Estados emocionales en el proceso de asesoría académica presencial, en educación superior a distancia

La educación abierta y a distancia se ha convertido en una excelente oportunidad de cursar estudios a nivel de educación superior. Esta modalidad es representada en Venezuela por la Universidad Nacional Abierta, ubicada en todo el territorio venezolano, no tiene límites de cupo, no exige condiciones de edad, sexo, físicas, solo exige el título de bachiller o educación media general para ingresar.

En relación a lo anterior, es de considerar que en la modalidad de la educación a distancia es necesario señalar la necesidad de los estudiantes de ser reconocidos, se les oriente a ser consciente de sus propias capacidades y proceso cognitivo; de la misma manera se les atienda en situaciones donde experimenten miedos, soledad, incertidumbre, inseguridad, estados emocionales propios en esta modalidad educativa.

Indudablemente, es el asesor académico el principal actor que debe participar en esta compleja tarea de ayudar al estudiantes a vencer las barreras de la educación a distancia, por lo que se requiere que los asesores que laboran en el sistema de educación superior y a distancia se preparen académicamente, conozcan y manejen los estados emocionales y puedan ofrecer asesoría académica de calidad, de tal manera que los estudiantes se preparen excelentemente en las distintas carreras.

Los asesores académicos lograrán manejar los estados emocionales en el proceso de asesoría académica si se proponen conocerse a sí mismo, a mirarse a sí mismo, lo que implica tomar conciencia de sus emociones y sus efectos, saber cómo y porque actúa en determinado contexto; además de reconocer sus valores, debilidades, fortalezas, de autocontrolar sus impulsos, sus conflictos internos y emociones negativas.

En este mismo sentido, el asesor académico podrá establecer un clima emocional en el proceso de asesoría academia al propiciar encuentros que inviten a los estudiantes a expresar sus emociones y sentimientos, los motiva a lograr las metas propuestas, a esforzarse para mejorar y lograr los objetivos con prontitud en los lapsos establecidos.

Los estudiantes en el proceso de asesoría académica presencial experimentan miedos, angustia, apatía, desesperanza, rabia e impotencia, por lo que se hace imperativo que los asesores reconozcan y atiendan estas manifestaciones; es necesario pensar y analizar esta situación, disponerse a buscar la manera de vencer esas emociones negativas que obstaculizan las situaciones de aprendizaje.

Después de las consideraciones anteriores, hay que destacar que el proceso de asesoría académica presencial, es el escenario donde se le facilita al estudiante su actuación para que se prepare como profesional, y haga del conocimiento parte de su vida, se le motive a enfrentarse a los retos que le impone la sociedad y decida mejorar su calidad de vida.

La relación que se establece entre el asesor académico y el estudiante, ha de ser cordial, amena, agradable y cariñosa. El asesor que muestra expresiones de cariñó, confianza, respeto y estima a los asesorados, les facilita sentirse bienvenidos, cómodos y respetados. La cordialidad y el cariño es mostrada a través de gestos, sonrisas, tonos de voz. En esta relación también es importante la actitud del estudiante, pero es el asesor académico quien da la pauta.

La autora de esta investigación considera, que si los asesores académicos, se conocen a sí mismos, le es más fácil revisar su nivel de comunicación, lenguaje corporal y la forma como se expresa. En la medida que internalice sus expresiones, puede percibir como los asesorados se sienten, y si comparten interpretan su lenguaje. Por lo tanto quienes tienen el rol de asesorar están llamados a conocerse a sí mismos y tratar en lo posible de que los estudiantes también se conozcan.

Hay que tener presente que los estudiantes, indistintamente del nivel de estudio que cursen visualizan e interpretan con facilidad el comportamiento de los asesores académicos y educadores en general. De la percepción que obtiene el estudiante del asesor académico, desde el inicio, afirman como les va a ir en determinado lapso.

Los asesores académicos tienen una tarea importarte con los estudiantes, como es motivarlos para que se preparen académicamente, descubran en ellos sus capacidades, sus habilidades, se centren y luchen para construir su futuro como profesionales y alcancen la autorrealización. Es decir, que la motivación debe ir acompañada del reconocimiento que se haga del estudiante como persona que posee inteligencia emocional, e intelectual.

Es evidente que el asesor académico cada día debe preparase para que pueda ofrecer asesoría académica de calidad, muestre lo mejor de sí para atender los estudiantes, que por las diversas características propias de la modalidad de educación a distancia presentan.

Esta preparación no es solo conocimiento, es también aprender a escuchar, e interpretar las emociones y sentimientos de los estudiantes, es practicar la convivencia y el conocimiento. El asesor Académico está llamado a ser protagonista del éxito académico de los estudiantes, la mejor manera de actuar es llevar a la acción el conjunto de emociones positivas, es decir manejando la inteligencia emocional.

Acompañar a los estudiantes a lograr las metas es un compromiso, es ética, es poner en práctica los conocimientos y la experiencia; además implica desarrollar todas las potencialidades humanas. La empatía practicada por los asesores académicos, les permite entender y comprender a los estudiantes. Así mismo, ayuda a mantener una actitud positiva ante las adversidades que se le presenten con respecto al proceso de asesoría académica presencial, lo cual se puede lograr con un dialogo constante con los estudiantes, al colaborar y trabajar en la consecución de lograr los propósitos de los estudiantes.

Para concluir, es posible lograr un clima emocional en el proceso de asesoría académica presencial, en la medida que estudiantes y asesores académicos se tratan con afecto, respetan las capacidades individualidades, se conocen a sí mismo, se aceptan tal como son, si ambos están alineados a aprender, y dispuestos expresar en forma asertiva los sentimientos y emociones.

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