Desarrollo:
A lo largo de este texto hemos podido apreciar la importancia de la formación del capital social, sobre todo como prerrequisito para el surgimiento del comercio justo en México. La organización de las comunidades y de los productores ha sido vital en el proceso. Por otro lado, las alianzas externas son igualmente importantes. En este sentido, no se puede negar el papel que han jugado los diversos actores: la Iglesia católica en cuanto a la logística y la organización de los productores; las ONG nacionales e internacionales en cuanto al apoyo técnico, el financiamiento y la elaboración de proyectos de desarrollo y finalmente el propio gobierno, quien sigue siendo una fuente importante de recursos económicos. Una vez que el capital social está establecido, se facilita entonces el surgimiento de movilizaciones que promueven el desarrollo local. Entre éstas se encuentran el comercio justo y la agricultura orgánica. En efecto, la semilla se sembró en terreno fértil. En un ambiente donde la organización y la cooperación existen de antemano, el trabajo que resta por hacer se reduce.
Asimismo, el comercio justo ha sido una variable importante en el desarrollo local. Quizá su contribución mayor no es tanto el precio justo, que sigue siendo insuficiente, o la prima social, que se diluye frecuentemente entre el número de productores, sino la plataforma de despegue que significa para el pequeño productor que pertenece a una cooperativa. En este sentido, el productor es ahora capaz de dar un valor agregado a su producto gracias a que se completan cada vez más pasos en la transformación del café. Por otro lado, algunos cafetaleros adquieren capacidades como administradores o como asesores técnicos. Es decir, poco a poco se van abriendo más vías de acceso a una vida digna y se va rompiendo la cadena de dependencia en un sólo cultivo. La toma de conciencia del cafeticultor es también importante. En un principio, durante el reinado del INMCAFE, se hizo más énfasis en la cantidad que en la calidad. Esta mala estrategia está siendo revertida para poder ofrecer un café de calidad, que sea competitivo en el ámbito internacional. El café orgánico entra en este mismo marco. El camino ha sido arduo y se necesitaron años de lucha constante. Sin embargo, los frutos empiezan a cosecharse. Se pueden encontrar actualmente una serie de micro empresas en Chiapas que ven el panorama más prometedor.
Ahora bien, sigue faltando mucho por hacer. Como todo sistema joven y en evolución, el comercio justo tiene aún deficiencias que debe mejorar. En el ámbito internacional, es necesario tomar en cuenta la opinión de los pequeños productores. Se debe trabajar más para que no se pierda la esencia del comercio justo, ya que algunos productores temen que tome el mismo matiz mercantilista que el comercio convencional. En el nivel interno, el gran reto es entrar en la conciencia del consumidor mexicano promedio y hacerle notar su función como ciudadano, así como el valor de su acto de consumo.
Datos para citar este artículo:
Ana Isabel Otero Rance. (2005). Conclusiones a El comercio justo en México: una evaluación. Revista Vinculando, 3(2). https://vinculando.org/comerciojusto/mexico_chiapas/conclusiones_3.html
Angel dice
¿Cómo puedo ver el documento completo?
Revista Vinculando dice
Saludos Ángel y gracias por tu interés.
Para leer el texto completo puedes visitar esta dirección:
https://vinculando.org/comerciojusto/mexico_chiapas
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