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Una preocupación central de este trabajo, es el papel de los valores como objetivo a alcanzar y como factor clave de los movimientos para el desarrollo e implementación de sus estrategias.
Los valores han sido un factor importante no solamente para los objetivos de los Movimientos Sociales Transnacionales, sino también dentro de su propio contexto doméstico. Esta sección trata sobre un aspecto de los valores rara vez atendido con profundidad desde la academia o desde la misma práctica de los activistas.
M.E. Keck y K. Sikkink, refiriéndose a la racionalidad o significado de las redes de activistas, resaltan que los académicos han sido lentos en reconocer “… la motivación por valores más que por preocupaciones materiales…” (1998: 2). Los autores encuentran que el papel de los valores es consistente con algunas discusiones dentro de la Teoría de los Nuevos Movimientos Sociales (1998: 31). Muchos investigadores asocian la noción de valores y solidaridad con los MST’s. Algunos de ellos consideran que las Organizaciones de MST’s sirven como vehículos para la difusión de valores, como una estrategia de su acción (Smith, Pagnucco y Chatfield, 1997: 72).
Otros hablan de la presencia temprana de un Movimiento de Solidaridad, cuyo origen se asocia íntimamente con la caridad cristiana y con el liberalismo político; en este sentido, los Movimientos de Solidaridad representan “… un verdadero paso adelante hacia la creación de una conciencia global activa” (Baglioni, 2001: 220). Passy considera las acciones del Movimiento de Solidaridad como de altruismo político, puesto que tienen un claro objetivo político y son perseguidas para el beneficio de otras personas (2001: 7). Sydney Tarrow considera la solidaridad, como una de las distinciones y fortalezas de las formas de confrontación de la acción colectiva; aplicándolo tanto para grupos y situaciones particulares, como a culturas políticas (1994: 3).
Para J.D. McCarthy la participación en movimientos más allá de las fronteras resulta en la formación de una auto-concepción en términos de identidad transnacional o de una mayor valorización de la solidaridad transnacional (1997: 248). L. Kriesberg destaca los procesos de difusión de valores y normas y la creciente tendencia de repartirlos a través de flujos multidireccionales, o de particularismos étnicos y religiosos que desafían la hegemonía cultural occidental (1997: 9).
Otros autores analizan de manera más crítica el carácter solidario de los movimientos sociales. Charles Tilly, argumenta que un movimiento es más que las historias que cuenta el activista sobre las mismas; para él “los movimientos sociales… consisten en el desempeño delimitado, improvisado e interactivo por actores múltiples y cambiantes.
Considerar a los MS’s como “solidarios, grupos coherentes, más que puñados de representaciones” puede en el mejor de los casos ser engañoso. P. Waterman desarrolla un marco mas elaborado para el análisis de la formación de la solidaridad global, sugiriendo que junto con la aparición de los procesos de globalización económica y política, emergió la solidaridad global:
Los nuevos proyectos de solidaridad global descienden y van mas allá de universalismos, liberales y socialistas; proponiendo no una vuelta a un pasado dorado e inmutable, ni un salto a un futuro perfecto -de aquí en adelante- sino permiten y requieren de un diálogo de civilizaciones y edades, de una solidaridad con pasado y futuro (1998: 231).
Dos desafíos enfrentan ambos tipos de integración. En primer lugar, está el riesgo de reproducir los universalismos de la misma manera que las “grandes narrativas” del judaísmo, el cristianismo, la ilustración europea, el liberalismo, y el socialismo, los cuales ofrecieron “…declaraciones universales de la realidad, los valores y la obligación, basados en asunciones o argumentos sobre el universo, la naturaleza, el hombre, la sociedad, etc”, a través de una dinámica de imposición de la verdad. En segundo lugar esta el riesgo de “producir o de reproducir un universalismo humanista sentimental” (1998: 231). La propuesta de Waterman es un concepto basado en la complejidad de la solidaridad. El actor asocia las nociones de la igualdad, libertad, paz, tolerancia, y los ideales de emancipación y protección de la vida. Esto es, aunque mediado por otras instituciones, una relación entre la gente y un dinámico proceso de diálogo sobre las diferencias o la creación de identidades, más que asumirlo como una noción ortodoxa de comunidad (1998: 235).
Waterman desarrolla un marco de tales definiciones, reproducido a continuación.
Tabla 2. Los significados de la solidaridad internacional (en Waterman, 1998: 236).
Definición | Ejemplo histórico | Problema, riesgo o exclusión | |
Identidad | Solidaridad de interés e identidad común | "Trabajadores del mundo ¡uníos!. No tienes nada que perder más que tus cadenas. Tenéis un mundo por ganar” | Universalista; exclusión de lo diferente; limitación de lo “politicamente-consciente”? |
Substitucion | Levantando a aquellos imposibilitados de levantarse por si mismos | Caridad y cooperación para el desarrollo | Substitucionismo; solidaridad unilateral, con relaciones "patrón cliente" contenidas |
Complementariedad | Intercambio de diferentes cualidades y bienes necesario(a)s y deseado(a)s | Intercambio de diferentes experiencias, ideas y productos culturales de emancipación | Decisiones sobre necesidades, deseos; valoración de ciertas cualidades, e intercambio de bienes |
Reciprocidad | Intercambio a través del tiempo de cualidades y bienes idénticos | Apoyo mutuo entre dockers londinenses y australianos, a finales del siglo XIX | Permite mas racionalidad instrumental, vacío de ética y emociones |
Afinidad | Valores compartidos mas allá de fronteras, sentimientos, ideas e identidades | Solidaridad de pacifistas, socialistas, ecologistas e indígenas | Inevitablemente particularista; amistad |
Restitución | Aceptación de responsabilidades por errores históricos | Compensación suiza por las víctimas de complicidad con los nazis | Soborno ó expiación de culpas. ¿Reproducción de la culpa/Resentimiento? |
Tres de las definiciones son particularmente relevantes para las discusiones de este documento. La noción de la substitución se refiere al “Levantarse o mantenerse por otro más débil o más pobre”, en una dinámica evocadora de esquemas de dependencia; la complementariedad a su vez se refiere a un intercambio de diversas cualidades deseadas y ausentes, que “… son equitativamente valoradas por los participantes en la transacción”; y la afinidad sugiere aprecio o atracción mutua, y por lo tanto una relación del respeto y ayuda mutuos basados en valores, sentimientos y amistad. Waterman concluye que tales manifestaciones complejas desafían nociones binarias o solidaridades unidireccionales, siendo de esta forma un instrumento útil de investigación para
examinar el punto de vista de los participantes sobre la noción misma de solidaridad (1998: 237-238).
I. Eterovic y J. Smith consideran que una nueva forma de acción política e identidad puede estar emergiendo, esta consistiría en una transición de las formas altruistas de políticas colectivas a un proceso diferente de solidaridad mutua. El altruismo, en sus tentativas de asistir y de apoyar a grupos subalternos en una relación de dependencia unidireccional está dando lugar a una relación diferente de intercambio inter-grupal de solidaridad política. Una interacción más recíproca entre el “Norte” y el “Sur” (2001:198). Esta visión contrasta con la postura de Passy de equiparar los conceptos de altruismo y solidaridad (2001: 7). Eterovic y Smith introducen la cuestión de cómo el altruismo político ha “…afectado los cambios en la estructura global que ha llegado a transformar los Estados-Nación”. La pregunta sigue siendo en qué medida las formas actuales de asociación transnacional son aún producto inmóvil del altruismo político de tipo patrón-cliente, o si forman parte de una tendencia de cambio hacia relaciones más colaborativas e interdependientes (2001: 198).
Estos problemas yacen en el centro de las reacciones a los procesos globales de liberalización económica y de los movimientos al interior tanto de sectores económicamente privilegiados como de países económicamente perjudicados. En este sentido, parece haber una brecha considerable entre los movimientos sociales transnacionales del “primer mundo” que abogan a nombre de la gente del tercer mundo, y de los movimientos sociales que emergen de los sectores económica y socialmente excluidos.
Datos para citar este artículo:
Horacio Almanza-Alcalde. (2005). Importancia de los valores en los movimientos sociales transnacionales. Revista Vinculando, 3(1). https://vinculando.org/comerciojusto/mst_comercio_justo/valores_mst.html
Keyli dice
muy buena respuesta