"La lactancia materna exclusiva es una de las herramientas más poderosas que tenemos para combatir el hambre y la mortalidad infantil".
Ann M. Veneman
El término regalo evoca en nuestra mente la imagen de un objeto material que se obtiene tras el pago de una suma, que puede llegar a ser económica o elevada; sin embargo, en lo adelante intentaré examinar minuciosamente lo valioso de un obsequio que no cuesta nada, solo exige la firme voluntad y el compromiso sincero de quererlo entregar.
El regalo al que hago mención es la lactancia materna, definida por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como la intervención preventiva que más repercusiones tiene sobre la supervivencia de los niños y las niñas. Lo anterior queda más explícito al conocer el siguiente dato: un niño que es amamantado tiene seis veces más posibilidades de sobrevivir que uno que se alimenta por otra fuente. En este sentido, los casos de diarrea y las infecciones respiratorias, que constituyen los padecimientos más comunes durante los primeros meses del infante, disminuyen 50% y 27%, respectivamente, cuando se opta por la lactancia.
Ante tales cifras, uno se preguntaría por qué una mujer decide no lactar. El problema se produce cuando una serie de mitos expandidos a través de los años invaden la mente de la recién estrenada madre y no le permiten discernir cuál es la mejor opción para su bebé.
"Se me pueden caer los pechos", "a lo mejor no produzco suficiente leche", "tengo que consumir leche para poder amamantar", "mi madre no lactó y yo lo heredé", "si estoy lactando todo el tiempo, mi relación de pareja se afectará", "tengo pechos pequeños y no se saciará", "tuve una cesárea”, etc., son solo algunos de los tantos mitos que se propagan entre las madres y las hacen optar por la alimentación artificial.
Cuando hablo de la población femenina que se declina por la alimentación mixta, a base de fórmulas u otros líquidos, debo ser más específica y acudir a los porcentajes arrojados por distintas investigaciones sobre la temática en cuestión. Únicamente el 38% de los niños menores de seis meses de edad recibe leche materna de manera exclusiva a nivel mundial. En tanto que, de manera específica, en la región de Latinoamérica y El Caribe la cifra asciende al 40% durante los primeros seis meses de edad.
Hablando de algunos países ubicados en estas regiones, cabe resaltar los porcentajes más altos de lactancia materna, los cuales recaen sobre Perú y Chile (63%), Bolivia y Uruguay (54%) y Guatemala (51%). En cambio, los lugares con el índice más bajo son República Dominicana (4%), Venezuela (7%), Belice (10%) y Trinidad y Tobago (13%). Estas cifras fueron arrojadas por dos estudios realizados por la Unicef, titulados Estado Mundial de la Infancia, en los años 2008 y 2009.
En este momento, procederé a explicar de manera específica cuáles son las implicaciones reales de no lactar a un bebé, a sabiendas que cada caso es distinto, por lo que las consecuencias no necesariamente se aplican a la totalidad de niños no lactados.
- Cuando se combina la lactancia materna con la alimentación mixta, consistente en otros líquidos o alimentos complementarios para los niños de menos de seis meses de edad, aumenta la posibilidad de que el bebé sufra alguna enfermedad infecciosa, sobre todo, la diarrea.
- Al suministrar alimentación mixta disminuye el suministro de leche materna, debido a que el bebé tiene menos oportunidades para succionar el pecho de la madre.
- Estudios realizados en África demostraron que la lactancia materna exclusiva reduce el riesgo de transmisión del VIH hasta tres o cuatro veces, en comparación con la alimentación artificial.
- La alimentación artificial es sumamente costosa, mientras la leche materna es gratis, solo implica el deseo ferviente de hacerlo bien.
- La alimentación con fórmula encierra problemas prácticos importantes. Por ejemplo, la madre se debe asegurar que la dilución sea correcta y que la higiene de los utensilios sea óptima, pues cualquier error podría desencadenar alguna enfermedad.
- Es muy difícil para el intestino del bebé asimilar otro alimento que no sea la leche materna, por lo que es común la presencia de lesiones en el intestino.
- Los componentes de la leche materna son insustituibles, los anticuerpos, enzimas, ácidos grasos y hormonas no pueden incorporarse a la fórmula en su totalidad. En el caso específico del hierro, el bebé absorbe de la leche materna el 70% del mismo, mientras que de la fórmula tan solo asimila de un 3 a un 14%.
- La fórmula permanece invariable en cuanto a sus nutrientes, mientras que la leche materna altera su composición de acuerdo a los cambios que va experimentando el bebé y a sus necesidades nutricionales.
Hablando de manera específica de los beneficios de lactar al bebé, debo comenzar diciendo que el período de recuperación después del parto es mucho más rápido, ya que el útero de la madre se contrae en menor tiempo, además de que se reduce la pérdida de sangre. En adición a esto, se retrasa la fertilidad y se disminuye el riesgo de cáncer de ovario, mama y útero.
Otro asunto importante es que la leche materna contiene todos los nutrientes, las vitaminas y los minerales que el bebé necesita para crecer sano y fuerte. Esto significa que no es necesario acudir a otras fuentes alimenticias. Además, la succión del niño al lactar estimula el crecimiento de su boca y su mandíbula y le facilita la digestión.
Otras de las enfermedades que previene la leche materna son la obesidad, el colesterol alto, el asma, la leucemia, la presión alta y la diabetes. Esto según los últimos estudios de la Unicef.
Más allá de los beneficios físicos, la lactancia permite la creación de un vínculo afectivo estrecho entre la madre y el bebé. Favorece el desarrollo del habla, la inteligencia y la interacción positiva con otros seres humanos. La sensación de bienestar y seguridad del bebé lactado supera en demasía aquella que provoca la alimentación artificial.
Ante tales beneficios, uno se pregunta cuál será la clave para aumentar el índice de lactancia a nivel mundial. Definitivamente, la solución más plausible es la educación, pues muchas de las madres desconocen las propiedades de la leche materna a corto y largo plazo y la ignorancia las hace inclinarse por otras opciones.
Para tratar de contrarrestar los bajos índices de lactancia materna, han surgido distintas iniciativas a nivel mundial, por parte de diferentes organizaciones preocupadas por el tema. Todo comenzó con la Declaración de Innocenti, proclamada en el año 1990 en Florencia, la cual tiene entre sus propósitos primordiales implementar políticas de gobierno sobre la alimentación de lactantes y niños pequeños y brindar el apoyo necesario a las madres a fines de lograr dos o más años de lactancia.
Los objetivos de esta Declaración fueron respaldados posteriormente por la Unicef y por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambas organizaciones crearon en conjunto la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño.
Otro paso importante en la lucha por incentivar a las madres a optar por la lactancia exclusiva lo constituye la instauración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, cuyo comienzo se remonta al año 1992. Ésta tiene lugar la primera semana del mes de agosto de cada año, por conmemorarse el aniversario de la Declaración de Innocenti. Los buenos frutos de esta actividad han permitido su expansión en más de 120 países. Aquí las participantes comparten sus experiencias e inquietudes, se dan apoyo entre sí y, sobre todo, reciben educación valiosa y actualizada sobre la lactancia.
Otra iniciativa importante tiene asiento en la República Dominicana, donde según un estudio de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el año 2012 solamente el 0,7% de los niños recibió leche materna junto con otros alimentos hasta los nueve meses de edad. Estos datos colocan a dicho país en el último lugar entre 21 países de la región del Caribe que practican la lactancia materna prolongada. La iniciativa lleva por nombre La Liga de la Leche, una institución que promueve la lactancia exclusiva y les ofrece a las madres un espacio de apoyo, que les permita relacionarse con otras madres y sus bebés, así como también llevar a la pareja y a otros familiares para educarlos en la referida temática.
Como ciudadanos preocupados por el bienestar de todos nuestros niños, no nos podemos quedarnos de brazos cruzados ante la situación antes planteada. Es necesaria la creación de políticas gubernamentales firmes, que viabilicen la lactancia materna exclusiva. Por ejemplo, en los hospitales debe permitírseles a las madres lactar a su bebé inmediatamente después de nacidos, cosa que lamentablemente no ocurre en muchos lugares.
Es alarmante la promoción desmedida de leche artificial en los medios de comunicación, así como en los propios hospitales. La presión social y comercial para su consumo es sumamente agresiva, llegando incluso a ofrecerse justo después del parto, aun cuando la madre expresa su deseo de querer lactar.
Otro punto importante a mencionar es que las madres trabajadoras tienen que regresar muy pronto a su empleo, por lo que se les dificulta lactar a sus criaturas. Un enorme paso se dio en Brasil, al aprobar una ley que les permite a las madres disponer de seis meses para el permiso de maternidad, contrario a los tres comúnmente otorgados en la mayoría de nuestros países.
Necesitamos con urgencia la modificación de las condiciones de trabajo para las recién estrenadas madres, la instauración de guarderías donde se pueda amamantar durante la jornada, así como la creación de espacios cómodos y debidamente higienizados para que las mamás puedan extraerse la leche que producen y almacenarla.
Con respecto a estas políticas se expresó la Unicef en conjunto con la OMS, estableciendo diez pasos para la lactancia exitosa, en espera de que sean respetados y acatados por todos los hospitales y demás centros de atención a las madres y sus bebés. Estos pasos los transcribo a continuación:
- Tener una política escrita sobre la lactancia, que se comunique de rutina a todo el personal responsable del cuidado de la salud.
- Capacitar a todo el personal de salud en las técnicas necesarias para llevar a cabo esta política.
- Informar a todas las mujeres embarazadas sobre los beneficios y sobre el manejo de la lactancia.
- Ayudar a las madres a iniciar a amamantar a la media hora del nacimiento.
- Mostrar a las madres cómo se amamanta y cómo se mantiene la lactancia aunque estén separadas de sus niños.
- No suministrar a los recién nacidos alimentos o bebidas diferentes a la leche materna, a menos que los indique el médico.
- Practicar alojamiento conjunto -permitir que las madres y los niños permanezcan en la misma habitación- durante 24 horas al día.
- Alentar a que se practique la lactancia de acuerdo con la demanda.
- No suministrar chupetes (también tranquilizadores) a aquellos niños que se están amamantando.
- Promover la conformación de grupos de apoyo a la lactancia y referirles a las madres cuando salgan del hospital o servicio de salud.
Sin lugar a dudas, decidir traer a tu bebé al mundo ha sido el mayor regalo que le has hecho hasta ahora, a pesar de las condiciones adversas que pudiste haber atravesado al enterarte de la noticia del embarazo. Sin embargo, ahora puedes hacerle el segundo mejor regalo de toda su vida: lactarlo. Edúcate, no te aferres a los mitos ni a las opiniones sin fundamento de otras personas. Tienes que saber que tu bebé merece lo mejor y en tus manos está el poder dárselo. Conéctate con él o ella y vive a plenitud el placer de seguirle dando vida.
Los dejo con una frase que creó mi mente en un intento por describir la magia que encierra el acto de lactar:
La lactancia es el amor en estado líquido.
Datos para citar este artículo:
Jade Díaz Pimentel. (2014). La lactancia: invaluable regalo de amor. Revista Vinculando, 12(1). https://vinculando.org/salud/lactancia-invaluable-regalo.html
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