Resumen
El artículo “130 años de Varadero: ¿Quiénes fueron sus primeros habitantes?” ofrece respuesta a una interrogante surgida en las aulas del Centro de Capacitación del Mintur en Varadero sobre los primeros habitantes de la Península de Hicacos; es una breve caracterización de las Comunidades Aborígenes que se asentaron en esta localidad; va desde su aspecto físico hasta la organización social que desarrollaron, aquí se incluye el habitad en que conviviero, sus instrumentos de trabajo y las actividades económicas fundamentales que le permitieron su subsistencia y desarrollo. Lo más interesante del trabajo es la interrelación que se hace de estos primeros habitantes con el análisis que realizan el libro Historia de Cuba 1942-1898 de los autores Eduardo Torres Cuevas y Oscar Loyola Vega, a la vez que ratifica la convivencia de varios grupos en el territorio y la huella dejada de su presencia en la zona en las Cuevas Musulmanes, Solapa de Musulmanes y de las pictografias que lo evidencian en la Cueva de Ambrosio situadas en Varadero principal Polo turistico de Sol y Playa de Cuba.
Palabras Claves: Aborigenes. Habitad, Cuevas, Migraciones, Comunidad, utensilios.
Desarrollo
Recientemente en una clase de historia de Cuba para guías de turismo (mención naturaleza), una estudiante preguntó acerca de las características de los aborígenes que se asentaron en la Península de Hicacos.
Respondimos y argumentamos haciendo las conexiones más certeras posibles sobre la temática. Ahora con tiempo en el contexto del 130 aniversario de la fundación de la ciudad de Varadero, hemos decidido profundizar y concatenar toda la información que tenemos sobre el tema.
Según Eduardo Torres Cuevas y Oscar Loyola Vega, autores del volumen Historia de Cuba (1492-1898), a esta isla verde y luminosa arribaron varios grupos de hombres con características disímiles, a la vez que utilizaron diversas rutas para ello: el primer grupo se trasladó a través de la desembocadura del Misisipi, Península de la Florida, las Bahamas hasta Cuba ,o pudo haberse desplazado directamente desde el litoral Oeste de la Florida al archipiélago.
Eran cazadores Paleolíticos y su marcha tenía como finalidad la persecución de las manadas trashumantes de grandes animales para su alimentación.En este momento en Cuba existía una fauna de gran tamaño: el oso perezoso gigante, el manatí, la foca tropical, la jutía, almiquí, entre otros.
La segunda corriente migratoria procedía del centro y Sudamérica (actuales territorios de Nicaragua, Honduras y Venezuela). Se establecieron en la costa sur de Cuba (Ciénaga de Zapatas, Península de Guanacabibes e isla de la Juventud), posteriormente y siguiendo la costa llegaron a las zonas orientales de la isla. Eran pescadores de plataforma y recolectores en el litoral, sin embargo, no penetraron en la profundidad de la isla.
Las migraciones caribeñas según los autores antes mencionados, se incrementaron hacia el año 500 a.n,e y en ella coexistieron varios tipos de pobladores: unos procedentes del valle de Misisipi y la Península de La Florida, otro de las Antillas, a los que se atribuye la introducción en el archipiélago del cultivo del maíz, la yuca y el tabaco en pleno siglo VI de n.e; mientras que utilizando esta misma ruta llegaron los aborígenes más tardíos en plena mitad del siglo XV.
Independientemente que los estudiosos afirman un determinado grado de unificación, convivencia e incluso de transculturación entre los grupos recién llegados a la isla, se advierten diferencias bien notables entre ellos; los más radicales dividen a esta cultura en dos: recolectores, cazadores, pescadores, (guanahajatabeyes, siboneyes, protoagrícolas) y agricultores ceramistas (Taínos).
Según la Historia de Varadero, realizada por un colectivo de autores en el año 1990, parece ser que, en casi todas las rutas migratorias descritas por Torres Cuevas y Noyola Vega, se produjeron arribos de aborígenes a la localidad como testimonio de esa convivencia ratificada por los autores.
De la segunda ruta, por ejemplo, sobresalen diferentes movimientos que se producen en distintos momentos a partir de las zonas limítrofes de la actual provincia de Matanzas, particularmente de su límite noriental, es decir, la Península de Hicacos.
Con posterioridad se asentaron hombres que bordearon todo el litoral de la isla, otros en oleadas avanzaron desde la región central de Cienfuegos, algunos penetraron por la Bahía de Santa Clara hasta nuestra costa norte y los últimos llegaron desde el litoral sur por mar o tierra o a través de la cayería Sabana-Camagüey.
En cuanto a sus características físicas las semejanzas de nuestros primeros habitantes con los recolectores cazadores recolectores son muy sólidas: indoamericano de origen mongoloide, con cara ancha, pómulos prominentes, estatura media y no tenían deformaciones artificiales del cráneo.
En el entierro primario de la Solapa de Musulmanes de Varadero, fueron hallados dos individuos de sexo masculino de una antigüedad aproximada de los XX siglos, que a pesar de su complexión robusta y ruda, su estatura aproximada era de 1.68 cm. Vale destacar que según el colectivo de autores, ese es el aborigen de mayor talla reportado en Cuba.
Sobresalían además, en ellos indicadores anémicos, proceso infeccioso frecuentes, huesos largos, deformaciones óseas y espina bífida; esta última característica motivada por relaciones sexuales consanguíneas. Estos elementos ratifican la existencia de una vida azarosa acorde a una economía de apropiación y a una lucha constante por la subsistencia.
El habitad de esta cultura estuvo en la cuevas, abrigos rocosos y espacios abiertos. De ahí que en el territorio se reporten varias localidades arqueológicas diseminadas por toda la región.
En la zona comprendida entre Boca de Camarioca y Paso Malo a través de la línea costera existe un área densamente calcificada con cuevas, grutas y solapas; donde han sido halladas evidencias que indican la existencia de sitios habitacionales funerarios y ceremoniales de nuestros aborígenes.
En las inmediaciones del Canal de Paso Malo ( antiguo aeropuerto) existió la cueva del indio, clasificada como habitacional, mientras que en las cercanías del Rincón Francés( hoy Hotel Paradisus), se sitúan las localidades arqueológicas más importantes de la zona: cueva de Ambrosio (ceremonial), cueva de Musulmanes(habitacional), Solapa de Musulmanes( funeraria).
Alrededor de la Morlas, se localizan la Solapa de los Mosquitos y la cueva de los Vizcaínos(habitacionales ambas) y en la zona de Laguna de Mangón, por otra parte se aprecian los sitios Mangón 1( habitacional), Mangón II (funerario) y Mangoncito (habitacional).
Este grupo se dedicaba a la recolección de alimentos tanto terrestres como marítimos, a la caza de pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos y al pesca. Dentro de la primera actividad incluían frutos autóctonos como los hicacos, tunas, uvas caletas y algunas raíces o tubérculos extraídos de la tierra.
No se trataba de la búsqueda de alimentos de forma indiscriminada o fortuita, sino a una sola función recolectora con el auxilio de instrumentos de trabajo; que según el colectivo de autores debieron practicar un nomadismo cíclico, estacionario en dependencia de la temporada del año, aunque su sustento fundamental provenía del mar. Desarrollaron un sistema de técnicas de manufacturas pues en los residuos aparecen e
Herramientas de conchas tales como, gubias, cucharas, vasijas, picos de manos, martillos, raspadores, entre otros; lo que demuestra que la industria de la concha se correspondía con los grupos mesolíticos en sus diversas formas.
En el sitio Musulmanes I, se han hallado fragmentos de una cerámica muy simple, sin asas ni decoraciones diferentes a las culturas mesolíticas de Cuba, mientras que en la Solapa de los Mosquitos han aparecido herramientas de sílex con una clara tendencia a la especialización micro lítico, lo que demuestra el destacado desarrollo de esta actividad.
Ahora bien como resultado de la variedad de las herramientas líticas, de conchas para trabajar la madera, del conocimiento y dominio de la técnica de la cordería, unido a la presencia en los residuarios de la zona de espina y vertebras de peces muy pequeños; nos permite inferir que debían poseer algún tipo de trampas o redes teniendo en cuenta su utilidad para la pesca en los canalizos tan abundantes en la península.
Los recolectores, cazadores , pescadores dominaron el fuego y en la península de Hicacos han aparecido residuarios de carbón, lenticulas de cenizas y restos dietarios quemados sobre todo del megalonnus rodens (antecesor de la jutía conga), por ello se puede afirmar que cocían sus alimentos así como se protegían del frío y los insectos con el fuego. Este grupo sustentaba sus relaciones en una comunidad gentilicia y matriarcal y poseía una marcada división del trabajo por sexo y edades.
En ese movimiento to constante de la comuna para poder subsistir, en esa disgregación e integración sistemática de grupos para el desarrollo de sus actividades fundamentales; es posible observar en la región pequeños asentamientos habitacionales no permanentes, a la vez que se advierte que para la pesca en agua más profunda donde se exigía mayor fortaleza física, velocidad y posibilidad de alejarse temporalmente de la comunidad se escogían a los hombres, esto mismo ocurría para la caza.
Si nos referimos a los sitios funerarios, existen evidencias que hacen pensar en el culto a sus antepasados y en la creencia en una vida después de la muerte. En el territorio se han hallado dos enterramientos con ofrendas (Solapa de Musulmanes); allí colocaron en un nicho natural los cuerpos con la evidente intención de sepultarlos y protegerlos, asociado a ello han aparecido herramientas líticas y restos de alimentos mientras que la mano izquierda de uno aprisionaba un pequeño grupo de piedras lo que supone algún elemento ritual.
En el sitio funerario Mangón II se encontraron micro cuencas de conchas y piezas dentales de aborígenes de diversas edades así como restos dietarios, esto ratifica la existencia de enterramientos masivos características típicas de estas comunidades.
Este grupo desarrollo la pictografía de ahí que se supone que tuviese un contenido mágico religioso. En la cueva de Ambrosio (sitio ceremonial) se pueden visualizar muestras de arte rupestre de los aborígenes cubanos, es un estilo geométrico y abstracto, llamado de círculos concéntricos, de composición proporcional, armónica y rítmica.
El arte parietal de este sitio y su problemática va más allá de la probable filiación cultural, pues admitiendo las filiaciones que históricamente han hecho del análisis comparativo de los motivos y diseños de algunos (alrededor de 40) están vinculada a comunidades neolíticas, mesolíticas común ambas y no afiliadas a propias; para estas últimas no hay explicación posible, aunque no se descartan que hayan sido ejecutadas por cimarrones.
Según Torres Cuevas y Loyola Vega “el estudio de todos estos siglos del hombre en Cuba sigue siendo insuficiente dadas las limitaciones de las fuentes: testimonios de los conquistadores y restos arqueológicos. Su mundo vivencial apenas nos llega a través de tenues rayos que se observan a trasluz; los tenues reflejos de una cultura muerta que ya no puede trasmitir su intensidad.”
Sin embargo en esos tenues rayos que se observan a trasluz, se advierte una cultura digna y valiente a la que habrá que recurrir siempre por su legado organizativo, semántico y rebelde. Sin ello no podríamos expresarnos certeramente, defendernos con sagacidad y convivir con determinada armonía.
A través de este breve análisis podemos afirmar que los aborígenes que se asentaron en la región pertenecían a esa mezcla transculturada de guanahatabeyes y siboneyes, pues sus rasgos, costumbres y formas de vida así lo atestiguan, ellos fueron los primeros habitantes de Varadero que próximamente cumplirá 130 aniversario de su fundación.
Referencias bibliográficas
- Torres Cuevas Eduardo y Loyola Vega Oscar. Historia de Cuba. 1492-1898. Editorial Pueblo y Educación.
- Colectivo de autores. Historia de Varadero. Inédito 1990.Biblioteca José Smith Comas. Varadero.
Autores: MSc Teresa Iglesias Oduardo y Lic. Elio Menéndez Pedroso.
Datos para citar este artículo:
Teresa Iglesias Oduardo. (2019). 130 años de Varadero: ¿Quiénes fueron sus primeros habitantes?. Revista Vinculando. https://vinculando.org/vacaciones_viajes/turismo_sostenible/130-anos-de-varadero-quienes-fueron-sus-primeros-habitantes.html
Deja un comentario