* Nairobi, Kenia, 20 al 25 de enero 2007.
El comercio justo no es la respuesta a todos los problemas de desarrollo, es únicamente una solución parcial – El comercio justo por sí solo no basta para mejorar las condiciones de vida de los productores y empieza a reproducir los mismos patrones que el mercado convencional – El comercio justo Norte / Sur puede ser fuente de dependencia – El mercado justo en el Norte es aún muy frágil – La necesidad de construir un mercado local es cada vez más inminente.
Estas frases recorrieron los talleres sobre comercio justo en el Foro Social Mundial (FSM) que se llevó a cabo en Nairobi en el mes de enero. Los participantes de los diferentes países dejaron constancia de la necesidad de evolución del comercio justo para tomar en cuenta las necesidades y los valores de los productores. Por otro lado, el mercado de comercio justo en el Norte parece haber llegado a su límite de crecimiento. De esta manera, la lucha actual es por el mercado local, ya sea en el ámbito nacional o regional.
Este artículo busca poner en valor las ideas principales de tres talleres que trataron el tema del comercio justo en el Sur como complemento al sistema Norte / Sur que se conoce desde los años 80.
Hacia una certificación africana de productos de comercio justo.
El primer taller de esta serie, Vers une certification africaine des produits équitables tuvo lugar el 22 de enero. Sus objetivos eran diversos: trazar el recorrido del comercio justo en África, explicar la necesidad de una certificación africana para los productos, y presentar los posibles pasos en la creación de un sistema certificación africana. Maleye Diagne, de la RIPESS en Senegal, fungió como moderador, mientras que entre los panelistas se encontraban Abdourahmane Gueye y Amadou Diallo de ENDA en Senegal, Joan Karanja de COFTA y Mike Muchilwa del IFAT.
El taller fue organizado por Medio Ambiente, Desarrollo, Acción[1] (ENDA Tiers Monde) en Senegal, con la colaboración de la RIPESS. La organización internacional ENDA Tiers Monde apoya desde tiempo atrás a los grupos de productores en sus actividades de producción y de transformación, y les ayuda en la búsqueda de mercados, tanto a nivel local como regional et internacional. Por otro lado, ENDA ha realizado importantes esfuerzos para armonizar los principios del comercio justo en el territorio africano. Para ser más precisos, ENDA redactó una Carta nacional de comercio justo que fue validada en Dakar, el 19 de octubre 2006[2].
La adopción de la Carta marca una etapa importante en el trabajo que se lleva a cabo en Senegal desde 2005 por las organizaciones de productores y de transformadores. El objetivo final es de poner en marcha un sistema de certificación que se adapte al contexto africano y cuyos costos estén al alcance de los pequeños productores. la Carta fue igualmente adaptada al sector agrícola con el fin de convertirla en una herramienta de promoción de justicia social y para estimular el comercio local, regional e internacional.
Dicha Carta promueve también un compromiso entre los actores del comercio justo y se posiciona como un instrumento local con miras a recrear las estrategias del comercio justo con el Norte, pero adaptadas al Sur. De esta manera se toman en cuenta los valores y las especificidades en África y se intenta redefinir los acuerdos comerciales ya en marcha con el fin de beneficiar a los productores locales. Además, se incita a los actores locales a reforzar sus capacidades para poder aprovechar ampliamente de los beneficios de la Carta de comercio justo. Finalmente, se intenta también facilitar el acceso al financiamiento y sortear las dificultades relacionadas con la producción y la comercialización. Las bases éticas y el compromiso social y ambiental prometen darle un nuevo rumbo a las actividades económicas basadas en el comercio justo local [3].
Algunas pistas de acción propuestas en el marco del taller.
Una meta precisa de esta actividad era intercambiar experiencias entre los diversos actores, tanto de África como del Norte, con el fin analizar las posibilidades de crear un sello africano para el comercio justo. Tenía también como objetivo compartir ideas para impulsar este proyecto y sobre todo para armonizar propuestas. El segundo taller sobre las perspectivas del comercio justo Sur-Sur permitió avanzar aun más en este esfuerzo. El balance de dicha actividad se presentará más adelante.
En términos concretos, este taller mostró algunas pistas de acción para crear un sistema africano de comercio justo, siendo el caso de Senegal el más emblemático. En efecto, en este país el éxito del comercio justo ha alentado a los actores nacionales a fomentar un ambiente favorable para el mercado local en general. Se ha privilegiado el diálogo entre los diferentes actores de la cadena de valor, así como la toma de decisión colectiva. Los resultados de este primer proceso podrían estar a la base del sistema de certificación en el continente, o al menos servir de ejemplo para otros países. Al ser un movimiento que surge de la base, las probabilidades de éxito son más grandes. Asimismo, otros movimientos como la economía social y solidaria son tomados en consideración para articularse con el comercio justo.
En ocasiones ocurre que los actores del Norte no están al tanto de la problemática específica del continente africano ni de los países individualmente, por que que algunos criterios del comercio justo no se adaptan del todo. En este sentido, la creación de sistema locales o regionales representa una oportunidad única para renovar la definición del comercio justo y de sus criterios. Un nuevo sistema que tome en cuenta la realidad local se traduce también en la reducción de criterios y de exigencias. Para lograr estos objetivos se han iniciado algunos programas locales de investigación y algunas actividades de información y asesoría para productores y artesanos. Así, el comercio justo no se percibe como un sitema rígido donde las normas se imponen desde afuera, sino como un sistema en evolución que puede tomar diferentes formas de acuerdo al contexto. En el ámbito continental ya existen alguna redes, siendo Coopération for Fair Trade in Africa (COFTA) la más representativa y ofreciendo un espacio de convergencia de iniciativas nacionales y regionales.
El comercio justo en la perspectiva Sur-Sur.
El 23 de enero se llevó a cabo el segundo taller de esta serie, Fair trade : South-South perspective, organizado esta vez por la Red Intercontinental para la Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS). La misión de la RIPESS es reforzar el comercio intercontinental y mostrar las diferentes maneras de concebir la economía; promocionar los principios, valores y prácticas de los actores de la conomía social y solidaria; participar en la transformación social y en la promoción de iniciativas económicas que fomenten el verdadero desarrollo local; fomentar la diversidad cultural, la democracia y la participación popular; y dar apoyo técnico a las empresas de economía con fines sociales.
El punto de partida de las discusiones de este taller se basó en la idea que el comercio justo se conoce bien en el Norte, pero que la mayoría de los consumidores del Sur, e incluso los propios productores de estas regiones, desconocen su contenido, su funcionamiento y su alcance. Además, en caso de que se tenga conocimiento acerca del tema, los productos suelen ser inaccesibles para el consumidor promedio debido a su precio. En este contexto, un comercio justo con raíces en el Sur constituye una oportunidad tanto para los productores como para los consumidores locales.
Los objetivos de este panel eran comparar las diferentes iniciativas Sur-Sur y mostrar las iniciativas existentes en otros continentes; permitir el acceso a la información a los consumidores y a los productores; y crear canales de comercialización Sur-Sur. El moderador fue un representante de ENDA, y entre los panelistas se encontraban Fabiola Zerbini, de FACES do Brésil, Pierre Johnson de PSES en France, de Christophe Alliot de FLO y Maleye Diagne de la RIPESS en Senegal
En este taller se hizo énfasis en el hecho que el comercio justo es más que un sistema comercial. Su meta es más amplía que comprar, distribuir y vender, ya que busca mejorar la calidad de vida de los productores y cubrir las expectativas de los consumidores. En una perspectiva más amplia, se pretende modificar el sistema comercial en su conjunto. Sin embargo, para lograrlo se necesita que evolucionen tanto el concepto como las prácticas. Además, puesto que se trata de un proceso social, es importante incluir a todos los actores, locales o externos, de la cadena de valor: productores, comercializadores, consumidores, certificadores, etc.
Desafíos y oportunidades
Los desafíos son aún grandes. Existen problemas de base como la falta de comunicación y de acceso a las tecnologías en muchos países africanos. Los productores suelen tener dificultades para adecuarse a los criterios de calidad exigidos actualmente. Los procesos de certificación tienden a ser más complejos y cada vez más ajenos a su control. Por otro lado, los productores y los comercializadores encuentran a menudo obstáculos internos y barreras políticas que les impiden el acceso a sus propios mercados. En algunos países, el gobierno controla del todo las actividades comerciales, por lo que todos tienen que pasar por la aprobación de las agencias públicas antes de buscar abrirse mercado. En su conjunto, estas barreras imponen obstáculos importantes en el desarrollo de un sistema de comercio justo africano, ya sea nacional o regional.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, Africa podría tener un sistema de comercio justo proprio si logra integrarse en las luchas políticas internas que buscan proteger el mercado local. Para esto se debe fomentar el diálogo y trabajar en la creación de redes. Además, existen algunos mecanismos de comercio intra-regional que si bien no trabajan con productos de comercio justo, podrían servir de canales de comercialización y promoción de este sistema.
Por otro lado, las organizaciones del Sur se refuerzan cada vez más y poco a poco se constituyen en asociaciones nacionales. De esta manera, empiezan incluso a entrar en competencia con las grandes empresas en territorio nacional. Además, algunos países de África están construyendo los fundamentos de un sistema nacional de comercio justo, como es el caso de la plataforma senegalesa de comercio justo.
En otros casos, particularmente en América del Sur, los productores adquieren un mayor valor añadido al avanzar en las etapas de transformación. Además, una vez que el mercado internacional se ha saturado en cuanto a la importación de materias primas, la transformación se vuelve esencial. Actualmente muchos productores se están concentrado en el mercado local y están trabajando en la concepción de empaques que se adecuen a los valores nacionales. Hay que tener en cuenta, no obstante, las diferencias estructurales y los medios financieros con que cuentan los productores en África y en América latina.
Por otro lado, se debe redefinir el comercio justo en términos favorables al entorno local, ya que este sistema se concibió desde una perspectiva Norte-Sur. Asimismo, es necesario considerar algunas cuestiones técnicas, por ejemplo si necesario conservar las mismas normas que en el sistema Norte-Sur o si es necesario crear nuevas normas, si hay que prever nuevos costos para los productores, si el consumidor promedio en África está suficientemente sensibilizado como para abrir la perspectiva de un mercado regional, etc. Otro imperativo es aumentar la capacidad de transformación y readaptar los productos al mercado local.
El ejemplo de Brasil.
El taller "Comercio justo y economía solidaria en Brasil"?, organizado por FACES do Brasil, puso el acento en dos aspectos principales: la creación de una plataforma Brasileña que reagrupa al gobierno, a la sociedad civil y a las ONG, y la convergencia entre el comercio justo y la economía social y solidaria.
En el caso particular de Brasil, el comercio justo se concibió desde sus orígenes como un movimiento convergente con la economía social y solidaria y con los movimientos agrarios y populares. Con respecto a FACES do Brasil, esta plataforma nació con la meta de articular los movimientos sociales ya existentes con el comercio solidario y ético, siendo la creación de un mercado local uno de los objetivos principales. Algunas organizaciones se están coordinando y ya han lanzando el debate sobre la articulación en el ámbito nacional. La legitimidad y la transparencia de FACES do Brasil le han permitido constituirse en un Foro de articulación del comercio ético y solidario (o FACES) en Brasil en 2002[4]. Su originalidad reposa sobre el hecho que no sólo reúne a las ONG y a otros actores de la sociedad civil, sino que también a representantes del gobierno y de las empresas y a prestatarios de servicios. Otro objetivo es la creación de un ambiente favorable para la puesta en marcha de un sistema brasileño de comercio solidario y ético, así como la promoción de la equidad y de la inclusión social.
Los instigadores brasileños de este sistema redactaron una carta de valores, principios y criterios del comercio justo. Esta carta debe servir de guía tanto para el gobierno como para los movimientos sociales y agrarios. Los valores, principios y criterios representan una serie de ideas presentadas a la manera de reglas y normas que buscan convertirse en un marco de referencia a lo largo de la cadena de valor. El resultado deberá ser un sistema nacional basado sobre principios y valores propios.[5] Contrariamente al comercio convencional, este sistema valoriza el proceso de producción, y gira en torno a los seres humanos, a la cultura y al medio ambiente. FACES do Brasil certifica que la puesta en marcha de estos valores, principios y criterios están a la base de una forma de comercialización más ética y solidaria. Esto responde a un esfuerzo de acción colectiva que data del 2005.
Otro documento debe aparecer en abril 2007. Este documento presentará los beneficios a los productores, así como los valores, principios y criterios enunciados en la carta precedente, y finalmente, los sistema de garantía y reconocimiento. Según los preceptos de los actores brasileño, no se trata de vender un producto, sino de crear un sistema comercial solidario y ético. Dicho sistema se basará sobre la auto-declaración, la participación y la certificación.
Según los participantes de este taller, el comercio justo es un regulador del sistema que ofrece un espacio de participación a la sociedad civil, siendo la creación de un sello propio otro elemento importante y que pone en manifiesto la identidad nacional. Brasil tiene además un gran potencial agrícola, por lo que el comercio justo promete convertirse en una política de desarrollo.
En términos generales, la conclusión de estos talleres es que el comercio justo parece tomar un nuevo rumbo, fomentado principalmente por la búsqueda de mercados en el Sur. Esta búsqueda requiere, sin embargo, herramientas innovadoras y mejor adaptadas a la cultura local y a las necesidades de la población. El resultado podría ser una nueva definición del comercio justo y una readaptación de las formas de producción. Normalmente los productores han tenido que adaptarse a los valores y a las exigencias de los consumidores del Norte, que no corresponden forzosamente a los valores o a las posibilidades de producción del Sur. Esta reconversión permitirá también encontrar nuevas salidas para los productos y establecer las bases para une red intercontinental de comercio justo y solidario.
[1]Environnement, Développement, Action
[3] Idem
* Estudiante en Ciencia Política en la Universidad de Quebec en Montreal y miembro de la delegación de la Cátedra de responsabilidad social y de desarrollo sostenible en el Foro Social Mundial 2007, en Nairobi, Kenia.
Datos para citar este artículo:
Revista Vinculando. (2007). A la búsqueda de un comercio justo en el Sur – balance de las actividades sobre comercio justo Sur-Sur en el Foro social mundial. Revista Vinculando, 5(1). https://vinculando.org/comerciojusto/actividades_comercio_justo_sur_sur_foro_social_mundial.html
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