Desarrollo
La relación que existe entre la presión social y la conducta de la mujer viuda en España durante los siglos XVI y XVII, época conocida como Siglo de Oro, son dos de los aspectos que sobresalen en ‘La viuda valenciana’ de Lope Félix de Vega Carpio.
Leonarda, la viuda en cuestión, es un claro ejemplo de lo que una mujer de su condición social, en este caso la clase alta, es capaz de hacer en su deseo de romper las tradicionales normas sociales. Estos convecionalismos a los que Leonarda, como mujer viuda está atada, la impulsan a quebrar estas reglas para gozar de la vida libremente.
¿Cuál fue su lugar en la sociedad de entonces?, y ¿qué hizo para encontrar esa tan ansiada libertad? Estas son simplemente dos de las preguntas que surgen para el análisis.
Es mi propósito en este trabajo analizar los motivos y circunstancias que llevan a Leonarda a desafiar las reglas sociales de esa época, a través de una característica especial que esta obra contiene, y que debe ser explorada: el carnaval, tiempo en que se sitúa la trama de La viuda valenciana.
Por lo tanto, es imprescindible una pequeña investigación sobre esta festividad ya que está en íntima relación con el comportamiento de los personajes de la obra, en especial, la viuda. A medida que estudiemos las actitudes de Leonarda, como mujer viuda, veremos reflejados los cambios que se producen en su vida, pues ella, además de viuda, es joven y bella.
Leonarda, al ser una joven mujer, quiere gozar de la vida sin tener en cuenta los prejuicios que impone una sociedad sumamente estricta. Por otro lado, su viudez la obliga a mantenerse dentro de los códigos que le impone ese cerrado mundo en el que vive.
De esta forma, el carnaval pasa a ser la herramienta que usa Leonarda para mantener en secreto sus actitudes que se oponen abiertamente a lo que la sociedad demanda de ella y de cualquier mujer joven en su misma situación.
Las máscaras y los disfraces, de uso común durante el carnaval, serán el medio para que esta joven mujer, mantenga en secreto su vida privada, y así, conservar su honor. Hay que aclarar que la sociedad española tenía un concepto muy particular del honor, y cómo este se mantiene o no.
El honor o la honra, no se pierden cuando se transgreden las reglas sociales, sino cuando la sociedad se entera de ello. Por lo tanto, Leonarda se ve obligada a buscar una solución que le permita hacer lo que desea, y a la vez, que la sociedad no se entere. El engaño, las mascaras, los disfraces, junto con todas las actitudes permitidas durante el carnaval, se transforman en aliados de la joven para lograr estos objetivos.
Mikhail Bakhtin que ha estudiado extensamente todo lo relacionado al carnaval y su celebración, nos explica en su libro Rabelais y su mundo, lo que significaba para la sociedad medieval la festividad carnavalesca. Bakhtin hace hincapié en que la cultura popular no oficial de la edad media, e incluso del renacimiento tenía su propio territorio y su propio tiempo particular, el tiempo de las ferias y fiestas (154).
Es fundamental destacar que las clases mandantes, la aristocracia, la nobleza, y hasta el clérigo se involucraban en las celebraciones, e incluso, este espíritu carnavalesco trastocaba su conducta. Esta idea de ‘cambio’ que produce el carnaval es aseverada por Donald Frame en su libro Francois Rabelais cuando explica que esa ‘fiesta popular cambia los valores oficiales poniéndolos boca abajo, favoreciendo lo grotesco sobre lo clásico’ (104), y además destaca que ‘la cultura del día de la fiesta hace a todos iguales y muy seguido convierte a reyes en tontos’ (105).
Había, en consecuencia, una igualdad social que solo se podía lograr durante el carnaval, y que se ponía de manifiesto en el trato que el pueblo recibía sin importar su condición económica, ni al estrato social al que pertenecía.
El destacado autor mexicano Octavio Paz, incluyó en su libro El laberinto de la soledad un detallado análisis del concepto de ‘fiesta’ tal cual se lo percibía en el carnaval. Nos dice que ‘en estas fiestas desaparece la noción misma de orden. El caos regresa y reina la licencia. Todo se permite: desaparecen las jerarquías habituales, las distinciones sociales, los sexos, las clases, los gremios. Los hombres se disfrazan de mujeres, los señores de esclavos, los pobres de ricos’ (59).
Paz resume claramente lo que se acostumbraba durante el carnaval medieval: la idea de ‘caos’ o desorden social, agregado a que los valores morales se dejaban de lado mientras duraran las festividades. Las reglas se pueden romper sin que el que las transgrede sufra consecuencias, sin embargo, es necesario disfrazarse para mantener el anonimato, y por lo tanto, el honor.
Dentro de este contexto aparecen los personajes de ‘La viuda valenciana’ donde Lope de Vega juega con el clima de iniquidad que contagia el carnaval. Leonarda, el personaje central, es viuda, joven, hermosa y rica. Está acostumbrada a rechazar propuestas de matrimonio, y es por eso que su criada Julia y su tío Lucencio, tratan en vano de convencerla de que se case nuevamente, ya que no se ve bien que siga soltera.
Por casualidad ve a Camilo, de quien se enamora, y entonces Urbán, el criado de Leonarda, será el encargado de llevar al joven a las secretas citas con su ama. Camilo, entonces, interesado en Leonarda, rompe su noviazgo con Celia, a pesar de las quejas de esta, mientras es vigilado por Leonarda y Julia.
Por su parte, Otón, Valerio, y Lisandro, los tres caballeros que pretenden a Leonarda, reciben numerosos desplantes de parte de ella. Estos argumentos secundarios de la trama central, que es Leonarda y su mundo, amplían el tema del honor, ya que cada quien mantiene en secreto su plan.
El tono divertido y amoral de los personajes se contagia con la trama irónica que propone Lope de Vega. A la vez, ayuda a disimular la falta de valores morales de los personajes, ya que el qué dirán y las críticas de la sociedad quedan en un segundo plano.
Para lograr ese clima de misterio que pretende Lope de Vega, Julia, la criada de Leonarda apaña y cubre a su ama de todas sus picardَías, mientras que Urbán arregla en secreto sus salidas con Camilo.
El doble uso del concepto del honor queda manifestado por parte del autor cuando en la introducción de la obra dirigida a la señora Marcial Leonarda menciona: ‘discreta fue Leonarda, (así lo es Vuestra merced y así se llama) en hallar remedio para su soledad, sin empañar su honor…’(67). Con la expresión ‘sin empañar su honor’, Lope de Vega podría estar haciendo referencia a la idea de que todo lo que se mantenía exitosamente en secreto, preservaba el honor.
El argumento de la obra refleja este pensamiento, el hecho de mantener ocultas las acciones que pudieran dañar la honra ante el ojo público. Por eso es que ambientar la obra durante la celebración del carnaval, le permite al autor encubrir la verdadera forma de ser de los personajes.
Con respecto a este particular concepto del honor, nos dice Juan Oleza que en ‘La viuda valenciana’, ‘la identidad de la protagonista está a punto de ser descubierta por el amante, que ha conseguido descubrir la del criado, ella, Leonarda, traspasa el criado a una prima suya, de manera que el amante crea que la dama enmascarada de las noches de pasión es la susodicha prima’ (212).
Esta situación obliga a que Urbán le pregunte a Leonarda: ‘pues dí, ¿quieres deshonrar a tu prima?, ¿no es desvarío?, a lo que Leonarda le contesta con suma frialdad: ‘Urbán, por este honor mío, todo se ha de perdonar, caiga esa mancha en mi prima y líbrese mi opinión’ (82).
El mantener el honor es tan importante en esa sociedad, que justifica el uso de la máscara, el engaño y la mentira. Sin embargo, los tres caballeros al sentirse engañados, elaboran un plan para recuperar ese honor perdido ante la sociedad española.
Para ello, Valerio exclama, ‘una sátira le hagamos’, a lo cual Otón agrega, ‘vive Dios, que es gran bajeza, sin duda la deshonramos’, y Valero culmina con, ‘mejor será que cantemos o que de repente echemos en loor de los amantes’ (175). Al vengarse de Leonarda por lo que les hizo, la deshonran, y al mismo tiempo recuperan el honor perdido.
Sin duda, Lope de Vega, destaca y critica a la vez, las costumbres impuestas por una sociedad dura y totalmente represiva hacia la mujer obligándola a recurrir al engaño como herramienta de salvación. Esto queda de manifiesto cuando Julia le comenta a su ama Leonarda que: ‘Por extraño modo has hecho tu gusto, sin que tu honor quede manchado o deshecho’ (86). Este ‘extraño modo’, se refiere al comportamiento hipócrita de Leonarda, que queda encubierto por la celebración del carnaval.
En relación a ese ‘extraño modo’, con el que se comportan Leonarda y los demás personajes, nos da a entender Bakhtin que era común verlo en todos los niveles sociales, incluyendo los escalafones más altos.
Bakhtin sostiene que aquí hay una dimensión en la que esta debacle social juntamente con el abuso son acciones simbólicas dirigidas a un nivel superior en el que se puede incluir al rey (197). Pero este ‘extraño modo’ incluye también los elementos distintivos del carnaval, entre los que se debe mencionar el uso de la máscara.
En su análisis sobre este elemento vital de la fiesta carnavalesca, Bakhtin concluye que un tema extremadamente importante es el de la máscara, ya que, en su opinión, es el más complejo de la cultura popular.
Para Bakhtin, la máscara está conectada con la alegría del cambio y la reencarnación, y relacionada con la transición, la metamorfosis y la violación de los hábitos naturales. Contiene el elemento lúdico de la vida, se basa en una interrelación peculiar de la realidad y la imagen (39). La máscara, como elemento para encubrir la verdadera identidad, brinda la posibilidad de ese cambio de personalidad, o como lo llama Bakhtin, metamorfosis.
A la vez, ayuda a no ser reconocido por otros, y por ende, la libertad de romper las normas sociales sin temor a perder el honor. La imagen que brinda la persona que usa la máscara es falsa, y de eso se trata el carnaval.
Esta idea queda aseverada por Lope de vega cuando Leonarda le explica a Urbán: ‘Pues con esta licencia, ponte una ropa extremada, y una máscara, y camina a hablar a aquese galán’, a lo que Urbán le responde: ‘Luego bien ha de ver él adonde vivís y a mi’.
Sin dudar Leonarda le contesta enfatizando otra vez que, ‘con máscara irás, y para que nada note le pondrás un capirote’ (75). Lope de Vega establece de forma clara y concreta la idea de cómo se debe defender el honor por medio de esta original combinación de disfraz y máscara.
Para hacerlo, debió entonces ambientar su obra en el período en que se celebraba el carnaval. Juan Oleza en su artículo La comedia: el juego de la ficción y el amor, recalca este concepto al expresar que: ‘es carnaval y tiempo de máscaras, por lo tanto una más dando tumbos por la ciudad no llama la atención del vecindario’ (203).
Oleza está en lo cierto al mencionar el hecho de que lo que se trata es de pasar desapercibido y no ser reconocido por nadie. Esto nos da a entender también, que era normal ver gente con máscaras y disfraces por la calle durante el carnaval medieval.
Se debe aducir también que el hecho de que en ‘La viuda valenciana’, la mayoría de estas acciones ocurran por la noche, le agrega otro elemento de misterio que se suma al hecho de no querer ser reconocido por otras personas.
Leonarda le aclara a Urbán que, ‘esta noche irás por él…y entrarás a oscuras’ (75). Máscaras, disfraces, noche y oscuridad son elementos indispensables que se relacionan con el carnaval, y vitales para mantener la honra intacta.
Al igual que Leonarda, sus pretendientes se disfrazan para mantener anónimas sus identidades. Lope de Vega utiliza este método eficazmente, y así Otón, Valerio, y Lisandro se disfrazan de libreros, mercaderes de pinturas, y vendedores de pastillas y perfumes.
La idea de transformar su personalidad, aunque sea momentáneamente, está de acuerdo con el espíritu del carnaval medieval. Sobre este tema, Frederick de Armas afirma que: ‘el carnaval hace posible ciertas transformaciones que serían más difíciles en otros momentos. El carnaval es el momento en que muchas leyes sociales pierden su rigor. Lope usa el carnaval para proponer un neoplatinismo que no se rige por las leyes sociales de la época’ (63).
Este neoplatinismo está dado por la idealización de los pretendientes y de Leonarda misma, ya que en realidad, Leonarda no ha visto a ninguno de ellos, ni ellos a Leonarda, pero aún así, la aman. En la voz de Leonarda se enfatiza que, ‘ya ves cómo anda alterada con sus máscaras Valencia’ (75). Este comentario de Leonarda a Urbán nos hace pensar que esas ‘máscaras’ por las cuales la ciudad está alterada, se refiere a los secretos que mantienen aquellos que están festejando el carnaval.
La ciudad se altera, cambia, se transforma porque sus habitantes sufren esa metamorfosis voluntaria pero necesaria para mantener el honor, tan importante para la sociedad española. Es claro que Leonarda juega con su estado civil al pretender ser algo que no es, pero de lo que puede sacar ventaja durante el carnaval.
Camilo se pregunta sobre Leonarda: ‘¿casada o doncella en duda?, ¿es viuda?, ¿es tal que se muda en casada y en doncella? Ante tal pregunta, Urbán le responde que ‘ni es viuda, ni casada, ni doncella, ni violada, de la alguno que la desdeña’ (76). Se pone en duda el comportamiento de Leonarda, por eso es que Camilo se cuestiona sobre el estado civil de la joven ya que si fuera viuda se comportaría de una forma completamente diferente.
Según Mariló Vigil en su libro La vida de las mujeres en los siglos XV y XVI afirma ‘que las viudas deben estar encerradas y si alguna vez tienen que salir de casa que salgan muy cubiertas, tarde, acompañadas de dueña, y además que vayan por sitios donde no haya gente aunque tengan que dar más vuelta’ (195).
Esta serie de reglas estrictas, aunque parezcan ridículas, fueron creadas para establecer el comportamiento de la mujer viuda, especialmente cuando se encontraba en público. Cualquier otro comportamiento, fuera de esas reglas preestablecidas le harían perder su honor.
Vigil agrega que la viuda ‘ha de ser quieta en las cosas de afuera, si no además hacerse vieja aunque no lo sea porque en el interior del alma ha de amar la quietud’ (196). Indudablemente, el carnaval representa la única oportunidad que tiene Leonarda de actuar según su verdadera edad, la de una joven mujer, ya que por esas reglas sociales impuesta a la mujer viuda, el resto del año tendrá que actuar como una mujer vieja aunque no lo sea.
Se entiende entonces que para actuar como una viuda joven necesita la máscara y el disfraz para no contradecir a esa intolerante sociedad en la que vive. Cuando su tío Lucencio trata de convencerla que la mejor decisión para ella sería casarse, le pregunta: ‘¿cómo piensas conservarte, ya que tan resuelta vienes, en el estado que tienes tantos años sin casarte?, a lo que la viuda le contesta, ‘la viudez casta y segura: ¿no es de todos alabada?’ (70).
Lo que le preocupa al tío de Leonarda es cómo hará su sobrina para mantenerse viuda tantos años siendo joven, pero a la vez cumpliendo con las reglas que le impone esa injusta sociedad. Sin dudas, él no ve otra solución que el casamiento para que pueda mantener su honra.
Por su parte Leonarda cree que la viudez le otorga respeto y seguridad, ya que cuando quiera transgredir las reglas sociales y comportarse como una mujer joven sabe que habrá otro carnaval en el cual podrá, por medio de máscaras y disfraces, mantener anónima su verdadera identidad.
Como menciona Juan Oleza en El juego de la ficción y del amor: ‘es el triunfo del mundo al revés, de la excepción sobre la regla, de la ficción sobre la realidad, del amor sobre el matrimonio, del deseo herótico sobre el honor’ (207). En el mundo carnavalesco en el que vive Leonarda, la regla pasa a ser la excepción, y la excepción la regla.
A pesar de que al final de la obra, Leonarda se casa, y por lo tanto, se ajusta más a lo que la sociedad espera de ella, queda demostrado, que se pueden romper las reglas tradicionales que impone una sociedad implacable como la española de los siglos XVI y XVII, y aún mantener el honor. Para ello, lo único que necesitó Leonarda fue la festividad del carnaval, y el uso de disfraces y máscaras que le permitieron transformarse en lo que no puede ser durante el resto del año.
Obras citadas
- Bakhtin, Mikhail, Rabelais and his world, Indiana University Press, 1984.
- De Armas, Frederick, Mujer y mito en el teatro clásico español, Pennsilvaya, 1993.
- Frame, Donald, Francoise Rabelais, Library of Congress Cataloging in Publication data, NY, 1977.
- Lope de Vega, La viuda valenciana, Ediciones Carpe, Madrid, 1956.
- Oleza, Juan, El juego de la ficción y del amor, Universidad de Valencia, 1990.
- Paz, Octavio, El laberinto de la soledad, Fondo de la cultura económica, México DF, 1990.
- Vigil, Mariló, La vida de las mujeres en los siglos XVI y XVII, Editores Siglo Veintiuno, México, 1994.
Datos para citar este artículo:
Jorge Nisguritzer. (2018). Carnaval y sociedad en “La viuda valenciana” de Lope de Vega. Revista Vinculando, 16(2). https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/carnaval-y-sociedad-en-la-viuda-valenciana-lope-de-vega.html
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