Hemos explorado anteriormente la categoría hermenéutica de imaginario social de Castoriadis y apuntado, sin desarrollar, algunas de sus posibles interfases con otras categorías referidas a la imaginación; enseguida abordamos de manera breve los conceptos de: imaginación colectiva, de Laplantine; imaginario y poder, de Fernández; estructuras de plausibilidad, de Gilabert; eco y viático de Desroche; e inédito viable de Freire; todas ellas dirigidas a comprender el mundo de la imaginación en su relación con la construcción del futuro, con el hacer, a modo de considerar la imaginación como fuente de movilización social; en esta perspectiva fue necesario abordar brevemente el concepto de hacer, desdoblado en el hacer social y en las redes como articulaciones del hacer social. Ahora, en un esfuerzo por delimitar algunas formas históricas que el imaginario y la imaginación social desplegaron en nuestro país, esbozaremos la categoría de cielos para referirnos a corpus teóricos o constelaciones conceptuales que están presentes e inciden en las iniciativas de las redes de organizaciones civiles de promoción del desarrollo.
Tres cielos de la imaginación social atraviesan este trabajo, tres panteones de dioses y diosas inventados por los hombres en relación a su historia: los dioses neoliberales de la resacralización del mercado, del dominio destructor de la naturaleza, señores y señoras de la vida y de la muerte; los dioses ciudadanos que postulan la vida y la dignidad de las y los mortales, que escenifican las luchas civiles por la democracia y el desarrollo incluyente y sostenible; y las diosas y dioses del sol y del maíz, madre-padre, olvidados y desterrados de los cielos, custodios de la naturaleza y germen de la vida, venerados por los pueblos indios durante más de 500 años.
Estos modernos y antiguos dioses y diosas, están presentes a lo largo de estas páginas, casi siempre enemistados entre sí, aunque a veces tengan fiestas comunes y dancen juntos como en los mitos antiguos: los primeros, como imaginación dominante y hegemónica, sostenida por sumos sacerdotes nacionales asociados con otros allende sus fronteras territoriales, cuyos cultos privilegian a pocos iniciados y sólo incluyen a los ordinarios mortales en forma subordinada, como objetos desechables; los segundos, como imaginación alternativa, que invitan a todos a sus fiestas y banquetes, y en cuyos ritos participa hasta la madre naturaleza; los terceros, abandonados durante 500 años de historia, cantan hoy que siempre han sido dioses, y anuncian nuevos cielos, extendiendo sus acordes por los más recónditos parajes, como cantos antiparadigmáticos de los cielos de los primeros dioses.
Datos para citar este artículo:
Rafael Reygadas Robles Gil. (2006). 2.3 Los cielos neoliberales, indígenas y ciudadanos. Revista Vinculando. https://vinculando.org/sociedadcivil/abriendo_veredas/23_neoliberal_indigena_ciudadano.html
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