El reconocimiento del aporte brindado por César Aguilar en cuanto al resumen de la historia y situación del estudio de opinión pública (O.P.) es incuestionable, observándose citas y referencias sobre el capítulo ofrecido en conjunto con el Equipos – Mori Uruguay. Según el autor – ya mención en el párrafo anterior – la institucionalización aqueja a la opinión pública por su debilidad. Pese a entregar un gran bagaje tanto de estilos de narrar la historia de la O.P. como de dimensiones (siete) para el desarrollo de un Programa de investigación sobre la materia, conduce la necesidad de conocer la historia de las encuestas de opinión pública como la vía sostenible de robustecimiento a la fragilidad referida. ¿Es posible que dicho conocimiento entregue una institucionalización a la O.P.? , será la pregunta que guiará el presente documento, que posee el afán de contribuir a la discusión sobre la institucionalización de la O.P.
Palabras Clave: O.P., estudios de O.P., Institucionalización de O.P.
Concepto de Opinión Pública
Como todo concepto que guía una disciplina o campo de estudio, el concepto de Opinión Pública "no posee una definición aceptada por la generalidad" . Lo referido acontece debido a los múltiples acentos o perspectivas de considerarla. Se recata lo referido por Giovanni Sartori (1987), por ser una perspectiva desde la ciencia política, que O.P. es "ante todo un concepto político (…) público, o multiplicidad de públicos, cuyos difusos estados mentales (de opinión) se interrelacionan con corriente de información referentes al estado de la res pública" (IIDE, s.f.). En primer lugar, lo referido, nos permite establecer al concepto como consenso de opinión originado de la multiplicidad de estados mentales. En segunda instancia, y unida a la idea anterior, la O.P. involucra el orden superior de evaluar , lo cual, nos permite generar un contexto particular de su estado, es decir, nos entrega una historicidad de su ubicación y evolución. Lo anterior, en palabras de Niklas Luhmann, la O.P. "tiene presente las funciones políticas del fenómeno y traduce el consenso de un reconocimiento de los temas de interés general" (IIDE, s.f.). Es por ello, que en el afán de evidenciar la aprobación de un tema en común se nos presenta a la encuesta como el instrumento que evidencia la multiplicidad de estados mentales sobre una cuestión particular.
Estudios de O.P. en Latinoamérica
Según César Aguilar, el desarrollo de los estudios de O.P. en Latinoamérica es: a) reciente y b) posee una vertiginosa expansión. Lo anterior no debe conducir a la creencia que la O.P. posee un naciente origen sino que lo nuevo es la necesidad de comprender sus interrelaciones, es decir, el fenómeno de la O.P. es anterior a su conceptualización y transparentación con fines analíticos. La necesidad es comprensible en una sociedad que requiere de cierta certeza de predecir múltiples asuntos que la afectan.
"Incremento de las instituciones dedicada al estudio de la O.P, los expertos en el área y la incorporación de prácticas y métodos de medición más avanzados" (Aguilar, 2007, pág. 1) son las características positivas del campo de estudio de O.P en Latinoamérica. Sin embargo, y siguiendo al autor señalado, "una de las grandes deudas de los estudiosos de la O.P. y los miembros de esta naciente industria ha sido una débil institucionalización.
Todo lo anterior, nos conlleva a comprender a los estudios de O.P. como todos los procesos investigativos, personas y herramientas que nos permitan sistematizar y valorar las exteriorizaciones comprendidas como O.P.
Institucionalización de la O.P. y enjuiciamiento de las encuestas
Se nos presenta a la Institucionalización de la O.P. como la capaz de revertir "la ausencia de una comunidad de investigadores en red, la casi inexistencia de espacios de publicación en el área, marcos regulatorios de la actividad, y producción de investigación sustantiva que vaya más allá de la mera descripción de resultados de encuestas". Lo último señalado, nos entrega el fundamento para sostener que la institucionalización no se basa en la exclusividad del uso de la encuesta como medio sostenible de validación de la O.P.
Se comparte la idea que el conocimiento de la historia de las encuestas de O.P. es necesario como punto inicial para el actual proceso de institucionalización de la O.P., sin embargo, se debe considerar que tanto la historia de las encuestas como éstas no son el único medio fiable para obtener un panorama de la O.P.
La preminencia de las encuestas se lo debemos al ámbito político, que en épocas electorales, transparentan sus comunicaciones a través de encuestas de O.P. No obstante, ya sea que se logre pronosticar con certeza o no, las encuestas no están libres de cuestionamiento a su integridad. Su probidad es eclipsada a través de la sospechas de manipulación de los datos (ya sea por los encuestadores que la aplican; de los analistas que las preparan su creación y/o entregan los resultados obtenidos; o de la influencia sobre la opinión de sus receptores y destinatarios), las múltiples lecturas o rescates que realizan los interesados de los datos proporcionados o, simplemente, porque poseerán el sesgo de quien observe los datos cuantitativos proporcionados. Situándonos en el umbral proporcionado por la duda de honradez de las encuestas de O.P. políticas, no se debe desconocer la existencia de encuestas que nos han vaticinado sobre los resultados a obtener en la esfera política.
Sin embargo, las encuestas no son el único instrumento que nos entrega el interés público, pues la temática a observar no se basa en la exclusividad de la esfera política, es decir, existen otros ámbitos que requieren de la atención y conocimiento de la O.P. al respecto (educación, por señalar un ejemplo) y, por ende, su comprensión implica – muchas veces – un trabajo inter, multi o transdisciplinario. Las dos ideas referidas nos permiten establecer otras formas de obtener O.P. como: análisis de medios de comunicación, sondeos, personajes clave y representativos de una visión de grupo, manifestaciones, movilizaciones, etc. Todos los ejemplos entregados nos encaminan, implícitamente, a la idea de una sociedad con empoderamiento de la O.P. distinto al desarrollado por nuestros padres.
Relaciones industria – Sociedad
Aguilar nos entrega siete dimensiones que nos permitirán realizar análisis de las encuestas y estudios de O.P en Latinoamérica (periodización; actores; instituciones; prácticas; infraestructura tecnológica y técnica; agendas de investigación y orientación y, finalmente, relaciones industria – sociedad). Sin embargo, se rescata la dimensión Relaciones industria – sociedad, la cual considera como la Importancia de los medios de comunicación en la difusión de encuestas y los líderes políticos como agentes que ven las oportunidades ofrecidas por las encuestas para el gobierno y la competencias electoral"(Aguilar: 2007:11). Pese a que nos refiere, nuevamente, a la encuesta como medio primordial, a su vez, nos entrega otro medio necesario de considerar: los líderes.
Los líderes han encontrado nuevas formas de registrar y propagar su O.P. sobre tema o temas y sus seguidores, les proporcionan credibilidad, pese a que no lo conozca presencialmente o no sepa su real imagen física . La horizontalidad comunicacional les conlleva a la necesidad de manifestar su parecer por todos los medios que las TICs le provean o están a punto de ello. Es así, como la O.P. quiebra el molde de las respuestas preparadas o prefijadas de una encuesta de O.P.
La nueva dinámica de interacción de O.P. de los nativos digitales requiere de ajustes a los medios tradicionales de rescate de la O.P. Se observa que la dimensión de "infraestructura tecnológica y técnica" para Aguilar (2007: 11 – 12) como relevante, la cual, debe considerar "la disponibilidad e incorporación y desarrollo de "paquetes tecnológicos" y recursos técnicos que facilitan y amplían la variedad de mecanismos para la generación, procesamiento, análisis y "delivery" de la información sobre O.P.", lo cual nos conlleva a la posibilidad que posee Facebook, por ejemplo, como herramienta que interacciona día a día con los "conectados" y que posee las características señaladas como necesarias para el rescate de la O.P. Sin aplicar un método de estudio que me brinde de predicción, puedo señalar a priori uno de los futuros negocios de la R.S.V. referida.
Como se observa, en el actual mundo globalizado e intercomunicado, el desarrollo de un Programa de Investigación ya se ha iniciado, pero no es a través de las encuestas tradicionales o su historia donde encontramos un sondeo de O.P. sino que es a través de una R.S.V., la cual, nos entrega sus propiedades al respecto en forma casi tácita. Se debe considerar que la información generada de la R.S.V. poseerá los beneficios, pero a su vez, la desventaja que provee la virtualidad, esto es, que no se sabe a ciencia exacta si lo desarrollado en ella es real, ficticio o una mezcla entre ambas.
Conclusiones
Aguilar nos entrega la necesidad de institucionalizar la O.P., pero ésta es a través de los instrumentos tradicionales de rescate de ésta. Dicha postura puede obedecer tanto a la necesidad que la institucionalización vaya de la mano con lo consesuadamente tradicional como actividad académica, esto es, de un lugar alejado de la sociedad para observar sin entregar oportunidad a la subjetividad y, por ende, poseer credibilidad en los datos e informaciones entregadas. Sin embargo, el autor referido señala que las encuestas no pueden ser el único instrumento para transparentar la O.P., en cuanto a que los datos no se pueden explicar por si solos, por lo cual necesitan de interpretación de éstos.
Pese a ello, entrega en forma implícita, la idea de la necesidad del conocimiento de la historia de la encuesta como viable para cimentar, de mejor modo, la frágil institucionalización de la O.P. No obstante, la entereza de la encuesta y sus resultados han sido cuestionados, pero no logra deslegitimar a dicho instrumento como evidencia de la O.P. Es por ello, que la consideración de otras formas o métodos no tradicionales de rescate de O.P. son necesarias, las cuales nos permitirán a la Institucionalización de la O.P. El no considerar las posibilidades ofrecidas equivaldrá a intentar tapar el sol con un solo dedo.
Bibliografía
- Aguilar, César A. (2007) "la historia de los estudios de Opinión Pública en América Latina: Apuntes para un programa de investigación". Disponible en:
- Carrión, Julio F. "El estudio de la opinión pública en américa latina". Disponible en:
- IIDE (s. f.) "Opinión Pública". Disponible en:
Datos para citar este artículo:
Nidy Liz Marchant Díaz. (2012). Institucionalización de la opinión pública: ¿validación a través de las encuestas?. Revista Vinculando, 10(2). https://vinculando.org/articulos/institucionalizacion-de-la-opinion-publica-validacion-a-traves-de-las-encuestas.html
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