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Entre las múltiples definiciones de los movimientos sociales, se encuentran algunas que categorizan de diferentes formas los objetivos y metas que mueven al activismo.
A continuación se presenta una breve revisión de algunas de estas diversas clasificaciones principalmente en movimientos sociales de tipo transnacional.
R. Cohen, usando del un modelo previo de Aberle y Wilson, sugiere cuatro clases de movimientos sociales a saber: transformativos, reformativos, redencionistas y alternativos (2000). Los transformativos se centran en el cambio estructural de manera violenta, como serían algunos grupos políticos radicales, o bien advierten de un inminente cambio de proporciones cataclísmicas, como los movimientos de origen religioso. Los movimientos de tipo reformativo se enfocan a un cambio parcial para intentar compensar las injusticias y desigualdades imperantes. Estos fomentan un cambio positivo removiendo tales lastres y creando un “…orden social más justo y una política más viable y eficaz” (Ibid).
Generalmente este tipo de movimiento, aborda un solo problema como punto de partida en sus esfuerzos por reestructurar las políticas excluyentes. Por ejemplo el Jubileo 2000 (ver capítulo “El Movimiento por un Intercambio con Justicia”) se centró al principio en la reducción de la deuda externa de los países pobres. Después de un éxito considerable la estrategia se centró más adelante en cambiar las reglas del comercio mundial, dirigiéndose hacia las autoridades de organizaciones supranacionales como la OMC. Los movimientos redentivos, a su vez, se dirigen hacia un cambio individual interno. Este tipo de activismo se aborda desde la perspectiva de los Nuevos Movimientos Religiosos.
Finalmente, Cohen describe los movimientos alternativos, aludiendo a “… los valores contraculturales, el rechazo del materialismo y al desarrollo de formas de vida poco convencionales características de una juventud occidental particular, un fenómeno que data de los años 60’s”. Más que proponerse a cambiar algún elemento del sistema, estos tienen como objetivo el desarrollar un modo de vida paralelo, viable y sostenible, de acuerdo a valores ecológicos y espirituales. Al tanto de la naturaleza cambiante de los fenómenos sociales, el autor apunta que ningún movimiento ajusta exactamente en cada casillero.
Esta clasificación es un punto de partida útil para el análisis de elementos comunes entre los movimientos, y para la identificación de la falta de coincidencias entre ellos, lo cual es importante para introducirse al análisis siguiente sobre la relación entre diversas clases de movimientos que comparten objetivos y metas; pero que pueden diferenciarse en sus estrategias y recursos.
Este trabajo se centra en los movimientos reformativos, principalmente en su orientación a ejercer presión directa para producir cambios en las políticas gubernamentales e intergubernamentales. Una de las estrategias mencionadas es el aglutinamiento de militantes que presionan por cambios en las políticas globales.
A través de campañas de concienciación y educación a nivel transnacional, las Organizaciones de Movimientos Sociales Transnacionales (OMST’s) se relacionan con redes nacionales y locales para obtener apoyo público para sus demandas orientadas al diseño de políticas públicas (Eterovic Smith, 2001: 205; Kriesberg, 1997: 18, Keck y Sikkink, 1998:9).
Su objetivo se orienta a “… relacionar las preocupaciones de los ciudadanos con las instituciones y los procesos globales”, diseminando información, y fomentando el involucramiento de la gente en estrategias de cambio social (Eterovic y Smith, 2001: 205). Esto, en palabras de Passy, es una faceta nueva en el trabajo de movimientos de solidaridad: dirigir sus acciones hacia la inclusión de “demandas políticas dirigidas a los depositarios del poder”; en contraste con el modelo anterior, caracterizado por acciones asistencialistas (Passy, 2001: 10).
El cabildeo para realizar cambios en las políticas es una característica de las OSC’s ligadas a movimientos sociales y requiere de un flujo eficaz de información entre los miembros de MST’s, o como Keck y Sikkink lo llaman, de las redes de abogacía. En este sentido, una buena red de comunicaciones es no solamente necesaria para la difusión y el intercambio de valores, sin también para establecer las estrategias para la inclusión de estos en un sistemas de reglas. Asimismo sería necesario además un involucramiento más cercano con los sectores excluídos por los que se dice estar abogando y estableciendo representación.
Datos para citar este artículo:
Horacio Almanza-Alcalde. (2005). Movimientos Sociales Transnacionales en la implementación de normas. Revista Vinculando, 3(1). https://vinculando.org/comerciojusto/mst_comercio_justo/mst_normas.html
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