"Lo que tiene precio, poco valor tiene"
Friedrich Nietzsche
La conversación cotidiana está plagada de tópicos de índole diversa, siendo el dinero uno de los más comunes y preferidos por los hablantes. Y es que el asunto del dinero es abordado desde diferentes perspectivas, destacándose aquellas que lo abordan desde el punto de vista de su escasez, así como del papel que desempeña en la consolidación del poder y el prestigio social.
La escasez de recursos económicos constituye un problema de dimensiones inimaginables para la mayor parte de los habitantes de los países del llamado Tercer Mundo, obligando a las familias a emigrar en busca de mejores condiciones de vida, pues, en caso de permanecer en su país de origen, su futuro solo le augura desesperanza, muerte y resignación.
Los individuos que conforman las grandes élites, alrededor del mundo, conciben el dinero como un medio a través del cual pueden conseguir aquello que tanto desean, en el momento que se les apetezca, adjudicándole un precio a todo cuanto existe, incluso a los sentimientos.
Sin embargo, nada más alejado de la realidad, pues no hay cuota que alcance para comprar lo sublime… no hay billete suficiente para comprar valores tan esenciales como el respeto, la honestidad y el amor.
La desigualdad social es un cáncer que está carcomiendo las sociedades, aniquilando las oportunidades de aquellos que nada poseen y aumentando la fortuna de unos cuantos que, la mayoría de las veces, ni siquiera la obtuvieron de la manera más lícita.
Las sociedades empezarán a experimentar un verdadero desarrollo cuando los gobernantes propicien el acceso de todos los ciudadanos a una educación de calidad, que los capacite para convertirse en candidatos aptos para ocupar puestos significativos en las instituciones, aportando sus conocimientos y habilidades en el continuo proceso transformacional de sus países, así como mejorando la calidad de vida de sus familias y participando activamente en la vida política y social de la patria que le vio nacer.
La época actual es un coctel en el que convergen ideologías vacías y carentes de significado. El mundo parece regirse por la frase "tanto tienes, tanto vales", ignorando que el valor del ser humano radica, precisamente, en su condición de HUMANO; no hay fortuna capaz de hacer a un rico superior a un pobre, porque la verdadera riqueza proviene de la pureza del alma, de los valores éticos y de las convicciones y creencias que caracterizan nuestro diario vivir.
Ya lo dice la famosa frase: ¡Qué pobre es aquel que solo tiene dinero!
Datos para citar este artículo:
Jade Díaz Pimentel. (2012). Mi amigo don dinero. Revista Vinculando, 10(1). https://vinculando.org/microblogging/mi-amigo-don-dinero.html
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