistema monetario bancario vigente). Predomina no solo la usura a través de las deudas de cualquier calibre -desde una microempresa hasta toda una nación- sino más aun los movimientos altamente especulativos de hoy y sin dejar de mencionar los producidos por el narcotráfico y otros crímenes. Argentina es caso ejemplar de la gran dependencia que los pueblos tenemos de un desorden/abuso monetario internacional. No es posible dejar estos graves problemas en manos de tecnócratas y políticos alejados de la realidad social y que consideran a un dinero esencialmente fraudulento y expropiador como la varita mágica del desarrollo. Por ello, surgen por todo el planeta iniciativas para establecer sistemas de intercambio de bienes, productos y servicios mediante un dinero no usurero, no especulativo, en suma no bancario, de emisión/control social y que propicie la regeneración económica desde las bases sociales. La savia de la vida. El Tianguis TLALOC es la experiencia pionera en México que conviene reforzar y ampliar.
Y se podrían seguir mencionando objetivos y movimientos estratégicos, como son el que se aboca a la ELIMINACION de la DEUDA INTERNACIONAL (la Campaña Jubileo apoyada por el Papa), la denuncia del COMPLEJO INDUSTRIAL MILITAR Y SU GASTO, el IMPUESTO A LA ESPECULACION (Tasa Tobin, ATTAC), y todo aquello que contribuya al desarrollo de la MICROEMPRESA ARTICULADA (no simplemente íchangarreraí) y la MICROREGION.
Necesidad de que las redes se articulen en niveles superiores.
Las redes de Economía Solidaria tienen el gran desafío de articular estos movimientos de manera integral, geográfica y funcionalmente, local y globalmente, en procesos ascendentes. A la par, hay que considerar las real
idades de la macroeconomía que continúan concentrando poder en pocas manos y agrediendo, aislando o eliminando a las pequeñas iniciativas. Los programas oficiales resultan en su mayoría asistenciales o económicamente insuficientes, las agencias y fundaciones de desarrollo anuncian programas convencionales muchos obsoletos aún antes de iniciarse, mientras el éxodo rural continúa acelerándose y la economía informal prolifera como una gangrena al servicio de productores ajenos y en función de un público anónimo y pasajero. Fragmentación, anomia y frustración es el resultado.
Las redes de Economía Solidaria necesitan desarrollar la capacidad de dialogar con sectores económicos capitalistas de diferente magnitud, los cuales están más condicionados por la historia, una mayoría en crisis, y que carecen ya de la energía y visión para efectuar reformas trascendentes. VIDA DIGNA Y SOSTENIBLE ha procurado la articulación creativa y alternativa de procesos de base con organizaciones multiempresariales establecidas tales como CANACINTRA o la USEM. Igualmente, con entidades públicas tales como FONAES e internacionales como el BID. Es deseable que se procuren sinergias que combinen los niveles micro y macro,. por hoy inmensamente distanciados, en aras de una Mesoeconomía que pueda superar los planteamientos exógenos, elitistas y en la práctica excluyentes, de, por ejemplo, el megaproyecto Plan Puebla Panamá.
En pro de profundizar los desafíos, las oportunidades y las articulaciones necesarias, sugiero trabajar en función de renglones que consideramos básicos:
– Trabajo y Producción
– Intermediación y Comercialización
– Necesidad y Consumo
– Divisas y Financiamiento
– Educación y Promoción/Capacitación
– Redes y Mesoeconomía
Datos para citar este artículo:
Luis Lopezllera Méndez. (2005). Por una economía solidaria. Revista Vinculando, 3(1). https://vinculando.org/economia_solidaria/lopezllera_ecosol.html
EDUARDO LOZADA dice
ME INTERESARIA SABER, ¿COMO ES QUE SE CERTIFICAN O LA FORMA DE CERTIFICACION QUE LLEVAN A CABO LAS EMPRESAS SOCIAL Y ECOLOGICAMENTE RESPONSABLES?
Y SI ¿ES FACTIBLE A QUE ESTE TIPO DE EMPRESAS NO SEAN FACTIBLES EN ALGUNAS ECONOMIAS?
GRACIAS ESPERO SU RESPUESTA O COMENTARIO
SALUDOS.