Manuel Ángel Gómez Cruz[1]
Rita Schwentesius Rindermann[2]
Laura Gómez Tovar[3]
Introducción
La agricultura orgánica, ecológica o biológica, como la se conoce hoy en día, existe desde hace más de 100 años, pero es hasta los años 90 del siglo pasado que tanto la producción como el consumo se expanden rápidamente, alcanzando tasas de crecimiento por arriba de 25%. México participa en ese movimiento de carácter mundial como productor y exportador de alimentos orgánicos. Sin embargo, es a partir de los primeros años del siglo XXI que la población mexicana empieza a conocer y apreciar ese tipo de alimentos, libres de productos químicos y cualquier otra sustancia o transformación peligrosas para la salud humana, y que el mercado doméstico inicia a desarrollarse.
Pero, ¿qué es la agricultura orgánica?, ¿qué es un alimento orgánico? ¿qué es el movimiento orgánico? Existen muchas definiciones e intentos por precisar ese fenómeno complejo, porque este tipo de agricultura[4] surgió al mismo tiempo en diferentes espacios geográficos, con diferentes experiencias históricas, diferentes objetivos, diferentes actores sociales, etc. Ante tal circunstancia, presentar una definición única no es conveniente, más aún, sería hasta imposible.
La Unión Europea ocupa indiscutiblemente la primera posición del movimiento orgánico, por ser su centro de origen moderno y haber acumulado más experiencia histórica al respecto que cualquier otra región en el mundo, tiene las tasas de crecimiento más altos y, no por último, ha declarado el fomento de su producción y consumo como prioridad de sus políticas públicas. Ante ello, no es de extrañarse que la Federación Internacional del Movimiento Agrícola Orgánico (IFOAM, por sus siglas en inglés) tenga su sede en Alemania, y destaque por su esfuerzo por cuidar la autenticidad del movimiento y por asegurar la veracidad de lo orgánico. Esta Federación ha establecido cuatro principios[5] de agricultura orgánica que guían a productores y consumidores, y precisan normas y estándares desde la producción hasta el consumo. Estos cuatro principios son: a) salud, b) ecología, c) justicia y d) precaución.
La agricultura orgánica debe sostener y realzar la salud de los individuos y de las comunidades, así como del suelo, de las plantas y de los animales como una unidad inseparable. Este principio resalta que la salud humana no puede separarse de la salud de los ecosistemas. Esto lleva a estándares de producción y transformación que excluyen el uso de pesticidas, fertilizantes químicos, aditivos alimenticios, hormonas, etc.
La agricultura orgánica debe ser basada en sistemas y ciclos ecológicos vivos, trabajar con ellos, emularlos y ayudar a sostenerlos. Este principio resalta la importancia de empoderar los sistemas de vida, en vez de su explotación. Esto lleva a estándares que demandan la integración de la producción vegetal con la animal, la rotación de cultivos, y la preservación de la fertilidad del suelo y de la biodiversidad.
La agricultura orgánica debe construirse sobre relaciones que aseguren la imparcialidad y justicia con respecto a las oportunidades comunes del ambiente y de la vida. Este principio resalta la importancia de las relaciones humanas de respeto y de igualdad entre productores, trabajadores, industriales, comerciantes, consumidores, etc. y lleva a estándares que incluyen los costos sociales y ambientales en el precio de los alimentos.
La agricultura orgánica se debe manejar de una manera preventiva y responsable para proteger la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras, y del ambiente. Esto lleva a estándares que van más allá de la evidencia científica y reconoce los conocimientos de los pueblos indígenas y las preferencias culturales.
Estos cuatro principios son las raíces del movimiento orgánico, sobre las que crece y se desarrolla también en México. Identificar la estructura, los alcances y problemas económicos, sociales y técnicos de este sector resulta una tarea relevante para favorecer a los productores involucrados, articular de manera directa la producción y el consumo de productos agrícolas y pecuarios, así como contribuir al diseño y desarrollo de una política agrícola para su estímulo futuro y desarrollo.
Para el presente artículo, el punto de partida fueron los resultados generados por el mismo CIESTAAM en los años anteriores e información proporcionada directamente por las agencias de certificación, como Certimex, Demeter, OCIA-México, Oregon Tilth Certified Organic (OTCO), Farm Verified Organic (FVO) y Naturland, o la publicada en Internet por otras instancias. La información proporcionada por los certificadores fue completada en un proceso de validación y actualización que se basó en el levantamiento de datos y detalles más precisos en campo, llamadas telefónicas y solicitudes de información por correo electrónico.
Los datos aquí presentados se basan en la información obtenida de casi 900 contactos, cuyas direcciones se encuentran en ese mismo documento. Contacto, en este caso, significa información obtenida de un productor particular o de un representante de una organización de productores que puede abarcar a más de 10,000 socios. Los resultados estadísticos del proyecto, Sistema de Seguimiento e Información de la Agricultura Orgánica de México, fueron publicados con la ayuda del Centro de Estudios para el desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la H. Cámara de Diputados, bajo el título: Agricultura, Apicultura y Ganadería Orgánicas de México " 2005.
El proyecto mencionado permitió analizar 244 unidades de producción orgánicas directamente en campo, aplicando 29 indicadores básicos a través de encuestas. El presente texto ofrece una interpretación y explicación de los datos estadísticos ya publicados y una mayor profundización sobre el estado actual de la agricultura orgánica en México. Los objetivos son principalmente dos, a saber: conocer los retos que enfrenta hacia el futuro el movimiento orgánico, y definir y proponer políticas para la promoción y desarrollo del sector.
El documento se divide en cuatro apartados: en el primero se caracteriza la agricultura orgánica de México (agricultura, ganadería y apicultura orgánicas; tipos de productores, etc.); el segundo aborda la problemática del sector, dividido en aspectos institucionales, técnicos y económicos; en el tercero se presentan varias propuestas para una política agrícola para estimular, promover y desarrollar la agricultura orgánica de México y, finalmente, se concluye con algunas consideraciones finales.
[1] Catedrático del PIAI-CIESTAAM, Universidad Autónoma Chapingo (UACh), [email protected]
[2] Coordinadora del PIAI-CIESTAAM; UACh, [email protected]
[3] Colaboradora del PIAI-CIESTAA y Catedrática del Departamento de Agroecología; UACh, [email protected]
[4] Si bien es cierto, que esa agricultura rechaza el uso de insumos de origen químico y artificial, limitarla a la sustitución por insumos de tipo natural sería llevarla a una nueva perversión. Lo que la agricultura orgánica realmente busca es el rechazo a la agricultura industrial y un cambio a una agricultura de justicia y que lleve a la realidad el componente de "cultura"?.
[5] IFOAM, 2005. Principles of organic agriculture;
Datos para citar este artículo:
Manuel A. Gómez Cruz. (2007). Agricultura orgánica de México: situación, retos y tendencias 2005. Revista Vinculando. https://vinculando.org/organicos/directorio_de_agricultores_organicos_en_mexico/agricultura_organica_de_mexico_situacion_retos_tendencias.html
Israel Zamora Pérez dice
Buenas noches somos pricipiantes en plantación de aguacates tenemos muchas dudas ya q no tenemos ningun apoyo para el crecimiento de las plantas. Nos gustaría saber más sobre cómo alimentar la planta para su crecimiento, aquí contamos con mucha ceniza de leña, carbón de huevo abono de gallina y de vaca deseamos saber los porcentajes para la fabricación de composta y si es beneficioso para la planta. Gracias