Protesta y propuesta.
Nosotros no queremos dinero regalado; no somos mendigos.
Si se nos pagara un precio justo por nuestros productos,
podríamos vivir de nuestro trabajo, sin más apoyo
y sin más financiamiento.
Este es el razonamiento de un pequeño productor y con el no sólo está criticando el sistema de cooperación al desarrollo vigente, sino que también ofrece una alternativa, es decir, si en verdad se quiere apoyar y financiar el desarrollo de una economía basada en términos justos, sostenibles y ecológicamente razonables, la respuesta es simplemente cómprese y páguese a los pequeños productores precios justos por sus productos.
Y eso es lo que están planteando el Comercio Justo: una crítica al sistema actual excluyente y una alternativa. Protesta, sí, pero con propuesta.
La globalización de la economía es un proceso irreversible. No se trata de estar a favor o en contra, sino de mejorar las circunstancias para la cooperación económica y el comercio internacional.
La crítica.
¿Por qué la crítica a este modelo económico impuesto como única vía?
Sólo un ejemplo que nos parece muy significativo, de los muchos que podríamos mencionar:
La agricultura, es con mucho, el sector del comercio internacional más fuertemente subsidiado y protegido. En el año 2000, los subsidios de los países ricos y sus agricultores ascendieron a 245 mil millones de dólares. Esto representa unas 5 veces el valor del flujo anual de la ayuda.
En países como Haití, México y Jamaica, las importaciones fuertemente subsidiadas de alimentos baratos están destruyendo los mercados locales. Esto quiere decir que algunos de los productores más pobres del mundo están compitiendo con las economías más ricas.
La propuesta.
Ante esta realidad lacerante, también se desarrollan alternativas que se construyen colectivamente desde abajo, desde los pobres, desenmascarando el mito del pensamiento único, echando por tierra la aseveración de que no existe otro camino y demostrando que SI EXISTE OTRA MANERA DE HACER COMERCIO.
También van surgiendo nuevos modelos de solidaridad internacional, uno de ellos, sintetizado en la frase "Comercio en vez de ayuda" ha conseguido gran adhesión.
Entre estas alternativas viables, posibles, se encuentra el Comercio Justo.
Comercio Justo
El Comercio Justo es una relación directa entre los pequeños productores y los consumidores conscientes de la situación del mercado actual en la que establecen una nueva relación en términos de justicia, equidad y solidaridad.
Con la práctica del Comercio Justo, muchas organizaciones de pequeños productores entraron en él, mejorando la calidad, con profesionalismo y con un sentido y una capacidad empresarial diferente.
Las organizaciones de los pequeños productores no quieren sobrevivir mediante la caridad o la compasión, con sus luchas cotidianas quieren conquistar, al lado de otros sectores conscientes de la sociedad, el lugar que se merecen dentro del mercado nacional e internacional
En los últimos 15 años han surgido en el mundo actores sociales autónomos capaces de influir en las decisiones del mercado mundial. Entrando en él, pero con estrategias propias.
Para romper con la cadena de la injusticia, las empresas, cuyos dueños son las mismas organizaciones de productores, operan con otra concepción de hacer comercio, donde la ganancia se reparte equitativamente entre los miembros de la organización, ayudando así a conservar las fuentes de empleo, a mejorar la calidad de vida, el respeto cultural, la ecología sostenible, la organización comunitaria y el aumento de la autoestima y motivación.
Los productores del Sur han logrado éxito con su café y otros productos sostenibles, como el plátano. Además de eso, han tomado iniciativas económicas, particularmente dirigidas al mercado local.
El Comercio Justo demuestra que pueden reformularse las reglas del mercado, es decir, adoptar una relación donde los productores pobres ya no son los pobres mendigantes de siempre, acreedores de limosna y caridad, y donde l@s consumidor@s no asumimos un papel paternalista, sino que ambos, juntos, creamos una doble vía de solidaridad: pago justo por un trabajo digno y de calidad.
En el Comercio Justo, los productores y consumidores hacen un convenio con reglas claras sobre los costos reales de producción basada en una sobrevivencia digna de los productores, del cuidado del medio ambiente y la salud del productor y del consumidor, así como el precio que debe pagar el consumidor y eliminando el intermediarismo.
La concepción indígena de la Agricultura Orgánica
En la cultura indígena se habla de la Madre Tierra y por lo tanto, merece que se le trate bien. Al practicarse en el Comercio Justo la agricultura orgánica, no se trata sólo de conservar el ambiente sino de enriquecerlo y mejorarlo. No se trata sólo de ganar más sino de vincular el mundo del trabajo con la ética.
Para nosotros los campesinos indígenas la Tierra no nos pertenece,
somos nosotros los que le pertenecemos a ella.
La tierra es nuestra madre, pues de sus entrañas nace y crece
el fruto que nos da vida. A nosotros corresponde cuidarla, cultivarla y
defenderla, pues, es la única herencia que tenemos para nuestros hijos.
A estos productores no es sólo el mercado lo que les importa, quieren ríos limpios, que vuelvan los pájaros, que la tierra sea limpia. El punto de partida es cooperar con la naturaleza. No es el argumento económico el que predomina, lo que quieren es que nuestros hijos y nuestros nietos hereden una tierra más bella. Es su único patrimonio.
Antes una hectárea solía dar como cinco sacos de café. Ahora que cultivan orgánicamente, el rendimiento por hectárea asciende a veces a doce sacos.
Así los productos no sólo tienen una plusvalía social, sino también ecológica. Los productos, además de ser sabrosos, son productos elaborados con responsabilidad.
El precio
La estrategia y la práctica diaria de Comercio Justo parte del marco de eficiencia económica imperante, pero incorpora la justicia social y el medio ambiente como factores internos de la producción y mercadeo de productos.
Los costos sociales y medioambientales de la producción deben expresarse en el precio de costo del producto. Esto sólo será posible si el mercado opera dentro de un campo de fuerzas, donde las organizaciones sociales puedan contribuir a que los precios de mercado tengan un resultado deseable desde una perspectiva social.
El comercio justo es una práctica comercial basada en eficiencia económica, sostenibilidad social y sostenibilidad ecológica. El precio integral es el instrumento que se requiere para la realización de estas normas.
Balance a los 16 años del Primer Sello de Garantía de Comercio Justo Max Havelaar
El término Comercio Justo cobró notoriedad a finales de los años ochenta. Impulsado por una organización indígena de cafeticultores oaxaqueños y sumando esfuerzos con grupos y empresas solidarios, crearon en Holanda el primer sello de garantía de Comercio Justo, llamado Max Havelaar, tomando en cuenta la experiencia de la Organización de los Mercados Alternativos.
Actualmente existen 17 sellos en igual número de países en el mundo agrupados en la organización Sellos de Comercio Justo Internacional y se aplican a productos como café, miel, té, cacao, azúcar, jugo de naranja, plátanos y ropa, contribuyendo así a su propia forma de construir la globalización desde abajo.
Con ello, constatamos que dicho modelo ya ha conquistado su lugar en el mercado. Después de todo, hace algún tiempo, el comercio justo viene compitiendo con el mercado internacional.
El primer boceto del concepto Max Havelaar tal y como fue planteado hace ya 16 años, se ha desarrollado hasta convertirse en todo un movimiento.
- Actualmente, 253 grupos de productores en Asia, América Latina, áfrica y trece países europeos, están involucrados.
- El Comercio Justo beneficia a más de 800 mil familias de pequeños productores en el Hemisferio Sur, es decir, a más de 5 millones de personas en 45 países.
- Los pequeños productores del mundo han conquistado un mercado de importancia que mundialmente alcanzó en el año 2000 unos 850 millones de dólares. Son constructores y parte de ese mercado .
- Desafortunadamente no en todos los países se puede vender buena parte de la producción en condiciones justas. Por ejemplo, los campesinos cafetaleros registrados de Tanzania no logran vender más del 6 por ciento de su capacidad de producción en condiciones justas. Esto también va por los cultivadores de cacao en Ghana, quienes sólo pueden vender una parte limitada de su cosecha al precio integral.
- Por lo que se refiere a América Central, el Comercio Justo abarca entre el 15 y 20 por ciento del volumen de exportación disponible.
Desafortunadamente no en todos los países se puede vender buena parte de la producción en condiciones justas. Por ejemplo, los campesinos cafetaleros registrados de Tanzania no logran vender más del 6 por ciento de su capacidad de producción en condiciones justas.. Esto también va por los cultivadores de cacao en Ghana, quienes sólo pueden vender una parte limitada de su cosecha al precio integral.
Lo que ganan muchos productores con los precios de comercio justo sigue siendo bajo para muchos de ellos; no les permite vivir una existencia digna y realizar las inversiones necesarias en cuanto a protección ambiental.
Si bien es cierto que ya se ha logrado bastante, también hay que reconocer que el volumen de ventas del comercio justo sigue siendo tan bajo que aún no es capaz de incidir de manera significativa en la economía mundial. Como productores están listos para aumentar sus suministros, pero por lo visto las posibilidades de venta en los países consumidores son limitadas.
Pero también, los cultivadores de plátanos pueden vender entre 60 y 70 por ciento de su volumen de producción en condiciones de comercio justo, una cuota de mercado que excede con creces la del café. Mientras que el gigante del café holandés Douwe Egberts aún puede permitirse el lujo de ignorar la iniciativa Max Havelaar, la amenaza que representa el plátano Oké para las cuotas del mercado de Chiquita y Dole es tan grande que las dos multinacionales no tuvieron más remedio que producir plátanos biológicos, modificando poco a poco las circunstancias de producción del cultivo regular.
Esta resonancia de las iniciativas del comercio justo en las estructuras económicas dominantes es trascendental. Desde una perspectiva social es justamente lo que se aspira, incitar a la industria y el comercio regulares a seguir el ejemplo.
El Sistema Mexicano de Comercio Justo
México como primer país productor de café orgánico en el mundo no puede permanecer aislado de esta dinámica de la economía mundial en la que las organizaciones sociales de pequeños productores luchan por el bienestar de sus familias buscando un mercado para sus productos bajo condiciones más favorables que les ofrece el mercado convencional.
Y con un doble propósito: como una cuestión de dignidad y de sobrevivencia en el campo.
Es una alianza estratégica entre organizaciones de pequeños productores y organismos civiles, en la construcción de relaciones y sistemas comerciales más justas dentro y fuera del país. Es una propuesta integral que consta de tres organismos que comparten una relación estratégica, pero que son autónomos entre sí:
a. La asociación civil Comercio Justo México, tiene como objetivo promover relaciones de comercialización que hagan justicia a la dignidad de los pequeños productores, a sus organizaciones y comunidades. Tiene a su cargo la promoción del comercio justo y la elaboración de las normas.
b. Certimex tiene a su cargo la inspección y la certificación. El sello diferencia los productos de Comercio Justo en el mercado y da confianza a las y los consumidores en que los artículos que lo portan cumplen con los criterios de Comercio
Justo.
Para que los productos sean certificados, las organizaciones de l@s pequeñ@s productor@s son inspeccionadas periódicamente.
El sello mexicano se diferencia de los 17 existentes en el mundo por las siguientes características:
- es el primero que surge en un país de productores;
- está dirigido exclusivamente a los pequeños productores;
- está destinado al mercado interno.
c. Las multinacionales lo dominan todo, por haber integrado toda la cadena comercial de producción, procesamiento, transporte y venta. Es por ello, que para hacer frente al competido mercado de consumo masivo, un grupo de organizaciones campesinas e indígenas de pequeñ@s productor@s creó una comercializadora común, bajo los principios de Comercio Justo, llamada Agromercados, cuyos dueños son las propias organizaciones de los pequeños productores.
Se trata de un instrumento comercial que permite a los pequeños productores posicionarse del mercado de manera colectiva, logrando así un alto nivel de competitividad y eficacia.
Actualmente está incursionando en el mercado con marcas colectivas para el café, la introducción de café en centros comerciales e inicia una campaña, junto a los otros organismos de Comercio Justo, para promover el consumo consciente del café orgánico y de Comercio Justo en nuestro país.
Rostros y Voces en el mercado.
El comercio justo aprovecha la libertad de elección del consumidor para adelantarse a la integración del componente social y ecológico en la política económica mundial. El consumidor ya puede elegir productos cuyos precios expresan la verdad acerca del precio de costo real.
Como ciudadanos generamos conciencia de nuestra fuerza como consumidores en el sentido de que no elegimos solamente cada tres o seis años a nuestr@s gobernant@s , sino que todos los días elegimos qué y dónde consumir, a quién beneficiamos con nuestro dinero.
Los invitamos para que a partir del día de hoy, nos hagámonos activistas del Comercio Justo ¿Cómo? Muy sencillo: escogiendo productos con certificación ecológica y de Comercio Justo.
Mercado Interno
Ahora hay que conquistar el mercado interno. En México se están produciendo productos de mucha calidad, como el café, y queremos que estos productos se queden entre nosotros. Pero esto no lo podemos hacer solos. Necesitamos entre todos, pequeños productores, iniciativa privada, iglesias, gobierno, sindicatos, organismos civiles y consumidores, apoyar y ampliar el mercado interno tanto para el productor como para el consumidor y establecer relaciones de intercambio en la que todos y todas ganemos, no sólo unos cuantos, todos y todas.
Tenemos que buscar la cooperación con empresas nacionales que estén interesadas en invertir en la economía local. Es de suma importancia que se llegue a desarrollar un mercado de consumo local. Por eso hemos realizado una marca colectiva de café para el comercio justo y estamos trabajando para mejorar la cooperación con la industria y el comercio nacionales, así como con los gobiernos locales.
Conclusión.
El Comercio Justo debe buscar deliberadamente la confrontación con el mercado dominante. Nuestro objetivo de una producción sostenible no se limita a una pequeña parte del mercado. Aspiramos a que las empresas trasnacionales vayan produciendo poco a poco de una manera sostenible.
Esta resonancia de las iniciativas del comercio justo en las estructuras económicas dominantes es trascendental. Desde una perspectiva social es justamente lo que se aspira, incitar a la industria y el comercio regulares a seguir el ejemplo.
La solución para todos los males no existe, sin embargo, en áreas parciales podemos tener éxitos concretos. La suma de todos estos resultados positivos sí puede causar efecto en la economía mundial.
El Comercio Justo es sólo uno de los instrumentos de una extensa gama de posibilidades para hacer de la sostenibilidad social y ecológica un asunto de trascendencia. Gracias a todas estas contribuciones, uno de los temas de discusión más importantes en la actualidad es hacer negocios con responsabilidad social.
El Comercio Justo no es limosna ni caridad, es un pago justo por un trabajo digno y de calidad y la solidaridad se entiende como el apoyo a procesos sociales organizativos que producen con responsabilidad ecológica y social.
De la conjunción de la pobreza, de la lucha por elevar el nivel de vida, de la producción campesina, de la persistencia de la agricultura tradicional, del surgimiento de mercados alternativos basados en la solidaridad y la conciencia ambiental se ha producido un nuevo fenómeno: el que une la producción sostenible a los nuevos mercados. En él se encuentran contenidos no sólo prácticas alternativas novedosas sino elementos de una nueva utopía.
Se trata de un proceso con raíces históricas pero básicamente novedoso que involucra a productores y consumidores, a Estados y mercados.
Como mundo globalizado, nadamos o nos hundimos juntos. Podemos permitir que la globalización siga trabajando para unos pocos en lugar de hacerlo para todos y todas. O podemos forjar un nuevo modelo de globalización incluyente, sobre la base de valores compartidos y principios de justicia social. La elección es nuestra y el momento de elegir es ahora.
Finalizaremos repitiendo el mismo razonamiento con el que iniciamos:
Nosotros no queremos dinero regalado; no somos mendigos. Si se nos pagara un precio justo por nuestros productos, podríamos vivir de nuestro trabajo, sin más apoyo y sin más financiamiento.
*NOTA: Mario Monroy es autor del presente Resumen del libro titulado La aventura del comercio justo. Una alternativa de globalización, por los fundadores de Max Havelaar, escrito por Frans VanderHoff y Nico Roozen; El Atajo ediciones; México, 2002; 231 pp., es encargado de Relaciones Interinstitucionales de Agromercados
Datos para citar este artículo:
Mario Bladimir Monroy Gómez. (2003). La aventura del comercio justo. Revista Vinculando. https://vinculando.org/comerciojusto/aventuracj.html
Ricardo Orta dice
Hola:
Consideré muy interesante su página. Somos productores pequeños de jarabe de agave en Guadalajara. Es un producto elaborado en forma natural, sin quimicos ni aditivos. No podemos decir que es un producto organico porque no tenemos control sobre los agaves de nuestros proveedores y en mi personal opinión, no creo que haya agaves orgánicos certificados en el país ( por su tiempo de maduración que es de 8 años y a que la cultura organica no ha llegado al sector agavero).
Hemos iniciado la distribución de nuestro producto pero queremos utilizar estrategias alternas a los sistemas comerciales a través de la búsqueda de distribuidores directos en diversas partes del país . Hemos iniciado ya operaciones en Colima, Villahermosa ( tab) , Zamora , mich y Pátzcuaro. No queremos grandes volumenes por plaza sino acercar el producto al consumidor final sin intermediarios para que el precio sea accesible y exista un margen de utilidad interesante para el propio distribuidor.
Dentro del concepto de comercio justo que ustedes promueven..¿ tiene cabida nuestro producto?¡ existe alguna base de datos de personas que puedan ser invitadas a este proyecto? gracias de antemano por su atención.
Ricardo Orta