Es importante señalar que dirigir nuestros hábitos de compra hacia el consumo responsable constituye una tarea ardua que implica un cambio importante en nuestras prácticas de consumo.
En primer término, nos enfrentamos con un enorme aparato publicitario, a través de muchos medios de comunicación, en el que la información que recibimos es seleccionada cuidadosamente para inducirnos a comprar, ya sea apelando al culto de la imagen, la competencia y demás actitudes propias del consumismo, o dirigiéndose a nuestras emociones haciéndonos creer que la caridad es la única vía en que podemos contribuir a combatir la pobreza y la injusticia social.
Consumir responsablemente implica una interpretación de los mensajes publicitarios, además de una constante búsqueda de información que nos permita elegir autónoma y responsablemente los productos y servicios que consumimos. Por otra parte, ejercer un consumo responsable, en muchos casos, equivaldría a decidir no consumir algun(os) producto(s) que forman parte de nuestro consumo habitual, lo que puede hacernos desistir de practicar esta nueva forma de decidir. Sin embargo, no hay que olvidar que una de las ventajas de la globalización es la gran cantidad de opciones a nuestro alcance.
Además, debemos tener presente que nuestro poder de compra es finalmente lo que a toda empresa le interesa, y verlo perdido (o en riesgo de perderlo) es lo que a su vez las convencerá de la necesidad de responsabilizarse socialmente de sus métodos de producción y/o industrialización.
Aportaciones del consumo responsable.
El consumo responsable se sostiene en un conjunto de valores como la justicia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales. Promueve, por un lado, la moderación en nuestro consumo como una forma de reducir los efectos de sobreexplotación del ambiente; y por el otro, la reutilización y reciclaje tanto a nivel personal y comunitario como a nivel industrial. En esta misma línea, impulsa las prácticas de agricultura orgánica y amigables con el ambiente.
Socialmente se apoyan las prácticas comerciales justas, porque el adquirir productos o servicios directamente del pequeño productor nos garantiza que ellos recibirán un mejor pago por su trabajo, al mismo tiempo que nos ofrecen bienes y servicios con alta calidad. También se elimina la intermediación especulativa y se sustituye por alianzas entre actores profesionales y solidarios.
El consumo responsable implica un compromiso mayor por parte del consumidor que no sólo opta por un producto frente a otros por sus características, sino además entiende que el dinero que entrega a cambio de dicho producto favorecerá a un grupo determinado, con las prácticas productivas, sociales y ecológicas que ello acarrea.
Datos para citar este artículo:
Francisco Aguirre. (2005). El reto de consumir responsablemente en el México contemporáneo. Revista Vinculando, 3(1). https://vinculando.org/consumidores/consumoresponsablemx.html
Yolanda Bello dice
¿Qué es Red Bull?
El Red Bull fue creado para estimular el cerebro en personas sometidas a un gran esfuerzo físico y nunca para ser consumido como una bebida inocente o refrescante. Red Bull es la bebida energizante que se comercializa a nivel mundial con su eslogan:
Todo eso se puede encontrar en una latita de Red Bull, la bebida energizante del milenio!, según sus codiciosos propietarios.
Red bull ha logrado llegar a casi 100 países de todo el mundo. La marca del toro rojo, tiene como principales consumidores a jóvenes y deportistas, dos segmentos atractivos que han sido cautivados por la bebida.
Historia: esta bebida fue creada por Dietrich Mateschitz, un empresario de origen austriaco, quien la descubrió por casualidad en un viaje de negocios a Hong Kong, cuando trabajaba para una empresa fabricante de cepillos de dientes. El liquido basado en una fórmula que contiene cafeína y taurina, causaba furor en ese país, entonces pensó en el rotundo éxito que esta bebida tendría en Europa, donde todavía no existía este producto, además de ver una oportunidad inmejorable de convertirse en empresario. Pero la verdad de esta bedida es otra.
En Francia y Dinamarca la acaban de prohibir por ser un coctail de la muerte, debido a sus componentes de vitaminas mezcladas con glucuronolactone, químico altamente peligroso, desarrollado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, durante los años 60 para estimular la moral de las tropas acantonadas en Vietnam, el cual actuaba como una droga alucinógena que calmaba el estrés de la guerra. Pero sus efectos en el organismo fueron tan devastadores, y fue descontinuado ante el alto índice de casos de migrañas, tumores cerebrales y enfermedades del hígado, que mostraron los soldados que lo consumieron.
Y a pesar de ello, en la lata de Red Bull se lee en sus componentes: glucuronalactone, catalogado médicamente como un estimulante. Pero lo que no dice la lata de Red Bull, son las consecuencias de su consumo, que obligan a colocar una serie de advertencias:
Conclusión: es una bebida que debería prohibirse en México y el mundo entero. Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico y otros países del Caribe, ya están alertando a otras naciones, ya que la mezcla de esta bebida con alcohol crea una bomba de tiempo para el cuerpo humano, principalmente entre los adolescentes y adultos ignorantes por su poca experiencia.
Puede ser mortal, ojo con Red Bull