Dedicatorias
A mis principales maestros
que me inspiraron a escribir estas experiencias:
Manny y Eduardo.
A mi dualidad y compañero de vida:
Manuel.
"Los amo con todos mis sentidos".
Índice
- ¿Qué es la Coherencia de Vida?
- Comunicación Positiva
- Autoestima y Presencia
- Espacios de Placer
- Dormir y Descansar
- El Baño
- Sexualidad Infantil Saludable y Feliz
- Hacer Equipo Papá y Mamá
- Lactancia
- Salud
- Economía Solidaria
- La Abuela que Aman mis Hijos es también mi Suegra
- Espiritualidad materna y paterna. La dualidad e integralidad
- Cuando se Vive el Divorcio de los Padres
- Conclusión
¿Qué es la coherencia de la vida?
Coherencia significa según el diccionario: Armonía o relación lógica de unas cosas con otras, cohesión, unión de personas o cosas entre sí, atracción entre las moléculas de un cuerpo. Tomando esta definición, ¿cómo la aplicamos en la vida?, ¿en qué debe haber coherencia?
La relación lógica es entre lo que la persona siente, con lo que piensa, dice y hace. Nuestras acciones se generan a partir de lo que sentimos, la coherencia implica armonía en estos cuatro niveles.
Si una persona tiene sed y piensa que no es momento de tomar agua porque está muy ocupada y lo que dice es que tomará agua más tarde, y lo que hace es seguir trabajando, no está en coherencia con lo que su cuerpo le pide. Por más que el pensamiento justifique, podemos confundirnos en pensar que hacemos lo que nuestra mente nos pide, en realidad debemos hacer lo que nuestro corazón, sensaciones y emociones nos dictan. Los bebés y niños/as pequeños/as no tienen este problema, generalmente viven en la coherencia. Si tienen hambre piden de comer, si quieren ser abrazados lo expresan.
Nosotros como adultos vamos perdiendo contacto con nuestras necesidades, deseos y sentimientos y al no vivir en la coherencia nos vamos provocando neurosis o enfermedades. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y a nuestro corazón, de ahí conectarnos con el pensamiento, transmitirlo a través del lenguaje y de las acciones. Entonces si siento sed, pienso que es importante tomar agua, busco un vaso y la bebo: se alinea lo que siento, pienso, digo y hago.
Es muy sencillo. Difícil se vuelve cuando nos desconectamos y le pedimos a nuestro hijo/a que haga cosas en las que nosotros no estamos convencidos de vivirlas en nuestra persona.
Todo es cuestión de constancia, esa es la coherencia, cuando la actitud permanece estamos hablando de convicciones de creencias, de valores.
¿Cuáles son los principales valores que quieres vivir con tu familia?
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¿Consideras que los vives en coherencia?, ¿en qué situaciones podrías ser más coherente?
Te comparto este extracto del libro de El Principito[1]:
El Principito y el Zorro…
Fue entonces cuando apareció el zorro:
-Buenos días -dijo.
-Buenos días -contestó amablemente el principito, que se volvió, pero no vio a nadie.
-Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.
-¿Quién eres? -le contestó el principito-. Eres bien bonito…
-Soy un zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. Me siento muy triste.
-No puedo jugar contigo -le dijo el zorro-. No estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de reflexionar, le dijo:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro-. ¿Qué buscas?
-Busco a los hombres -contestó el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen fusiles y cazan. ¡Es bien desagradable! Crían gallinas. Sólo se interesan por eso. ¿Buscas gallinas?
-No, -le contestó el principito-, busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?
-Es una cosa muy olvidada -dijo el zorro-. Significa "crear lazos"…
-¿Crear lazos?
-Ciertamente -dijo el zorro-. Para mí tú no eres aún más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no tengo necesidad de ti. Y tú tampoco tienes necesidad de mí: yo no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero si tú me domesticas, tendremos el uno necesidad del otro. Serás entonces el único del mundo para mí. Yo seré también para ti el único en el mundo.
-Comienzo a entender -dijo el principito-. Hay una flor… creo que me ha domesticado…
-Es posible -dijo el zorro-. ¡Suceden en la Tierra tantas cosas!…
-¡Oh, no es en la Tierra! -dijo el principito.
El zorro parecía muy intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Eso es interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea:
-Mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos diferente a los otros. Los otros pasos harán que me oculte, los tuyos me llamarán como una música. Y, además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan; para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me sugieren nada. Eso es triste. Pero tú tienes los cabellos dorados ¡Será maravilloso si me domesticas! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y amaré el ruido del viento en el trigo…
El zorro calló y miró por largo tiempo al principito:
-¡Por favor, domestícame! -dijo.
-Bien quisiera -le contestó el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y muchas cosas que conocer.
-Sólo se conocen aquellas cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres no tienen tiempo de conocer nada. Compran las cosas ya hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores amigos, los hombres no tienen amigos. Si quieres tener un amigo, ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
-Hay que ser paciente -respondió el zorro-. Primeramente te sentarás en la hierba un poco lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca…
Al día siguiente volvió el principito.
-Hubiese sido mejor que volvieses a la misma hora -dijo el zorro- Si, por ejemplo, vienes a las cuatro de la tarde, desde las tres yo me sentiré feliz. Y a medida que se aproxime la hora, me sentiré más contento. A las cuatro ya comenzaré a agitarme y a inquietarme: ¡conoceré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier hora , jamás sabré cuándo preparar al corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -preguntó el principito.
-Esto es algo que también ha sido olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente a otro día, una hora de las otras horas. Por ejemplo, entre los cazadores existe un rito. El jueves bailan con las chicas del pueblo. Por lo tanto, el jueves es ¡maravilloso! Ese día paseo hasta la viña. Si los cazadores bailasen cualquier día, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximaba el día de la marcha:
-¡Ah!… -dijo el zorro-. Voy a llorar.
-Tuya es la culpa -dijo el principito-. Yo no te deseaba ningún mal, pero tú has querido que te domestique…
-Efectivamente -dijo el zorro.
-¡Y ahora vas a llorar! -le contestó el principito.
-Cierto dijo el zorro.
-Entonces, ¿qué ganas?
-Gano -dijo el zorro- debido al color del trigo.
Después añadió.
-Mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito fue a ver las rosas:
-Vosotras no sois exactamente iguales a mi rosa, no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado ni vosotras habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro, que no era más que un zorro semejante a otros cien mil zorros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sintieron bien disgustadas.
-Sois hermosas, pero estáis vacías -insistió-. No se puede morir por vosotras. Seguro que un viandante cualquiera os creería igual a mi rosa, pero ella es más importante que todas vosotras, porque yo la he regado, porque la protegí contra el frío con mi campana de vidrio, porque la resguardé contra el viento con el biombo porque le maté los gusanos (excepto dos o tres para las mariposas). Porque he escuchado sus lamentos y a veces cómo se envanecía y hasta cómo se callaba. Porque es mi rosa.
Y volviéndose hacia el zorro:
-Adiós -le dijo.
-Adiós -le contestó el zorro-. Este es mi secreto, muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito para recordarlo.
-El tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace tan importante.
-El tiempo que perdí con mi rosa -repitió el principito a fin de recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro- Pero tú no debes olvidarla. Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
-Soy responsable de mi rosa…-repitió el principito a fin de recordarlo.
¿Cómo te sientes con la lectura?, ¿a qué te motiva?, ¿qué personas admiras por su coherencia de vida?, ¿cuáles son tus áreas de oportunidad para vivir en mayor plenitud coherentemente?
Recuerda que la coherencia se vive desde la felicidad y flexibilidad. Te haces responsable para siempre del amor de tus hijos, lo esencial es invisible. El tiempo que inviertes con tus hijos es lo que los hace tan importantes a ti y a ellos/as.
[1] Extracto de: Antoine de Saint Exúpery. El Principito. XX. México, Roca, 1977.
"Vive feliz disfrutando a tus hijos" – Todos los derechos reservados por Liliana Vázquez Roa. Se autoriza la reproducción parcial de este material con fines educativos y de formación gratuita, citando a todos los autores y a Revista Vinculando.
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Datos para citar este artículo:
Liliana Vázquez Roa. (2011). Vive feliz disfrutando a tus hijos. Revista Vinculando. https://vinculando.org/padres_e_hijos_familia/vive_feliz_disfrutando_a_tus_hijos.html
Veronica Vicente dice
Interesante tema, especialmente para mis padres de familia. Sabe si hubiera un tema relacionado con la adolescencia y enamoramiento y como pueden actuar los padres de estos tiempos? Gracias