Resumen:
Este documento es una recopilación histórica de la situación de educación básica en México desde 1940 a 1970, en relación a los programas educativos y la influencia de las corrientes pedagógicas, que conformaron los planes de estudio así como la situación que prevaleció en las escuelas normales para maestros, tomando en cuenta el SENTE, la creación y distribución del libro de texto gratuito, para primaria, la incorporación de preescolar y secundaria en el plan de 11 años, la utilización del radio y la televisión como medidos de alfabetización nacional.
Historia de la educación en México de 1940-1970
A pesar de los avances que había alcanzado la educación pública durante las primeras cuatro décadas posteriores a la Revolución Mexicana, para fines de los años 50 el rezago educativo aún era impresionante. El número de analfabetas era cercano a los 10 millones, más de tres millones de niños en edad escolar no asistan a la escuela, la eficiencia terminal era muy baja, ya que solo era del 16 % a nivel nacional y en el medio rural era del 2 %.
La escolaridad promedio de la educación adulta era de 2 años, millares de niños estaban desnutridos y más de 27 mil maestros ejercían sin título.
Durante el gobierno del Presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946) en materia de educación y docencia, en 1942 se logra unificar los planes de estudio de las escuelas rurales y urbanas; sin embargo, aunque contaban con la misma orientación, propósito y contenidos, la escuela rural se veía superada por la urbana. En el mismo año se crea la Escuela Normal Superior.
Jaime Torres Bodet designado por el presidente Ávila, ocupó el cargo de Secretario de Educación y, realizó un Congreso de Unificación del Magisterio surgiendo de este en 1943 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se estableció el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), y el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) ambos en 1944.
El objetivo central de Torres Bodet como Secretario de Educación fue poner en marcha un proyecto en contra del analfabetismo que afectaba a más del 55% de la población mayor a los seis años. Este proyecto implicaba una cobertura escolar mucho mayor a la que en ese momento se tenía en el país, y como fue imposible una formación de nuevos docentes bien preparados, se recurrió a la capacitación de maestros “empíricos” que ejercieron la docencia sin una adecuada preparación. Así se llegó a los 18 000 profesores de primaria al servicio de la federación, de los cuales 9 000 con un nivel educativo de primaria; 3 000 llegaban al primer o segundo año de secundaria; 4 000 eran graduados de las escuelas normales rurales y tan sólo 2 000 de las normales urbanas, en particular de la Escuela Nacional de Maestros.
En 1943 se había publicado Los fundamentos de la escuela unificada, de FRANCISCO LARROYO, pedagogía que será asumida abiertamente por el nuevo secretario de educación. Para Larroyo se requería conformar un sistema de educación pública que acabara con el desorden anterior, el cual estaría organizado y planificado, “bajo la base de una diferenciación progresiva de centros de enseñanza metódicamente graduados, según las aptitudes y vocación de los miembros de la comunidad.”
Según el secretario, la escuela unificada era la única que podía brindar a la educación una estructura acorde “al progreso de las tres direcciones fundamentales: de las ciencias, de la moralidad, del Arte” y más adelante precisó:
La Escuela Unificada no es sino el sistema pedagógico que organiza todas las instituciones docentes de manera coherente según la idea de cultura, es la consecuencia pedagógica del Estado de derecho, en donde queda borrada la antítesis entre clase social legisladora que amplifica las obligaciones y restringe los derechos, y clase social legislada que no tiene intervención en la formulación ni de los deberes que debe cumplir ni de los derechos que han de asistirle; la Escuela Unificada es consecuencia pedagógica del Estado democrático.
De acuerdo con esto, la Escuela Unificada “reabsorbe coordinadamente” desde los jardines de párvulos hasta la educación superior, abarca por lo tanto, “la escuela básica o elemental primaria para la tercera infancia tanto rural como urbana, la campaña de alfabetización, la segunda enseñanza; con sus modalidades, las escuelas normales, las escuelas medias, la educación terciaria para la juventud, la escuela superior de agricultura y ganadería, el IPN, la Universidad, la escuela Normal Superior, las Instituciones de formación educativa para postgraduados”.
Y todo ello para lograr la mexicanidad la cual presupone una “homogeneidad de cultura y de voluntad colectivas.” El maestro juega entonces un papel fundamental como “agente social encargado de educar e instruir al pueblo”, por lo cual tienen una “importante significación para el Estado Mexicano”. De ahí que la unificación de la enseñanza normal sea garantía de la unificación de la enseñanza nacional, creando un verdadero sistema de educación pública.
Producto de esta política fue la creación de la Dirección General de Enseñanza Normal, su primer director fue Francisco Larroyo, quien ya antes había colaborado con Torres Bodet como director del Instituto Nacional de Pedagogía en 1945.
La filosofía educativa planteaba que la escuela mexicana debía tener una acentuada orientación práctica, debe ser la escuela activa y del trabajo, “Una escuela que produzca manos más prontas, dedos más hábiles, sentidos mejor ejercitados para que el educando sea consciente de los objetivos y rendimiento de su acción, cuando realiza un esfuerzo por sí mismo, dirigido a la producción espiritual o manual.”
El programa de estudios creado por Manuel Gual Vidal (1946-1952) continuó la política educativa de unidad nacional. Los objetivos para el proyecto educativo propuesto fueron los siguientes:
- Promover la escuela rural, con los objetivos de instruir eficazmente al campesino, mejorar sus condiciones económicas e higiénicas y crear un espíritu cívico para que cada persona del campo se sintiera parte integrante de la nación.
- Continuar la campaña de alfabetización hasta que todos los mexicanos supieran leer y escribir.
- Construir más escuelas con el fin de lograr la alfabetización.
- Aumentar el número de profesores capacitados y fortalecer su derecho a disponer de los medios idóneos para llevar una vida digna.
- Editar libros, complemento integral de la escuela y ponerlos al alcance de todos.
- Establecer más escuelas de agricultura con el apoyo de expertos agrícolas y técnicos.
- Estimular la alta cultura técnica o superior.
- Crear el Instituto Nacional de Bellas Artes, para estimular la creación artística y ayudar a la difusión de la misma.
Manuel Gual Vidal orienta los criterios de su política educativa basándose en los principios de la "pedagogía social" y "la escuela unificada" de Paul Natrop, así como la "escuela activa" que vincula la educación con los procesos de producción de Jorge Kerschensteiner. Para llevar a cabo su proyecto contó con el apoyo del filósofo y pedagogo mexicano Francisco Larroyo, quien fue autor de obras que orientaron y formaron muchas generaciones de maestros y pedagogos. Larroyo fue presidente de la Comisión de Libros de Texto, en 1948.
El proyecto de unidad nacional impulso la educación urbana, pero fue poco efectivo para resolver los problemas de la educación rural e indígena y de sectores marginados urbanos. Aunque Torres Bodet logró ampliar el presupuesto educativo federal del 10.8% al 17 %.
Con la campaña de alfabetización, se formaron los “legionarios del alfabeto”, recurriendo a los niños de la escuela primaria desde el tercer año hasta los de secundaria, cubriendo tres tareas: levantar el censo de analfabetos de su zona, llevar el control de asistencia y actuar como instructores dirigidos por sus maestros.
Durante el gobierno de Miguel Alemán, se hizo una limpia de maestros comprometidos con la educación socialista. Esa política inició durante el gobierno de Ávila Camacho.
Durante administración del presidente Miguel Alemán, en el ámbito de educación, la alfabetización cayó; no se dio la debida atención a la cuestión indigenista y la enseñanza agrícola y la escuela rural tampoco recibieron la ayuda necesaria.
Los programas de educación primaria vigentes desde 1945 permanecieron inalterados; lo mismo los de secundaria que habían sido reformados por la Asamblea Nacional de la Conferencia de Segunda Enseñanza en 1951.
Con la llegada de Adolfo Ruiz Cortines (1952–1958) la política educativa continuó sin grandes cambios, el secretario José Ángel Ceniceros mantuvo la campaña contra el analfabetismo, entre las instituciones que apoyaban esta labor estaban las antiguas casas del pueblo, y las misiones culturales que crecieron de 78 en 1952 a 94 en 1958.
Apenas iniciaba el sexenio cuando se realizó, en 1953, la Junta nacional de educación primaria, que hizo una evaluación de la educación primaria y normal en relación con la escuela rural. Entre los temas que se trataron estaba el de la evaluación de la educación primaria en los estados, estudio encabezado por Luis Álvarez Barret, y el de los supervisores, tratado por Víctor Gallo Martínez. La Junta llegó a las siguientes conclusiones: la educación nacional estaba en crisis, y especialmente, la educación rural, se atribuía a la ausencia de planeación, de dirección y de programas eficazmente adaptados, el rápido crecimiento industrial y comercial eran los factores que afectaban más la educación, la escuela rural no había sido capaz de adaptarse a estos cambios, un alto porcentaje de las escuelas rurales estaban en manos de maestros improvisados, debería establecerse una clara distinción entre los programas de las normales rurales y urbanas, la unificación de los planes de la enseñanza normal urbana y rural había desvirtuado los fines específicos de ambas instituciones.
Alrededor del 49% de niños en edad escolar se quedaría sin inscripción, las normales rurales no produjeron el número de maestros necesarios y el alumnado del tercer año de las normales apenas representaba el 10% de la inscripción inicial.
Esta reunión no se limitó al diagnóstico, sino que elaboró una serie de propuestas que podían constituir un plan de trabajo. Algunas de ellas serían retomadas seis años después.
En 1954 el SNTE hizo una evaluación de la educación normal y la formación de los maestros rurales, señalando que:
Que durante el período de 1941 a 1944, la educación normal rural se desintegró poco a poco de la educación agrícola, y las Escuelas Normales respectivas, perdieron su cimiento de educación económica que había probado ser de tanta utilidad para el ejercicio del magisterio rural, lo que produjo un desconcierto completo en los maestros rurales en formación, y emigraron a las ciudades por considerarse capaces de trabajar en ellas, las Escuelas Normales Rurales de hoy están, como las escuelas Normales Urbanas, preparando maestros para los centros urbanos de población y no para las comunidades rurales del país.
Durante el periodo de 1952 – 1958 del Presidente Ruiz Cortines, no realizo gestiones educativas pero en su informe de 1958 hace un balance de la educación “ los niños de edad escolar en el país –dijo- son 7,400,000 se inscribieron a escuelas federales 3,000,000 de niños incluidos los de las comunidades indígenas”, la deserción escolar en esa época refiere que ni la tercera parte de los niños inscritos terminan la primaria, solo el 50% de los niños de edad escolar disfrutaban de educación primaria.
Para finales del sexenio de Ruiz Cortines, era ya evidente que el sistema educativo nacional no había crecido al ritmo que el incremento de la población, tan solo en el Distrito Federal habían quedado sin atención 215,000 niños, más del 33% y a nivel nacional, cerca de 6,000,000 de niños demandaban educación primaria y sólo asistían a clases el 50%.
En 1957 se reformaron los planes de estudio de la escuela primaria organizándose de la siguiente manera:
I Materias instrumentales (los instrumentos propios para el manejo de las demás): lenguaje, aritmética y geometría.
II Materias aptas para conocer y aprovechar la naturaleza (Se relacionan con los hechos y los fenómenos de la naturaleza inorgánica y viva y, sobre todo, del hombre), las ciencias naturales: física, química y biología (botánica, zoología, anatomía y fisiología humanas).
III. Materias encaminadas al conocimiento y mejoramiento de la sociedad (implican las creaciones del espíritu humano y la organización, fines y resultados de la vida social): geografía e historia; y educación cívica y ética.
La geografía ocupa un puesto intermedio o de enlace entre el grupo II y III, pues la geografía física pertenece al grupo de las ciencias naturales y la geografía humana, económica, social y política, corresponden a las ciencias de la cultura.
IV Materias para conocer, encauzar, estimular y aprovechar, por medio de actividades específicas, las aptitudes de los alumnos: 1) educación física; 2) trabajos manuales (con la variedad de las labores relacionas con la vida del hogar, para las niñas); 3) dibujo y artes plásticas; y 4) música y canto.
Se aplicó una forma de trabajo mixta: globalizada y sistemática. Bajo este programa, que en realidad es igual al de 1944 con pocas adiciones, la filosofía educativa siguió siendo la misma que impulsó Torres Bodet desde 1944, Todos los alumnos, cualquiera que fuese la escuela a la que asistieran, contaban con la misma instrucción fundamental.
En ese mismo año se creó el Consejo Nacional Técnico de la Educación (Conalte), reconociendo con ello la necesidad de planificar la educación. Durante esos años, 1956-1958 surgió el conflicto magisterial que tuvo su expresión más radical en ese último año.
En el sexenio de Adolfo López Mateos (1958- 1964) reorganiza la campaña de alfabetización en el Plan Nacional del Mejoramiento de la Enseñanza Primaria, con el Plan de 11 años, dirigido por Jaime Torres Bodet Secretario de Educación, impulsando un el número de inscripciones en primer grado y crear sucesivamente los grados superiores, como meta complementaria para las escuelas rurales; en este sexenio se le da impulso a la formación de maestros creando la Escuela Normal de Maestros y La Escuela Normal Superior, creo el instituto de capacitación del Magisterio, y se organizó la comisión revisora de planes y programas.
El Plan de Once Años intentó la creación de un sistema racional, eficiente, integrado, equilibrado y adaptado a las necesidades sociales; el sistema educativo se organizaría racionalmente como producto de una planeación deductiva, sistémica y proyectiva, la cual debía expresarse, fundamentalmente, como determinación de objetivos, como normatividad administrativa, como instrumentación y control, el Plan incluía una reforma cualitativa de la enseñanza.
El Consejo Nacional Técnico de la Educación propuso una reforma de la enseñanza preescolar y primaria "por áreas". Para la preescolar se prescribían las cinco siguientes: protección y mejoramiento de la salud física y mental; comprensión y aprovechamiento del medio natural; comprensión y mejoramiento de la vida social; adiestramiento en actividades prácticas; investigación del medio físico y aprovechamiento de los recursos naturales; comprensión y mejoramiento de la vida social; actividades creadoras; actividades prácticas y adquisición de los elementos de la cultura en cuanto a relación, expresión y cálculo. Además, se concebían los cuatro primeros grados como una unidad, dejándose el quinto y sexto para intensificar las actividades prácticas.
También se reformó la enseñanza normal, la cual quedó reorganizada en dos etapas: una cultural-vocacional de un año y otra profesional de dos años. Las asignaturas se redujeron a tres por semestre, con insistencia en las prácticas y el estudio dirigido.
Se cree que no se tomó modelo pedagógico ni filosófico para la enseñanza y de J.M. Mursell (para las enciclopedias de la educación) crea la nueva propuesta que establece para el desarrollo de la personalidad, son: pensamiento objetivo, pensamiento cuantitativo, pensamiento social, expresión lingüística, expresión y sensibilidad artística y coordinación motora"
De las reformas en los planes y programas de enseñanza secundaria, introducidas en septiembre de 1960, las asignaturas se redujeron a seis por año y se prescribieron cuatro actividades de carácter práctico. Se intensificó en una hora por semana el estudio de las principales asignaturas español, matemáticas, física, química y civismo y en dos horas la lengua extranjera; se introdujo la asignatura "México y el mundo en el siglo XX"; se abrieron opciones para actividades artísticas y se acentuaron las actividades tecnológicas.
Según el Secretario de Educación Pública, en la revisión de los planes de estudio debían considerarse como constante: las matemáticas, para enseñar a pensar· con lógica y precisión; el español para asegurar la claridad y firmeza de la expresión oral y escrita; el conocimiento práctico y la educación cívica, etc.
La continuidad del plan de 11 años de 1958-1970, destaca la construcción de escuelas en sectores urbanos y semiurbanos, y rurales, la habilitación de todos los grados de primaria en donde se careciera de estos, principalmente en los sectores rurales que solo contaban asta tercer grado de primaria, y La Comisión de libro de texto gratuito, entre otros la creación de telesecundarias y doble turno en las escuelas, para 1960 se crean los centros regionales de Educación Normal, en algunos estados con nuevos planes de estudio con el fin de mejorar la calidad de la formación docente, esta reforma era experimental, solo en los Centros regionales.
También aumento las partidas dedicadas a becas y servicios asistenciales de los alumnos del magisterio. Por otra parte el Instituto de Capacitación del Magisterial se encargó de acelerar la graduación de maestros no titulados, el Presidente en reconocimiento por los esfuerzos y colaboración del magisterio, habiéndose aumento los sueldos de los maestros federales para premiar su perseverancia, así como compensaciones progresivas.
La edición y distribución gratuita de los libros de texto y cuadernos de trabajo a todos los alumnos de las escuelas primarias de la República. El total de volúmenes editados o a punto de editarse fue más de 16 millones.
López Mateos da respuesta con la distribución del libro texto gratuito a una necesidad nacional. Continúa también el trabajo de las misiones culturales distribuidas en el país y que atienden a 440 comunidades campesinas con medio millón de habitantes, y once centros, 21 brigadas de enseñanza agropecuaria, habiéndose establecido 372 campos de demostración.
La matrícula de las escuelas secundarias federales aumentó en un 13%, cifra que se compara favorablemente con el 12,09 %. Igualmente aumentaron el presupuesto para el Instituto Politécnico Nacional, a otras entidades del mismo tipo y a la Universidad Nacional Autónoma. Finalmente los recursos puestos a disposición de las universidades e institutos de los Estados, con aumentaron de hasta un 60 %.
El Plan de once años, preparado por Torres Bodet desde 1960, da inicio con los supuestos en que 1.700.000niños viven sin escuela. Y, de acuerdo con las estimaciones de la Dirección General de Estadística, además más de tres millones de niños quedarían también sin escuela en los próximos once años.
Educación pre-escolar: Se establece 200 nuevos grupos para 10.000 niños, con lo cual el total de los inscritos en los planteles federales de esta categoría asciende a 124,086
Educación primaria: En cumplimiento de la parte correspondiente a 1961 del Plan de once años se crearan 4,500 plazas de maestros. 4,500 grupos escolares, y a esa extensión, otros 225,000 niños serán incorporados a la vida de la enseñanza. Libros de texto y cuadernos gratuitos. Para atender a los alumnos de los cuatro primeros grados de todas las escuelas del país la Comisión Nacional de los libros de texto gratuitos tendrá que editar 20, 400,000 libros y cuadernos; un aumento de más de 2, 700,000 sobre lo realizado en 1960.
El material de lectura además de los libros de texto gratuitos, la Secretaría de Educación Pública revitaliza la Biblioteca Enciclopedia Popular.
Queda ampliado el servicio auxiliar de lecciones por radio en 48 emisoras de los Estados.
Educación Extraescolar Fundamental: La Secretaría de Educación Pública proyecta proseguir la alfabetización extraescolar mediante la creación de salas populares de lectura relacionadas con las misiones culturales. En 1961 la Secretaría procurará aumentar en cinco misiones motorizadas el grupo de diez establecido en los dos años anteriores. Las 78 misiones culturales estables atienden a una población de medio millón de habitantes. La labor de las escuelas primarias nocturnas atenderá a un total de 132,000 campesinos, y con la cooperación del Instituto Latinoamericano de Cinematografía Educativa queda asegurada la producción de tres películas educativas sobre la independencia, la reforma y la revolución de 1910.
Educación secundaria: Aunque no tiene el Gobierno, por lo que respecta a la segunda enseñanza, las mismas responsabilidades que para el Estado implica la obligatoriedad de la educación primaria, la Administración se ha preocupado por robustecer y alentar este importante ciclo de formación de la adolescencia.
En 1961 la matrícula ascendería a 104,100 alumnos, 44,72 %más que en 1958. "Estas cifras revelan que, hasta el límite de sus posibilidades, el Gobierno Federal está afanándose por ensanchar el campo de la enseñanza secundaria."
Enseñanzas Técnicas. La Secretaría administra ocho Tecnológicos foráneos y 39 Escuelas de enseñanzas técnicas, industriales y comerciales.
En 1961 Jaime Torres Bodet, al presentar su Plan de once años, con fecha 27 de octubre de 1959, menciona que:
"La extensión y el mejoramiento de la enseñanza primaria constituyen, sin duda, un compromiso fundamental el Secretario de Educación Pública, propone que durante los próximos once años deberán crearse de 51,000 a 55,000 plazas de maestros de enseñanza primaria, y construirse 27,440 aulas rurales de un solo turno escolar y 11,825 urbanas, para dos turnos. La Secretaria de Educación Pública, cuenta con un presupuesto extraordinario de 4.804 millones y medio de pesos y por el plazo fijado de once años.
A principios de 1959 fueron inscritos en los planteles primarios del país 4,437,000 alumnos, y en 1970 los lugares disponibles en las escuelas podrán acoger a 7,195,000 niños. Para disponer de los maestros titulados necesarios, reponer las bajas y atender a los servicios conexos será preciso formar en esos mismos once años unos 68,000 maestros, para lo cual será indispensable ampliar el sistema de las actuales Escuelas Normales rurales, subsidiar el desarrollo de las Escuelas Normales no federales y crear cuatro Centros regionales de enseñanza normal. Durante la administración del PRESIDENTE ADOLFO LOPEZ MATEOS, sus principales metas fueron: Incorporar al sistema de enseñanza primaria a los niños en edad escolar de 6 a 14 años que no la reciban.
Establecer plazas suficientes de profesores de primaria para inscribir anualmente a todos los niños de 6 años.
Lograr que en 1970 terminara su educación primaria, el 38 % de los que la iniciaron en 1965.
El presidente López Mateos autorizo un incremento del presupuesto educativo que paso de un 15.8 % del presupuesto federal en 1958 a un 23 % en 1964, a la vez que se promovió la participación de los estados y los particulares. Al ver su efectividad, el secretario Agustín Yáñez también logró incrementar el presupuesto de 23.4 % en 1965 a 28.2 % en 1970.
Durante el sexenio del Presidente Gustavo Díaz Ordaz de 1964-1970, y el secretario de Educación Agustín Yáñez, la reforma educativa consistió en un programa de orientación vocacional, la expansión de plazas escolares, simplificación de los programas de estudio, la utilización de la televisión para alfabetización y secundaria, la adopción de nuevos métodos pedagógicos “Aprender haciendo”, y “Enseñar produciendo”, la unificación de la enseñanza más la implementación de asignaturas humanistas y la distribución de libros y material de lectura.
Con respecto lo técnico-pedagógico el secretario de educación refiere que los maestros no tienen la preparación, introduciendo materias humanísticas en las escuelas técnicas y a transformar las normales rurales en escuelas tecnológicas agropecuarias. La enseñanza media se quedó condicionada por una serie de disposiciones que regulaban el ingreso de los alumnos de las preparatorias técnicas a las instituciones de enseñanza superior, y la transferencia de los desertores de las ramas de ciclo medio a las escuelas de carácter subprofesional.
Dentro del propósito de unificar la enseñanza media surgieron las Escuelas Tecnológicas Agropecuarias (ET AP). Se las organizó con el mismo plan de estudios que las demás escuelas secundarias del país, en cuanto a materias académicas y actividades cívico-culturales, pero con un número mayor de horas dedicadas a la enseñanza y práctica de actividades tecnológicas (16 horas en vez de las seis ordinarias), de tal manera que su semana escolar era de 45 horas.
Los programas de Adiestramiento Rápido de Mano de Obra se concibieron con objeto de ofrecer preparación en diferentes campos de tecnología aplicada, requerida por la industria mexicana, y de capacitar a los instructores para que pusieran en práctica esos programas dentro de cada empresa.
La aplicación de la radio y la televisión a la enseñanza en este sexenio, fue la alfabetización por televisión, que experimentó a escala reducida con la telesecundaria y la radioprimaria, la falta de adecuación entre el contenido de la educación y el medio donde operan las escuelas radiofónicas. De poco serbia a los campesinos o a los indígenas saber historia, geografía o gramática, si esos conocimientos no les ayudan en alguna forma a cambiar la estructura socioeconómica de la comunidad.
Se creó el 2 de enero de 1968 la enseñanza secundaria por televisión. Se asignaba a las telesecundarias: suplir la insuficiencia de medios para satisfacer eficazmente la creciente demanda de enseñanza media en todo el país, sobre todo en las zonas rurales poco pobladas; ofrecer a los egresados de primaria, excluidos del sistema ordinario de educación secundaria, una oportunidad de acceso a las instituciones superiores; y ampliar, extender y renovar el sistema educativo formal.
En los dos últimos años de este sexenio hubo otras acciones encaminadas a reformar la educación nacional.
Entre esas acciones destacan: la formación de seis comisiones por el Consejo Nacional Técnico de la Educación (5 de septiembre de 1968); las Conferencias Nacionales de Formación Cívica y Educación de Adultos (24 de febrero a 1 de marzo de 1969); el Congreso Nacional de Educación Normal (Saltillo, 28 de abril a 3 de mayo de 1969); la formación de una Comisión de Reforma Educativa en la
Cámara de Diputados (24 de septiembre de 1968), y el anuncio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de convocar a una Conferencia Nacional Pedagógica (22 de diciembre de 1968).
Bibliografía:
- ¿De donde vienen y a donde van los maestros de México? IEESA, 7-8.https://www.snte.org.mx/assets/LaFormaciondocenteenMexico18222012.pdf
- Campiron, M. E.; Evolucion historica de la educacion basica a tráves de los proyectos nacionales 1921-1999. Sría. de Educación, Cultura y Bienestar Social del Estado de México, http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_6.htm
- Casamayor., E. (CURSO 1960-61). Un plan de once años .
- Revista de Educación—Crónica, 12-16.KNAUTII, J. Z. (00000). Historia de la educación. Historia de la educación, 290-309.
- Larroyo, F. (1947). plan de 11 años. En F. Larroyo, Historia comparada de la educación en México (págs. 526-578). México: Purrua .
- Latapi, P. (Diciembre de 1975 ). Reformas educativas en los cuatro últimos gobiernos (1952-1975). Comercio exterior, 1323-1333.
Autora: Maestra Haydee Myriam Ramírez Sánchez. Universidad de Cuautitlán Izcalli. Correo: [email protected]
Datos para citar este artículo:
Haydee Myriam Ramírez Sánchez. (2019). Antecedente del plan de expansión y mejoramiento de la educación primaria en México. Revista Vinculando, 17(1). https://vinculando.org/educacion/antecedente-del-plan-de-expansion-y-mejoramiento-de-la-educacion-primaria-en-mexico.html
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