Se dice que el calentamiento global nos alcanza y las estaciones cambian. Hoy los programas ambientales son cada vez más conocidos, más personas participan en la separación y reciclaje de basura y es frecuente observar personas cuidando el agua en sus casas u oficinas.
Sin embargo, todavía hay muchas cosas importantes por hacer, a veces escondidas (literalmente) a la vuelta de la esquina.
En la Ciudad de México y en muchas otras ciudades los tianguis colorean las calles por algunas horas, una o dos veces por semana y ahí podemos comprar prácticamente todo lo necesario para la vida cotidiana. En el tiempo de navidad, uno de los muchos productos que podemos encontrar son todo tipo de adornos navideños, y en particular los musgos, heno y otras plantas "tradicionales" para el Nacimiento, parte importante de las fiestas decembrinas.
¿De dónde viene el musgo que compramos en navidad?
¡Pues de viveros debidamente acondicionados! ¿Acaso HOY se depredan los bosques para obtener ganancias rápidas? ¿Acaso hay personas que no se preocupan por el calentamiento global?
Disculpa la ironía, pero me sorprende que todavía haya ambientalistas que compran musgos sin reparar en el daño que causan cada Navidad.
Pero es un poco más complicado todavía, pues no sólo hay personas que se dedican a depredar la flora y fauna de nuestro México, sino que además los compradores les damos nuestro dinero para que lo sigan haciendo año con año.
¿Sabías que el musgo es capaz de retener hasta 20 veces su peso en agua? Esto es bueno porque impide la erosión en tiempo de lluvias y libera esa agua cuando sí se necesita.
Cuando alguien compra musgos u otras plantas que se venden en la calle está, literalmente, financiando que esa práctica se siga llevando a cabo, aunque el calentamiento global continúe, aunque haya sequías e inundaciones, aunque cada vez existan menos especies de plantas y animales.
Los tianguis que venden musgos, el mercado de plantas de Xochimilco y muchos otros lugares parecidos, son puntos de venta al consumidor final, pero detrás de ellos deben existir muchas personas que van a los bosques aledaños, a las pocas zonas verdes que todavía existen, a cortar, amontonar y transportar toneladas de musgo, heno, helecho, etcétera para ser vendidas a quienes adornan su casa mientras separan la basura y cuidan el agua.
Como dije, falta mucho por hacer. Cada acción es importante, pero el problema parece ser tan grande, que siempre habrá oportunidad de hacer un poquito más.
Musgos en los países nórdicos
Recientemente tuve la oportunidad de visitar los bosques nórdicos y me llevé muchas sorpresas. La primera de ellas es que finalmente conocí lo que podríamos llamar un "bosque virgen" o lo más parecido a eso.
Cuando encontré los primeros musgos, me rehusaba a caminar por ahí, pues pensaba en su delicadeza y el tiempo que había tomado para formar gruesas capas de esas bellas plantas. Sin embargo, pronto me explicaron que los alces que viven ahí pesan media tonelada y más, de manera que los musgos estaban más que habituados a soportar grandes pesos y mi caminar no sería ningún problema para ellos.
Al empezar a explorar dentro del bosque, me sorprendió el espesor del musgo, pues iba de aproximadamente 5 a 30 centímetros (!). Había lugares con musgos tan antiguos, que se parecía a pisar almohadas bien rechonchas.
Había musgos en todo el piso (como aquí vemos el pasto), pero también los había sobre las piedras y en la base de algunos árboles, con todas las formas y colores imaginables (incluyendo tonalidades rojizas y amarillentas como en la foto de arriba).
La segunda sorpresa que encontré es que allá, exactamente igual que en nuestro México, hay quienes ven dinero y en vez de vida, en los bosques. Encontré lugares dolorosamente lastimados por "modernas" máquinas que en pocas horas son capaces de convertir un bosque entero en tablas, dejando atrás sólo las pesadas huellas por donde pasaron y el olor a sangre vegetal, resina.
¿Sabías que en España está prohibida la recolección de musgos? En Ecuador, el gobierno emitió una ley que prohibe la explotación y venta de musgos y líquenes durante la navidad. Además, está prohibida la cosecha de palma de cera que se usaba en Semana Santa.
¿Qué podemos hacer esta navidad?
Decía que podemos hacer cosas fáciles y divertidas. La más fácil de ellas es no comprar musgos, ni helechos ni otras plantas para el nacimiento. Nuestro planeta ya no lo resistirá por mucho tiempo y nos toca a cada quien hacer lo que está en nuestras manos.
Es fácil no comprar y es divertido adornar el nacimiento de maneras creativas que incluyan a toda la familia, en vez de que una sola persona se encargue de comprar los musgos, sólo para tirarlos a la basura a principios de enero.
¿Sabías que el musgo que compras hoy tardará 7 años en volver a crecer? No es justo contribuir al calentamiento global sólo por adornar nuestra casa por dos o tres semanas.
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Ayúdanos a difundir esta información:
¿Conoces a alguien que todavía compra musgos sin saber el daño que le causa a nuestro planeta? 7 hechos poco conocidos del musgo que necesitas saber antes de Navidad.
Protege al musgo, heno (barba de palo) y los helechos arborescentes (troncos de helecho). No los extraigas. No los vendas. No los compres.
Créditos:
- Foto de encabezado de Carlos Blanco;
- Últimas dos fotos de Francisco Aguirre.
Datos para citar este artículo:
Francisco Aguirre. (2014). ¿Calentamiento global? Combátelo cuidando los musgos, es fácil y divertido. Revista Vinculando, 12(2). https://vinculando.org/ecologia/calentamiento-global-combatelo-cuidando-los-musgos-es-facil-y-divertido.html
jimkan dice
La verdad me ayudo mucho esta informacion
Revista Vinculando dice
Qué bueno! En estos momentos es muy importante que tod@s pongamos nuestro granito de arena para cuidar a nuestro planeta.