La Ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber y el vivir bien. La ética identifica, estudia y define qué es lo moral, partiendo de una distinción previamente establecida entre lo que es bueno o malo, y cómo se justifican racionalmente los sistemas morales a partir los hechos de los que el hombre, en su interactuar libre y consciente con otros hombres y con el medio que le rodea, es protagonista.
Partiendo de lo anteriormente expuesto se me ocurren algunos problemas éticos que les toca enfrentar a las Organizaciones empresariales en la actualidad.
Cualquier empresa que pretenda alcanzar una ventaja comparativa para con sus competidores debe basarse en una serie de competencias centrales, de las cuales sobresale el desarrollo de su capital humano. Pero este desarrollo no debería medirse desde lo estrictamente intelectual. La empresa actual necesita basarse en los valores personales y ética de sus miembros para formar una cultura corporativa que se convierta en una ventaja central.
En el presente la mayoría de las empresas están conscientes de ello y han incluido regulaciones y definiciones de carácter ético en sus Códigos de Conducta. Sin embargo, la mera existencia de tales códigos de conducta es insuficiente y superficial. Su propia esencia marca sus limitaciones; pues se trata de un reglamento teórico a ser memorizado mientras que la conducta ética es resultado de la esencia del Ser individual. He aquí uno de los problemas éticos que, en mi opinión, afectan a muchas organizaciones, dada su incidencia en directivos y colaboradores: Doble Moral; Simulación ante Convicción.
Por otro lado, las empresas estiman, controlan y evalúan conscientemente los beneficios económicos de cada uno de sus actos. Toda acción que conduzca directa o indirectamente a la consecución de estos objetivos estratégicos es bien recibida. La empresa de hoy no debería contentarse con eso. Se debería estimar, controlar y evaluar conscientemente el contenido, la forma y las consecuencias (buenas o malas) que cada acción traería también desde un punto de vista ético. El fin no justifica los medios. Así pues el deseo de ganar posición en el mercado, de maximizar las ganancias o de ganar a un determinado competidor, sea cual sea el valor o profundidad de los beneficios que ello acarree, no debería justificar la competencia desleal, el fraude publicitario, el pago de comisiones ocultas y demás tácticas que en nombre del éxito generalmente se utilizan. Toda empresa quiere lograr sus objetivos, pero hipotecar el prestigio y los valores morales que representan y que los demás perciben de ella no debería ser un coste a pagar. Competencia no es solo ser competitivo, sino ser competente.
Por último, la persecución de un objetivo, aun cuando su consecución sea positiva desde un punto de vista ético, debería controlarse o abandonarse si se previera que podría traer consigo consecuencias desproporcionadamente negativas a largo plazo. Así tenemos por ejemplo la investigación científica y el eterno dilema ético sobre las posibles aplicaciones positivas o negativas de sus potenciales resultados. El uso desmedido de recursos naturales no renovables en busca de maximizar beneficios a corto plazo empeñando con ello el futuro mismo de la especie humana es otro de los dilemas Éticos que afectan a muchas industrias.
Datos para citar este artículo:
Revista Vinculando. (2011). Tres dilemas éticos de la empresa actual. Revista Vinculando, 9(1). https://vinculando.org/empresas/tres_dilemas_eticos_de_la_empresa_actual.html
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