Resumen:
Este artículo retoma los conceptos de Fordismo, Postfordismo y Neofordismo, para desarrollar un análisis de las articulaciones entre estas formas de organización del trabajo y los cambios en los modelos educativos predominantes en la sociedad durante diferentes épocas. Se plantea como la aparente superación de los modelos educativos fordistas, más que un cambio real en los procesos educativos, ha sido una forma de preparar la "mano de obra", para los nuevos procesos industriales neo-fordistas.
Palabras clave: Fordismo, Post fordismo, Neofordismo, ModelosEducativos.
Abstract
This paper incorporates the concepts of Fordism, Post-Fordism and Neo-Fordism, to develop a joint analysis between these forms of work organization and changes in educational models prevailing in society at different times. It raises the apparent improvement of educational fordist models, rather than a real change in education, has been a way of preparing the “labor” for new industrial neo-fordists processes.
Keywords: Fordism, Post- fordism, Neo- fordism, Educational Models
Introducción
Este ensayo no pretende hacer una disertación detallada sobre el proceso de evolución del fordismo al postfordismo, o al llamado "neofordismo". Aunque se esbozarán los aspectos más relevantes de dichos conceptos como formas de organización del trabajo, la intención es analizar cómo estas estructuras administrativas, en principio circunscritas al campo industrial, se convirtieron en las formas dominantes de organización social, incidiendo de forma determinante en los lineamientos de los sistemas educativos hasta la época actual.
Para ello, se toma como punto de partida el modo de regulación social logrado por las organizaciones Tayloristas/Fordistas, durante los años 50´s y 60´s, hasta llegar a los 70´s y 80´s con los modelos de empresa tipo red o la cooperación empresarial, analizando cómo el currículo, la evaluación y los conceptos de calidad y flexibilidad, se transformaron a medida que el paradigma administrativo se fue modificando. Cambios que a su vez han permitido siempre que "la escuela" forme individuos adaptados al sistema, medidos, controlados y ajustados de manera que encajen perfectamente en el modelo industrial. Un esquema al que el individuo debe adaptarse, so pena de convertirse en un "paria" social.
Modos de organización laboral en función de la reproducción del orden social.
Las organizaciones tayloristas/fordistas, que en principio fueron una manera de organizar el trabajo en la fábrica, se convirtieron en un modo de regulación social (Hirst y Zeitlin, 1991), que predominó desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis de los años 70.
El Taylorismo, se entiende como un conjunto de técnicas y principios propuestos por Frederick Taylor en su texto Principios de la Administración Científica. Allí, el autor plantea que el trabajo debe ser analizado de forma científica y para ello una tarea específica tiene que ser descompuesta en las partes que conforman el conjunto de acciones requeridas para llevarla a cabo (Finkel, 1994). Así visto, el proceso se convierte en un conjunto de acciones automatizadas, donde una tarea específica, como la fabricación de zapatos, es llevada a cabo por diferentes obreros cada uno encargado de una parte, sin necesidad de conocer nada más que su propia especificidad.
El proceso busca la regulación de cada segmento de trabajo, sin que medien iniciativas individuales. Para ello se comienza por separar la planeación de la ejecución. Unas personas piensan, otras hacen. Esto permite determinar también jerarquías en el trabajo y facilita la selección de personal de acuerdo con los conocimientos y la formación de los empleados requeridos.
Por su parte, el fordismo se refiere tanto al modelo de gestión y organización establecido por Henry Ford en los Estados Unidos a principios del siglo XX para la fabricación de su automóvil, como a una concepción diferente a la organización laboral Taylorista, donde se establecen mayores regulaciones laborales, superando dicho modelo y estableciendo el consumo de masas, con la aparición de la publicidad para promocionar y así crear mayor demanda para la gran cantidad de productos fabricados (Aglietta, 1979).
En este sentido, el fordismo recoge elementos del taylorismo, pero supera dicho esquema para establecerse como el modelo hegemónico de producción y organización del trabajo, logrando influir en las formas de socialización y las estructuras del sistema político, modificando la vida y las relaciones sociales de la población en general. Nace así la "sociedad de masas", entretejida en el consumo, con la publicidad como fuerza motora para generar la necesidad de consumir los productos creados en las fábricas (Hirsch, 1992). Esta es pues una sociedad mediada por el dinero, la jerarquización en el trabajo, una economía basada en la industria y unas organizaciones burocráticas donde la división era específica y especializada.
En el caso del concepto de Postfordismo, y lo que se conoce como "neofordismo", cabe señalar que se habla de las formas de organización del trabajo que aparecen desde los años 70 y que perduran hasta hoy. Algunos autores (Piore y Sabel, 1984), se refieren al Postfordismo como el periodo posterior al gran auge del fordismo, caracterizado por el ascenso de la pequeña y mediana empresa, la diversificación y flexibilización de la producción y el cambio de la economía de una gran empresa dedicada a producir un gran producto, a la de las empresas que producen en red. Nace la empresa descentralizada, donde no se produce todo en el mismo lugar, donde se buscan empresas que complementen y/o completen la producción. Aparece de esta manera la subcontratación (Hirst y Zeitlin, 1991).
Sin embargo, a mediados de los años 80 y especialmente en los 90, el fenómeno toma un giro interesante y en vez de terminar de caer, el modelo fordista se renueva. Las empresas en red, son absorbidas por grandes corporaciones, el monopolio y la "gran corporación" se convierten en el símbolo de este nuevo auge fordista que se comienza a denominar "neofordismo" (Ferruci y Varaldo, 1993). Tanto el Postfordismo, como el llamado "neofordismo", han generado cambios en la formas de producción que terminan afectando toda la sociedad. La crisis del fordismo fue aparente.
En realidad lo que pareció su fin, fue solo un momento de mutación, el fordismo estableció las redes, sobre las cueles luego iba a caminar. Estas redes que empiezan supliendo necesidades que las grandes empresas no cubrían, terminan siendo asumidas por estas mismas como empresas outsourcing. Se forma la "empresa red". Una empresa que flexibiliza su productividad para satisfacer a un consumidor diverso, con diferentes gustos. De esta manera la empresa comienza a requerir un nuevo tipo de trabajador.
En este nuevo paradigma, el trabajador no se especializa en la fabricación de una sola parte de un producto, sino que debe tener la capacidad de ser polivalente y multifuncional. Sin embargo, es un trabajador que debe sobrepasar horarios, que ha perdido muchos de sus derechos, frente a los ganados por las organizaciones sindicales de la era fordista. Es un trabajador precarizado, con bajos salarios o subcontrataciones que rayan en lo ilegal (Reta, 2009). Es el Nuevo Orden Mundial, la nueva era de la globalización donde la mano de obra barata se oferta ella misma a nivel mundial. Este paradigma exige un nuevo tipo de empleador y de empleado. Uno que la escuela no estaba formando.
La escuela y la reproducción del paradigma taylorista/fordista
Los paradigmas tayloristas/fordistas traspasaron en la práctica los límites de lo administrativo, y funcionaron como principios reguladores de la sociedad, penetrando de esa manera los sistemas educativos tanto de secundaria como de educación superior. En carreras como la administración, la ingeniería, en la formación técnica y de obreros "calificados", se adoptaron rápidamente dichos principios y por ende una visión específica de la educación desde un punto de vista rentable, "qué se invierte, qué se gana" (Montero, 1996).
Especialmente en América Latina, los modelos tecnocráticos y conductistas, que pensaban al estudiante como un ser sin conocimiento que a través del paso por un currículo, (asimilado a la banda transportadora fordista), iba adquiriendo los conocimientos (partes) necesarios para graduarse y así convertirse en un producto terminado útil a la sociedad, ganaron el terreno necesario para afianzarse como la forma dominante en la educación básica, media y superior.
Se buscaba un "producto útil" en el sentido de tener las capacidades requeridas para los cargos que disponían las empresas. Unos se preparaban para "diseñar, planear, pensar", es decir, para cargos directivos; y otros, los obreros, para "elaborar, ejecutar, hacer". La educación adoptó principios básicos de la organización científica como "segmentar el saber", "los refuerzos positivos y negativos", el control del rendimiento individual del estudiante y la evaluación como proceso de control de calidad (Varela y Álvarez Uría, 1991).
La "escuela" misma formaba al estudiantado en la obediencia, el acatamiento a la norma, la disciplina impuesta por un "Jefe" todopoderoso (el profesor) y el temor a perder (el año/el empleo), a ser un fracaso. Esto es retratado claramente en el Filme "The Wall" (Parker, 1982), basado en el álbum del mismo nombre de la banda de rock británica Pink Floyd. En una secuencia del filme, se hace una referencia directa al modelo industrial fordista, con una hilera de estudiantes conducidos por una banda transportadora que finalmente llega a un tanque donde los estudiantes caen y son convertidos en carne molida. Como un producto industrial.
De esta manera la escuela formaba, (y forma) para el mercado, para la industria. Con el tiempo nacen las universidades forjadas por consorcios industriales (ICESI, EAFIT, en Colombia), y las universidades privadas se alinean con los modelos tecnocráticos, buscando la mejor forma de posicionar sus egresados en el mercado.
Un mercado que busca un trabajador aconductado, que no pregunte mucho, que haga lo que debe hacer de la mejor manera. Otro retrato audiovisual de esta sociedad fordista lo hace Terry Gilliam en el filme Brazil de 1985. En donde Sam Lowry, un trabajador que debe llenar formas todo el día en una sociedad hiperbólicamente industrializada, desea salirse de ese mundo y encontrar una mujer que aparece en sus sueños; pero sus labores cotidianas y la opresión del sistema no se lo permiten. De esta misma forma el sistema educativo tecnócrata/conductista, que formaba para la sociedad industrial, cortaba los sueños, la diferencia de opinión, y la posibilidad de emancipación. Es la perpetuación del Statu Quo, y a la vez del capital, que difícilmente cambiará de manos porque unos son formados para dirigir y otros sólo para hacer.
La escuela, el postfordismo y la perpetuación del orden social
La aparición del postfordismo en la década de los 80´s, coincide (no fortuitamente) con el auge en Latinoamérica de los modelos educativos constructivistas, cuyos planteamientos propenden por un estudiante que construya por si mismo su conocimiento, un ser humano que sea capaz de aprender y reaprender en contexto y sea capaz de hacer, conociendo los procesos (Fajnzylver,1992). El discurso de la educación comenzó a buscar la formación de un estudiante diferente, pero no por ello un estudiante menos formado para la industria. El "trabajo en equipo", el respeto, la tolerancia, la autoevaluación, los estándares de calidad.
La educación retoma en su discurso los elementos del constructivismo y el cognitivismo, sosteniendo igualmente principios conductistas. Es una hibridación de modelos en donde convive tranquilamente un currículo rígido, con esquemas de educación por créditos, o pedagogías constructivistas en el aula. Se promueve el pensamiento flexible, el discurso de la autosuperación, de las "competencias", donde el estudiante es participe (responsable/culpable) de su propia formación. Formando de esta manera un trabajador más flexible, que pueda hacer varias funciones diferentes a la vez y que pueda aprender nuevas funciones todo el tiempo; es decir, que sea competente en varias cosas. Que sepa trabajar en equipo para acelerar la línea de producción, varias personas funcionando con un propósito puntual. Un trabajador acorde a la nueva forma de empresa, es decir polivalente, flexible de pensamiento.
Es el discurso de "la alta calidad", del estudiante/trabajador que es responsable de su propio conocimiento/productividad. Es el trabajador que ya no está pendiente del reloj, pero que en realidad termina trabajando más horas de las que debe porque tiene que cumplir con unas tareas específicas que requieren más tiempo del que la empresa determina.
En Colombia se "quitan" las horas extras. Se implanta el modelo de competencias y el discurso de la calidad en la educación, con los estándares de calidad, los registros calificados, la acreditación nacional e internacional. Se plantea una medición basada en unos thesaurus que establecen unos temas específicos de conocimientos que se pueden homologar nacional e internacional. Las Universidades son libres de enseñar lo que deseen según su PEI, pero el estado a través de dichos thesaurus, plantea cuáles son los contenidos más adecuados que debe saber un comunicador, un administrador o un psicólogo. Si las universidades se meten en este "tren", sus estudiantes podrán hacer parte de comunidades globales, hacer intercambios, ser más competentes para el mundo globalizado.
Un mundo donde el trabajo en equipo, la autonomía, el respeto a la diversidad o la calidad, son conceptos que buscan formar un estudiante que se adecue a un mercado cambiante, flexible, donde trabajo en equipo significa "poner a resolver a varios, lo que antes resolvía uno" para propender por una mayor productividad, donde la autonomía es una nueva forma de control donde el papel del Estado se reduce y cada cual debe aprender a gestionar, a ser "autónomo", para deshacerse del Estado Benefactor.
Un mundo donde el concepto de "calidad" se transfiere de las prácticas empresariales, sin mediaciones hacia el campo educacional. Donde las instituciones escolares deben ser pensadas y evaluadas, como si fueran empresas productivas cuyos bienes son estudiantes debidamente escolarizados y preparados para un mundo globalizado y, consecuentemente, sus prácticas deben ser sometidas a los mismos criterios de evaluación que se aplican en toda empresa dinámica, eficiente y flexible (Gentili, 1996). Un mundo donde la educación está diseñada para reproducir el sistema, pero donde hay pocos espacios para plantear el cambio social, la emancipación, la reflexión sobre un sistema económico/industrial más justo, más humano.
Y aunque no es la educación el único factor que entra en juego en la determinación, preservación y perpetuación de los sistemas de control social, si es uno de los más importantes, pues lo político, económico y social siempre buscarán en lo educativo, la forma de reformular, renovar y re-establecer los órdenes impuestos.
Referencias bibliográficas
- Ferruci y Varaldo, 1993 dell’Impresa Distrettuale”, Economia e Politica Industriale, nº. 80, pp. 73-97.
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Autor: Sandro J. Buitrago Parias: Candidato a Maestría en Educación Superior. 2013. Universidad Santiago de Cali. Especialista en Producción y Narrativas Audiovisuales. Universidad del Valle 2003. Director y Productor Audiovisual con experiencia de más de 15 años, en Canales como Telepacífico, Señal Colombia, Canal universitario Nacional Zoom y UVTV.
Datos para citar este artículo:
Sandro Buitrago Parias. (2013). Fordismo y postfordismo: control social y educación. Revista Vinculando, 11(2). https://vinculando.org/articulos/sociedad_america_latina/fordismo-y-postfordismo-control-social-y-educacion.html
Elise Laurene Pusey Mitchell dice
Bueno el articulo para un trabajo de la universidad.
Revista Vinculando dice
Qué bueno que este artículo te ayudó Elise. Nos anima a seguir publicando nueva información. Saludos!
Melissa dice
Excelente ensayo!