En este apartado describiremos los efectos que para la producción mundial del grano tuvo el término de las cláusulas económicas del CIC debido a sus repercusiones dentro del mercado y para los países productores.
Gráfico II: Producción cafetalera mundial 1993/94-2002/03
en millones de sacos de 60 kg.
Fuente: FO Litch International Coffee Report; en
Vol.17, No.13 / 06.12.2002 Consultado en diciembre de 2002.
"Las características geográficas y climatológicas necesarias para el cultivo del cafeto y la fase colonialista en que surgió hicieron que algunos países con posibilidades naturales para desarrollar este cultivo lo constituyeran en uno de los sectores de la economía que apoyaron su desarrollo durante esa fase, pues tenían condiciones sociales para estructurar una economía cafetalera floreciente: terratenientes con capitales consolidados, tierras vírgenes, agua, mano de obra esclava o muy barata y una situación política de subordinación a las metrópolis. (…) Esas circunstancias configuraron economías cafetaleras fuertes, como la brasileña y la colombiana".[1]
Así, la producción mundial del grano ha tenido una constante tendencia creciente no exenta de altibajos provocados tanto por la acción conjunta de diversos factores internacionales como por la misma naturaleza del cafeto, que tiene una variación anual que propicia volúmenes mayores en un año y menores al siguiente. A esta inestabilidad histórica se sumó la falta de coordinación entre países oferentes y demandantes, por lo que productores, comercializadores y compradores vieron incrementarse los riesgos en la compraventa del grano.
Esta situación sólo cambió en la segunda mitad del siglo XX, con la aparición de la OIC y sus cláusulas económicas. Así, a partir de 1962 los Convenios Internacionales del Café limitaron de manera parcialmente efectiva el crecimiento de la producción exportable[2] del grano por medio de regulaciones internacionales que se aplicaban dentro de los países signantes, restringiendo tanto el crecimiento de nuevas plantaciones como la exportación del grano en cantidades mayores a las permitidas.
No obstante que desde mediados de 1989 dichas reglamentaciones fueron eliminadas, terminándose así las trabas internacionales para aumentar la superficie sembrada con café y para exportarlo a todo el mundo, los bajos precios que siguieron a la liberalización del mercado inhibieron en gran medida el crecimiento de la producción, lo que repercutió negativamente en la economía de los países cafetaleros. Esta situación se prolongó hasta mediados de 1993, año en el que los precios empezaron a subir, por lo que los gobiernos de los países productores y los empresarios de la industria ampliaron las zonas sembradas con el aromático y mejoraron sus rendimientos. Esto favoreció que durante esta década se mantuviera la tendencia positiva de la producción del grano, que sólo disminuía por factores normalmente climáticos o comerciales de corto o mediano plazos.
[1] Aurora C. Martínez Morales; op. cit.; pág. 17
[2] La producción exportable es la producción anual total menos el consumo interno de los países productores. (…) Cualquier diferencia entre la producción exportable y las exportaciones efectivas (en más o en menos) da lugar a modificaciones, en más o en menos, de las existencias de arrastre al año siguiente. Tomado de UNCTAD/OMC – CCI; Suplemento; op. cit.; pág. 8.
Datos para citar este artículo:
Francisco Aguirre. (2005). 1.3 Tendencias de la producción internacional de café. Revista Vinculando, 3(2). https://vinculando.org/comerciojusto/cafe_mexico/tendencias_produccion_mundial.html
Jacobo Reyes dice
Buenas tardes,
mi nombre es Jacobo Reyes soy diseñador industrial y estoy desarrollando una maquinaria relacionada con el despulpe de cafe cereza como proyecto de tesis.
Estoy interesado en tener contacto con ustedes para poder desarrollar el proyecto dentro de comunidades cafetaleras. Asi como fundamentar los estudio realizados y sentar las bases de mi tesis con apoyo de ustedes.
Muchas gracias por su atencion y tiempo dedicado a este mail
Atte Jacobo Reyes