Resumen
Es relevante destacar la importancia de los libros de texto gratuitos cuando se habla de la educación básica en México. Su incursión en el ámbito educativo inició en 1960 y, desde entonces han sido objeto de diversos análisis con el objetivo de determinar su pertinencia de acuerdo a las demandas de una educación de calidad para millones de alumnos. De las funciones que cumplen los libros de texto, es necesario destacar aquellas que los conceptualizan como instrumentos ideológicos; en este sentido, se partirá de una revisión documental que conduce a un análisis de los contenidos de la asignatura de historia, haciendo mención de la omisión de temas importantes como la Conquista en los libros de Historia, derivados de la Reforma Integral de la Educación Básica, en el 2009.
Palabras clave: Libros de Texto Gratuitos, instrumentos ideológicos, historia de México, Conquista.
Introducción
Los libros de texto constituyen el principal recurso impreso con el que los docentes de educación básica cuentan para el desarrollo del currículo que se establece en los planes y programas de estudio a nivel nacional. A lo largo del tiempo, desde su creación, los libros han sido considerados objetos de análisis, buscando los efectos que éstos tienen como política educativa en los diversos procesos de enseñanza aprendizaje con miras a la consecución de objetivos educativos (V. Arista, F. Bonilla y L. Lima, 2010).
Estos libros han sufrido un largo proceso histórico, cuyos primeros antecedentes de ubican en 1867, con Benito Juárez, quien, al promulgar la Ley orgánica de instrucción pública, con Gabino Barreda a la cabeza, estableciendo la instrucción primaria como gratuita y obligatoria, y dejando fuera la enseñanza religiosa de los planes de estudio, estableció una base importante de lo que hoy es nuestro sistema educativo nacional (Vargas, N. 2011).
Fue durante el gobierno de Álvaro Obregón que se suprime la Secretaría de la Instrucción Pública, creándose la Secretaría de Educación Pública en 1921, lo cual representó un cambio de relaciones entre estado y la educación.
“Esta infraestructura permitiría difundir los principios revolucionarios en materia educativa: educación indígena para asimilar la población marginal; rural, para elevar el nivel de vida en el campo; y técnica, para mejorar el de las ciudades” (Vázquez, 1970. En Vargas, N. 2011: 495).
Se parte de lo anteriormente descrito para plantear los objetivos de este trabajo. Esta investigación, de naturaleza cualitativa, la cual como establece Merril (2009, citado en Valenzuela, J. y Flores, M., 2012) describe entre sus características, que su enfoque se deprende de, entre otras filosofías, de la constructivista y la fenomenológica, sigue un proceso inductivo, en donde a partir de la recolección de datos, se construyen conceptos o comprueban hipótesis; es de naturaleza descriptiva, usando más las palabras que los números, para expresar lo que el investigador ha aprendido de un fenómeno.
Siguiendo al mismo autor, el tipo de investigación cualitativa que se usará es el Análisis Narrativo.
Finalmente, el propósito de esta investigación es hacer una revisión documental relacionada con el tema de la importancia de los libros de texto gratuito, pues se pretende validar la aseveración de que ellos son un instrumento de transmisión de ideologías relacionadas con políticas sexenales, tomando como referencia lo que abordan los libros de texto de historia en la educación básica nacional.
Los Libros de Texto gratuito: una revisión
Barriga, R. (2013), asevera que los libros de texto han construido una larga narrativa cuyos inicios se ubican en el periodo de la colonia, pasando por el del México independiente y postrevolucionario hasta llegar a 1960, en donde se buscaba convertir a México en un país con conocimiento, de acuerdo con los ideales de José Vasconcelos.
Con Jaime Torres Bodet como secretario de educación, durante la presidencia de Adolfo López Mateos, se dieron pasos importantes para hacer accesible una educación para todos los niños, haciéndolos partícipes de la cultura y el conocimiento en el país.
En ese punto se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), como parte del “Plan de Once años”, a partir de lo cual, la autora mencionada señala que ellos constituyen un inmejorable punto partida que nos brinda expectativas de liberación esperanzadora por el conocimiento.
Los libros han reflejado con el paso del tiempo, el pensamiento de personajes importantes, como Manuel Payno, José María Rosa Bárcenas y Guillermo Prieto, entre otros. La filosofía de dichos personajes, destacados periodistas liberales de mediados del siglo XIX, quedó plasmada en cierta forma, como postura impuesta en los libros usados en la escolarización primaria en nuestra actualidad (García, B. 2004).
Los textos escolares pueden estudiarse desde distintas perspectivas: como simple material impreso y producto de consumo, como un soporte de conocimientos escolares, materiales pedagógicos, y portadores de ideologías y cultura (Choppin, 2001, citado en Ixba, E. 2013).
Al respecto, María Guadalupe Mendoza (2015), señala que los libros son parte fundamental de los procesos de socialización y adoctrinamiento de los estudiantes, ya que homogeneiza las características de los lectores y delimita los contenidos a enseñar.
“El libro de texto cumple con al menos, tres funciones que delimitan su definición. En primer término es una evidencia clara y contundente del currículo escolar; segundo, es también un instrumento de apoyo en el proceso de enseñanza aprendizaje; y tercero, proporciona información y cumple con una función ideológica” (Celis, Z., 2011: 2).
En el mismo sentido, Michael Apple (1994, citado en Celis, Z. 2011) define al libro de texto como el resultado de construcciones de la realidad, en las cuales están permeados elementos políticos, sociales y culturales, con la participación de personas con intereses particulares.
Dado lo anterior, los libros de texto conllevan una carga social, política y cultural que les permite contribuir en lo que la comunidad social reconoce como verdadero, y tomarse como “punto de referencia respecto a lo que realmente son el conocimiento, la cultura, las creencias y la moralidad” (p. 3).
Habiéndose establecido la importancia de los libros de texto como un instrumento que forma parte de la política educativa, es importante destacar el papel que juegan los libros de Historia, ya que “la importancia de la Historia, tanto como vehículo de conocimiento del pasado humano, como la instancia que, a través de la narrativa de los hechos históricos, puede explicar la conformación de la identidad de los mexicanos” (García, B. 2004: 3).
Por otra parte, se ha visto al conocimiento de la historia como la necesidad de buscar en el pasado elementos que puedan dar solución a los problemas actuales; se dice, y no sin razón, que debemos conocer el pasado para no cometer los mismos errores en el presente y mejorar con ello, el futuro. Precisamente en ese sentido es que es importante observar de manera cuidadosa cómo se ha abordado la historia en los libros de texto.
En el artículo “La historia de México en los libros de texto gratuito: evidencia de las transformaciones en los modelos de integración nacional, de Natalia Vargas Escobar (2011), se hace una revisión destacada acerca de libros de texto de historia, haciendo un análisis en relación con el marco ideológico e institucional de acuerdo con el periodo presidencial durante el cual fueron publicados. La descripción de convergencias y divergencias entre dichos textos, derivan en conclusiones interesantes.
La autora mencionada propone que
“los modelos históricos de comunidad nacional se asocian a la acción estatal, al menos, de dos maneras: a) dan cuenta de la definición contenciosa de un orden colectivo en el que diferentes grupos sociales con vocación de poder, pugnan por establecer una versión de sus condiciones pasadas, presentes y sus proyectos; y b) estos modelos definidos a través de relaciones de poder, se objetivan y alcanzan su mayor éxito social en cuanto se imponen y difunden como proyecto social” (p. 409).
Dicho lo anterior, se comprende cómo es que la ideología de una comunidad se encuentra influenciada por dispositivos, tales como los libros de texto, que ya insertos en la estructura de la educación, poseen la facultad de manejar o construir una versión oficial de la historia de nuestro país, de acuerdo con las tendencias de la política en ese momento, predominante.
De esta manera, y citando aún el artículo de investigación mencionado, la autora propone analizar el contenido de los libros de texto gratuitos de historia a partir de dos dimensiones:
- Teórica, a partir de la cual se pretende identificar nociones genéricas sobre la “versión de nación que se registra en los textos” (p. 492). Es decir, se busca determinar la postura gubernamental, desde la cual se maneja la información.
- Histórica, que busca ubicar las mencionadas nociones genéricas en las condiciones del aquí y el ahora, que son compatibles con “los idearios políticos centrales en la construcción de un orden político en México” (p. 492).
Lo anterior implica, de acuerdo con la autora, detectar los cambios y permanencias en los libros de texto analizados, con el fin de articularlos con intereses políticos del momento, coadyuvando en la conformación de idea de la nación.
Para llevar a término su investigación, Natalia Vargas hace una revisión muy completa de la evolución de la educación y del libro de texto a través del tiempo. Del porfiriato identifica la centralización del poder, de modo que el sistema educativo nacional fue unitario, caracterizado por la uniformidad en los planes de estudio y el laicismo. Se integró un sistema de educación que abarcó desde el jardín de niños hasta la universidad, predominando la formación intelectualista, por encima de la educación popular.
A partir de la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921, se hizo la difusión de principios revolucionarios en el aspecto educativo, ya mencionados, tales como la educación indígena para incluir a poblaciones marginales, educación rural para mejorar las condiciones de vida en el campo y educación técnica, cuyo objetivo fue mejorar el nivel de vida en las ciudades.
Continuando con la revisión, en el sexenio de 1934-1940, se propuso reformar el artículo tercero constitucional, acción concretada en 1933 por Narciso Bassols, con una fuerte tendencia socialista ambigua. El presidente de este periodo, Lázaro Cárdenas aceptó la postura sin medir sus implicaciones, de modo que se generaron fuertes discrepancias entre grupos conservadores.
Como medida de solución, se creó un proyecto de conciliación nacional, con el objetivo de fortalecer la industrialización, la urbanización y la estabilidad en la sucesión del poder. Posteriormente, se creó el Plan de Once años, con la consecuente creación de la CONALITEG, acción que le permitió al estado disminuir la desigualdad en términos de acceso de la población a la educación.
Durante el sexenio de Echeverría, (1970-1976), se creó la Comisión Coordinadora de la Reforma educativa, cuyo objetivo fue “la modernización de la enseñanza, apertura de la educación a todos los grupos sociales, a través de la promoción de un modelo flexible (…) tenía tres directrices fundamentales:
- Su actualización, que permitiría a los maestros y alumnos valerse de las técnicas e instrumentos avanzados para el aprendizaje;
- Su apertura, reflejada en la capacidad de llegar a todos los grupos sociales y popularizar los bienes educativos; y
- Su flexibilidad que facilitaba la movilidad horizontal y vertical de los educandos dentro de los diversos niveles y modalidades del sistema” (p. 497).
A partir de lo anterior, se observa que los alumnos se eran vistos como agentes activos, responsables de los cambios en sus entornos; se rompió con la visión del alumno como simple receptor de información y los libros de texto gratuitos adquirieron un carácter formativo.
El Programa para la Modernización Educativa consolida la función social de la educación con el fin de dar cumplimiento a los propósitos de bienestar, identidad nacional, justicia, democracia y soberanía (Programa de la Modernización educativa 1989-1994, citado en Vargas, N., 2011).
Dando continuidad al artículo citado, la autora utiliza como unidad de análisis los libros: Mi libro de tercer año, Historia y civismo (1960), Ciencias Sociales. Cuarto grado (1974) y Mi libro de Historia de México (1992), seleccionados porque tienen la coincidencia de que se derivan de tres reformas educativas.
Dado que el objetivo planteado por la autora fue ilustrar las relaciones entre las versiones de nación que registran los libros de texto gratuito mencionados y las ideologías preponderantes en esos periodos, concluye a partir de los resultados que “existe una coherencia entre las condiciones políticas, el registro de nación de los textos (…) observancia de legalidad estatal como valor común en la definición de la comunidad nacional” (p. 509). Destaca, en cuanto a los contenidos, una fuerte influencia de los valores del liberalismo político y de apertura política.
Lo anteriormente expuesto deja claro que los libros sí responden en buena medida a objetivos de diversas ideologías políticas. Sin embargo, y a raíz de ciertas críticas surgidas a partir de la incursión de los libros derivados de la Reforma integral de la Educación Básica (RIEB, 2011), en los cuales se asevera un recorte importante de temas;
“En este nuevo episodio, la omisión de algunos pasajes históricos básicos como la Conquista y la Independencia, actuó como catalizador para enriquecer la discusión pública, que incluyó la participación de la Iglesia Católica, que en voz del director del Archivo Histórico del Arzobispado (…) solicitó una corrección de los libros de Texto, puesto que los padres de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, no murieron excolmugados. Del mismo modo, los legisladores, a través del presidente de la comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, piden a la SEP distribuir los materiales complementarios correspondientes a la Conquista y la Independencia, solicitando también al Ejecutivo Federal “el respeto al origen y la identidad de la nación, así como a los próceres de la patria” (Ruíz, S. 2010: 9).
Como respuesta a la crítica descrita, el Secretario de Educación en aquel entonces, Alonso Lujambio, señaló que ningún libro de texto estaría a la entera satisfacción de los especialistas y que estaría atento a las críticas, pues los libros como producto humano, eran perfectibles.
Además, señaló en relación a la supuesta desaparición de los temas mencionados, que esto no era correcto, pues los libros de cuarto grado los abordaban (La Jornada, 2009). Esta aseveración se constata si se revisan los anexos.
Se considera importante hacer mención de las diversas posturas generadas a partir de que la información mencionada saliera a la luz. Se asevera, por ejemplo, que en los nuevos materiales propuestos por la RIEB no poseen una propuesta clara, ya que no reflejan de manera clara el enfoque de competencias (Villa, L. 2010).
Del mismo modo, se señala que los libros deben ser actualizados y actualizables, dirigidos a la aplicación del conocimiento a través de la acción (Kalman, J. 2010).
Por otra parte, de acuerdo con historiadores con experiencia en el diseño de libros, el llevar a cabo una síntesis adecuada del contenido histórico es una tarea difícil, pues elegir un tema sobre otro requiere del autor una interpretación específica. Los libros no tienen que cubrir todos los tópicos.
Sin embargo, en relación al tema de los libros de texto, la omisión de temas, como los mencionados, debe tomarse desde diferentes perspectivas, tomando como base la importancia que representa que los alumnos conozcan pasajes de la historia que son una base importante para el desarrollo de una identidad nacional.
Conclusiones
Los libros de texto constituyen una parte fundamental de la acción educativa en la actualidad. Desde su creación, constituyeron un elemento que funcionó como un dispositivo que unificaría la enseñanza para millones de alumnos, contribuyendo de manera importante al acceso a la educación con los principios de igualdad y equidad, valores que en la actualidad son preponderantes, no sólo a nivel nacional, sino a nivel mundial.
La evolución de los libros de texto ha respondido a las transformaciones sociales y políticas, de modo que se ha considerado, y no sin razón, como instrumento para validar ideologías políticas y preservar líneas de poder. Sin embargo, a partir de la revisión hecha, podemos afirmar que dichas transformaciones han respondido también a ideales emanados de la revolución, en donde se destaca la educación indígena, rural y técnica, con miras al progreso en todos los niveles.
Del mismo modo, se ha destacado la importancia que tiene el estudio de la historia como disciplina de estudio, pues ofrece a los estudiantes una comprensión necesaria del pasado histórico con el objetivo de acercar a los niños al conocimiento de su historia, para que los hombres, conociendo su pasado, logren prevenir errores en el futuro.
Finalmente, es necesario señalar la importancia de que los libros de texto gratuitos en la actualidad, han retomado de diversas maneras, la importancia de rescatar valores importantes relacionados con nuestras raíces; con ello, operan en el mismo sentido que se plantea en el sistema educativo actual: constituirse en una educación incluyente, abarcando temas que describen la naturaleza multicultural de nuestro país.
Anexos
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Bibliografía
- Avilés, K. (24 de agosto 2009) Quita SEP estudio de la Conquista y la Colonia de los libros gratuitos. La Jornada. P.36
- Barriga V. Rebeca “De los siempre controvertidos e imprescindibles libros de Texto” Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol. 16, Num. 49, abril-junio, 2011, p.p. 353-362.
- Celis, Z. (2011) Los libros de Texto gratuitos en México. Vigencia y Perspectivas. Facultad de filosofía y letras. Universidad Nacional Autónoma de México. XI Congreso Nacional de Investigación Educativa.
- Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, México, 2008-2011.
- García, B. (2004) La Historia Patria de México (1821-1850) vista a través de los textos escolares. Una historia en construcción. Universidad Autónoma de México, México.
- Mendoza, M. (2004). Los libros de historia de la Modernización Educativa: Autores, Textos y Contexto 1992-1994. Universidad pedagógica Nacional.
- Ruíz, G. S. (2010) Con texto o sin él. AZ Revista de Educación y Cultura, Num. 30 p.p. 88-11.
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- Valenzuela, J.R. y Flores, M. (2012) Fundamentos de la Investigación Educativa, Vol 2. Tecnológico de Monterrey.
- Vargas E. Natalia (2011) La historia de México en los libros de Texto gratuito Evidencia de las transformaciones en los modelos de Integración nacional. Revista Mexicana de la Investigación Educativa, Vol. 16, Num. 49, pp. 489-523.
- http://seminariotemasselectosii-albita.blogspot. com/2009/09/quita-sep-estudio-de-la-conquista-y-la.html
Autora: María del Carmen Gutiérrez Salcido. Doctorante en Universidad de Cuautitlán Izcalli, Plantel Chopos.
Datos para citar este artículo:
María del Carmen Gutiérrez Salcido. (2019). Libros de texto de historia y sus modificaciones, como instrumentos de ideologías políticas. Revista Vinculando, 17(1). https://vinculando.org/sociedadcivil/libros-de-texto-de-historia-y-sus-modificaciones-como-instrumentos-de-ideologias-politicas.html
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