(Del 1o de febrero al 20 de marzo).
El espacio abierto por ambos ejércitos al declarar el cese al fuego, posibilitó la realización de los diálogos entre el Gobierno Federal y el EZLN en la catedral en San Cristóbal de las Casas. Las redes de ocpds fueron invitadas especiales a participar en este proceso a través del reconocimiento a su papel civil de distensión y de contribución al diálogo y a la vía pacífica para resolver el conflicto chiapaneco.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), inició en el mes de febrero una estrategia de interpelar, llamar, convocar a los pobres, a las organizaciones de la sociedad civil, a los intelectuales, a la ciudadanía en general, a tomar parte en el proceso de generación de alternativas para los problemas graves de Chiapas y del país.
El EZLN tenía un conocimiento fino del comportamiento de los diversos actores de la sociedad chiapaneca, como se revela claramente en el análisis hecho en el texto: "Chiapas, el sureste en dos vientos, una tormenta y una profecía"[1]. En particular, el trabajo de las ocpds chiapanecas en defensa de las causas indígenas por métodos pacíficos, era bien conocido por el grupo armado. Es por eso que, ante los ataques a las ocpds y sus miembros, el EZLN empezó a señalar su valoración de las organizaciones de la sociedad civil.
El 2 de febrero el periodista de La Jornada y reportero del periódico Tiempo, de San Cristóbal de las Casas, arquitecto Gaspar Morquecho, amigo de los expulsados de San Juan Chamula, socio fundador de la ocpd Chiltak, A.C., que quiere decir "Compañero" en tzotzil, fue acusado de ser zapatista. El EZLN le envía una carta donde dice:
"… Pero, cuando vengan los policías e inquisidores a amedrentarlo, dígales usted la verdad señor Morquecho. Dígales que ustedes siempre levantaron la voz para advertir a todos que, si no cambiaban esas injustas relaciones de opresión cotidiana, los indígenas iban a reventar. Dígales que ustedes siempre recomendaron buscar otros caminos, legales y pacíficos, por los cuales andar esa desesperación que rodeaba a las ciudades todas de Chiapas… Dígales usted que, junto a otros profesionales honestos, doctores, periodistas y abogados buscaron apoyos en donde fuera para impulsar proyectos económicos, educativos, culturales que aliviaran la muerte que se iba tejiendo en las comunidades indígenas. Dígales que ustedes siempre buscaron un camino pacífico y justo, digno y verdadero. Dígales usted la verdad, señor Morquecho…. Dígales a todos ellos (los de Tiempo y los de Chiltak) que si los que hoy gobiernan tuvieran la mitad de la estatura moral que ustedes tienen, no hubieran sido necesarios los fusiles, ni los pasamontañas, ni la sangre en las montañas del sur de San Cristóbal, ni en Rancho Nuevo, ni en Ocosingo, ni en las Margaritas, ni en Altamirano…[2]
En este mismo período, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con fecha de 1o de febrero, hizo el siguiente llamamiento, aunque en realidad debido a retenes y correos, éste llegó a los medios de comunicación hasta el domingo 6 de febrero en que fue publicado por los periódicos "El Tiempo" y "La Jornada":
"A todas las organizaciones no gubernamentales de México… El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se dirige respetuosamente a todos ustedes para hacerles una atenta súplica… Con el fin de reducir al mínimo los roces indeseados entre las partes en conflicto, es necesario que en torno al lugar del diálogo se forme un Cinturón de Seguridad o Cinturón de Paz que evite, con su presencia, la presión, intimidación o hasta la agresión de una de las partes en conflicto hacia la otra…"[3].
El 7 de febrero, simultáneamente CONPAZ desde Chiapas y la Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia, el Foro de Apoyo Mutuo[4], la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, Produssep, el Frente por el Derecho a la Alimentación, el Colectivo Mexicano de Apoyo a la Niñez y el Movimiento Ciudadano por la Democracia, respondieron conjuntamente a la propuesta del EZLN:
"Creemos que en el diálogo que se acerca entre el EZLN y el Gobierno se definirá en mucho el destino de la nación. Las organizaciones no gubernamentales que hemos trabajado en Chiapas y en muchas otras partes del país con aciertos y desaciertos por colaborar en la construcción de una sociedad más justa, estamos dispuestos a contribuir, aunque de una manera muy modesta, a que el clima en el que se lleven a cabo las conversaciones sea el más adecuado para asegurar su desarrollo.
El espíritu que ha movido nuestras caravanas por la paz y los derechos humanos, de abrir cercos, forzar treguas y atender a la población civil es el mismo espíritu con el que ahora decididamente aceptamos estar presentes. Las ong’s que estamos dispuestas a acudir y formar, en la medida de nuestras posibilidades, un espacio civil en torno de las pláticas, queremos simbólicamente representar el anhelo de todos los mexicanos por una participación verdadera en los destinos del país…[5]"
"Diversas ong’s del país, que desde tiempo atrás hemos venido sumando esfuerzos para avanzar en diversos ámbitos de la vida social, consideramos que es un deber de todo mexicano dar su aporte… para que la paz con justicia que reclama la situación actual sea una realidad… hemos tomado la decisión de apoyar firmemente la propuesta de varias ong’s de Chiapas, integradas en la Coordinación de Organizaciones No Gubernamentales por la Paz (CONPAZ)…"
No pretendemos representar a toda la sociedad civil, sólo nos percibimos como una parte útil de ella cuya autoridad moral ha sido reconocida explícitamente por ambas partes… nuestra presencia obedece exclusivamente a coadyuvar a la búsqueda de la paz con justicia y dignidad…"[6]
En respuesta a la convocatoria del EZLN, CONPAZ, en estrecha coordinación con redes nacionales, se dió a la tarea de convocar a ocpds y ongs de todo el país a participar de manera organizada en el Cinturón de Paz. CONPAZ propuso a este esfuerzo el nombre de Espacio Civil por la Paz (ESPAZ). El nombre fue aceptado por todos los participantes del Cinturón, a fin de crear un dispositivo social de carácter eminentemente ético que contribuyera a una solución negociada.
"…crear un ‘Espacio de Paz’, esto es, un lugar, una situación y un estado de ánimo en la propia área del conflicto bélico, dentro de nuestras fronteras y sin mediaciones externas, en la que las partes del conflicto tengan la posibilidad de escuchar y de ser escuchadas para llegar a una solución no sólo incruenta sino satisfactoria para TODOS los mexicanos. Estas organizaciones hemos decidido formar un espacio civil por la paz (ESPAZ), como una peculiar contribución de la sociedad al establecimiento de las condiciones necesarias para asegurar junto con quienes compartan nuestras mismas inquietudes, el desarrollo de un diálogo que conduzca a una paz con dignidad, justicia y democracia…"[7]×
Otras organizaciones y redes también respondieron al llamado. El 9 de febrero, dos días después, el Pacto de Grupos Ecologistas realizó una acción simbólica de reconocimiento al EZLN para contribuir a la creación de un cinturón de seguridad, en respuesta al llamado del CCRI-CG-EZLN a todas las ocpds de México, en
los siguientes términos:
"En su Asamblea Nacional XVII, el Pacto de Grupos Ecologistas, PGE, acordó… que se reconozca formalmente al EZLN como un ejército, como una fuerza beligerante, para que se le apliquen las normas de la Convención de Ginebra… No podemos dejar de reconocer que la razón y la justicia le asisten a las comunidades indígenas en su digna lucha armada, como un último recurso desesperado… Este conflicto ha sacado a la luz la ignorancia y el racismo de nuestro sistema social y educativo que ha ignorado la sabiduría, modelos de desarrollo y formas de organización indígena como culturas vivas que tienen mucho que aportar al desarrollo integral del país…
Esta crisis no sólo ha puesto en evidencia el primitivo y antidemocrático sistema social y político caciquil y racista de Chiapas y del país mismos, que ha propiciado el etnocidio y el ecocidio terminando con las tres cuartas partes de la selva lacandona, sino también las contradicciones del modelo centralista de desarrollo, que explota los recursos biológicos y energéticos de la periferia beneficiando de forma inequitativa al centro… Ya basta. Sin democracia directa… es imposible resolver las apremiantes necesidades sociales y ambientales que demanda la nación…[8]"
Como puede verse, las respuestas a la convocatoria zapatista fueron inmediatas, desde diversas organizaciones civiles y redes, y desde variadas ópticas sociales y políticas.
De esta manera, a partir del 11 de febrero y hsta el 3 de marzo, se dieron cita en San Cristóbal de las Casas 679 personas, cada una de ellas con sus propias expectativas en torno al conjunto de significaciones personales y sociales que dicho espacio implicaba. Provenientes de 24 estados del país, miembros de poco más de 150 organizaciones, se sintieron interpelados para cuidar durante casi dos semanas, noche y día, la Catedral, donde se realizaron las conversaciones de Paz entre el EZLN, el Comisionado por el gobierno federal para la Paz y la Reconciliación, Manuel Camacho Solís y el Mediador para la Paz, Samuel Ruiz García.
Antes de que se iniciaran formalmente las conversaciones para la paz, alrededor del 15 de febrero se publicó por primera vez el boletín: "La Guacamaya", órgano de CONPAZ en el que participaron 73 ocpds de 24 estados del país, para informar lo que pasaba en Chiapas. En este número llama la atención un reporte que señala que a causa del conflicto han sido desplazados de sus hogares 12 mil personas, que ahora se encuentran repartidos en diferentes poblados, aunque en su mayoría habían llegado a San Cristóbal de las Casas y permanecían en albergues provisionales[9].
Frente al problema de los desplazados, que muy a menudo fue ocasionado por rumores de presidentes municipales del PRI, CONPAZ propuso: información oportuna; caravanas mixtas de desplazados formadas por ocpds de derechos humanos, promotores de salud y otros, dirigidas hacia los lugares de origen de los desplazados, a fin de levantar ahí clínicas e instalar un acompañamiento civil; adquirir radios para comunicación urgente, llevar alimentos y medicinas a los lugares de donde puedieran surgir más desplazados. La estrategia de CONPAZ estaba orientada a favorecer condiciones que garantizaran la permanencia de la gente en sus comunidades y a evitar los desplazamientos que tantos rencores y problemas estaban causando ya entre las comunidades indígenas.
En realidad, las caravanas fueron un dispositivo plural de acción humanitaria de alcance político, puesto que permitieron dar cobertura a las comunidades, identificar problemáticas, diseñar mecanismos de atención, fortalecer relaciones con los grupos, llevar a cabo actividades prioritarias y dar seguimiento puntual a proyectos y acciones realizadas. Las Caravanas contribuyeron a asegurar el abastecimiento y la alimentación básica, permitieron que comunidades enteras permanecieran en sus lugares de origen e impidieron que se desplazaran hacia otras regiones del estado o del país a causa del hambre y la enfermedad.
Durante los meses de enero y febrero, el local de CENCOS, A.C, en la ciudad de México, donde se habían realizado muchas reuniones de organización y coordinación de amplia participación civil para buscar la paz, fue allanado cuatro veces con lujo de violencia y robos de material y equipo.
Antonio Riviello Bazán, secretario de la Defensa, señaló el 8 de febrero la versión oficial de las fuerzas armadas en relación a la intervención del ejército en el conflicto de Chiapas, diciendo que ésta se ajustó
"rigurosamente a las normas jurídicas que rigen su funcionamiento y a las normas éticas que inspiran su servicio…[10]"
El 12 de febrero Jorge Constantino Kánter organizó tres marchas de ganaderos para pedir la expulsión de las Hermanas de La Caridad de San Vicente de Paul, quienes desde 1976 atendían el pequeño hospital de San Carlos en Altamirano.
Del 12 al 19 de febrero, los miembros del ESPAZ se dieron a la tarea de cohesionarse y organizarse internamente: comisión de análisis e información, comisión de seguridad y protección, comisión de apoyo logístico y voceros. El quehacer cotidiano concreto, la definición de adversarios comunes, la distribución de tareas, el entrenamiento corporal de las brigadas, atravesar juntos los retenes, ver soldados todo el día, la ciudad semidesierta, la preparación de las conferencias de prensa, el sueño por la paz, fueron construyendo significados comunes, fabricando una imaginación compartida acerca del Cinturón de Paz y Seguridad en el que el involucramiento personal de cada uno de los participantes creaba la posibilidad colectiva. Se fue contribuyendo así a la viabilidad del diálogo y se fueron estableciendo los acuerdos fundamentales sobre el carácter de la presencia civil en el mismo. [11]
Pero la conformación del Espacio Civil por la Paz no fue solamente un mero cinturón de seguridad, sino que fue a la vez la oportunidad de conocer los problemas, de vivir, de algún modo, las más graves consecuencias de la acción del ejército mexicano y de los ganaderos de Ocosingo. Así pues, los miembros del Espaz conocieron de cerca, a través de una caravana en la que pudieron participar mientras se preparaban para el Cinturón de Paz, un caso muy grave, no resuelto hasta la fecha: en el ejido Morelia, del municipio de Altamirano, el 7 de enero, tres campesinos, entre ellos dos ancianos del pueblo: Sebastián Santiz López, Severiano Santiz Gómez y Hermelindo Santiz Gómez, delante de toda la comunidad, fueron llevados vivos por el ejército mexicano:
"Sebastián, Hermelindo y Severiano fueron introducidos a golpes a un vehículo militar que tenía una gran cruz roja pintada, aparentemente una ambulancia, tipo tanqueta. No se les volvió a ver con vida… El 11 de febrero, CONPAZ DDHH acudió a un llamado de la comunidad de Morelia: los restos mortales, huesos y ropas de Severiano, Hermelindo y Sebastián fueron hallados en un paraje cercano al camino que va de Altamirano a Morelia. La comunidad identificó las ropas, las botas, las dentaduras de sus compañeros…[12]
Ese mismo día, en la sala de prensa del Hotel Mazariegos de San Cristóbal de las Casas, a nombre de las ocpds que habían estado en Morelia, Martín Faz, coordinador de la Red de Derechos Humanos: "Todos los derechos para todos" dió una conferencia de prensa exigiendo que se investigara a fondo sobre estos asesinatos[13].
El Ejército Mexicano, al enterarse del descubrimiento de los restos, giró órdenes de detenerlos en Altamirano para estudiarlos, y envió a los médicos forenses militares, capitanes Hugo Reyes Rodríguez y Jorge Cruz Muñoz y tenientes Jesús Zepeda Bal
deras y César Pérez Medina. Lo que éstos hicieron fue revolver los restos de los cuerpos con otros huesos más viejos, dejando todos los huesitos juntos en una bolsa. Más tarde la presión de la población de Morelia, la presencia de la CNDH y de la Comisión de Derechos Humanos de CONPAZ permitieron que los forenses de Physicians for Human Rights, Clyde Snow y Thomas Crane, reconstruyeran los cráneos. Los restos volvieron a ser detenidos. Nuevamente los ganaderos azuzaron a la población desplazada contra la CNDH, las organizaciones de Derechos Humanos y la Caravana Universitaria Ricardo Pozas. La presión civil y política, la presencia de la CNDH y de periodistas connotados como Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer, los telefonazos al gobernador y la iniciación de los Diálogos en la Catedral de San Cristóbal, obligaron a que los restos fueran entregados a los familiares para que los pudieran enterrar. En ese momento, la CNDH y los asesores de Physicians for Human Rights concluyeron que esos tres hombres fueron víctimas de Ejecuciones Extrajudiciales. Sin embargo, poco después, el Lic. Jorge Madrazo no sostuvo su afirmación. Los restos fueron nuevamente detenidos, hasta que finalmente después de muchas penurias, fueron devueltos a los familiares. Los doctores Snow y Crane tomaron muestras del cabello y tejidos de los muertos y de hermanos de ellos y a través de la técnica del DNA de las células de ambos, demostraron posteriormente, de manera irrefutable, que los cadáveres encontrados sí correspondían a las personas que el ejército se llevó vivas ante cientos de testigos. Fue el segundo caso de pruebas fehacientes de la violación de los derechos humanos por parte del Ejército Federal. Unos meses más tarde cuando vino el dictámen de los doctores Crane y Snow, la CNDH, después de consultar a algunos expertos de la UNAM, señaló que en México no se contaba con la tecnología suficiente para poder verificar si las pruebas aplicadas en este caso eran confiables.
Otro caso semejante fue el de Jorge Mariano Solís López y Eduardo Gómez Hernández de 21 y 22 años respectivamente, que fueron detenidos vivos por la Policía Municipal de Las Margaritas el domingo 16 de enero y luego sacados por elementos del Ejército Mexicano de la cárcel municipal. El 24 de enero los cadáveres de estos dos campesinos aparecieron cerca de la comunidad de Agua Prieta, en el mismo municipio de Margaritas. Aquí también Physicians for Humans Rights participó demostrando que la muerte había sido causada por heridas punzocortantes hechas por la espalda.
De estas y otras graves violaciones a los derechos humanos habló el informe: "La rebelión de Año Nuevo: violaciones a los derechos humanos y al derecho humanitario durante el alazamiento armado en Chiapas", presentado por Human Rights Watch/Americas el 26 de febrero. El informe, redactado por Ellen Lutz y Sebastian Brett señala:
"… Las ejecuciones sumarias de cinco soldados del EZLN en el mercado de Ocosingo; la violación a la neutralidad de los médicos y el asesinato de once personas sacadas de un hospital en Ocosingo y la tortura, desaparición y muertes de tres hombres del ejido Morelia, cercano a Altamirano;
– la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) fue cómplice del encubrimiento en cada uno de los tres casos anteriores…. El gobierno mexicano no tiene la intención de investigar plenamente las violaciones a los derechos humanos y al derecho humanitario que de hecho ocurrieron, ni de procesar y castigar a los responsables…" [14]
Los miembros del Cinturón, provenientes de todo el país empezaron a conocer estos casos. También conocieron y padecieron el azuzamiento que el ganadero Jorge Constantino Kánter hizo de muchos de los desplazados de guerra para que asaltaran y robaran víveres y medicamentos que llevaba la Caravana Universitaria Ricardo Pozas a su paso por Altamirano. Aunque el Espacio Civil por la Paz expresado en el Cinturón se definió como neutral, su neutralidad[15] era con respecto a los actores del diálogo, no con respecto a la impunidad ni respecto a las causas indígenas de las que se sentía profundamente solidario.
Para lograr los objetivos de su tarea, el ESPAZ empezó a autoorganizarse. Tuvo que entablar pláticas con Manuel Camacho Solís, Comisionado por el gobierno federal para la Paz y la Reconciliación y con don Samuel Ruiz García, obispo de San Cristóbal de las Casas y Mediador para la Paz reconocido por ambas partes en conflicto.
Hacer posible el Cinturón de Paz no fue una tarea formal: en primer lugar fue una de las convocatorias más amplias jamás realizada hasta ese momento por las ocpds y por sus redes. Para el 23 de febrero, ese conjunto formado por 395 personas, 203 mujeres y 192 hombres, miembros de 130 organzaciones civiles, procedentes de 23 estados, nunca antes había emprendido una tarea común. Esto significó tomar decisiones sobre la concepción y la identidad del Espacio, sobre las formas de llevarlo a cabo y sobre la coordinación y representación de todas las organizaciones para dirigir una tarea cargada continuamente de fuertes tensiones de guerra y de signos de violación a los derechos humanos, que a diario llegaban como noticias de todo el estado.
Una primera dirección del ESPAZ, conformada de manera un tanto aleatoria en relación a los primeros grupos que llegaron a San Cristóbal al Cinturón, generó malestar, protestas y un movimiento que cuestionó y depuso rápidamente al equipo nombrado. En esos momentos difíciles, dado que CONPAZ era la autoridad moral reconocida por todos, propuso una nueva dirección, más o menos representativa de las principales redes, formada por un equipo pequeño y móvil que pudiera reunirse y tomar acuerdos fácilmente. La propuesta fue aceptada a prueba y con la opción de que cualquier miembro del ESPAZ que lo deseara pudiera participar en las sesiones. La estructura quedó así: Asamblea General del ESPAZ, Coordinación General del ESPAZ, dirección de franja, coordinador de brigada, coordinador de comisión, turnos de guardia y brigadas.
El primer día, el 13 de febrero, se trabajó colectivamente sobre el sentido del quehacer, los días sucesivos previos al 20 en que llegaría la delegación del EZLN a San Cristóbal de las Casas, se fue trabajando sobre entrenamiento físico y psicológico, formación de brigadas de seis personas como base de la organización, formación de comisiones de: seguridad, registro, alimentación, franja, salud, prensa, voceros, análisis y solidaridad. Del 20 de febrero al 2 de marzo, todas las tareas se concentraron en torno a la vigilancia de los dialogantes de catedral.
Ante los peligros reales e imaginarios que el Cinturón preveía, las ocpds tuvieron que asumir formas disciplinarias y jerárquicas, en general muy ajenas a su práctica cotidiana, a fin de poder cumplir su cometido de ofrecer seguridad y vigilancia a los actores del diálogo. Como puede verse, la lógica militar se asomaba al Espacio Civil por la Paz a través de diversas puertas y ventanas. Las medidas mínimas de seguridad establecidas permiten mirar de reojo el fuerte significado afectivo y el imaginario del que eran sujetos y portadores los miembros del ESPAZ:
"* Cada brigada se integrará por seis personas que se conozcan entre sí…
* llevar un pañuelo, de preferencia no un paliacate. Es para casos extremos de gas lacrimógeno…
* En caso de una granada, es importante tirarse al suelo. Una granada tiene un radio aproximado de 25 metros de radio de acción…
* Establecer contacto físico si es necesario para lograr confianza…
* No perder el contacto visual de su brigada…[16]"
Para distinguirse y a la vez coordinarse con los otros cinturones, fue necesario que el ESPAZ nombrara encargadas y encargados de relaciones con los coordinadores civiles de la Cruz R
oja y con los mandos del cinturón militar. El dispositivo del ESPAZ llamaba la atención por cuatro rasgos: la mitad de los participantes eran mujeres, el promedio de edad era de 37 años, la presencia era absolutamente voluntaria y cada quien asumía sus gastos. El cinturón militar y el de la cruz roja fueron formados por órdenes superiores, se formaron casi exclusivamente por hombres, el promedio de edad era de alrededor de 20 años, no vinieron por decisión propia, fueron financiados por el gobierno y se encontraban acuartelados. Después de varios días, compañeros y compañeras del ESPAZ dialogaban con los militares y con los miembros de la Cruz Roja.
El Espacio Civil por la Paz, organizó turnos de alrededor de 120 personas, desarmadas, algunos aprendiendo a usar walkie-talkies y códigos de radio transmisión, poco experimentadas en el campo de la vigilancia. La vulnerabilidad evidente contrastaba a todas luces con el significado de la tarea de proteger. Realmente se conformó un espacio simbólico, cuyo peso no puede medirse por su capacidad armada o física, sino por su significado ético ante la nación: la disposición a meter el cuerpo para hacer posible la paz, estar expuestos a cualquier cosa con tal de hacer posible el diálogo. Su eficacia se dió ciertamente en los terrenos de la ética social.
A parte de mantener el cinturón día y noche, el ESPAZ conversó también con algunas organizaciones del Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas (CEOIC), acreditó a los partidos políticos y contribuyó a cuidar que todas las personas estuvieran debidamente acreditadas para acceder a la Catedral y lo hicieran en los momentos indicados y sin portar armas.
Para el ESPAZ, en Chiapas estaba presente y dialogaba toda la nación, aunque para el discurso del gobierno se trataba sólo de un conflicto en 4 municipios y era de orden estrictamente local. Sin embargo la presencia de hecho de 50,000 soldados de todos los rincones del país en el estado sureño, mostraba de manera contundente el carácter verdaderamente nacional del conflicto.
Para el ESPAZ lo que se expresaba en Chiapas era la nación, puesto que el conflicto tenía que ver con toda la política nacional. Esto que se haría muy claro a partir de la fase de las Mesas de discusión posteriores en San Andrés, hacia el segundo semestre de 1995, fue manifestado claramente por el ESPAZ en su comunicado No.2, que a la letra decía:
"… Si casi la mitad de los mexicanos, entre ellos principalmente la industria, nos beneficiamos con el trabajo de los chiapanecos, con la energía eléctrica, el gas, el petróleo, la carne, y con la exportación de café, miel y cacao; beneficios todos que no llegan a los habitantes de los municipios de las Margaritas, Altamirano, Ocosingo o Chanal; entonces, todos juntos, beneficiados y no beneficiados, debemos buscar soluciones…"[17]
Pero otra sociedad civil, de signo contrario, también estaría observando a los miles que recibieron a la Comisión del EZLN el día 20 de febrero. Alentados por el presidente municipal de San Cristóbal de las Casas, Jorge Mario Lescieur Talavera, "los coletos auténticos"[18], se indignaron porque los diálogos se darían en la catedral. Un volante firmado y repartido por ellos durante esos días proclamaba:
"Coletos vs Samuel.
Ya basta hijo… de Satanás
A los coletos humillaste,
Al gobierno vasilaste (sic),
y a Chiapas le robaste paz.
Nos duele los hombres de verdad,
Todas tus fechorías,
Basta de burlas y barbaridad
Ten en cuenta están contados tus días….
Y que derechos humanos,
También anden con cuidado,
se largan o metemos las manos
porque el obispo los tiene comprados.[19]"
Del 27 de febrero al 7 de marzo, un amplio conjunto de organizaciones indígenas de todo el país convocaron a una Jornada Nacional por la Autonomía de los Pueblos Indígenas[20], con el objetivo de construir un consenso en la sociedad civil para avanzar en el reconocimiento jurídico de los derechos de los pueblos indígenas[21].
Una experiencia que sin duda muchos de los participantes del Cinturón recordarían por mucho tiempo, tuvo lugar el 24 de febrero, día de la bandera, a las dos de la tarde, cuando pasaron a saludar a los tres actores del diálogo; ahí, en el interior de la catedral, hablaron con Manuel Camacho, con Samuel Ruiz y con el equipo de negociación del EZLN sucesivamente. Después de que cada uno de los doscientos ochenta compañeros del ESPAZ en turno en ese momento en el Cinturón, fue saludado de mano por cada miembro del EZLN presente en el diálogo, el subcomandante Marcos se dirigió a los presentes:
"aquí o en la montaña habrá siempre para nosotros un lugar especial para los que sin armas pudieron detener la guerra y para los que tal vez, falta ver, sin armas puedan conseguir lo mismo que nosotros queremos con las armas… nosotros les tenemos un cariño especial a pesar del pasamontañas …
Y esa confianza se transformó en interpelación más profunda y en convocatoria a una presencia más permanente:
"… La propuesta que hacen los compañeros del Comité, dicen que aparte de preguntarle a las comunidades lo que piensan de los acuerdos a que se llegue, ellos sienten el deber, la obligación de preguntarles también a ustedes qué piensan, dicen que hay que entregarles el pliego de peticiones y las respuestas del supremo gobierno y los posibles acuerdos y vean con ojos verdaderos, vayan a su tierra y regresen y vean eso que está pasando y regresen y dígannos sí o no y nosotros tendremos especial aprecio de su respuesta. Para nosotros la palabra de ustedes va a tener tanto peso como la de un compañero más… si ustedes dicen que se puede ondear esa bandera con libertad, sin tiros, nosotros vamos a quedar atrás de ustedes, pero si no se puede, nos la regresan por favor…" [22]
Al prorrogarse el tiempo del Diálogo más allá de lo esperado, se convocó a nuevos compañeros y a nuevas ocpds para que participaran en el Cinturón. Los períodos de vigilancia se redujeron de 8 a 4 horas, para incrementar el número de veces que cada compañero pudiera hacer guardia y se bajó el número total de integrantes de cada franja, dejando un espacio de 8 a 10 metros entre un vigilante y otro. En ese período se retiraron muchos compañeros, pero llegaron refuerzos de otros estados del país, pero de ahí en adelante el peso del Cinturón iría recayendo más en la propia sociedad civil chiapaneca. Se anexaron compañeros de la Caravana Ricardo Pozas de la UAM y la UNAM, de organizaciones sociales chipanecas, entre ellas compañeros miembros del Comité de Expulsados de San Juan Chamula. El racismo coleto no se hizo esperar y ante las primeras agresiones a los compañeros chamulas que estaban en el Cinturón, se hizo necesario intercalarlos a todo lo largo de la franja y en las secciones donde había menos contacto con la población, a fin de evitar provocaciones.
La sociedad civil coleta, bajo la firma del Centro Católico Lascasiano, hacia el final del Cinturón de Paz difundía un nuevo volante en el que llamaba a no volver a la Catedral de San Cristóbal:
"En una verdadera afrenta para la sociedad católica coleta, se ha convertido la farsa de los comandantes en catedral. El otrora sagrado recinto que cobijó angustias y esperanzas de los habitantes de este valle de Jovel y regiones aledañas, ha sido convertido por el comandante con sotana y el sub-comandante encubierto, en triste escenario de un sainete largamente preparado… El altar que hombres verderamente superiores… nos enseñaron a venerar, ha sido profa
nado, convertido en pira
propiciatoria de intereses abyectos… como una burla más, se agravia al símbolo más querido por los mexicanos: nuestra bandera… Ah! si Jesús volviera a empuñar el látigo para arrojar de su templo mancillado, a estos nuevos mercaderes que se amparan en quien debiera resguardarlo…[23]
Los diálogos de la Catedral de San Cristóbal de Las Casas, después de 11 días de sesiones conjuntas concluyeron con un documento de 34 puntos como instrumento de consulta tanto para el gobierno federal como para las bases zapatistas. Otros saldos del diálogo estaban implícitos: la capacidad de convocatoria del EZLN, la amplia difusión pública de las demandas y las causas del levantamiento zapatista, la mediación de Samuel Ruiz García, la interlocución de Manuel Camacho y la presencia vigilante, diferenciada, de parte de la sociedad civil chiapaneca y nacional de cara al conflicto.
Notas
[1] Op. cit., pp. 20-35.
[2] Marcos. "Carta al señor Gaspar Morquecho Escamilla", Periódico Tiempo, San Cristóbal de Las Casas, 2 de febrero de 1994, publicada en el Periódico Corre la Voz No. 204, México, D. F., del 10 al 16 de febrero de 1994.
[3] La Jornada, domingo 6 de febrero, págs. 1 y 11.
[4] La Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia (Convergencia) agrupaba en ese momento alrededor de 140 organizaciones civiles de promoción del desarrollo (ocpds) no lucrativas y de bienestar social; nació el 17 de agosto de 1990 para enfrentar una ley de Hacienda que trataba a las asociaciones civiles como organismos lucrativos. A partir de 1991 la Convergencia precisó su carácter de espacio voluntario de articulación de las organizaciones civiles de educación y promoción del desarrollo y la democracia y definió sus tres grandes líneas de acción: iniciativas de política social de carácter público, iniciativas ciudadanas de educación y acción para la democracia, iniciativas de desarrollo institucional y defensa jurídica y fiscal de las ocpds. Con el inicio de la guerra en Chiapas, la Convergencia añadió una línea de trabajo para una paz justa y digna.
El Foro de Apoyo Mutuo (FAM) nació en 1992 como un esfuerzo por articular organizaciones sociales y ocpds elaborando iniciativas de políticas sociales. Ha formado mesas de trabajo referidas a problemáticas específicas: campo, niños, mujeres, ancianos, discapacitados, empleo, y otras. Ha tenido la perspectiva de obtener recursos económicos de la cooperación internacional, de fondos multilaterales y de donantes nacionales gubernamentales y privados. Para ello tiene un vínculo estrecho con el Fideicomiso DEMOS. Con la guerra de Chiapas, el FAM participó en los esfuerzos por contribuir a una paz que resolviera las causas profundas del alzamiento zapatista.
[5] CONPAZ. Carta al Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, San Cristóbal de las Casas, 7 de febrero de 1994.
[6] Comunicado de ONGs, México, D.F., 7 de febrero de 1994. Publicado parcialmente en La Jornada, 8 de febrero de 1994, bajo el título: Proponen observadores en las negociaciones. Aceptan las ONG crear un cinturón de seguridad en la zona del diálogo, pág. 12 y págs. 1 y 2 del comunicado original.
[7] ESPAZ. Comunicados No. 1 y 2. Espacio Civil por la Paz, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. 14 y 15 de febrero de 1994.
[8] Pacto de Grupos Ecologistas. Reconocimiento Simbólico de las Organizaciones Sociales Independientes al EZLN, Asamblea Nacional XVII del Pacto de Grupos Ecologistas, febrero de 1994, pág 1 a 3.
[9] Para un estudio detallado de la situación de los desplazados de guerra, puede consultarse Luévano, Alejandro y otros: Los Afectados y Desplazados por el Conflicto Militar en Chiapas. Academia Mexicana de Derechos Humanos y Espacio Civil por la Paz, México, D.F., octubre de 1995.
[10] La Jornada, 9 de febrero de 1994.
[11] Para la mentalidad indígena el hecho de que las palabras se vuelvan acciones es algo intrínseco al lenguaje y es fundamento de credibilidad y de verdad.
[12] CONPAZ-DDHH. Primer Reporte de la Comisión de Derechos Humanos-CONPAZ. Coordinación de Organismos No Gubernamentales por la Paz, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 21 de marzo de 1994, pp. 6 y 7.
[13] Proceso No. 902, 14 de febrero, pág. 17 y La Jornada, 12 de febrero de 1994.
[14] Lutz, Ellen y Brett, Sebastian. "Informe de Human Rights Watch", en Boletín Especial Conflicto Chiapas, Academia Mexicana de Derechos Humanos, 22 al 28 de febrero de 1994.
[15] "1. Neutralidad. Habremos de considerar dos asuntos un tanto diferentes: la neutralidad de nuestra comisión y la neutralidad del terreno donde debe darse el diálogo.
Nuestras distintas organizaciones están formadas por ciudadanos mexicanos sensibles a los acontecimientos que marcan el camino de nuestra nación. Las metas que nos hemos impuesto apuntan todas al logro de la elevación de la calidad de vida y del desarrollo de nuestros compatriotas más débiles. Vale decir que vivimos en una sociedad desigual, muy desigual, en la que nosotros hemos hecho la opción y nos esforzamos cotidianamente, las más de las veces de manera voluntaria, por reducir esa desigualdad…. Así nuestra neutralidad no es imparcial porque estamos a favor de una parte de la población, pero también -y esto es muy importante- porque estamos contra la guerra.
En cuanto a la neutralidad del terreno nos hemos encontrado con algunas situaciones adversas y con otras favorables a la realización del diálogo. Las adversas primero: a veces no se habla con verdad, lo que lastima las posibilidades del diálogo para la paz. Nosotros sabemos que está limitado el libre tránsito, sabemos que pasan aviones militares sobre nuestras cabezas, sabemos que se está despoblando artificialmente -mediante la desinformación- la zona rural en conflicto, sabemos que la población es forzada a emitir opiniones que no le son propias, sabemos, en fin, que existen no dos, sino tres, fuerzas armadas: dos que se van a sentar a dialogar y una tercera, que es la de las llamadas guardias blancas, formadas en los rincones donde no alumbra el civismo, y que representan quizá la peor amenaza contra la neutralidad del terreno de diálogo…" Comunicado No. 1, del Espacio Civil por la Paz, 14 de febrero de 1994.
[16] Espacio Civil por la Paz. Cinturón de Seguridad. Medidas mínimas a considerar, 18 de febrero de 1994.
[17] Espaz. Espacio para la Paz. Comunicado No. 2: Algunas reflexiones acerca de la labor de Espaz hoy. San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 15 de febrero de 1994, pág. 3.
[18] Para ampliar la visión de los coletos auténticos, puede consultarse: Gómez-Pananá, Ernesto. Consecuencias del Conflicto Chiapaneco en dos grupos sociales entrevistados. Tesis de Licenciatura en Psicología. Universidad Autónom
a Metropolitana, Unidad Xochimilco, Ciudad de México, 1995.
[19] Coletos vs Samuel. Volante repartido el 20 de febrero de 1994 mientras entraba la Comisión del EZLN a San Cristóbal de las Casas para participar en el Diálogo con el Gobierno Federal.
[20] Por autonomía se entiende "un arreglo democrático que les permita el manejo propio de su vida y de su futuro, y les asegure el respeto a su condición de pueblos dentro de la nación mexicana… una refundación de la nación en la que el pluralismo y la igualdad efectiva entre sus componentes sean las bases de un nuevo Estado democrático. Aspiran a una nación en la que los indígenas mantengan o recuperen el control de sus territorios y la posesión de sus tierras, así como la administración y aprovechamiento de sus recursos, en la que puedan legalmente contar con sus autogobiernos en armonía con las demás instancias de poder del país, y en la que ejerzan su derecho a utilizar libremente sus lenguas y a cultivar sus manifestaciones culturales" Desplegado de Ciudadanos por la Autonomía de los Pueblos Indios, 22 de febrero de 1994.
[21] Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena, A.C., FIPI y otros. Convocatoria a la Jornada Nacional por la Autonomía de los Pueblo Indígenas, 21 de febrero al 7 de marzo de 1994, Mimeo.
[22] Estos textos están tomados del videocasette filmado por el Espacio Civil por la Paz en el interior de la Catedral de San Cristóbal de las Casas, el 24 de febrero de 1994.
[23] Volante repartido a finales de febrero en San Cristóbal de las Casas, bajo la firma de Centro Católico Lascasiano.
Datos para citar este artículo:
Rafael Reygadas Robles Gil. (2006). 5.3 Los Diálogos de la Catedral y el Cinturón de Paz. Revista Vinculando, 4(1). https://vinculando.org/sociedadcivil/abriendo_veredas/53_cinturon_paz.html
Deja un comentario