Resumen
El teatro es empresa, actividad cultural, expresión humana, negocio, industria cultural, actividad económica, etc. El teatro es todo. Lamentablemente en este todo, muchas propuestas teatrales, quedan truncas, insatisfechas o pérdidas, dado que nunca lograron insertarse en el ámbito empresarial. La gestión empresarial es un elemento necesario para el desarrollo de las propuestas teatrales en cualquier nivel, en cualquier sector y en cualquier país.
Palabras clave: Teatro, empresa, gestión empresarial, economía, cultura empresarial.
Abstract
The theater is a company, cultural activity, human expression, business, cultural industry, economic activity, etc. The theater is everything. Unfortunately in this all, many theatrical proposals are truncated, unsatisfied or lost, since they never managed to insert themselves into the business environment. Business management is a necessary element for the development of theatrical proposals at any level, in any sector and in any country.
Keywords: Theater, business, business management, economy, business culture.
Desarrollo
Dimensionar al teatro como una empresa económicamente viable, como un modelo de negocio claro y analizado, debería ser el primer paso de cualquier compañía o profesional interesado en arriesgarse a la aventura teatral. Lamentablemente, es tal vez, lo único que no se establece. Dice, Pérez (2002), “los proyectos no son un salto mortal sin red, una pirueta organizativa, un capricho personal.” (p. 61).
Pareciera que uno de los principales obstáculos para aplicar criterios de gestión empresarial al teatro es la visión de los mismos teatristas, quienes lejos de observar la importancia, la necesidad de iniciar y potenciar una empresa, limitan su visión al mero aspecto creativo, a la necesidad personal o de grupo de “crear” (las más de las veces sin considerar aspectos fundamentales para el adecuado desarrollo y éxito de sus iniciativas).
Por lo general, las preguntas iniciales no son de índole empresarial, sino meramente artísticas ¿Qué obra montar? ¿Un texto ya escrito o por escribir? ¿Qué queremos decir? ¿A qué tipo de público? y otras tantas que responderán a la visión personal o grupal, según sea el caso. Lo anterior no es incorrecto e indudablemente es parte del proceso inicial y necesario para la creación artística, sin embargo, no es suficiente para poder establecer un proyecto e iniciar un proceso que pueda, si no garantizar el éxito, por lo menos convertirse en una empresa que pueda redituar económicamente los esfuerzos e inversiones vertidos.
Planificación, organización, dirección, coordinación, control y evaluación, son elementos que infrecuentemente son tomados en cuenta y menos aplicados de forma plena en los proyectos teatrales. La falta de una cultura empresarial enfocada a las artes, es otro de los grandes obstáculos presente en los profesionales del teatro, quienes en una inmensa mayoría desconocen, ya sea por falta de interés o deficiencias en el sistema de formación de las escuelas teatrales, los mecanismos que permitan eficientizar sus propuestas.
La carencia de estudios sistemáticos y el ansia por “hacer”, sin tener claros los procesos y los elementos que intervienen en una actividad económica son una constante en la actividad teatral: “Somos artistas, no empresarios”.
Poquísimas veces se contempla el análisis de costo/beneficio “No todo vale en los proyectos. Debemos adecuar los medios a los fines, el esfuerzo a los resultados” (Pérez, 2002, p. 72). Las compañías se embarcan, por “amor al arte”, en travesías que pocas veces llegan a buen puerto, por lo menos en lo económico, aunque puedan ser valoradas en lo artístico, por ende tienden a no poder continuar con el proyecto o definitivamente da como resultado enterrar el siguiente proyecto.
No podemos soslayar que frecuentemente la carencia de recursos económicos es una condicionante permanente, para realizar los estudios de mercado, los análisis de viabilidad económica, social, cultural, etc. Obviamente no estamos hablando de grandes compañías ya establecidas que reconocidas y con apoyos, pueden realizar estos estudios, sino de la gran mayoría de profesionales, entusiastas del arte escénico, quienes en muy pocas ocasiones cuentan con los recursos necesarios para ejecutar sus proyectos (caso irónico, pues si lograran implementar los criterios de gestión, existirían mucho más probabilidades de crecer y generar recursos).
Parafraseando a Fernández, no existe una real adaptación de los criterios de gestión a las particularidades del hecho teatral, lo cual ha inhibido el proceso para innovar y plantear formas que permitan fortalecer una visión clara en el teatro, pues ha sido realizadas con un afán más corrector que especializado.
La regulación o régimen laboral, se presenta como otro gran problema para la aplicación de criterios empresariales, pues en la práctica teatral existe una brecha abismal, en cuanto a derechos de los trabajadores, que no ha logrado ser atendida o trascendida a lo largo del tiempo. Incluso hoy los actores, no obtienen un pago por los ensayos, muchas veces ni un sueldo base por función y sencillamente no son sujetos de seguridad social. En este rubro sería urgente una real reforma laboral, que permitiera asentar claramente derechos y obligaciones de todos los involucrados, tanto de los ejecutantes, como de los contratantes.
Las diversas valoraciones del concepto calidad, presentan también serias dificultades para este proceso, pues aunque existen definiciones claras al respecto en el campo del arte y del teatro, se convierten, a veces, en subjetivas y relativizadas por quien las evalúa.
Podríamos seguir enumerando una serie de constantes en la actividad teatral que inhiben o se anteponen a los criterios de gestión. Definitivamente no por una negación a priori, sino por una larga tradición, formas de pensar relacionadas al hecho teatral y a su funcionamiento. Creemos que es posible encontrar un punto de equilibrio entre el arte y la empresa.
Por ello es importante proponer algunas formas para resolver estos “inconvenientes” que tarde o temprano tendrán que ser eliminados, para dar paso a una nueva relación de la actividad teatral entre la economía y la empresa. Es definitivo que el teatro tendrá que evolucionar adaptándose, pero también exigiendo a los conceptos vigentes un lugar propio, respetando sus características primigenias, sin perder su esencia y su responsabilidad social.
Mucho de lo que puede ayudar es encontrar el sitio que le corresponde al teatro, no solamente como actividad artística, sino como modelo de negocio, a final de cuentas lo es, con sus sui generis características.
El teatro nació como un rito, un evento que el hombre requería para explicarse el mundo, es decir, dio satisfacción a una necesidad de explicarse y entender el mundo. ¿No es este el principio de la actividad económica también? Se busca satisfacer una necesidad e incluso se crea, para así poder generar un beneficio. Entonces, no es muy grande la distancia que las separa, están más cerca de lo que nos permitimos creer.
En la antigüedad se establecieron modelos que permitieron la creación teatral, que aún respondiendo a los requerimientos de las diferentes épocas, lograron brindarnos los más brillantes momentos del teatro universal. De alguna forma se negocio, se establecieron las reglas de empresa (El teatro Isabelino y Shakespeare son un claro ejemplo de ello), y aun dentro de un modelo económico el arte, no solamente sobrevivió, sino se magnificó.
Hoy es ciertamente indispensable el apoyo y la subvención, no solamente del estado, sino de la iniciativa privada, para mantener vivo un arte que requiere continuar su camino, es de vital importancia que el teatro se vea como un negocio, pero un negocio que también es susceptible a no generar ganancias de retorno en términos económicos, pero que si genera ganancias altísimas en lo social.
Tenemos que cambiar la perspectiva y entender que el arte es parte sustancial de la condición humana y que es necesario para la vida, tanto como los alimentos.
Pensemos en dotar a las artes escénicas de una jerarquía que exija estudios y análisis de mercado, pero que al tiempo permita la exploración del alma humana y que refleje a la sociedad su momento, lo que la humanidad ha sido y las apuestas de lo que será.
Es el momento de negociar, de ceder, pero también de exigir con sabiduría y a partir de las realidades que nos atañen. Hay que convertir al teatro en el negocio de la vida, de la conciencia social, del reflejo del alma humana, de la educación, del placer, de la diversión. Aceptar que es un producto o un servicio, como se quiera ver, pero ante todo no permitir que se convierta en una mercancía sin su principal valor: el reflejo de lo que somos.
Referencias
- Pérez, Martín, M. A. (2002) Gestión de proyectos escénicos. Ciudad Real: Ñaque Editora.
- Fernández T. A. (S/F) Gestión empresarial y teatro. Material UNIR
Datos para citar este artículo:
Jose Antonio Torres Falconi. (2021). Obstáculos en la aplicación de criterios de gestión empresarial al sector teatral (y cómo resolverlos). Revista Vinculando. https://vinculando.org/empresas/obstaculos-en-la-aplicacion-de-criterios-de-gestion-empresarial-al-sector-teatral-y-como-resolverlos.html
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