1. La economía marca a todo.
Nuestra vida cotidiana está marcada profundamente por lo que se llama "la economía", y esto desde el nacimiento (el embarazo y el parto ya tienen un costo significativo) hasta la muerte (que cuesta, también en términos económicos). Y casi durante toda la vida trabajamos (desde temprano hasta la noche) para mantenernos: necesitamos comida, techo, ropa…, luz, gas, transporte… y nos permitimos algunos "extras" como ir al cine, a una fiesta o a un partido de fútbol. Todo cuesta dinero y nos movemos y empeñamos para poder costearlo y alcanzar, por lo menos, algo de vida digna. Esto implica sudor, luchas interminables, anhelos y preocupaciones, fracasos y avances. A su vez, nos cobran impuestos, directos e indirectos; esto para costear los servicios públicos, desde la policía y el ejército hasta las calles y carreteras y, sin olvidar, todo el conjunto de gastos de los funcionarios públicos (legisladores, jueces, ejecutivos, desde lo municipal hasta lo federal). Estar "en sociedad" cuesta y mucho. Estamos inmersos, si queremos o no, en "lo económico". Esta "economía familiar" está marcada por los diferentes niveles y ámbitos de estructuración del "sistema económico" (local, regional, nacional e internacional).
Por un lado, tenemos ahí el gran "sector de economía privada", desde las "micro, pequeñas y medianas empresas" (MIPYMES) hasta las grandes empresas, sus consorcios y grupos empresariales que, a su vez, cuentan con sus órganos de representación para la interlocución y presión política, las respectivas "cámaras" (Canacintra, Coparmex, etc.) y el "Consejo Coordinador Empresarial" (CCE). De suma importancia para todo el sistema económico son las finanzas; el sistema financiero tiene su estructura bancaria, en México totalmente privatizada y hasta el 80% en manos de consorcios internacionales. Este "sector", aunque numéricamente minoritario, es de peso en su impacto económico y político. La característica fundamental de esta economía privada es su forma organizativa centrada en la acumulación de "capital", es decir, de la propiedad privada sobre las acciones, que se normalmente comercializan en las "Bolsas de Valores". Vale la pregunta, ¿cuáles "valores"? ¡¿No hay otros valores que el resultado de especulaciones financieros bursátiles?!
En el "sistema económico", por el otro lado, tenemos el "sector de economía publica", o mejor dicho, las empresas en manos del Estado (como PEMEX y la CFLyF) y las obras públicas. Estamos en un "sistema mixto" y la tendencia va hacia una todavía mayor privatización y hacia licitaciones de obras públicas que favorecen a la iniciativa privada. Domina cada vez más el gran capital de la economía privada que dicta en los hechos las reglas – nomás (marco legal) del "juego económico", por ejemplo, del sistema fiscal: lo que el estado cobra como impuestos a las actividades empresariales. Por eso, la política económica y quienes dominan esta política, es fundamental para el desarrollo integral de una nación como la nuestra. Y no debemos olvidar, que nuestro sistema económico mexicano ya es transnacional. Perdimos desde tiempo la soberanía nacional en asuntos marco – económicos: estamos amarrados por contratos internacionales como el TLC y desvinculación con instancias mundiales como el FMI, BM, BID, OMC.
En este contexto queda como "patito feo" el gran "sector social", que abarca la gran mayoría de la población y su "economía popular" significa el sostén real (laboralmente y financieramente) de millones de familias. Este sector es sumamente atomizado por un sinnúmero de "changarros" u otras formas de autoempleo, por una larga historia de atención clientelar por muchos programas gubernamentales abusados con fines políticos y por marcos legales que encuadran a la clientela, sin facilitar una interacción entre productores y consumidores, entre cajas de ahorro y crédito y de comercializadores en la misma región. En lo real, en este sector popular encontramos una lucha de todos contra todos para salir adelante, el lugar no organizarse solidariamente para crecer juntos y de cara a una transformación del conjunto anterior (sector publica y privado). Por eso urge una sinergia interorganizacional de este sector social; para que sea un sujeto colectivo – solidario con el propósito de "otra economía es posible para otra sociedad deseable".
2. La ética económica: optar por lo solidario.
El actual sistema económico no es neutral, ordenada por reglas científicamente comprobadas y, así, sin alternativas en su lógica. Exactamente esto nos quiere transmitir el actual pensamiento económico hegemónico de tinte dogmático neolíberal que controla los procesos macroeconómicos. Si, hay alternativas; y si hablamos de alternativas, hay que discernir entre diferentes caminos. Esta es tarea una tarea ética, por que debemos ponderar disyuntivas y los valores por priorizar. Una pregunta clave es, si estamos en "lo económico" como "victimas" o bien organizándonos como "sujetos colectivos". Para decirlo de otro manera: ¿queremos ganarnos la vida cada uno por si sólo y contra los demás (= todos contra todos, produciendo siempre nuevas víctimas y esto de manera sistémica), o bien que actuamos económicamente (y más allá de lo puro económico) de manera solidaria y ganamos así todos juntos?
Todo lo que tiene que ver con "lo económico" podemos colocar en esta disyuntiva. Lo que producimos y/o ofrecemos como servicios (= trabajo) y lo en que gastamos, desde salud y educación hasta la gran variedad de de consumo incluyendo el pos " consumo / la basura (= comercialización – consumo) y como lo financiamos (= capital – sistema financiero); ¿se realiza sólo de manera individual (= iniciativa privada) o bien se organiza de manera comunitaria, colectiva, mutualista, solidaria? Y, esto a nivel micro – económico con énfasis en el bienestar familiar " comunitario y de desarrollo local, pero también a niveles mediano y grande, en sinergia – organización nacional e internacional. Y, por fin, todo esto también como la exigencia de una política económica que asume esta opción como orientación central para el fomento de políticas públicas, enfocadas exactamente al anterior.
Si desciframos así el reto, podemos colocar bien a la "Economía Social y Solidaria", también llamada "Socioeconomía Solidaria" o bien y simplemente "Economía Solidaria". Se manifiesta cada vez más como un fenómeno dinámico capaz de generar esperanza en nuestro país, en América Latina y el Caribe y, en todo nuestro planeta. Percibirlo así, en su trascendencia, es de suma importancia en estos tiempos caóticos donde "la aplicación de teorías económicas equivocadas ha sido para muchas personas la pobreza y, para muchos países, el caos social y político" (Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía) y que demuestran con creciente claridad que la actual economía hegemónica ha sido incapaz de crear las fuentes de trabajo que se necesitan, de generar un bienestar real para todas las familias y de construir un mundo con vida digna y sostenible en el cual todas y todos quepamos que no abandone en la pobreza a ningún ser humano.
Por lo anterior, crece mundialmente un ambiente de búsqueda de alternativas y nuevos modelos que encuentran en la EcoSol una lógica catalizadora de muchas de estas inquietudes y una práctica viable y probada en múltiples expresiones concretas (= otra cultura cotidiana: la solidaria). Estamos más allá de la (necesaria e importante) protesta contra la hegemonía económica de tinte neoliberal. Contamos con propuestas alternativas y, sobre todo, con una praxis amplia y creciente de "lo solidario en lo económico".
3. La realidad de cuarto economías nos reta.
Aunque ya sería mucho poder aterrizar a esta opción por lo solidario en la economía, nos hace falta todavía discernir sobre la visión que tenemos en lo económico. ¿A que apuntalamos si queremos fomentar una economía solidaria?: ¿qué todos los pobres del mundo se hacen ricos (a la "the american way of life")? Un mundo así no es viable. Para profundizar en esto, nos ayuda discernir cuatro economías (según una propuesta del Frey Beto, Brasil):
- La hegemónica "Economía de Superfluidad". Es orquestada por el poderoso engranaje publicitario y favorecida por el acelerado avance tecnológico. "La publicidad invade nuestro universo psíquico, que llega a invertir la relación persona-mercancía, que realzada por una marca, pasa a darle valor a su comprador". Esta es la parte visible en la TV y con sus consecuencias en el comportamiento cotidiano, de la actual y hegemónica economía neoliberal.
- Ahí, el "campo de batalla" es primordialmente cultural " educativo (no caer en consumismo educando para un consumo solidario) y, a su vez, de agenda ciudadana para los MCS (reglas de protección de niños y jóvenes contra chantajes afectivos) y para ampliar las facultades de PROFECO.
- Este enfoque económico agrava significativamente el problema de la "Economía de Carencias". La gran mayoría de la gente necesita sobrevivir y carece de vivir con algo de dignidad. "En 1960 había en el mundo 1 rico por cada 30 pobres; hoy la proporción es de 1 a 80. Millones de personas sobreviven en función de sus necesidades básicas inmediatas: acceso a lo mínimo de alimentos, de agua, de salud, de vivienda. Tienen suerte cuando encuentran empleo y educación. Es un pueblo condenado al éxodo, a la diáspora, emigrando de una región a otra, llevando consigo todas sus pertenencias".
- Ahí, el "campo de batalla" es la autoorganización solidaria de la economía popular, impulsando circuitos económicos, incluyendo sistemas de ahorro y crédito y de comercialización- abasto.
- Obviamente atrás está un serio problema estructural que se expresa en la "Economía de Opulencia", al alcance de un pequeño grupo de privilegiados, la oligarchia económica- política transnacional. "Fetichiza la mercancía, idolatra el mercado, pone el dinero en el lugar de Dios. Y controla el juego de poder en este mundo en que la política es siempre dirigida por la economía".
- Ahí, el "campo de batalla" es sobre todo civil " político: la construcción de políticas económicas con justicia social y con opción preferencial por las víctimas. Incluye la capacidad de crear alianzas intersectoriales, con franjas solidarias en instituciones académicas, eclesiales, empresariales, etc.
- Frente a estas tres asimetrías o bien desórdenes, habrá que apuntalar a una "Economía de Suficiencia". Esa economía asegura a cada ciudadano los derechos básicos: alimentación, salud y educación; vivienda, trabajo y transporte; cultura, información y diversión. Se sustenta en dar vida real a los "Derechos Humanos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales" (DESCA).
- Ahí, está el "campo de batalla" es el interno de una economía solidaria en lo posible al propio alcance: creación de una cultura cotidiana de "suficiencia gozosa y solidaria", articulación de una canasta básica (productos y servicios de 1a necesidad), organización de abasto solidario de cercanía (tiendas, puntas de venta) y con sistemas de ahorro y crédito solidarias incluyendo la de dinero social.
Esta economía de suficiencia debería de servir de parámetro y norma para el desarrollo integral y sostenible, desde lo familiar " comunitario y local hasta lo regional, estatal e internacional. En su esencia es un "cambio de paradigma" en el manejo de lo económico en todos los niveles.
Debemos desconectarnos mentalmente y en la vivencia cotidiana de la lógica hegemónica de los "anhelos consumistas" del mundo neoliberal y crear en lo real (= praxis cotidiana) una ética " ascesis de "suficiencia gozosa". Esto no logramos aisladamente, sino debemos reconectarnos con gentes afines y por medio de organizaciones solidarias, en una gran variedad de expresiones. Ahí tenemos el tejido social por defender y/o (re)construir. Esta es una tarea de educación encarnada. Por su reto " tarea así precisado, se pueden converger organizaciones de economía solidaria con CEBs, movimientos de protección ambiental, salud alternativo, educación popular, iniciativas civiles rurales y urbanas, etc.
4. Lo solidario en sus diferentes dimensiones.
Con esta visión diferenciada en mente, la promoción de una economía solidaria debe descifrar "lo solidario" en sus diferentes dimensiones o niveles, para no quedarse cortos en la proyección estratégicas. Se pueden distinguir cinco dimensiones de lo solidario:
- Lo solidario como cultura cotidiana. Lo encontramos practicado por personas y familias, entre vecinos de la misma comunidad o barrio " colonia, en organizaciones e instituciones. Tiene que ver con la vivencia de la gratitud y la celebración de la vida plena, con hábitos de consumo ético " responsable incluyendo el pos-consumo (basura reciclable), con la ayuda mutua y el tejido social. Es una tarea educativa permanente en un contexto anti -solidario creciente.
- Lo solidario entre personas y/o familias con fines socioeconómicos que conforman un colectivo (grupo u organización). Lo encontramos en muchas expresiones organizativas informales, en microempresas " empresas sociales o bien y sobre todo como cooperativas u otras formas legales. Es una tarea de fomento de organicidad e incluye la creación de novedosas formas de impulsar y acompañar esta tarea por medio de agencias de desarrollo local (ADL), encubadoras de empresas solidarias, desarrollo de capacidades gerenciales y de calidad de productos.
- Lo solidario entre organizaciones para relacionarse en cadenas productivas y circuitos económicos solidarios. Normalmente se expresan en torno a productos y/o territorios específicos y tienes formas de redes, comercializadoras, y federaciones. Así se llega a conformar un sector solidario más amplio en la economía. En vista deben estar polos y/o coordinadoras (micro-) regionales y Consejos Estatales.
- Lo solidario de la sociedad con los sectores empobrecidos, marginados y excluidos. Esto se expresa sobre todo en políticas gubernamentales con programas que favorecen exactamente la finalidad anterior. También se ubican aquí el compromiso social empresarial y fundaciones u otras obras filantrópicas. Ahí encontramos las bases y relaciones para crear redes de apoyos solidarios intersectoriales, la conformación de Consejos Sociales y Económicos considerando los niveles de Gobierno (comunidades, municipios, estados, federación) y la elaboración y ejecución de políticas realmente públicas, más allá de programas gubernamentales.
- Lo solidario con las futuras generaciones que se expresa el la sustentabilidad de un desarrollo integral con su dimensión ecológica, pero también socialmente y culturalmente sostenibles. Se trata de del fomento de una agro – ecología con sistemas de abasto y consumo solidarios y, a su vez, respaldado por marcos legales adecuados. A su vez, hay que insistir en la priorización de fuentes de trabajo y la valoración del capital social arriba de la acumulación de excedentes financieros. Ahí encontramos el campo de la construcción ética del presente y futuro que se sostiene en la diversidad enriquecedora de múltiples ecosistemas y sociedades " culturales en congruencia con lo que el medioambiente permite. En este sentido habrá que superar lógicas de monoculturas dominantes y llegar a una pluralidad de diversas economías solidarias, según las respectivas bases ecológicas-económicas y socioculturales.
Colofón:
Estas indicaciones sobre "lo ético en la economía", la visión de una "economía de suficiencia" y estas "dimensiones de lo solidario" hacen obvio, que una economía solidaria no es otro sector más de la economía, sino un enfoque transversal que incluye iniciativas solidarias en todos los sectores de la economía. Las organizaciones de una economía solidaria, avanzando en la creación de sinergias interorganizacionales deben y pueden ser sujeto y principal agente para una transformación social, económica, política y cultural de nuestra realidad local, regional, nacional e internacional.
Las y los cristianos y las iglesias mismas tienen aquí el campo de prueba: ¿A cuál lado estamos?
[1] CONPASOS (Consultorías Pastorales y Sociales). Integrante de diferentes espacios e instancias de economía solidaria.
Datos para citar este artículo:
Revista Vinculando. (2007). Marco global de una Economia Solidaria. Revista Vinculando. https://vinculando.org/economia_solidaria/marco_global_de_una_economia_solidaria.html
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