Introducción
La búsqueda de un equilibrio ecológico entre los recursos naturales que nos ofrece el planeta y los consumos humanos para ofrecer las satisfacciones de sus necesidades, es la manera de garantizar que las generaciones venideras puedan también satisfacer sus propias necesidades.
¿Cómo concientizar a la gente que en un mundo de recursos limitados, no se pueden satisfacer necesidades ilimitadas? ¿Cómo convencer y neutralizar poderosos intereses que se resisten a perder su hegemonía de un capitalismo desencadenado a un desarrollo sostenible? ¿Cómo llevar al 50% de la población mundial sumergida hoy en una pobreza absoluta, a un nivel de vida digno, a una educación de calidad, una salud y bienestar básicos? Y por último ¿cómo evitar los daños a los ecosistemas, las contaminaciones y emisión de gases nocivos, sin dañar la cadena de consumos existentes?
Solo el equilibrio entre todos los factores, podrán garantizar a largo plazo la existencia de las especies y entre ellas la especie humana.
Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS: agenda para 2030
El ser humano a lo largo de su historia desde los días más remotos de su existencia, ha tomado siempre de la naturaleza todo lo necesario para satisfacer sus necesidades primarias de alimentación, vivienda y vestido. Así aseguró su existencia y la de las generaciones que vinieron posteriormente de él.
Todo el tiempo que esas necesidades no requerían de un uso excesivo de las riquezas naturales, un uso que no sobrepasara el auto restablecimiento natural de la flora y la fauna terrestre, desde la misma aparición del Homo Sapiens hace ya más de 200.000 años, todo transcurrió en forma armoniosa, hasta la Revolución Industrial hace poco más de 200 años.
A partir de esa época fue donde se marcó la mayor transformación económica, social y tecnológica de la humanidad de todos los tiempos, las circunstancias cambiaron y la historia toma nuevos rumbos.
Fue a partir de la Revolución Industrial que la riqueza de ciertos países progresa enormemente y el Producto Interno Bruto per cápita comienza a escalar cumbres desconocidas hasta entonces.
Este proceso de abrupto progreso acompañado por el triunfo del capitalismo, dio lugar a un elevado nivel de bien estar y a un acelerado aumento de la población mundial, trayendo consigo, como lógica consecuencia, un aumento intransigente del consumo de los recursos hasta el punto de superar la misma capacidad de recuperación natural del planeta.
Esta Revolución Industrial que comienza a fines de siglo XVIII en Inglaterra y se expande en pocas décadas por la mayoría de los países de Europa y Norte América, provoca en poco tiempo una eficacia y eficiencia en la producción que permite la elaboración de productos en forma masiva y menos costosa.
De esta manera la oferta aumenta y a pesar que también el consumo (la demanda) es mayor, los precios bajan. Comienza entonces, un proceso que es inherente al capitalismo: por un lado, se incrementan las ganancias de los dueños/empresarios, y por el otro, disminuyen los salarios de los trabajadores, lo que Karl Marx definió como plusvalía.
A medida que transcurre el tiempo se acentúa la división ente ricos (dueños del capital financiero) y pobres (dueños en el mejor de los casos del Capital humano), entre países humildes y países desarrollados. Incluso me atrevo a decir algo más terminante, si la industrialización no sabe de ninguna meta, punto de culminación o tope, esto significa, que las clases pobres de hoy o los países subdesarrollados actualmente, por más que se adhieran al proceso siempre quedaran rezagados en relación a los ricos que siguen avanzando y acumulando riquezas, salvo algunas excepciones que se dieron en las últimas décadas como el ejemplo de Corea del Sur que supieron ubicarse y especializarse en un sector específico y afrontar inteligentemente el proceso de la globalización.
El imparable progreso humano ha llegado hace tiempo al punto de consumir a un grado superior de la capacidad de recuperación del planeta y violar el equilibrio natural existente hasta entonces.
Según el último informe del año 2017 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF World Wide Fund of Nature) para abastecer las actuales necesidades mundiales, necesitaríamos de 1,6 planetas como el nuestro para suministrar los recursos naturales y seguir manteniendo el mismo estilo de vida actual.
El pronóstico no es más optimista, diferentes organismos han calculado el aumento de la población para el año 2050, (dentro de sólo 30 años), coincidiendo aproximadamente en que la población mundial será de 9 mil millones de habitantes y la cifra de recursos a consumir subirá a 2,5 planetas.
Esto es en forma aproximada y esquemática que muestra un promedio de todos los países del mundo, pues se sabe que las economías desarrolladas de occidente consumen recursos equivalentes a 10 veces más que los países subdesarrollados de África.
La realidad se presenta bastante pesimista y podría llevar a conclusiones erróneas. No se trata de consumir menos, bajar el nivel de vida, restringir la natalidad o poner en práctica la teoría de Malthus. No, nada de eso.
La solución pasa por llevar a cabo una economía sostenible, tal cual se definió por primera vez en 1987 en la Comisión de Brundtland, comisión que lleva el nombre de la primera ministra de Noruega por haber encabezado dicho organismo que elaboró un informe para la ONU. Allí se estableció en forma clara y concisa que economía sostenible es:
Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro para atender sus propias necesidades.
Pero, ¿Cómo se logra esto?
Es evidente que, a pesar de todo, algo no funciona como debería de funcionar. Si hay especies animales que desaparecen y vegetales que se extinguen, si el agujero en la capa de ozono se agranda y el clima cambia, si los polos retroceden y los bosques también, si millones de seres mueren anualmente por epidemias y hambrunas, si el 1% de la población mundial controla la misma riqueza equivalente al 99% restante, un planeta así pone en peligro una convivencia pacífica y estable, es un planeta propenso a crisis económicas e injusticias.
Si los gobiernos e instituciones no se ponen de acuerdo para detener en forma urgente el deterioro causado, y luego tratar de reparar los daños que hemos ocasionados, no podremos legar a nuestros hijos y nietos el mismo mundo que nosotros poseemos hoy en día.
Para que esto sea factible, la ONU ha desarrollado un numero de aspiraciones concretas, universales y aplicables a todos los países. Estos objetivos que respetan las prioridades nacionales y que no hacen diferencias de regímenes políticos, deben ser aplicados hasta el año 2030.
Los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU son:
Figura # 1: Objetivos de Desarrollo Sostenido (ODS) según la ONU.
El desarrollo sostenible y la pobreza
Es uno de los temas primordiales y urgentes a tratar, pues la pobreza mundial influye en gran parte de los objetivos del desarrollo sostenible. Pero primero veamos que entendemos bajo este concepto.
Se define pobreza absoluta a personas que sobreviven con menos de un dólar diarios (traducidos a la moneda local y a precios del país donde radican). Son poblaciones enteras, casi el 15% de la población mundial, aproximadamente 1,000 millones de personas del planeta que no tienen electricidad, ni agua potable, tampoco institutos sanitarios ni escuelas, carecen de lugares de trabajo y a pesar que todos son muy pobres y sufren del mismo índice de mortalidad, las mismas enfermedades y epidemias, hay una gran desigualdad, discriminación y violencias hacia mujeres y niñas.
Si se toma un umbral de renta de dos dólares diarios, entonces, llegamos a casi la mitad de la población mundial unos 3,000 millones de personas que se encuentran por debajo de este umbral de renta o consumo que en estos niveles de vida no existe prácticamente diferencia entre los dos, pues, todo ingreso que se logra conseguir es utilizado únicamente para satisfacer las necesidades primordiales sin dejar ni un céntimo para el ahorro y consumo futuro.
¿Es concebible que las ocho personas más ricas del mundo tengan una riqueza equivalente a casi la mitad de la población mundial?
Hasta ahora hablamos de la pobreza absoluta que es una medida unánime, es decir para todos los países igual sin tomar en cuenta su cultura, tecnología o región geográfica.
Para tener un punto de referencia y comparación, veamos los países que componen la OECD donde habitan 1,300 millones de individuos, allí no existe incidencia de pobreza absoluta. Ello no significa que no haya pobreza relativa o desigualdad. La pobreza relativa es una medida de falta de recursos de ciertas clases en relación al resto de la sociedad donde cada uno vive.
Es una medida relativa comparando los ingresos de los estratos sociales bajos en relación a otros más altos, o en relación a la canasta familiar o al sueldo medio en cada sociedad. En cuanto a la desigualdad, es un concepto diferente que puede estar relacionado con la pobreza, pero tiene correlación positiva con la distribución de la riqueza.
Así, podemos decir que el salario del decil superior de una sociedad es veinte veces mayor que del decil inferior, es decir que la diferencia entre los dos niveles de ingreso expresa la desigualdad existente en un determinado país.
Por lo general se compara a los países de acuerdo a su riqueza. La riqueza anual esta dada por el Producto Interno Bruto (PIB) anual que es la suma de los valores de bienes y servicios producidos en un país, el Producto Interno Bruto per cápita es la sumatoria de los bienes y servicios divididos por el número de habitantes del país.
Por ejemplo, según la lista de la ONU para el año 2014, Qatar se encuentra dentro de los países mas ricos del mundo con una riqueza per cápita que supera los 106 mil dólares anuales, EUA se encuentra diez lugares por debajo de Qatar con la mitad de riqueza anual per cápita. ¿Qué significado tiene este ranking? Qatar es un país rico en petróleo que está dominado por unos pocos y tiene una población relativamente pequeña, esto lo coloca en un lugar privilegiado en la tabla de la ONU.
Con esto quiero decir que el PIB nos proporciona una indicación muy incompleta de la distribución de la riqueza, en realidad no podemos recoger el modo en que esta se distribuye entre la población. Por lo tanto, no podemos deducir el índice de pobreza, ni la desigualdad existente entre las diferentes capas sociales.
Es más, el PIB no sólo que no nos aporta información acerca del impacto social o el estado ambiental, sino, que puede llegar a confundir ya que por un lado no incluye los daños causados al medio ambiente, pero por el otro, por ejemplo, en la catástrofe causada por el derrame de petróleo en el Golfo de México en el año 2010, las pérdidas y los desastres ambientales producidos no figuran en las cifras del PIB, pero por el contrario, las actividades realizadas para revertir los daños si se incluyen.
Para tener una imagen de como esta distribuida la riqueza social debemos recurrir al coeficiente GINI que nos indica hasta qué punto la distribución de ingresos se aleja de una repartición equitativa. Este coeficiente varía entre cero y uno, donde cero es la igualdad absoluta (todos reciben lo mismo) y uno es la desigualdad total (donde uno solo recibe todo).
Como ejemplo podemos mencionar por un lado a Noruega con un coeficiente de 0.26 que representa el país con mayor igualdad (el más cercano a cero) y por el otro, Namibia con un coeficiente de 0.7 (más cercano a uno) donde el 15% de la población recibe el 90% de los ingresos.
Pero el coeficiente GINI que fue establecido en el año 1912 por el sociólogo italiano Conrado Gini, no nos muestra donde la desigualdad en la sociedad es mas pronunciada. Sabemos que un país con coeficiente 0.3 tiene una distribución de la riqueza mas igualitaria que uno con coeficiente 0.5, pero, ¿en qué segmento de la sociedad la desigualdad es más pronunciada?
El economista chileno Palma en su investigación de la desigualdad llegó a la conclusión que esta nunca se da en la clase media de la población que es la que se lleva alrededor del 50% del ingreso.
Entonces, si los deciles 5 a 9 se reparten la mitad de la torta en casi todos los países, sean ricos o pobres, dictaduras o democracias, con recursos naturales o sin ellos, esto quiere decir que queda la otra mitad para repartir entre el decil más rico y el 40% más pobre.
De esta manera Palma llegó a demostrar que, por ejemplo, América Latina es más desigual que los países Nórdicos al llevarse el 10% más rico una doble porción de la torta en comparación a la región nórdica. La clase media-alta en ambos casos se llevan algo cercano a la mitad.
Mientras la distribución de la riqueza siga siendo tan desigual y el crecimiento de un país siga fluyendo principalmente hacia las clases ricas, la disminución de la pobreza se hace difícil de superar.
A pesar de ello, por un lado, en África y en Asia Oriental se redujo la tasa de pobreza desde principios del mileño a nuestros días, todavía hay mucho por hacer y creo difícil llegar al año 2030 con el arraigo total de la pobreza absoluta.
Pero por el otro en América Latinas, según el informe de la Comisión para América Latina y el Caribe la pobreza ha aumentado en los últimos años, principalmente entre niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y la población que reside en las áreas rurales.
Vemos en la figura número 2 a EUA (línea naranja) en relación a Nicaragua con uno de los índices de mayor desigualdad del continente americano, donde el 50% de la población recibe un 25% de las riquezas. Esto significa que el 50% restante de los habitantes en Nicaragua reciben el 75% de los ingresos.
Figura #2: Comparación de los porcentajes de riqueza en EUA y en Nicaragua, repartidos en los distintos estratos de la población y en relación con el coeficiente GINI. Datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) 2003.
Algunos aspectos adicionales para destacar desde el punto de vista de la pobreza son:
- Los individuos pobres no tienen las mismas oportunidades que los ricos ya que no pudieron permitirse niveles de educación para progresar.
- Los pobres no pueden acceder fácilmente a créditos para iniciar una actividad productiva, en algunos casos los mercados financieros podrían otorgar algún préstamo, pero a costes mas elevados que a otros con ingresos más elevados.
- Al no existir un nivel de ingresos que exprese el esfuerzo, la iniciativa y la dedicación al trabajo, esto acarrea como consecuencia una falta de incentivos que repercute en la producción.
Estos puntos no explican como se origina la desigualdad, pero vienen a destacar lo que se llama “la trampa de la pobreza” y recalcar que esta pueda persistir durante mucho tiempo, haciéndose difícil romper ese círculo para salir de la pobreza.
La trampa de la pobreza
Figura #3: Elaboración propia
Existe una relación empírica evidente entre crecimiento económico y una clara reducción de la pobreza. Parece trivial explicar esta relación, pues es evidente que un incremento en el nivel de vida de las clases mas pobres de la sociedad, provocarán un aumento en los niveles de educación, salud y mejores empleos que a su vez traerán un consumo mayor y por ende un crecimiento económico.
En los países donde existe una clase de interesados próxima a las esferas gubernamentales, estos se apropian de la renta generada por el crecimiento económico, por lo tanto, la reducción de la pobreza será mínima.
Hay una correlación entre el grado de desigualdad y la cercanía de esta clase dominante sobre el gobierno y sus instituciones. Como consecuencia puede afirmarse que el crecimiento económico producirá una reducción de la pobreza, siempre y cuando se neutralice a la clase dominante y la distribución sea suficientemente equitativa.
Quizás este sea el momento y el lugar para aclarar la diferencia existente entre crecimiento y desarrollo. Dos términos diferentes que suelen utilizarse indistintamente.
Se define como crecimiento económico al cambio cuantitativo de las variantes en la economía de un país, siendo el PIB el indicador que mide todos los valores de los bienes y servicios de dicho país. Se dice que hay crecimiento económico si los valores del corriente año son mayores al del año anterior.
En cuanto al desarrollo económico, es una medida cualitativa que indica el mejoramiento de las clases sociales. El método para medir el desarrollo es el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Toda sociedad necesita para progresar que se cubran las necesidades básicas de alimentación, educación, salud, vivienda digna y condiciones ambientales sostenibles. Es por esta razón que cuando hablamos de economías sostenible, hablamos de desarrollo.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano, reconoce que el simple aumento de los ingresos nacionales no puede explicar el desarrollo de las sociedades. Por esta razón se agregan dos parámetros que miden diferentes aspectos del nivel social: la esperanza de vida al nacer y la tasa de alfabetización de adultos. Este índice varía entre 0 y1 donde el valor cero supone un bajo nivel de desarrollo y la cercanía al valor 1 indicaría una alta señal de desarrollo humano.
Los dos conceptos están estrechamente ligados. El crecimiento económico es una condición necesaria pero no exclusiva para marcar un desarrollo económico. Es decir, si el crecimiento económico obtenido se distribuye entre toda la población de manera que mejore la calidad de vida en todos sus niveles, entonces se puede señalar un progreso en el desarrollo económico.
Volviendo a la columna vertebral de la sustentabilidad. ¿Por qué el tema de la pobreza es tan importante en los objetivos del desarrollo sostenible? Porque la gente pobre contribuye a la degradación ambiental.
La urgencia de enfrentar las necesidades cotidianas de sobrevivencia hace que vean a corto plazo como satisfacer sus necesidades a expensas de las actividades que darán sus frutos en el futuro y a los que no pueden reparar en la actualidad, como por ejemplo conservación de aguas subterráneas limpias o reforestación.
Esta situación de pobreza endémica produce una inestabilidad y propensión a sufrir crisis humanitarias, económicas y ecológicas, por eso, sin duda satisfacer las necesidades básicas ofreciéndoles la oportunidad de una mejor calidad de vida, son requisitos primordiales para un desarrollo sostenible.
Sin lugar a dudas, si se logra superar la pobreza extrema, junto con ella se reducirán muchos de los problemas que derivan de la falta de recursos como la alimentación y nutrición, asistencia sanitaria, vivienda, educación, empleo, acceso a agua potable, etc. Todas áreas que componen varios de los objetivos de la ONU para salvar el planeta.
Límites
El desarrollo sostenible tiene ciertos límites que no serán fácil de afrontar:
Ningún recurso renovable no deberá explotarse de tal manera que supere el límite de su regeneración.
Ningún recurso no renovable no deberá ser extraído más de lo necesario.
Los factores de contaminación no deberán emitirse a un nivel mayor al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
Las ciencias y la tecnología deberán encontrar nuevos métodos para aumentar la producción de bienes dentro del marco de un desarrollo sostenible.
Los gobiernos deberán asignar presupuestos especiales para la recuperación de los daños ocasionados que aun se pueden reparar, para la alfabetización y salud publica decente, como así también legislar leyes, decretos y prohibiciones para evitar la contaminación ambiental.
Las empresas privadas deberán adherirse a este proceso, ellas son protagonistas principales en esta obra. La transición de un capitalismo en crecimiento a un desarrollo sostenible, significa para ellas una pérdida de ganancias y poder.
Sin lugar a dudas la educación y concientización de la gente es un proceso largo, que supone llevara mucho tiempo.
El desarrollo implica romper con tradiciones asimiladas durante décadas que están muy arraigadas en la población.
A pesar de los límites, barreras y obstáculos que se presentan, este proyecto es no solo necesario y urgente, sino que es también equitativo y justo, propone la continuidad, la estabilidad y una vida pacífica.
Antes de escribir una pequeña conclusión a este ensayo, quisiera mencionar una traducción abreviada, libre y propia del libro para niños titulado El Árbol Bondadoso del poeta americano Sheldon Silverstein:
Había una vez un árbol…
Que amaba a un pequeño niño
Todos los días el niño venía al árbol
Y juntaba sus hojas
El niño trepaba a su tronco
Se hamacaba en sus ramas
Y comía de sus manzanas.Cuando el niño se cansaba, se dormía bajo su sombra.
Él sentía mucho amor por su árbol
El tiempo pasó y el niño creció
Un día volvió a su árbol y se llevó las manzanas para vender
Después regreso y se llevó todas las ramas para construir
El árbol seguía feliz de poder brindar a su querido niño
El niño ya maduro corto su tronco para hacer una canoa
El árbol seguía feliz, pero no del todoPasaron los años y el anciano niño volvió a su árbol
No puedo ofrecerte trepar, hamacarte o comer mis manzanas
No me queda nada, dijo el árbol talado
Estoy viejo, ya no puedo trepar
tampoco tengo dientes para tus manzanas,
solo quiero sentarme, descansar
Siéntate, es lo único que me queda
Lo único que te puedo ofrecer… dijo el árbol.
Conclusión
Desde los remotos tiempos de nuestra existencia, durante miles de generaciones, el ser humano ha tomado de la naturaleza de este extraordinario planeta todo lo necesario para satisfacer sus necesidades.
Creo que ha llegado el momento, justamente durante nuestra generación de tomar el desafío y la responsabilidad, de hacernos cargo de la realidad. Me refiero a la preocupación de dejar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, por lo menos las mismas posibilidades de abastecerse de acuerdo a sus necesidades y disfrutar de las bellezas de la Tierra.
Permanecer indiferente o quedarse de lado argumentando que de cualquier manera nada grave va a suceder durante el transcurso de nuestra generación, es un escapismo irresponsable.
Cada uno de nosotros puede hacer algo en los ámbitos que se desenvuelve para aportar y dejar un mundo mejor, habitable y sano, equilibrado y justo donde los recursos naturales no se hayan agotado por irresponsabilidad humana, donde cunda el respeto a la vida, haya integridad ecológica, justicia social y económica, democracia y un mundo de paz.
Sí, yo sé que a simple vista parece muy idealizado, pero si miramos a nuestro alrededor podemos apreciar individuos íntegros y justos, comunidades igualitarias, sociedades responsables y prolijas, países democráticos, ecológicos y cultos.
Entonces ¿por qué parece utópico e incansable? Nadie duda que es un proceso largo, pero ya hemos perdido mucho tiempo y llevamos un gran retraso, así pues, manos a la obra, pues mientras más seamos más ligero, corto y llevadero será el camino.
Datos para citar este artículo:
Ernesto Zemel. (2018). Pobreza y desarrollo sostenible. Revista Vinculando, 16(1). https://vinculando.org/microblogging/pobreza-y-desarrollo-sostenible.html
David Lozada Losada dice
Muy buen artículo. ahora se debe asumir el desarrollo desde lo local para que entre todos se pueda reducir la pobreza.