Desarrollo
Hace poco, muy poco realmente mientras conversaba amenamente con unas compañeras de trabajo escuche para bien o para mal sobre "la maldición de la edad de la desesperación" en boca de una mujer, relativamente mayor (pasaba de los 50 años), que tiene 3 hijos jóvenes con la vida hecha y de un nivel educativo envidiable; como hablaba de "la edad" mi curiosidad iba hacia cual era esa desdichada edad, siendo 28 el infortunado numero que brindo como dato, no tarde mucho en darme cuenta de que lo que ella trataba de decirme con "la edad de la desesperación" no era otra cosa sino una manera cómica de explicar lo que en las cabezas de muchas, miles, millones, de mujeres piensan sobre el miedo a no llegar a casarse, a no llegar a tener hijos…. a quedarse solteronas, a vestir santos, o como le quieran llamar.
Su teoría era más o menos así: cuando una mujer llega a los 28 años y no se ha casado, no tiene un novio a la vista, ni siquiera un amigo cariñoso o un prospecto con pronóstico favorable, empieza en ella una inquietud respecto a si se quedara sola o si llegara a formar una familia, esta inquietud pasa a formarse en desesperación cuando en este proceso uno "coge lo que le caiga", llegando en ocasiones a juntarse con gente no grata por el siempre hecho de que "hay que aprovechar ahora la juventud para conseguir pareja antes que después no se pueda por el obvio hecho de que los años pasan y la juventud se acaba" haciéndome acordar una frase que escuche en mis épocas universitarias refiriéndose al amor y a la necesidad de este que decía: "la gente hambrienta hace malas compras" no pide evitar sentir una especie de miedo frente a lo expuesto, más aún cuando a después la maestra en el tema me dio una serie de casos documentados en su memoria sobre familiares, amigos, conocidos, artista de cine y televisión que pasaron por ese etapa y que confirmaban su teoría.
Escuchándola pacientemente y sin poder tranquilizar a mi mente sobre lo que trataba de explicar, cayendo en cuenta que según su teoría solo me quedan 2 años para caer en dicha maldición empecé a pensar en su idea, que se quiera o no, es una repetición de lo que usualmente escuchamos en la calle, ya sea por personas mayores que llamaríamos con "pensamiento antiguo" o en boca de contemporáneas amigas, vecinas, colegas, etc.
¿Que ocurre en nuestras mentes cuando estamos prontas a llegar a los 30 años, que miedo empieza en nostras, es verdad que simplemente nos desesperamos y que vemos con envidia cualquier mujer que tienen lo que le es básico a una mujer para ser completa, osea marido, hijos y una casa linda?
¿Indefectiblemente toda mujer normal pasa por un proceso de crisis emocional y un desequilibrio sobre su propia seguridad llegando a resignarse a tener al lado una persona que no valga la pena?
Después de días de inquietante reflexión sobre el tema, hable por telefoneo con una colega que tenia una visión diametralmente opuesta a la de mi anterior compañera, la cual empezó a explicar ferozmente como ese proceso había pasado de moda, se ponía a si misma como ejemplo vivo de como una llega a pasar os 30 sola, metida completamente en el trabajo, con un prospecto profesional muy bueno, sueldos sobre la media, dedicándose como una especie de culto a mantener las buenas formas de su cuerpo y manteniendo una vida social envidiable. ¿Puedes querer cambiar todo esto por una familia?, me preguntaba ella, ¿puedes querer esclavizar tu propia libertad?
Mas confundida que al principio con dos puntos de vista tan opuestos no pude más que reflexionar sobre como empezamos a irnos a los opuesto de una manera tan radical que asusta.
Por un lado están las anti matrimonio, anti hijos y anti cualquier compromiso formal, una especie de generación narcisista, que considera los matrimonios y los hijos como anticristos que limitan su capacidad de crecimiento, cuyo objetivo en la vida es engordar y endiosar su yo y con un miedo al compromiso tan devastador que termina alejándose de todo lo que derive eso.
Y por otro lado las "sino me caso, me muero" que tienen la figura de la realización única como el hecho de procreación y de tener una familia, las que el miedo a la soledad y a quedarse "solteronas" y sin hijos es una pesadilla desastrosa que va empezando a hacerse cada vez mas repetitiva conforme se acercan a los 30 y que entran el la "etapa de la desesperación" para aliviar ese dolor, tomando lo que venga sin tener en cuenta la calidad de la relación.
Todo extremo es malo me decían de adolescente… mientras yo escuchaba esa frase y solo pensaba en lo aburrido que sonaba; ahora con muchos años más encima encuentro a esta frase muy lógica y me puse a pensar cual seria entonces el punto medio a estas radicales enfoques llegando a concluir en cuatro puntos:
Primero: Cada ser humano tiene prioridades diferentes, para algunos es terminar los estudios, tener mucho dinero, salvar al mundo, aniquilar su jefe, estar mas delgadas o tener hijos y una familia, prioridades que conforme pasa el tiempo, maduramos, crecemos, vivimos y logramos cosas van variando. Nada es estable, menos las ideas que cada uno tiene.
Segundo: Las relaciones que llegamos a tener en nuestra vida no son grilletes en nuestros pies, cada hombre que llega es una opción, una forma de conocer , la cual nos es dada de forma maravillosa con la libre elección de continuar o no, pero, por que esa elección tiene que ser menos libre conforme pasan nuestros años, si eliges bien los resultados son buenos, si te ciegas y escoges lo que te venga, estaremos casadas pero infelices y frustradas. ¿Te puedes empezar a desesperar cuando llegas a los 30 y haz elegido libremente no estar con las parejas con las que te topaste por que no era lo que necesitabas en ese momento? Algunas diferencias son irreconciliables y deben ser aceptabas así.
Tercero: El anti compromiso es una idea que se viene gestando de manera silenciosa pero dramática, no hay mejor defensa que el ataque me decían, antes que me den un puñete, yo golpeo; entonces, no es una forma más de no salir heridas, no es una forma más para que cuando no recibas no te sientas mal y vaciá, me centro en mi por que yo misma no me puedes defraudar, el resto del mundo si. Pero no podemos esperar a deshacernos del miedo para avanzar, solo podemos avanzar con el.
Y por ultimo, aveces es mortal tratar de disfrazarte para alguien sin antes saber bien como eres realmente, se flexible, ten en claro tus prioridades pero también sé consciente que estas pueden variar conforme pasa el tiempo. No es feminismo, es simplemente amor por una misma, al final todos buscamos sentirnos bien, lo que pasa es que tomamos caminos diferentes.
Datos para citar este artículo:
Giuliana Vasquez Varas. (2010). La mujer y la "edad de la desesperación". Revista Vinculando, 8(2). https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/la_mujer_y_la_edad_de_la_desesperacion.html
Lucy dice
Hola, estoy en los 27. Y creo que estoy en “la edad” jaja, vi que este blog fue publicado hace años y pienso exactamente como tú a esta edad. Es trsite que al rededor giran personas con pensamientos tan radicales como las que describiste y eso a veces me hace sentir mal, pero recapacito y vuelvo a creer en que mi felicidad es mi creación no de ellos.
Me podrías comentar tu experiencia.
Saludos y un gran abrazo.
Afv dice
Excelente :) inspirador y reflexivo