Resumen
La investigación se planteó construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria; marco en el cual, ésta juega un rol preponderante; y deben escoger el mejor camino para darle respuestas a los importantes sucesos que se están presentando. Para ello, los directivos de las universidades y los estudiantes como emprendedores deberán por una parte transformar la manera de conceptualizar el mundo competitivo en el cual se desenvuelve y por la otra evaluar su impacto. Se ubicó en el área de conocimiento de las Ciencias Sociales, responde a la Línea de Investigación Gerencia y Educación. Se abordó bajo el modelo epistémico constructivista. Este estudio se realizó a través de la investigación cualitativa, desarrollado a través del paradigma interpretativo con una visualización holística y bajo el método etnográfico. Se trabajó con tres informantes clave, se siguieron las etapas del método etnográfico: Selección de informantes clave, recolección de la información, transcripción de protocolos, categorización, triangulación e interpretación. Posteriormente se realizó la presentación e interpretación de la información mediante gráficos. Concluyó que es necesaria y urgente la adecuación de los recursos y estrategias desde el emprendimiento para promover en el estudiante las competencias y habilidades técnicas profesionales desde la práctica del saber y el hacer. Recomiendo establecer una mayor vinculación universidad-sociedad a partir del emprendedurismo, generando conocimientos más significativos y transferidos a contextos concretos en los que ocurren las prácticas educativas.
Descriptores: Formación, emprendedores, Educación Universitaria
Introducción
El desarrollo de una Nación, sin duda, está asociado a la ponderación de un conjunto de aspectos y factores que, si bien, están fundamentados básicamente en lo económico, es innegable que otros aspectos inciden en él, determinándolo en última instancia como por ejemplo es la educación y, entre otros aspectos importantes de la vida social, está la formación aplicada para mejorar el desenvolvimiento laboral y las potencialidades de quienes desempeñan una labor por su cuenta y riesgo.
En este contexto, se ubica un tema conocido como el emprendedurismo que, sin duda alguna, por demás interesante que ocupa actualmente el quehacer de muchas personas, estando la mayoría vinculada con el entorno universitario; las razones son muy variadas en virtud de que muchos estudiantes buscan poner ya en práctica ideas que probablemente antes no tenían ni eran tomadas en consideración, algunos tal vez no lo hicieron porque sencillamente no existía la necesidad de mostrar su capacidad emprendedora.
Se habla de que la educación para el emprendimiento está concebida básicamente para formar empleados y no generadores de empleo, sin embargo, en el mundo han ocurrido grandes cambios que han determinado la vida del estudiante universitario y/o de muchas personas que sin haber culminado una carrera profesional, mediante el emprendedurismo inician proyectos que los convierte en gerentes de su propia gestión y, estos procesos requieren de formación, capacitación y, por supuesto, profesionalización.
Un modelo formativo de este tipo, concibe a los estudiantes como sujetos activos, para que se den cuenta de las capacidades emprendedoras que poseen, mediante el desarrollo del potencial emprendedor; así mismo desarrollar en ellos las habilidades personales, actitudes, destrezas y competencias.
Todo lo anterior, se traduce finalmente en una aceleración y cambios sustanciales en los procesos de aprendizaje; tanto si se trata de destrezas – habilidades prácticas, que suelen adquirirse en el desarrollo de las propias actividades productivas mediante procesos de aprendizaje por la acción, aprender haciendo, como si se tratara de formación de aptitudes profesionales mediante sistemas formales de enseñanza.
La presente investigación, se convierte en un aporte de significativa relevancia teórica y práctica, porque contribuye con los cuatro pilares propuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para la Educación Integral, aprender a hacer, aprender a ser, aprender a convivir y aprender a conocer, en este caso, se estaría hablando de “aprender a emprender”.
Visto de esta forma se busca fomentar, desarrollar y potenciar las capacidades cognitivas, actitudinales y motivacionales de los futuros egresados, para convertirlos en profesionales capaces de concretar proyectos productivos, generadores de empleo, es decir, se pretende conocer aproximadamente un modelo o una forma de educar para el emprendimiento, acerca y a través de este.
Por ello la investigación, se ubicó en el área de conocimiento de las Ciencias Sociales, específicamente en el campo de la educación y responde a la Línea de Investigación Gerencia y Educación de la Universidad Latinoamericana y del Caribe (ULAC). En cuanto al objeto de estudio, se abordó el modelo epistémico constructivista. Como corriente filosófica se asumió la etnográfica y se sustentó en el Paradigma Interpretativo. En lo referente a la trayectoria metodológica, se planteó como una investigación holística, naturalista y cualitativa.
En este sentido, la investigación se desarrolló en dos momentos el primero comprendió el arqueo bibliográfico vinculado al desarrollo y delimitación de la etapa teórica de la investigación, es decir, el problema, marco teórico y metodológico aplicado para su construcción.
El segundo momento, propio de la investigación de campo, pues la recolección de la información se obtuvo directamente en la realidad considerada, para ello se empleó la observación directa e indirecta a través de notas, grabadores y revisión de documentos, además se realizaron entrevistas individuales a profundidad, mediante la utilización de una guía de entrevista estructurada.
Es importante señalar, que la selección de los informantes claves (en las instituciones universitarias) se efectuó mediante un muestreo intencional y teórico. Los escenarios para las entrevistas fueron donde se desarrolló la investigación y los actores que participaron.
Finalmente, es necesario puntualizar que la investigación quedó estructurada en cinco capítulos: En el primer capítulo El Problema, se plantea la contextualización del problema, su formulación, propósito general y específicos, así como su relevancia social. En el segundo capítulo Fundamentos Teórico y Referenciales, corresponde a las investigaciones previas, referentes teóricos y legales que orientan el desarrollo de la tesis.
Asimismo, en el tercer capítulo Abordaje Metodológico, se presentan los fundamentos epistemológico, filosófico y metodológico del objeto de estudio, el método utilizado, los aspectos administrativos y el cronograma de trabajo ejecutado. En el cuarto capítulo presentación e interpretación de la información, se describen los hallazgos encontrados, las reflexiones y aportesa modo de cierre, las ideas conclusivas que emergieron del estudio, luego del análisis e interpretación de la evidencia y la categorización de la misma. Se anexaron el guión de la entrevista a profundidad y el currículo del investigador.
Contextualización del Problema
En la segunda mitad del siglo XX, en casi todos los países de la región latinoamericana se invirtió en la creación de sistemas de formación profesional que han constituido un componente invalorable en las políticas de desarrollo de los países; según afirma Castro (2001):
A lo largo de la mayor parte de los últimos decenios, un elevado crecimiento garantizó el empleo de todos los egresados universitarios. En realidad, era más importante la cantidad de personas que se graduaban que su calidad, sin embargo, después de las crisis económicas que comenzaron en los años setenta, la calidad pasó a ser más importante y el ajuste perfecto de la capacitación a la demanda existente pasó también a tomar mayor importancia (p. 201).
Así, en los últimos años se ha venido tomando conciencia, especialmente en Venezuela, acerca de la importancia de formar emprendedores, tal como lo sugiere Morles (2008) capaces de “que desarrollen iniciativas de negocio en unidades económicas, flexibles y creadoras de empleo, que además contribuyan de forma importante al Producto Interno Bruto (PIB)” (p. 27).
No obstante, las universidades están llamadas a cumplir con esa función, donde además de ofrecer educación formal deben también formar en otros factores fundamentales de la producción y su importancia vista como la evolución de la sociedad y el país en general.
En este contexto, las transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales vividas durante las últimas décadas han aumentado la relevancia en la formación y capacitación, a la vez que han dado pie a un proceso de ajuste a necesidades nuevas y más rigurosas en el mundo laboral; las empresas que funcionan a la vanguardia del cambio tecnológico se han transformado en grandes productores y consumidores de capacitación y de emprendedores; al respecto, Rosas (2011) afirma lo siguiente:
Sin embargo, los sectores económicos, sociales y educativos tradicionales enfrentan la amenaza de la feroz competencia. Por tanto, si no se incorporan mejoras sustanciales en la calidad de la fuerza de trabajo, como lo exige la modernización, corren el riesgo de ser eliminados del mercado, como ha ocurrido en muchos casos; en virtud de que las nuevas formas de organización que les permitirían sobrevivir, exigen de las personas altos niveles de educación, formación (p. 99)
Ahora bien, a la par de estos planteamientos resulta fundamental hablar acerca de esa persona capaz de hacer realidad estos proyectos, es decir, el emprendedor; de hecho, en opinión de Morles (ob. cit.) la creación de estos proyectos es el resultado de la convergencia de cuatro elementos o factores a saber:
Oportunidad de negocio, existencia de una necesidad social no satisfecha (producto o servicio), el análisis previo en el que se determina la viabilidad técnica, económica y financiera de hacerlo (Plan de Negocio), los recursos necesarios y disponibles para concretar y materializar la idea y fundamentalmente a la iniciativa, el empuje y la perseverancia de un sujeto emprendedor, primer elemento en el proceso creador (p. 69).
En el mismo orden de ideas, Garzón (1995) lo define como productor de valores de mercado, que corre riesgos, está en permanente alerta para reconocer las oportunidades de ganancia y actúa en consecuencia para aprovecharlas, generando ideas innovadoras y desarrollándolas como oportunidades de negocio rentable.
Además, lo considera un reformador social con visión empresarial, pues su actuación en el mercado va en beneficio suyo y del resto de la sociedad. Para Pérez (2009), el emprendedor es capaz de cambiar las circunstancias de pobreza, crear riqueza e iniciar la historia del desarrollo, pues impulsa a las mayorías.
Sobre la base de lo planteado, el emprendedurismo está ligado a determinadas manifestaciones conductuales de un sujeto emprendedor, quien inicia un proceso innovador: crear algo nuevo o le da un nuevo uso al ya existente, y ello tiene un impacto en la calidad de vida.
Autores como, Ramírez (1997) y Serna (2000) mencionan ciertos apelativos parar connotar esa conducta, entre los que se tienen: conducta emprendedora, espíritu emprendedor, potencial emprendedor, cultura emprendedora. Incluso por asimilación, se habla de agente innovador y en ese sentido es perfectamente ajustada la observación de Drucker (1988), cuando afirma que la palabra emprendedor tuvo la intención de un manifiesto, de una declaración de disenso: el innovador altera y desorganiza.
Desde esta perspectiva, desarrollar las habilidades emprendedoras, así como el potencial de las propias capacidades empresariales que lo validen como pequeño y/o mediano empresario, es de vital importancia, pues si se quieren generar unidades de producción con altos niveles de eficiencia y eficacia, orientadas a la sostenibilidad, se debe empoderar al capital humano, además de facilitarle el acceso a formación continua y para ello como lo plantean Colmenares y Delgado (2003): De igual manera, para Urbano y Toledano (2008), “entre los diversos factores que favorecen la puesta en marcha de las iniciativas empresariales, la educación
Es necesario que los Estados fundamentalmente los latinoamericanos conciban la premisa de que la ciudadanía empoderada es el mayor promotor de soluciones colectivas. Es necesario que el Estado participe no como un Estado paternalista, endeudado socialmente, mucho menos centralista, sino como el principal promotor generador de herramientas y canales de empoderamiento colectivo, que permita generar una sólida base integrada de ciudadanos organizados, apoyando las innovaciones e incentivando la creación de modelos como las micros, pequeñas y medianas empresas, incluso las cooperativas (p. 26).
Ahora bien, para generar emprendedores cuyas unidades de producción se sostengan en el tiempo y se desarrollen exitosamente, es necesario orientar esfuerzos para promover espacios que permitan a los ciudadanos impulsar su mentalidad emprendedora y comportamiento emprendedor conducente a la independencia económica, de aquí la importancia de la formación de emprendedores en educación universitaria.
En opinión de Rusque (2003), “las instituciones de educación universitaria de América Latina, comienzan a mostrarse más preocupadas ante la necesidad de estimular la capacidad emprendedora entre los estudiantes, sobre todo en la perspectiva de crear nuevas empresas con fines lucrativos” (p. 19).
De igual manera, para Urbano y Toledano (2008), “entre los diversos factores que favorecen la puesta en marcha de las iniciativas empresariales, la educación superior despunta como una variable con alto potencial de influencia en el comportamiento emprendedor” (p. 57).
Desde esta perspectiva, el papel de la universidad no debe limitarse a la mera formación académica, ya que la obtención de un título, si bien, acredita como profesional, no garantiza la inserción al trabajo o el éxito laboral, Marcano (2006), señala que los estudios profesionales tienen la virtud de mejorar la capacidad de entender los fenómenos que ocurren en el mundo y dan mayor flexibilidad para responder a los problemas, pero si este conocimiento y visión del mundo no va acompañados de estrategias para actuar efectivamente en él, serán insuficientes para desarrollar un proyecto laboral sustentable.
Por consiguiente, frente a esta panorámica surge la imperiosa necesidad de generar profesionales capaces de romper paradigmas y para lograrlo se requiere de una visión y abordaje totalmente diferente es decir, ampliar el foco de acción tradicional de las universidades y es aquí, donde la Educación universitaria adquiere papel preponderante, pues ella a la vanguardia de los cambios que se están suscitando en el orden científico, tecnológico y social los cuales inciden directamente en el desarrollo socioeconómico de los países, demanda la necesidad de redefinir y perfeccionar sus funciones con respecto a la formación, a la investigación científica que sustenta esos cambios y los servicios que aporta a la sociedad.
En atención a lo planteado, en el medio internacional se han pronunciado diferentes entes entre los que está la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura, (Unesco-1998) la cual expone que la misión fundamental de la Educación Universitaria es formar profesionales altamente calificados y responsables para atender a las necesidades de los seres humanos en sus áreas específicas de influencia, de acuerdo con sus capacidades que se establecen mediante la adquisición de conocimientos teóricos y prácticos de alto nivel, a través de recursos de aprendizaje adaptado a las condiciones presentes y futura de la sociedad.
Asimismo, la Conferencia Regional de la Educación Universitaria en América Latina y el Caribe (CREA-2008), convencida del valor primordial de la Educación Superior en el forjamiento de un mejor futuro para los pueblos de Latinoamérica, sostiene que la misma, debe producir propuestas académicas al garantizar la formación de profesionales competentes de calidad, donde el desarrollo de las capacidades científicas, tecnológicas humanísticas y artísticas estén vinculadas a una perspectiva de creatividad, pertinencia, responsabilidad sustentable, que refuerce el compromiso con la sociedad.
Para completar el cuadro, a nivel nacional, la Educación Superior sobre la base de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su capítulo VI Art. 102, expone que la Educación tiene entre otros fines, desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética y social del trabajo liberador y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social.
Es por ello, que para consolidar la Educación universitaria como derecho de la ciudadanía y factor estratégico para el desarrollo humano integral sustentable y soberano, se promulga la nueva Ley Orgánica de Educación (2009), en su artículo 32, la cual plantea que la Educación universitaria, tiene como finalidad formar profesionales e investigadores(as) de la más alta calidad favoreciendo su continua actualización y mejoramiento, a fin de establecer bases sólidas que en lo humanístico, científico y tecnológico sirva de apoyo para el avance independiente del país en todas las áreas.
Además, en el artículo 33, señala que entre los principios rectores, tendrá la calidad e innovación, ejercicio del pensamiento crítico – reflexivo, participación e igualdad de condiciones y oportunidades, además para cumplir con sus funciones estará abierta a todas las corrientes del pensamiento y desarrollará valores académicos y sociales que se reflejen en su contribución a la sociedad.
Cabe resaltar, que los avances significativos que se han producido en los alcances, estructura y funcionamiento de la Educación Universitaria, comenzaron en un principio a asentarse con la formulación de las Políticas y Estrategias para el Desarrollo de la Educación universitaria (Plan Sectorial 2000-2006) y posteriormente con el Plan Sectorial (2008-2013), planteando este último, entre sus objetivos estratégicos, la universalidad de la Educación Superior, orientada al impulso de un modelo educativo incluyente, es decir accesible para todos.
Por lo que, debe ser un espacio de democracia participativa y protagónica que fomente la capacidad de toma de decisiones, garantice una formación y unos procesos de creación y transformación del conocimiento de alta calidad ética, científica y técnica para contribuir activamente a pensar y realizar el nuevo ideal productivo endógenocomo base económica del socialismo del siglo XXI y alcanzar un crecimiento sostenido. Incrementar la producción nacional de ciencia, tecnología e innovación hacia las necesidades y potencialidades del país, que permita modificar las relaciones de producción y asegurar el acceso a una vida digna y de calidad.
Sobre la base de lo expuesto y para poder contribuir a la formación de ese nuevo ciudadano productivo, existe en el ámbito universitario nacional consenso acerca de la obligación de orientar esfuerzos educativos, a promover acciones que le permita a su capital humano (educandos), desarrollar la personalidad emprendedora para enfrentar y manejar los avances científicos, iniciativas sociales, creación de empresas, aperturas de mercados, innovación en productos o servicios, implementación de nuevas formas de hacer pedagogía, adelanto de nuevas tecnologías.
En este sentido, han trabajado sobre la temática de emprendimientos consolidados y al sujeto que emprende y sustenta su idea, para mantenerla en el tiempo por la fuerza de sus propias acciones; diferentes instituciones de alto reconocimiento, entre las cuales se destacan la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que según Figuera (2000) suma esfuerzo para lograr incentivar a sus jóvenes estudiantes, a convertirse en microempresarios, apoyándolos y motivándolos en la concepción de ideas y desarrollo de planes de negocio.
Por su parte, la Universidad Metropolitana, tiene como misión no sólo preparar profesionales reconocidos por su alto nivel ético y sólida formación integral, sino también por su capacidad emprendedora y comprometida con el crecimiento del sector productivo y de la sociedad en general.
Es importante destacar que, la inclusión de estos aspectos se dio en 1995, como respuesta a la necesidad de pautar cambios en la educación, para lo cual se requerían nuevas capacidades, y frente a esto se debían crear opciones valederas. En el año de 1999, en la Universidad Metropolitana (UNIMET) nace el Instituto Internacional de Formación Empresarial (INFOEM), que según palabras del Director Sánchez (2006) surge como una interfase, un instrumento de intermediación entre la actividad académica y los requerimientos del sector productivo, el cual representa el medio para lograr el desarrollo de la capacidad emprendedora en sus graduados.
En esta línea, también se tiene a la Universidad Simón Bolívar (USB), la cual cuenta con la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJEUSB), cuyo propósito es fomentar el emprendimiento y la innovación mediante la difusión de herramientas y experiencias nacionales e internacionales que le permita a los estudiantes formarse una visión completa sobre la formulación y materialización de proyectos. Así mismo, la Escuela de Empresarios del Estado Zulia, considera entre sus metas alcanzara un gran número de población, a fin de formar pequeños y medianos empresarios en todos los sectores de la economía de la región y fuera de ella. (Diario El Nuevo Día, Falcón 2006).
En atención a esta realidad y en correspondencia con lo planteado, es de vital importancia que las instituciones universitarias en consonancia con las reformas que en materia de educación el Estado viene gestando y por ende en sincronía con la nueva visión de la Educación Superior, estimulen, fomenten desde adentro y de manera consciente, sostenida las capacidades emprendedoras de sus educando, pues es una vía democrática y participativa de propiciar cambios sociales, económicos, políticos y culturales.
Es necesario destacar que, no puede haber cambios en los estudiantes, si éste no se produce desde sus docentes, por lo tanto, la preparación, en otras palabras, la capacitación y actualización de los profesores para esta nueva enseñanza, así como, introducción del espíritu del emprendedor empresarial en el currículo, es también tarea central que las universidades no pueden descuidar.
De allí, que para lograr dicho cometido el investigador se plantee construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores empresariales en la Educación Superior desde la visión de sus actores, no sólo a la luz de las realidades empericas, sino también teniendo en cuenta elementos de las diversas teorías sobre emprendimiento, teorías del conocimiento y a través de ella, exponer los aspectos relevantes que deben considerarse en la aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria.
En virtud de las consideraciones antes expuestas, surgen en el autor las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los significados que los directivos de las universidades UCAB; UNIMET y USB construyen sobre la formación de emprendedores?, ¿Cuáles son los elementos teóricos emergentes de los significados develados inherentes a los saberes y haceres desarrollados desde la Educación Universitaria referidos a la formación de emprendedores?, ¿Qué aproximación teórica se puede construir para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria?
Propósito general
Generar una aproximación teórica que oriente la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria.
Propósitos específicos
Develar los significados que los directivos de las universidades UCAB; UNIMET y USB construyen sobre la formación de emprendedores.
Comprender los elementos teóricos emergentes de los significados develados inherentes a los saberes y haceres desarrollados desde la Educación Universitaria referidos a la formación de emprendedores.
Construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria.
Relevancia social
Desde la perspectiva de ser la educación universitaria un elemento coadyuvante del desarrollo nacional, el presente estudio se convierte en un aporte al conocimiento de significativa relevancia teórica y práctica, por cuanto estaría contribuyendo con los cuatro pilares propuestos por la Unesco, aprender a hacer a ser, a convivir y a conocer.
En tal sentido, vale decir que se estaría incidiendo directamente en el ámbito de la formación universitaria como vía expedita de aproximación teórico-práctica a un modelo integral y sostenible de conformación de hombres y mujeres gerentes de su propia experiencia empresarial, o mejor dicho, el proyecto productivo que se hayan propuesto llevar adelante, lo cual sin duda, constituye una iniciativa resultante de la comprensión de la realidad basada en la reflexión del investigador, de los actores involucrados y las interacciones entre los elementos estudiados a partir de su análisis crítico.
Por otra parte, el estudio evidencia importancia y relevancia social y económica, pues permitirá generar empresarios emprendedores con sensibilidad, con destrezas y habilidades suficientes para entender y comprender las demandas sentidas en la región y, en consecuencia, para actuar en la dirección de satisfacerlas mediante iniciativas particulares o colectivas como factor fundamental de la dinámica productiva.
Se habla entonces de un modelo de formación de profesionales que refuercen el compromiso social de la Educación universitaria con la sociedad, tal como lo sostenía Unamuno citado por Mora (2005) “la universidad no es nada sino es útil a la sociedad y esta se negaría a si misma sino entiende y ayuda a la universidad, porque la universidad debe educar, enseñar e investigar para ser beneficiosa a la sociedad.
Por lo tanto, con esta investigación se benefician las instituciones de educación universitaria que promueven el emprendedurismo, pues la presencia de un nuevo paradigma, cuya columna vertebral es el fomento y promoción de una cultura productiva y empresarial de cara al desarrollo endógeno, es fuente de motivación necesaria para que los estudiantes se incorporen temprano a los procesos productivos, como parte de su quehacer educativo en pro de fortalecer en sus futuros egresados iniciativas orientadas al desarrollo nacional.
Asimismo, se benefician los estudiantes universitarios, pues si bien, la visión de futuro es ser competitivo es decir, cambiar circunstancias, generar mercado, ser cada vez mejores, tener éxito empresarial y productivo, con este modelo desde dentro de las universidades tendrán acceso al desarrollo de sus potencialidades, a la gestión del conocimiento, la tecnología y los medios para ir más allá de ser empleados, ya que contarán con la posibilidad de alcanzar una mirada nueva, profunda e integral de su ser y del entorno, donde sus ideas puedan conseguir avances en armonía con los requerimientos de la sociedad y aceptar así, el reto de ser emprendedores autogestionarios.
Por último, este estudio posibilita al investigador el ser un actor social comprometido que facilita, dinamiza y por ende contribuye al fomento de la democracia participativa, al empoderamiento, al desarrollo sostenible, nuevo marco de relación Estado–Educación–Sociedad, sustentado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ob. cit.).
Investigaciones previas
Este aspecto equivale al conjunto de trabajos de investigación realizados previamente, los cuales en su contenido o estructura metodológica, guardan una estrecha vinculación con el presente estudio:
Celis y Casamayor (2006), realizaron la investigación que lleva por título “Emprendedurismo: Abordaje del cambio de Paradigma en la formación de estudiantes de la escuela de Administración Comercial y Contaduría Pública de la Universidad de Carabobo. Se plantearon como objetivo general aplicar el Modelo Androergológico de Formación de Emprendedores (MAFE) a los estudiantes del último año de la Escuela de Administración Comercial y Contaduría Pública de la Universidad de Carabobo, para cambiar el paradigma egresado – empleado por el de egresado empleador.
Este estudio guarda estrecha vinculación con la presente investigación, ya que en ambas se plantea la necesidad de preparar al egresado universitario para responder a las nuevas demandas del contexto nacional y de apertura a la creación de Mipymes que dinamicen la economía. Con la educación se puede desarrollar competencias de emprendedores que son transferibles a cualquier ámbito de la vida y las destrezas técnicas requeridas para iniciar dicho negocio. Propiciar el cambio de paradigma de egresado – empleado, a egresado – empleador.
En este orden de ideas, Aular (2006) realiza una investigación en proceso titulada “Aspectos relevantes en los procesos de generación de conocimientos en las PYMES metalmecánicas”. Planteo como objetivo interpretar los procesos de generación de conocimiento de las pymes metalmecánicas. Este proyecto es pertinente por cuanto evidencia la necesidad de formación previa que debe poseer la persona que va establecer una microempresa, ya que una vez puesta en marcha difícilmente por diversas razones se motiva al aprendizaje para generar conocimientos prácticos en el mejoramiento de sus visiones y capacidades internas para la calidad y productividad.
Asimismo, Delgado y Parra (2007) efectuaron la investigación denominada “Caracterización de la Microempresa de Punta”, el objetivo general de la misma fue explorar la presencia de nuevas actividades económicas en la modalidad de microempresa. Identificar, explorar la lógica y caracterizar los nuevos subsectores microempresariales de servicios de informáticas y telemática. Este proyecto es pertinente por cuanto demuestra que ser profesional es un aspecto que caracteriza al microempresario, pero requiere de la capacitación integral en los temas financieros, tecnológicos, jurídicos y administrativos para su fortalecimiento. Inclusive, muestra las razones que motivan a establecer este tipo de negocio. Aspectos que al compararlos con la realidad a estudiar mediante la presente investigación, sirve de marco referencial para la creación de los componentes de modelo a desarrollar.
En similares circunstancias, Hernández (2009) realizó una investigación titulada “Vinculación Universidad Pública – Mediana Industria para la formación del Talento Humano del sector productivo”. La misma tuvo como propósito, generar un modelo teórico acerca de la vinculación universidad pública – mediana industria para la formación del sector productivo venezolano desde la visión de acción comunicativa Habermasiana.
La citada investigación, tiene en común con el presente estudio, la vinculación entre la formación profesional del egresado universitario y el ámbito empresarial, desde la perspectiva de sus competencias, no solo para el ejercicio profesional y la realidad laboral, sino también, para incorporarse como sujeto activo e innovador y lo que ello representa para el progreso de sí mismo, la región y por ende el país.
En este sentido, Cardozo (2010) realizó una investigación titulada “La Motivación para Emprender. Evolución del Modelo de Rol en Emprendedores Argentinos”. En función del abordaje teórico sobre los aspectos relacionados con el fenómeno empresarial y tomando en cuenta dicho marco, el presente estudio estuvo dirigido a analizar dentro de los factores desencadenantes de la decisión de emprender un negocio la evolución, alcance e influencia del Modelo de Rol, en un grupo de empresarios argentinos de ambos géneros, fundadores de empresas en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, a lo largo de las últimas cuatro décadas.
De allí que, el aporte de esta investigación es mostrar como la creación de empresa está vinculada a la búsqueda del desarrollo de una cultura emprendedora, las principales motivaciones y obstáculos para emprender, aspectos a considerar para el desarrollo del modelo.
Por su parte, Julca (2011) desarrolló una investigación sobre la “Evaluación de Factores Básicos de Competencias de Emprendimiento Empresarial en los Estudiantes de Turismo. Caso Universidad San Martín de Porres. Lima Perú”, la misma se expresa en la actitud hacia la creación de negocio como elemento necesario, pues es, un indicador que en parte representa los resultados de la formación profesional en el área del emprendimiento empresarial, el cual tiene incidencia positiva en la generación de nuevos puestos de trabajo como en el crecimiento económico.
Esta investigación y el presente trabajo se relacionan, por cuanto están orientados al emprendimiento empresarial como competencia que desarrollada como parte inherente de la formación profesional, posibilita a las instituciones de educación superior a contribuir con profesionales capaces de concretar la idea de crear empresas mediante el aprovechamiento de una oportunidad de negocio.
Ahora bien, González (2011) efectuó una investigación titulada “Los Institutos Tecnológicos Universitarios como organizaciones educativas innovadoras desde la perspectiva de una teoría de acción humana”, cuyo objetivo fue elaborar un cuerpo de constructos teóricos asociado a la concepción de instituciones educativas innovadoras desde la praxis organizacional de los institutos universitarios tecnológicos, a la luz de una teoría de acción humana.
El aporte de esta investigación, fue mostrar una interpretación teórica orientada a la concepción de como los Institutos Tecnológicos Universitarios tienen la responsabilidad de promover elementos que le permitan convertirse en una comunidad abierta al cambio, al aprendizaje y la innovación, desde su dimensión organizacional.
También, Carrera, Bravo, Marín y Castro (2012) realizaron un estudio denominado “Futuribles y Futurables Universitarios para el Desarrollo Sostenible del Estado Falcón”. Sobre la base de que las instituciones universitarias como instancias potenciadoras del desarrollo del territorio en que se asientan, además de aportar formación, investigación y producción de conocimiento, deben propiciar la visualización en el largo plazo de escenarios posibles (futuribles) de los que se deriven escenarios deseables y probables (escenarios apuesta o futurables).
De allí que, el aporte de la presente investigación fue mostrar que el definir escenarios posibles y derivar de ellos las mejores opciones de futuro, implica para las instituciones universitarias como esferas de acción pública, una responsabilidad relevante, por cuanto, deben configurar y asumir estrategias que hagan de la formación universitaria un proceso, que en correspondencia con las necesidades del entorno, sea capaz de sustentar y sostener el desarrollo regional, en aras de una mejor calidad de vida.
Por último, Vallmitjana y Palau (2013) presentaron un proyecto titulado “La Actividad Emprendedora de los Graduados del Instituto Químico de Sarriá (IQS)”, cuyo objetivo fue la evaluación del emprendimiento de los egresados IQS. El aporte de esta investigación va desde el estudio del emprendimiento como disciplina académica, la presentación de las características y peculiaridades del emprendedor y de las empresas creadas, hasta el fomento del emprendimiento en la universidad, mediante la estimulación de creación de empresas en los egresados que contribuyan a la generación de progreso, desarrollo económico y social del país, referentes para el modelo a concebir.
Todos estos estudios guardan estrecha relación con la investigación, al dejar evidenciado la importancia de la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria., demostrando así la importancia que tiene para la sociedad el enfrentar los nuevos retos a través de la capacitación del recurso humano.
Emprendedor. Teorías sobre el emprendimiento
Visto el empresario/microempresario como protagonista en este escenario, su figura ha sido estudiada en los últimos tiempos, a fin de evidenciar las características o rasgos que lo distinguen, y como muestra de ello se tiene a Bermejo, Rubio y la Vega (1998) quienes plantean que el empresario/ microempresario tiene una personalidad caracterizada por el deseo de lograr objetivos; autoconfianza, perseverancia y dedicación para perseguir el éxito, entre otras.
En este sentido, sostienen que detrás de todo proyecto empresarial, de toda empresa constituida existe una acto emprendedor y un empresario, donde el primero es definido como la creación de valor a través del desarrollo de una oportunidad de negocio y su conversión en un empresa, que centre su actividad en la producción de bienes o la prestación de servicios y genere riqueza colectiva. Segundo, es aquel que organiza, gestiona y asume el riesgo que conlleva la puesta en marcha de un proyecto empresarial.
Por su parte, Londoño y Mesa (1999) señalan como rasgos de personalidad y características del creador de empresa las siguientes: autoestima positiva, laboriosidad, flexibilidad, se compromete con la acción, entre otras, por lo que definen al empresario como el individuo que descubre necesidades, concibe bienes o servicios para satisfacerlas y organiza los materiales, los equipos y la gente para producirlos y mercadearlos.
En opinión de Kafati (2001) existen ciertas características o cualidades que suelen ser evidentes en los futuros empresarios independientemente de que las aptitudes existan al nacer o se desarrollen conforme madura la persona, entre ellas se tienen: pasión por el negocio, confianza en sus habilidades y en el concepto de negocio, iniciativa y necesidad de realización. Para el ser empresario/ microempresario, significa tomar acciones humanas, creativas para construir algo de valor. Es la búsqueda insistente de la oportunidad independiente de la disponibilidad o no de recursos. Con la visión, la pasión y el compromiso para guiar a otros en la persecución de lo que cree y con la disposición de tomar riesgos calculados.
Es importante destacar que hay un manejo generalizado en cuanto a entender como sinónimo de capacidad emprendedora a capacidad empresarial, pues es común que se asocie la primera con los empresarios de negocio. Veneciana (1999) afirma que el término emprendimiento engloba tres conceptos: empresario, función empresarial y creación de empresa. A criterio de Glancy y Mc Quaid (2000) existen visiones o perspectiva sobre quiénes son los emprendedores y una de ellas es cuando se relaciona al emprendedor como manager y propietario de una pequeña empresa.
A este respecto, Díaz (2002) expresa que existen motivos que explican por qué se generaliza el uso del término emprendedor en sustitución del término empresario y la principal razón es la imagen negativa que se asocia a la figura del empresario, mientras que la figura del emprendedor muestra una imagen positiva constituyendo admiración asociada a la capacidad determinación para llevar a cabo una iniciativa de negocio.
Desde esta perspectiva, el término emprendedor ha tenido cambios sustanciales, en el siglo XII, fue sinónimo de busca pleito; en el siglo XVII, en un principio se utilizó para designar a los franceses que llevaban a cabo expediciones militares y más adelante a quienes emprendían proyectos de construcción de carácter religioso o militar.
Con base en Stevenson (1999), Glancy Mc Quaid (2000) y Díaz (2002), su evolución se puede ubicar en cuatro momentos históricos a saber: primera etapa siglo XVIII al siglo XIX, se desarrolla el espíritu capitalista y aparece la figura del individuo emprendedor capaz de acometer actividades empresariales propiamente dicha. Dentro de los representantes, se tienen a Cantillon (1775), quien introduce el término emprendedor en la literatura económica y presenta al emprendedor como una persona arriesgada.
Por su parte, Say (1821) fue el primero en elaborar el concepto de empresario- emprendedor y su aclaración conceptual como sujeto económico distinto del capitalista. Concibe al emprendedor como coordinador y asignador de recursos. Segunda etapa, primera mitad del siglo XX, los historiadores económicos tienden a centrar su atención en los hombres de negocio y en sus empresas, considerándolos agentes fundamentales en la expansión económica.
Aquí, resulta clave el concepto de Schumpeter, sobre el empresario, pues lo concibe como innovador, es decir, y a quien atribuye ser el responsable de hacer nuevas cosas o hacer las cosas que se estaban haciendo de manera diferente. Por tanto, definió al emprendedor, como alguien que implementa “nuevas combinaciones de medios de producción”.
Tercera etapa 1950 – 1979, el objetivo de la investigación se centra en el estudio del empresario, la función empresarial y la creación de empresas, configurando así sus diferentes vertientes: las pymes y la empresa familiar. Kirzner define el papel del el emprendedor, como la persona que gana por estar alerta a las oportunidades que existen en situaciones inciertas o de desequilibrio, lo cual indica que está preparado para percibirlas ante que los demás. Cuarta etapa 1980-2000 en adelante, se tiene que el emprendimiento comienza a tomar cuerpo como objeto de estudio e importancia crucial tanto en la vida económica como en lo social
Es así que, autores como Brockhaus (1980) define al emprendedor como el principal propietario y gestor de una empresa, no empleado por ninguna otra. Para Hull, Bosley y Udel (1980) el emprendedor como la persona que organiza y dirige una empresa asumiendo los riesgos para la obtención de beneficios. Cassón (1990) la habilidad de los emprendedores es tomar decisiones sobre la mejor asignación, uso de los recursos y coordinación de los mismos. Además de ser un coordinador, es un negociador y un exitoso arriesgado.
Plasencia (2010) emprendedor es quien descubre la oportunidad, concibe el proyecto y lo pone en práctica. Incluso en las situaciones más adversas pone en juego su imaginación y esfuerzo para descubrir oportunidades y transformarla en negocio.
Sin duda, la capacidad empresarial implica la capacidad emprendedora, pero no se agota en ellos, se asocia a atributos o cualidades adicionales. a raíz de esto, suele identificarse todo acto emprendedor con una acción que persigue fines de lucro, sin embargo el comportamiento emprendedor no es privilegio de un sector, ya que en muchas ocasiones no están orientadas a convertir sus iniciativas en una empresa económica, sino más bien sus iniciativas están destinadas hacia organizaciones sociales, culturales, educacionales o religiosas que se crean para satisfacer necesidades de distintas naturalezas, tanto materiales como espirituales (emprendimiento social).
Como se ha visto a través de lo planteado, existe una diversidad de definiciones sobre lo que es, las características y lo que hace un emprendedor e inclusive desde tiempo atrás hay la controversia sobre lo que se considera emprendimiento y actividad emprendedora, razón por la cual es necesario presentar las principales aportaciones que desarrolladas al respecto, con base en los diversos enfoques teóricos y escuelas, a fin de determinar los aspectos que puedan marcar los avances para la formación de microempresarios. En este sentido, se tiene la clasificación de Low y Mc Millán (1988), Stevenson y Jarillo (1990), Cunnighan y Lischeron (1991) y Veneciana y Díaz, (2002). Ahora bien, considerando como referencia estas clasificaciones a continuación se presenta una visión de las mismas:
- Teorías Económicas: Explican la función del empresario desde la perspectiva de la racionalidad económica, dentro de este enfoque se agrupan: (a) Teoría del Empresario Organizador: Cantillon, Say y Mill, destacan el papel del empresario como coordinador de los factores de producción y como director de la actividad empresarial. (b) Teoría del Empresario Arriesgado: Knight, plantea que la principal función del empresario es la asumir el riesgo y no la de dirigir el proceso productivo. (c) Teoría del Emprendedor Innovador: Schumpeter, considera al emprendedor como el principal activador del desarrollo económico, mediante la función de innovador.
Ahora bien, para el desarrollo de esta investigación se tomó la Teoría del Emprendedor Innovador porque en la situación tan puntual que presenta en mundo competitivo de hoy, el estudiante debe formarse sobre la base de la creatividad e innovación para poder generar opciones empresariales que atiendan a los requerimientos de la sociedad actual, claro está, apoyándose en las demás teorías y las aportaciones que las mismas puedan ofrecerles para fortalecer el emprendedurismo.
- Teorías Psicológicas, parten de dos supuestos, el primero, la persona que decide crear una empresa, es decir el empresario, tiene un perfil psicológico distinto al resto de la población. En segundo lugar, los empresarios de éxito tiene un perfil psicológico diferente a los empresarios de menor éxito, estas son: (a) Teoría de los Rasgos de Personalidad: Mc Clelland, basada en las características psicológicas y motivaciones de los empresarios. (b) Teoría del Empresario: Kirzner, ve a los emprendedores como descubridores de nuevas oportunidades.
- Teorías Socio Culturales o Institucionales, plantean que la decisión de convertirse en empresario y por tanto la creación de empresas en un determinado momento y lugar, están condicionadas por factores externos o el entorno. Estas son: (a) Teoría de la Marginación: asume la importancia del algún suceso generalmente negativo que desencadenan el proceso de creación de una empresa. Además plantea, que las personas marginadas, inadaptadas o con riesgo de exclusión social son más propensas a convertirse en empresarios, tal es el caso, de inmigrantes y desempleados. (b) Teoría del Rol: trata de explicar porque existen más empresas en determinadas zonas, o porque se crean un mayor número de ellas en alguna zona. (c) Teoría de Redes: parte de la idea que la función empresarial está inserta y se desarrolla en una red de relaciones sociales que facilitan los enlaces entre emprendedores, recursos y oportunidades.
Asimismo, (d) Teoría de la Incubadora: postula que la existencia de ciertas organizaciones (empresas, industria, centros de investigación o universidades), definen no solo el número de nuevas empresas en una zona determinada, sino también, su naturaleza. (e) Teoría del Desarrollo Económico de Weber: sostiene que las características socioculturales, son un factor condicionante del espíritu empresarial. (f) Teoría de la Ecología de la Población: parte del supuesto que el entorno condiciona el nacimiento, supervivencia y muerte de las organizaciones. Uno de sus objetivos es establecer cuáles son los factores que causan variaciones en las tasas de creación de nuevas empresas.
- Teorías Directivas o Gerenciales, parten del supuesto que la creación de empresas es producto de un proceso racional de decisión, en el cual son determinantes las técnicas elaboradas en las áreas de conocimiento de la economía y dirección de empresas. (a) Teoría de la Eficiencia de Leibenstein: Aquí el empresario es entendido como una persona con cuatro tareas principales: conectar diferentes mercados, suplir deficiencias del mercado, completar inputs, crear y hacer crecer entidades transformadoras de inputs. (b) Teoría del Comportamiento del Empresario. Se centra más en el que hace, sabe hacer o debe saber el empresario (comportamientos, habilidades, capacidades y experiencias. Está orientada a identificar describir y explicar los comportamientos manifiestos del empresario.
En el marco de las teorías presentadas, la decisión de crear una empresa y convertirse en empresario/emprendedor, han sido explicada por la intervención de tres categorías de factores: los concernientes a las características personales, motivaciones, percepciones, habilidades y conocimientos; los referidos a las características de la organización en las cuales el emprendedor ha desarrollado su actividad profesional con anterioridad y los relacionados con los elementos ambientales o del entorno.
De todo lo planteado, se desprende que esta muestra de autores y posiciones unos coincidentes y otros contrapuestos, evidencia que estudiar al emprendimiento, cuyo enfoque principal está orientado al desarrollo empresarial y lo que es un emprendedor/empresario, su naturaleza y lo que determina su personalidad no ha sido tarea fácil.
En este sentido, sea una capacidad natural o adquirida, se reconozca por sus atributos, o por sus acciones o por las oportunidad que le brinda el entorno, sea producto de factores psicológicos, económicos, socioculturales que lo motivan o lo impulsen a la creación de empresa, lo cierto es que si no se conjugan esfuerzos disminuye su expresión y el nivel de impacto que produce en el entorno. Desde esta perspectiva, que mejor espacio para promover el emprendimiento que las instituciones universitarias, para favorecer e incentivar mediante la formación de sus egresados la creación de micros, pequeñas y mediana empresas, en otras palabras el desarrollo empresarial.
Capacidad emprendedora y emprendedurismo
La capacidad emprendedora junto con la creación de fuentes de empleo, se ha convertido en temas obligados de discusión como fenómenos mundiales, producto de la crisis económica mundial se manifiesta actualmente y afecta particularmente a países como Venezuela. En Latinoamérica, los problemas actuales en el mercado laboral son producto de los cambios y situaciones que han sido provocados por la crisis actual.
En las últimas décadas, se han originado cambios demográficos, vaivenes políticos, transformaciones tecnológicas, crisis financieras que a su vez han provocado quiebras a nivel personal y empresarial, cambios en la inserción a la economía mundial, entre otros aspectos. Todo esto ha traído como consecuencia graves problemas en el campo de trabajo.
De esta manera, han surgido filosofías como el emprendedurismo, el cual se ha convertido en una “realidad socio-económica de una magnitud relevante en la cultura occidental, sin marginar el notable impacto que posee sobre las cifras de generación de empleo en sociedades maduras como las europeas” Ribeiro (2003 p. 29). Se trata entonces de situarlo en una discusión actual y promover debates que se apeguen a construir, sustentar y defender una vía propia de acceso a la supervivencia en la sociedad, fundamentada en los estudiantes universitarios jóvenes para luego hacernos competitivos.
Frente a este panorama, resulta significativo el interés de este tema alrededor del mundo, y más recientemente en el país, por conocer y estudiar los factores que condicionan la vocación o actitud emprendedora en las personas, así como la manera efectiva de estimularla; en algunas universidades no sólo la formación en emprendedurismo es una piedra angular del “proceso de cambio” en el que se enmarca la propuesta educativa, sino que viene a ser la respuesta que desean muchos jóvenes hoy en día.
El concepto de emprendedor no tiene una definición establecida, lo cual genera dudas, pues cómo saber si se es un emprendedor, si bien existen muchas definiciones o concepciones acerca del término emprendedor, se puede identificar muchas características comunes en todas ellas; se puede dar una definición básica estableciendo que un emprendedor es aquella persona que ha convertido una idea en un proyecto concreto, ya sea una empresa con fines de lucro o una organización social, que está generando algún tipo de innovación y empleos.
También, se le podría considerar como un individuo que es capaz de acometer un proyecto rechazado por la mayoría, que sabe interpretar las características reales del entorno a pesar de que no son aparentes, es capaz de luchar ante cualquier inconveniente que se les atraviesa a su estrategia y no le teme al fracaso y, además, es capaz de crear un grupo con motivación suficiente que le da el apoyo que necesita.
Así pues, Alcaraz (2006) señala que existen diversas formas de definir y entender el término emprendedor, sin embargo, los más variados autores coinciden en que tal vocablo se deriva de la palabra entrepreneur, que a su vez se origina del verbo francés: entreprendre, que “encargarse de”. (p. 63)
Sin embargo, es importante señalar algunas otras definiciones específicas que se han generado en torno a la cultura emprendedora, a saber el Diccionario de la Real Academia Española (ob. cit.), denomina emprendedor “el que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas” y emprende como “acometer y comenzar una obra, un negocio o un empeño” (p. 136).
Esta última palabra empeño, precisamente viene a ser la connotación más amplia por cuanto representa, de otro modo, la noción de empresa como iniciativa, que es esencial en la experiencia desarrollada hasta ahora; por otra parte, “atreverse a…” es la diferencia entre tener la intención o materializar la acción emprendedora, es decir, el emprendedor actúa, obra en función de su propósito o empresa; desde luego que ha sido necesario enriquecer esta definición, mediante la incorporación de variables e indicadores, que permiten reflejar o evidenciar la variedad de competencias específicas que reflejan el perfil emprendedor de un individuo.
Por otra parte, Anzola (2003) destaca que, son varias las acepciones que se le puede dar a un emprendedor:
- Económica: Realiza cambios de recursos de una zona de bajo rendimiento a una de alta productividad.
- Pragmática: Es una persona que inicia su propio negocio nuevo y pequeño.
- Operativa: Aplica su talento creador e innovador para iniciar su propia empresa o engrandecer una ya existente.
- General: El que hace que las cosas sucedan.
- Popular: Del dicho al hecho hay un gran emprendedor.
Estas conceptualizaciones, se precisan de manera general y en diferentes grados en cualquier emprendedor; todos de alguna manera están en estos rangos, sin embargo, en la sociedad existe un buen número de personas que pueden convertirse en emprendedores, en una proporción semejante a la que tienen otras ciudades, esto es, alrededor del 10% de la población. Sí el número de empresas correspondiera al de las personas que tienen las características básicas de los emprendedores, habría al menos un 50% más de empresas de las que hay ahora; en este sentido, Cabello (2007) formula que el emprendedurismo es:
El proceso de identificar, desarrollar y dar vida a una visión, que puede ser una idea novedosa, una oportunidad o simplemente una mejor manera de hacer las cosas; y cuyo resultado final es la creación de una nueva empresa, formada bajo condiciones de riesgo y considerable incertidumbre (p. 3).
De esta manera, el emprendedurismo a pesar de que existe desde hace largo tiempo, como objeto de estudio y de investigación se le considera como un “paradigma joven sin fundamento teórico sustancial” según Comeche (1997) otros lo consideran preparadigmático como Rusque (2003) por cuanto a pesar de tener larga data, los estudiosos del tema no tienen claridad aún sobre las principales categorías y conceptos que se deben manejar para que adquieran una validez común.
Por otra parte, para el académico Drucker (1981) un emprendedor es aquel que denota un perfil, un conjunto de características que hacen actuar a una persona de una manera determinada y le permiten mostrar ciertas competencias para visualizar, definir y alcanzar objetivos. Otros le otorgan al emprendedor la capacidad de utilizar adecuadamente los recursos disponibles.
Alcaraz (2006) lo define como aquel que se especializa en asumir la responsabilidad la toma de decisiones que tienen que ver con la localización y el uso de bienes, recursos e instituciones; es decir, como un ágil captador y aprovechador de información y recursos.
Mientras que para Morris y Kuratko (2008) un emprendedor es, además de hacer uso óptimo de los recursos disponibles y utilizarlos en combinaciones que maximizan sus resultados factibles, “agrega valor” a todo proceso o actividad en la que interviene, mientras que Harper (1991) lo identifica como una persona capaz de detectar oportunidades y poseedor de las habilidades necesarias para desarrollar un nuevo concepto de negocio, es decir, tiene la virtud de detectar y manejar problemas oportunidades mediante el aprovechamiento de sus capacidades y los recursos a su alcance, gracias a su autoconfianza. En síntesis, un emprendedor es aquella persona que requiere de un espíritu, cuya función específica sea la capacidad para tomar los factores de la producción, tierra, trabajo, capital y usarlos para producir bienes o servicios nuevos y de provecho para la sociedad.
En este sentido, el emprendedor percibe oportunidades que otros ejecutivos de empresas no ven o no le interesan, algunos usan información, al alcance de todos, para producir algo nuevo, es decir, detecta necesidades y, después, reúne la mano de obra, los materiales y el capital que se requiere para satisfacer esa necesidad.
En esencia, un emprendedor crea una organización como medio para ofrecer algo nuevo a los clientes, empleados u otros grupos de interés o como dice Vainrub (2006), permita convertir sueños en realidades; en ese sentido, quizás se le pueda dedicar muchas horas del día, pero, dependiendo de la naturaleza del negocio y de cómo se plantee, se estará en la posibilidad de manejar esas horas (la flexibilidad buscada y difícil de encontrar cuando se trabaja para otros en Venezuela) ya que se trata del propio negocio.
Formación profesional. Educación. Hecho educativo
Etimológicamente, el termino educación proviene del latín educare que significa alimentar, nutrir y educar, que quiere decir llevar a sacar a fuera. Esta puede ser entendida como el proceso de socialización de los individuos, además implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores. Platón, filósofo ateniense, se encargó de destacar las tres funciones principales de la educación, si bien fue hecha hace más de veinte siglos, aún se mantiene vigente: la formación del ciudadano, la formación del hombre virtuoso y la preparación para una profesión.
Desde esta perspectiva, el hecho educativo como practica social humana, es una actividad fundamental porque sin la adquisición de conocimientos y habilidades las personas no tendrían la posibilidad de producir ni reproducir la materialidad de una existencia y por lo tanto no podrían ser creadoras de cultura, o sea de medios materiales y simbólicos con los que la humanidad organiza sus vida. Para Ribeiro (1993), el hecho o acto educativo, es toda acción humana que implique creación, interacción, recreación de conocimiento.
Además, abarca todas las formas de creación e intercambio de conocimientos, desde las formas tradicionales, familiares, místicas, informales, mágicas y empíricas, hasta las formas más sistemáticas, racionales y formales que han sido institucionalizadas por la escuela, la iglesia el estado y la sociedad.
El hecho educativo puede verse en dos niveles, macro educativo, cuando se precisa como un proceso global de interacción sociocultural a través del cual se desarrollan nuestras facultades físicas, intelectuales, morales y micro educativo, cuando se traduce en el acto pedagógico, es decir en el proceso de enseñanza aprendizaje, donde se crean, comparten conocimientos, habilidades y se fomentan actitudes. En Venezuela la Educación Universitaria como hecho educativo, está sujeta a los fines que persigue según la Ley de Universidades (1970-Artículo 15).
Educación universitaria en Venezuela
Se entiende por instituciones de educación universitaria aquellas que ofrecen educación terciaria y en consecuencia cumplen actividades de formación integral, de creación intelectual y de vinculación social y comunitaria en campos particulares de estudio. Son el escenario principal en el cual se desenvuelve la educación superior y esta a su vez, articula las etapas de pregrado y postgrado. Ellas imparten aprendizajes a niveles medios y alto de complejidad o intensidad de los contenidos académicos.
En opinión de Ibáñez (1994), la educación tiene como objetivo la formación de capacidades – actitudes de los individuos para su integración a la sociedad, como seres que sean capaces de regular el statu quo y a la vez transformar la realidad social en pos de los valores vigentes en un determinado momento histórico. Por lo tanto, la tarea de la educación superior es la formación de profesionales competentes y que resuelva de manera novedosa, eficiente y eficaz problemas sociales.
De aquí que, Marín y Gonzales (2000), señalan que aunque las funciones de la universidad están íntimamente relacionadas con las diferentes concepciones de la misión que se le atribuye, plantean una serie de funciones que deben ser cumplidas por esta, entre las que se tiene preparar y formar profesionales cualificados e investigadores atendiendo a las necesidades de la sociedad. Al analizar los fines de la educación superior, se evidencian diferentes puntos de vista que varían según circunstancias y contextos, sin embargo, se pueden considerar tres grandes misiones atribuibles a las universidades tales como docencia, investigación y extensión.
En este cuadro de fondo, en Venezuela la clasificación del conjunto educativo de tercer nivel se hace de acuerdo a lo establecido en la Ley Orgánica de Educación (2009), la cual distingue entre universidades e institutos y colegios universitarios, donde las funciones que le son propias aparecen reflejadas en la Ley de Universidades (1970).
En cuanto a los fines, en el artículo 15, parágrafo 6, establece la formación en pro y para el trabajo social liberador, dentro de una perspectiva integral, mediante políticas de desarrollo humanístico, científico y tecnológico, vinculadas al desarrollo endógeno productivo y sustentable. Desde esta perspectiva que el modelo propuesto enfoca su visión como coadyuvante al desarrollo de la región. A su vez, a través de los Artículos 32 y 33 de la mencionada ley, se evidencia la importancia que tienen las instituciones de educación superior en la formación de individuos críticos y reflexivos que contribuyan al desarrollo del país.
Visto de esta forma, se busca fomentar, desarrollar y potenciar las capacidades cognitivas, actitudinales y motivacionales de los futuros egresados, para convertirlos en profesionales capaces de crear microempresas generadoras de empleo; en otras palabras, se pretende educar para el emprendimiento, educar acerca del emprendimiento y educar a través del emprendimiento. Inclusive sobre la base del artículo 145 y 146, se evidencia que son las instituciones de educación superior las llamadas a contribuir de manera significativa al desarrollo sustentable y sostenible, adecuando sus estructuras a las nuevas realidades que demanda el país y la sociedad.
En este sentido, hay que definir el tipo de hombre que será formado, en otras palabras, considerar su dimensión humana en los órdenes biológicos, psicológicos y sociales, que habrá de alcanzar así como, los activos de la educación, o sea los conocimientos, valores actitudes y aptitudes con que será enriquecido; inclusive los potenciadores que requerirá para continuar aprendiendo (metodología, informática e idioma) y así, seguir con un desarrollo exitoso en su vida individual y en su integración social.
Otro orden de la vida que es necesario incorporar en el modelo educativo es la cultura, mundo en donde intervienen los códigos, símbolos y lenguajes que identifican al grupo humano, que lo ligan y articulan a través de valores compartidos socialmente y que orientan la dirección de su formación.
Tesis del actor
Este planteamiento se enmarca en las teorías que sostienen el tema del cambio organizacional desde la perspectiva de la incidencia que tienen las motivaciones de las personas que integran la misma; en tal sentido, las organizaciones se mueven hacia atrás o adelante, crecen o se estancan, tienen éxito o fracasan, a partir del impulso que dan o no sus miembros, Así, la tesis del actor se refiere a las posturas individuales frente al cambio de las organizaciones; que Van de Ven y Poole, (2003) describen:
Desde una perspectiva voluntarista, los individuos y las instituciones que crean son autónomos, se reconoce el mayor dinamismo del ámbito interno de la organización, los agentes son autodirigidos, los individuos son la unidad básica de análisis y fuente de cambio en la vida organizacional, a partir de sus interacciones y constantes replanteamientos de los espacios de poder y búsqueda de certidumbre en la vida interna de la organización. (p. 166).
Desde esta perspectiva, el hombre es reconocido como el creador de su ambiente y esto determina una mirada de acción intencional, es decir, se considera que el individuo es totalmente racional o limitadamente racional y capaz de dirigir sus actos mediante la jerarquización de sus objetivos, de predecir las consecuencias de su acción y de elegir siempre la mejor manera de alcanzarlos o al menos una suficientemente satisfactoria.
Las decisiones gerenciales constituyen, pues, parte de las limitaciones institucionales para la interacción y la búsqueda de certidumbre y relegitimación de los espacios de poder, el eje sustantivo del verdadero cambio organizacional, al desplazar la racionalidad organizacional, sobreponer los intereses individuales y de coaliciones a los de la organización.
Sin embargo, es claro que este eje del cambio organizacional, si es direccionado por personas formadas para la innovación y el emprendimiento, sin duda, acoplará su gestión hacia el éxito que le imprimen los emprendedores que la gerencian, en razón de lo cual, vale decir que el emprendedurismo es una visión que si bien se genera, no sólo desde el entorno del emprendedor, sino además, hay que tomar en consideración su visión personal, sus motivaciones y, particularmente su formación profesional en esta dirección.
Gestión para la innovación
De acuerdo a lo expuesto por Escorsa (2008) la innovación es “el proceso en el cual a partir de una idea, invención o reconocimiento de una necesidad se desarrolla un producto, técnica o servicio útil hasta que sea comercialmente aceptado” (p. 98); en el mismo orden de ideas, para Gibson (2010):
Innovar es el proceso de desarrollar algo nuevo o que no se conoce a partir del estudio metódico de una necesidad, ya sea personal, grupal u organizacional, para lograr una meta económica, es decir, que la innovación genera ideas que pueden venderse en un mercado específico (p. 167).
En tal sentido, para innovar es necesario un amplio conocimiento de una necesidad, no todas las ideas innovadoras tienen éxito, por tanto, es necesario jugar con todas las herramientas necesarias para que la innovación no solo sorprenda sino que también funcione.
La gestión de la innovación se centra en el conjunto de pasos o estrategias que se siguen para llegar a obtener un resultado concreto o alcanzar determinado objetivo; existen muchas formas de gestionar la innovación, sin embargo, siempre debe definirse por qué se desea innovar, qué objetivos se buscan y cuál puede ser el impacto que se espera; todo esto ayuda a definir el tipo de innovación que se quiere lograr; en este sentido expone Beer (2009) lo siguiente:
La innovación es el elemento clave que explica la competitividad. Innovación y competitividad van de la mano, pero no necesariamente una existe sin la otra. Además, la innovación está ligada a todos los niveles de competitividad de la pirámide y se puede aplicar en cualquiera de éstos. Ahora bien, se puede ser competitivo sin ser innovador con sólo mantener sistemas de mejora continua, pero los procesos de mejora no llegan a ser suficientes cuando el mercado se encuentra saturado, cuando la demanda es alta y cuando existen necesidades que los productos o servicios existentes no logran solventar (p. 76).
Este elemento dentro de la organización es tan fundamental e importante, que de no realizarse de manera adecuada y con objetivos claros, puede conducir a un fracaso, por lo que, en consecuencia, debe evaluarse objetivamente los riesgos que la innovación conlleva; de acuerdo a Strategor (2002) la gestión de innovación se puede ubicar en tres grandes tipos, a saber: “innovación tecnológica, innovación social e innovación en métodos de gestión” (p. 43); si bien la primera, hoy por hoy, pareciera ser la de mayor peso debido a los efectos económicos que produce.
La creatividad es probablemente, la fuente de innovación mejor conocida y más aplicada, sin embargo, no puede encargarse completamente del proceso de innovación, ya que constituye una herramienta demasiado compleja y que necesita tener ciertos límites; en atención a ello, Drucker (2002) sostiene que “la mayoría de innovaciones, especialmente las que tienen éxito, son resultado de una intensa y consciente búsqueda de oportunidades para la innovación” (p. 98).
Entre los grandes impactos de la innovación se puede ubicar su efecto sobre el proceso de investigación y desarrollo, esto es en la generación y el lanzamiento de nuevos productos, lo cual requiere de una cultura particular; la clave del éxito de una innovación no reside tanto en disponer de la tecnología como de la dirección del proceso de cambio tecnológico.
Así, la verdadera ventaja primordial que la organización posee es su capacidad para reconocer señales del entorno que le alerten sobre amenazas y oportunidades, interpretar estas señales y definir una estrategia, adquirir o generar los conocimientos y recursos que requiere, implementar la tecnología elegida para aplicar el cambio y, finalmente, aprender de la experiencia.
La gestión de la innovación, al definir el modo en que todas estas actividades se integran, se convierte así en un instrumento directivo de primera magnitud, capaz de contribuir substancialmente al éxito y al desarrollo de la empresa; según Roberts (2007) la gestión de la innovación puede definirse como:
La organización y dirección de los recursos, tanto humanos como económicos, con el fin de aumentar la creación de nuevos conocimientos, la generación de ideas técnicas que permitan obtener nuevos productos, procesos y servicios o mejorar los ya existentes y, la transferencia de esas mismas ideas a las fases de fabricación, distribución y uso (p. 240).
Lo anteriormente expuesto, conduce a que la gestión de la innovación en la organización generar estrategias para desarrollar un estado continuo de cambio, para lo cual la organización debe vigilar el entorno en busca de señales sobre la necesidad de innovar y sobre oportunidades potenciales que puedan aparecer, pues su objetivo es preparar a la organización para afrontar los cambios que le puedan afectar en un futuro más o menos próximo y preparar su adaptación.
Modelo de puntos cardinales para la formación del emprendedor
Para el desarrollo de esta investigación, se hace oportuno presentar el modelo de puntos cardinales para la formación del emprendedor descrita por González (2010), quien infiere que los puntos cardinales en la carta de navegación, orientarán y direccionarán para el estudio integral del desarrollo de la formación de un individuo emprendedor; sea que este haya sido clasificado como tal luego de la certificación de que posee características y actitudes emprendedores, o si es el caso, que no las posea.
Dentro de esta perspectiva, según González (ob. cit) la formación del emprendedor se concibe como un proceso capaz de entregar las competencias y criterios que permitan enfrentar las exigencias del ámbito laboral, como también facilitar el desarrollo de destrezas y capacidades para trabajar en equipo y para relacionarse con otras disciplinas (transdisciplinariedad) a fin de alcanzar un aprendizaje holístico. De allí que, en el logro de la formación emprendedora integral, se debe partir del reconocimiento del individuo como sujeto activo y consciente del proceso, que tiene características y capacidades que hay que potenciar en forma permanente.
En tal sentido, el proceso formativo, debe enmarcarse en los siguientes puntos cardinales: (a) Actitudes y motivaciones emprendedoras (aprender a ser); (b) Competencias emprendedoras (aprender a hacer); (c) Gestión del conocimiento emprendedor (aprender a aprender); (d) Desarrollo de redes sociales (aprender a convivir).
En este orden de ideas, se explican a continuación las líneas de acción del “Modelo de Puntos Cardinales” para la formación del emprendedor.
Actitudes y Motivaciones Emprendedoras (aprender a ser): Comprende el punto cardinal ESTE dentro del esquema equinoccial. De manera que, así como el sol aparece por el Este, dando comienzo a un nuevo día. El “ser” emprendedor del individuo requiere aparecer. Parte del fenómeno que se pretende explicar en esta investigación, es el hecho de cómo emerge el “ser” emprendedor en el individuo, para lo cual se observa que además de los hábitos emprendedores definidos por Baron y Markham (2000) y las características emprendedoras señaladas por McClellan (1961), existe una transversalidad presente en las personas emprendedoras que es la “Internalidad” o “Locus de Control Interno”.
Estos conceptos, se encuentran desarrollados en la Teoría Atribucional, planteada por Weiner (1979) entre otros autores. Según esta teoría, la atribución causal o locus de control interno, se puede entender como aquella interpretación que el individuo realiza respecto a los elementos que tienen un cierto grado de responsabilidad sobre el resultado de una acción cognitiva o conducta. La atribución sería aquella inferencia que el individuo realiza para determinar qué ocasiona la situación. En el caso de los emprendedores esta inferencia se realiza de manera interna, es decir que el protagonista de la acción es el propio actor, debido a que está consciente que depende de su capacidad y esfuerzo, el resultado de sus actos voluntarios.
Se manifiesta la relación entre internalidad, aprendizaje, hábitos y emprendimiento, constituyéndose en un factor facilitador para el aprendizaje, para lo cual se van adquiriendo hábitos que van dándole forma al “ser” emprendedor que ha emergido.
Competencias Emprendedoras (aprender a hacer): Comprende el punto cardinal OESTE; localización donde el sol se oculta cada día. De esta manera, si el individuo emprendedor no desarrolla las competencias pertinentes para su desarrollo, su actividad emprendedora irá menguando hasta ocultarse de nuevo.
El sector empresarial no oculta su descontento al reconocer las serias dificultades de adaptación al entorno laboral que sufren los recién licenciados, que a su juicio carecen de habilidades personales imprescindibles como la capacidad de adaptarse al cambio, la creatividad, el trabajo en equipo y la comunicación, tanto escrita como oral (Confebask, 1996; Higher Education Digest, 1997), por lo que la Educación Universitaria debe abocarse a la formación de las capacidades del estudiante para el emprendimiento.
Para Goñi (1999) un enfoque por competencias se refiere a una educación que puede representar un complemento a una educación cimentada históricamente sobre la adquisición de conocimientos, y una vía para transmitir a los estudiantes habilidades y actitudes que les permitan ser auténticos emprendedores allá donde desarrollen su trayectoria profesional.
Desde el siglo XV el verbo “competir” significó “pelear con”, generando substantivos como competencia o competidor, de allí se origina el adjetivo: competitivo. En el contexto actual, las competencias según Levy-Leboyer (2003) están asociadas a los comportamientos que algunos individuos dominan más que otros, por lo que llegan a ser personas efectivas en circunstancias particulares.
De allí pues, que una buena parte de la formación requerida por el emprendedor, será la de asumir comportamientos que le servirán para enfrentar situaciones de riesgo, así como la asimilación de habilidades y destrezas que le permitirán un mejor desempeño.
Gestión del Conocimiento Emprendedor (aprender a aprender): Comprende el punto cardinal NORTE en el proceso formativo emprendedor. En la dirección Norte se sugiere una continuación hacia adelante en el logro de un propósito. Se considerara que impulsa al emprendedor avanzar en esa dirección en constante descubrimiento de elementos a través de su experiencia y su desarrollo; el llegar a “conocer”, lo que antes no “conocía”, y llegar a “saber” lo que antes no “sabía” en el alcance de sus propósitos.
En este sentido, dice Martínez (ob. cit.) que epistemológicamente, el conocimiento presenta dos escenarios: saber e ignorancia. Es esa conciencia existencial que desarrolla las emociones, amplía nuestro cociente intelectual teórico práctico, el cual debe dirigirse, organizarse, programarse y planearse estratégicamente, de tal forma que los objetivos, políticas de las personas y la sociedad en general, se alcancen a mediano y largo plazo tanto en el entorno interno como externo.
Para Pardinas (1975) el conocimiento se analiza a tres niveles: (a) Conocimiento popular, que es el que se tiene sobre las cosas sin profundizar en sus causas, en su naturaleza o en sus características; (b) Conocimiento de divulgación: consiste en toda la información que se recibe sistemáticamente sobre un objeto, con base en investigaciones y (c) Conocimiento científico, que se adquiere por investigación con el fin de obtener información sobre un fenómeno u objeto.
Durante el proceso de formación emprendedora, el individuo descubre lo que representa el conocimiento en su cotidianidad de labores y alcance de metas, lo cual constituirá no solo algo importante, sino algo motivante que generará un nuevo entusiasmo que lo impulsará como el viento que mueve las velas de un barco, encontrando en él la fuente de ideas e iniciativas a desarrollar.
Para Urcuyo (2003) el papel creciente del conocimiento dentro del proceso productivo lo ha transformado en uno de los factores de la producción. El trabajo manual tiende a perder importancia y las sociedades se desagrarizan y se desindustrializan. Comienzan a surgir los llamados obreros del saber y las ideas a ser consideradas como bienes económicos.
En este orden de ideas, Guédez (2003) realizó una clasificación del conocimiento y de su significancia para el líder, el gerente y el emprendedor, de donde afirma que el líder proyecta y orienta el conocimiento, el gerente aplica y evalúa el conocimiento y el emprendedor fomenta y enfoca el conocimiento. Las diferencias aludidas parten de una misma premisa general, como es la de entender que el líder es aquel que ve más allá del horizonte y percibe lo que se le escapa al común de la gente; en cambio, el emprendedor es el que olfatea, identifica y aprovecha las oportunidades ofrecidas por el entorno. Finalmente, el gerente es quien asume las decisiones operativas y hace que las cosas ocurran en la realidad concreta.
De igual modo, el autor plantea que las responsabilidades que el líder, el emprendedor y el gerente tienen respecto al conocimiento son diferentes. Mientras se centra más es aspectos normativos, el emprendedor se centra en lo estratégico y el gerente en lo operativo. El emprendedor fomenta y enfoca el conocimiento en función de los acelerados, profundos y expansivos cambios del entorno.
El conocimiento constituye una herramienta fundamental para el emprendedor, que lo llevará a entender mejor el mundo que le rodea así como aprovechar mejor las situaciones, ampliando sus facultades sensoriales sobre las cosas que le pueden llevar a mejorar, a cambiar y a transformar la realidad que lo circunda. Su posición ante el conocimiento, tiene una clara diferenciación en relación a otros sujetos donde el emprendedor se sitúa, desde un lugar pragmático ante lo que puede llegar a saber, que le puede funcionar al llevar a cabo sus iniciativas. Así mismo, puede sentir que sus iniciativas lo elevan a un mejor nivel de acción, llevándolo de lo empírico a lo científico y comprobable.
Desarrollo de redes sociales (aprender a convivir): Comprende el punto cardinal del SUR, el cual denota un apoyo o pilar de sostén para el emprendedor, conforma una plataforma que lo mantiene en pie, aún ante los avatares a los que le pueden llevar sus intentos de logro, a veces exitosos y otras veces no tanto.
Para Freire (2005) existen unos actores detrás del escenario exitoso o no de cada emprendedor, que a su vez constituyen unos pilares invisibles, sin los cuales el emprendedor no podría llegar lejos. Esos pilares lo conforman la cadena de relaciones que ha desarrollado el individuo a lo largo de su existencia, y que aún sigue en formación. Desde su núcleo familiar, hasta profesionales de múltiples áreas, como en el Derecho, Finanzas, Empresarial, etcétera, quienes se convierten en asesores espontáneos o buscados por el emprendedor, llegando a ser fuentes humanas y sociales de recursos para sus proyectos.
Dentro de esta perspectiva, Pérez (1991) subdivide en dos grandes temas el estudio sobre el emprendedurismo, un desarrollo secuencial en el proceso de creación de una teoría del emprendedor. El primero se centra en el estudio de las características y habilidades personales de los emprendedores, sobre todo del área privada para que sus empresas fuesen más eficientes e innovadoras. El segundo corresponde a la capacidad del emprendedor como función social, la que es propia de una sociedad, y que va más allá de la capacidad individual para ser una capacidad, en principio grupal, casi siempre vinculada a las organizaciones.
Todo lo anteriormente planteado, reafirma la importancia que tiene el desarrollo de esta tesis con la finalidad de construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria, al develar los significados que los directivos le otorgan y los elementos teóricos emergentes inherentes a los saberes y haceres desarrollados.
Referentes legales
La fundamentación legal que sostiene el desarrollo del presente estudio se ha considerado de acuerdo a lo establecido en el ordenamiento jurídico venezolano, siendo la primera instancia en este orden, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV-1999), la cual expeditamente norma todo lo referente a la actividad económica, sus libertades y funcionamiento para quien desee dedicarse libremente a ejercer en casos como la creación de pequeñas y medianas empresas.
La base primaria de donde emanan todos los principios generales que consagran el sistema educativo es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ob. cit.), cualquiera que sea la filosofía que oriente al Estado, en su jurisdicción no se realiza la actividad educacional si no es bajo su control y de acuerdo con los fines establecidos en la Carta Magna.
En este sentido, el Estado tiene la facultad legítima de vigilar e inspeccionar todas y cada una de las actividades educativas que realizan personas naturales o jurídicas, oficiales o privadas; en tal sentido, el Estado venezolano es el garante de los derechos fundamentales consagrados universalmente, tal como se expone en su artículo 3 “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad… La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines” (p. 03); asimismo, en el artículo 103, establece que:
La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión latinoamericana y universal”.
Por otra parte, tomando en consideración que el desarrollo económico de la Nación tiene bases y fundamento social y humano, el Estado venezolano prevé en el artículo 299 de la CRBV el impulso a la actividad económica, incluso de manera conjunta con la iniciativa privada, como lo establece en el Artículo 299:
El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. El Estado conjuntamente con la iniciativa privada promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica democrática participativa y de consulta abierta.
De tal manera que, la actividad económica y el hecho productivo en general, está completamente protegido por el marco constitución al venezolano. Igualmente en la Ley Orgánica de Educación (LOE – 2009), en el Artículo 7 señala que el proceso educativo estará estrechamente vinculado al trabajo con el fin de armonizar la educación con las actividades productivas propias del desarrollo nacional y regional y deberá crear hábitos de responsabilidad del individuo con la producción y la distribución equitativa de sus resultados.
De igual manera, establece lo siguiente:
El Estado docente es la expresión rectora del Estado en Educación, en cumplimento de su función indeclinable y de máximo interés como derecho humano universal y deber social fundamental, inalienable, irrenunciable y como servicio público que se materializa en las políticas educativas.
Se desprende de lo anterior, que siendo la educación una competencia estricta del Estado, es éste entonces a quien corresponde establecer las líneas rectoras en materia educativa, no sólo en todo el ámbito geográfico (nacional, estadal y local), sino en todos los enfoques que se manejen en el país (público y privado); por otra parte, en su artículo 06, la LOE (ob. cit), establece en sus dos parágrafos, lo siguiente:
- a. El derecho pleno a una educación integral, permanente, continua y de calidad para todos con equidad de género en igualdad de condiciones y oportunidades, derechos y deberes.
- e. Es competencia del Estado Docente, planificar, ejecutar, coordinar políticas y programas para el uso y desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación, para la independencia y cooperación de la investigación científica y tecnológica.
En todos los artículos anteriormente citados, se evidencia la gran importancia que ha tomado la formación de los ciudadanos y las ciudadanas en la República Bolivariana de Venezuela.
Por otro lado, en el Plan de Desarrollo de la Nación 2013-2019. Plan de la Patria (2014),fue diseñada durante el gobierno del Presidente Hugo Chávez y decretada Ley por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, expresa en sus cinco líneas claves el conjunto de orientaciones y directrices que orientarán la Nación para este período en todos sus ámbitos.
En este sentido, una de sus cinco líneas establece “desarrollar un sistema de estímulos para el fomento de las pequeñas y medianas industrias privadas y empresas conjuntas, en un marco de máxima corresponsabilidad social del aparato productivo, reconociendo el trabajo de mujeres y hombres emprendedores”, lo cual está dirigido a convertir a Venezuela en una potencia productiva mediante la transformación del modelo productivo rentista, avanzando hacia una economía basada fundamentalmente en el desarrollo de la industria en todos sus niveles.
Fundamento epistemológico, filosófico y metodológico del objeto de estudio
El estudio responde a Línea de Investigación Gerencia y Educación de la Universidad Latinoamericana y del Caribe, la cual tiene el compromiso de producir nuevo conocimiento científico en el campo de la gestión educativa, del cambio y la innovación a la vez de generar información sistemática, que permita la producción de tecnologías blandas destinadas al mejoramiento de los niveles de eficacia, eficiencia, productividad y calidad de la educación.
Para abordar la investigación cualitativa, fue necesario e importante definir lo que significa paradigma que, de acuerdo a Kuhn (1986) lo considera como acciones científicas universalmente reconocidas, que durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica; lo que viene a construir una visión del mundo compartido por un grupo de personas en el cual subyacen cuatro elementos básicos: lo ontológico, epistemológico, metodológico y lo axiológico.
Autores como Hurtado (1998), Graterol (1996), Martínez (2006) definen el término coincidiendo que son normas o pautas a seguir para generar conocimientos científicos; sin embargo, cada paradigma tiene una manera de ver las realidades del ser humano y de la sociedad, que se corresponde con lo ontológico, una concepción de lo que es conocimiento; como se construye el mismo, lo epistemológico; una manera de ver el papel de los valores en dicho proceso, lo axiológico; cómo se aborda el proceso de la investigación, lo metodológico.
En este sentido, ante la diversidad de aspectos científicos, hoy en día existe variedades de enfoques paradigmáticos que me guían como investigador; por lo que, considerando el propósito que tuvo este estudio se profundizó en el enfoque cualitativo, ya que, el fenómeno humano y los procesos que ocurren en la sociedad. Por esta razón, la presente investigación constituye un escenario en el cual los informantes clave viven la realidad, sienten y se expresan, al favorecer la acción práctica, interpretación, comprensión lógica y discurso.
En este orden de ideas, Heidegger (citado por Mendoza 2010) dice que “los informantes clave se refieren a la interpretación de la interacción social” (p. 10) en la que propone que se deben estudiar las interpretaciones y significados que las personas le dan cuando interactúan, en distintas situaciones o realidades sociales en la cual viven. Sin embargo, puedo decir que la producción del conocimiento en el trabajo social, se basa en gran parte a la interpretación, de allí que todas sus perspectivas pueden llegar a un conocimiento profundo y claro sobre el fenómeno o individuo el cual está siendo estudiado.
Sobre esta base, en el contexto, es de vital importancia que las instituciones universitarias que funcionan en la región, para estar en consonancia con las reformas que en materia de educación el Estado viene gestando y en sincronía con la nueva visión de la Educación Superior, estimulen y fomenten desde adentro, de manera consciente y sostenida las capacidades emprendedoras de sus educandos, pues es una vía democrática y participativa de propiciar cambios económicos, sociales, políticos y culturales.
De allí que, para lograr dicho cometido, se planteó la construcción de una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria, que por un lado garantice los procesos de generación y transformación de conocimiento de alta calidad y por el otro, establezca los elementos necesarios que le permita a este sector de la población poner en práctica sus ideas innovadoras, encaminadas a la excelencia productiva.
En este punto, debo señalar que la presente investigación se desarrolló a través del paradigma interpretativo, el cual busca supuestos sobre las costumbres, políticas, desarrollo económico, religiosos, conocimientos, entre otros, que se encuentran en una comunidad en general. Con esto se busca que toda esta información sea conocida de manera universal. Este no pretende hacer generalizaciones a partir de los hallazgos para la construcción de una aproximación teórica para la formación de emprendedores. La investigación que se apoya en él termina en la elaboración de una descripción ideográfica, en profundidad, es decir, en forma tal que el objeto estudiado queda claramente individualizado.
Ahora bien, es importante destacar que la investigación se ubicó desde una perspectiva esencialmente humana y social, por cuanto el escenario es educativo, conformado por docentes, con características permanentes, emociones y comportamientos diferentes; lo que permitió una visualización holística, tomando en cuenta que todos los escenarios y personas son dignos de estudio, sus momentos en el trabajo son importantes, cualquier opinión se toma en cuenta, respetando el método que se utilizó, en este caso, el etnográfico.
Visto de esta forma, se identificó la estructura del método aplicable en el estudio, con la intensión de describir y generarla aproximación teórica de la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria. Por la visión del ámbito estudiado, se consideró al presente estudio desde una perspectiva holística y naturalista, según Calello y Neuhaus (1985) el desarrollo de un proceso que sea capaz de investigar lo real en su movimiento, no puede aislarse de su contexto y de la relación del investigador con el mismo, porque sus resultados solo podrían conducir a la prescripción de soluciones inaplicable para sus actores.
En este sentido, es holística y naturalista, por su carácter integral, ya que se fue al escenario y a las personas, a fin de considerar los elementos que intervienen para construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria.
Desde esta perspectiva, los datos fueron recolectados mediante el arqueo bibliográfico vinculado al desarrollo y delimitación de la etapa teórica de la investigación (problema, marco teórico, metodológico), aplicando para su construcción las siguientes técnicas: revisión bibliográfica / observación documental, presentación resumida de un texto y fichaje. Los instrumentos pertinentes a las técnicas fueron: textos, documentos, disco de ordenadores, sistema de fichaje tipo Fólder (registro en hojas suelta) de información textual, contenido y bibliográfica (agrupadas en una carpeta), para su selección, ordenamiento, clasificación resumen y análisis
Método
El método que se utilizó en esta investigación fue el etnográfico, considerado durante décadas como uno de los procedimientos cualitativos de investigación más novedosos para estudiar la realidad social, debido a su carácter flexible, holístico, naturalista, amplio, subjetivo, inductivo y descriptivo. Este trata de comprender la complejidad estructural de los fenómenos que viven y sienten las personas involucradas en los ejes problemáticos asociados a su cotidianidad, involucrándolos como co-investigadores de su propia realidad y de su propio medio.
Por consiguiente, la etnografía es un método de investigación que consiste en observar las prácticas de los grupos humanos y poder participar en ellas para conseguir contrastar lo que la gente dice y hace. Ahora bien, los planteamientos reseñados con anterioridad están sustentados por Martínez (2004) quien afirma que el objetivo inmediato de un estudio bajo este método, es crear una imagen realista y fiel del grupo estudiado, pero su intención y mira más lejana es contribuir en la comprensión de sectores o grupos poblacionales más amplios que tienen características similares.
En este orden de ideas, Guba (2004) sostiene que la investigación etnográfica trata de comprender las realidades actuales, entidades sociales y percepciones humanas, así como existen y se presentan en sí mismas sin intrusión alguna o contaminación de medidas formales o problemas preconcebidos. Seguidamente, se describen a continuación cada etapa del método:
- Selección de informantes clave. Implicó escoger las personas que intervinieron en este estudio y que precisamente fueron seleccionados por poseer una información de gran relevancia para este trabajo, y sólo a través del contacto directo con los mismos, pude obtener la pesquisa pertinente.
Ahora bien, un elemento importante a considerar es la selección de los informantes, a quiénes y a cuántos seleccionar; se trata de decisiones muestrales tomadas, en el momento en que se proyecta el estudio y se complementan durante el trabajo de campo. De allí que, Glaser y Strauss (2000) señalan que en toda investigación de corte cualitativo, por ser considerado un diseño flexible, “no se debería conocer a priori ni el número ni el tipo de informantes, más bien es fruto del propio proceso que se genera con el acceso al campo del investigador” (p. 66). Por ello, se debe estar dispuesto a cambiar de curso después de las entrevistas iniciales, lo importante es el potencial de cada “caso” para ayudar en el desarrollo de comprensiones teóricas sobre el área estudiada de la vida social.
En consecuencia, se debe diversificar deliberadamente el tipo de personas entrevistadas hasta descubrir toda la gama de perspectivas de las personas en las cuales se está interesado. Uno percibe que ha llegado a ese punto cuando las entrevistas con personas adicionales no producen ninguna comprensión auténticamente nueva.
Los informantes clave que intervinieron en este estudio fueron de la Universidad Simón Bolívar, Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Metropolitana, quienes se denominaron para esta investigación Informante Clave 1, 2 y 3 respectivamente, ya que poseen información relevante, de gran significado, sólo a través de la interacción dialógica entre ellos y mi persona.
- Recolección de la información. Para obtener la información se utilizó la entrevista a profundidad, la cual es definida por Martínez (ob. cit.) como una entrevista que adopta la forma de un dialogo coloquial o entrevista semiestructurada. Por otra parte, Taylor y Bogdán (2002) señala que: Las entrevistas en profundidad son reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes respecto a sus vidas, situaciones o experiencias tal como lo expresan con sus propias palabras (p. 10).
En este sentido, lo primero que hice fue promover una cita con los informantes clave seleccionados, luego se desarrolló la entrevista a profundidad, creando una atmósfera acorde a fin de que fluyera con toda naturalidad la información requerida para este trabajo. Estas entrevistas fueron grabadas previa autorización de cada uno de los informantes.
Es importante acotar, que se aplicó el principio de saturación de Bertaux (2002) el cual consiste en que después de cierto número de entrevistas aplicadas el investigador se da cuenta que la información se está repitiendo, por lo tanto, las entrevistas aplicadas dependieron de este principio, por consiguiente se aplicaron solamente tres.
- Transcripción de los protocolos. Una vez aplicadas las entrevistas, estas fueron transcritas, donde se tomó en consideración los criterios establecidos para ello según Martínez (ob. cit), por lo tanto, se transcribieron en los dos tercios derechos de la página, dejando el tercio izquierdo para la categorización y anotaciones especiales. Se enumeraron las páginas y las líneas del texto para su fácil manejo posterior.
- Categorización de la información. Clasifique la información para su comprensión de acuerdo a ciertos criterios los cuales son referidos por Martínez (ob. cit). A continuación indico el procedimiento seguido: a) Leí varias veces la entrevista subrayando las palabras más relevantes y significativas. b) Dividí el contenido en unidades temáticas (párrafos o grupos de párrafos que expresan una idea o concepto central). c) Categorice con un término o expresión el contenido de cada unidad temática. En este aspecto trabajé con base a expresiones muy concretas tales como: Adjetivos, verbos, entre otros; también tome en consideraciones unidades mucho más amplias y complejas como son las secuencias narrativas con un significado teórico.
- Triangulación de la información. La credibilidad y la fiabilidad de los resultados se hacen imprescindibles en toda investigación, específicamente en la metodología cualitativa. Para esta tesis utilice la técnica de la triangulación que contribuye a la verificación y validación del análisis cualitativo. Existen cuatro formas básicas: método, fuentes, investigadores y teorías. Esta permite comparar las diferentes perspectivas de la situación a validar cada conjunto con referencia a los demás, e impide que se acepte sus impresiones iníciales, amplia el ámbito, densidad y claridad de los constructos desarrollados en el estudio.
Asimismo, la triangulación concede control en la coherencia de los diferentes relatos y adquirir una comprensión profunda de la realidad en estudio. En la presente investigación se aplicó una triangulación de fuentes (tres informantes clave de diferentes instituciones a nivel de Educación Superior).
Para la entrevista en profundidad, se hizo posible con el establecimiento de comparaciones que permitieron actuar como filtros a través de los cuales pude captar, de modo selectivo las características de los elementos que determinan construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria.
Es por ello que, este procedimiento de contraste contribuyó a lograr la credibilidad, cientificidad y su interpretación. Asimismo, las entrevistas una vez transcritas fueron entregadas a los informantes clave, para su revisión y otorgarle credibilidad de los resultados, permitiendo la validez y fiabilidad de los mismos.
- Interpretación de la Información. En primer lugar, se realizaron las entrevistas y grabaciones, enumeraron las páginas, las líneas, formulando las categorías -subcategorías. Asimismo, asignando a cada entrevista un nombre: Informante clave 1, 2 y 3.
Luego utilizó una tabla de doble entrada donde se colocaron las categorías más importantes que se encontraron en la información recopilada, apoyadas por frases textuales de los informantes clave. Los resultados de la interpretación, se convirtieron en síntesis de alto nivel conceptual. Es decir su finalidad fue generar conceptos desde los datos, que permiten comprender el fenómeno en estudio.
Interpretación de la información
Para recabar la información, se aplicó una serie de entrevistas en profundidad a los informantes clave, con el propósito de construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria. De allí, se obtuvo las categorías y posteriormente las subcategorías que emergieron del discurso.
Aproximación teórica
Para analizar la información recogida durante la investigación podemos proceder de varias formas. Una de ellas es clasificar o categorizar los datos, es decir, dividirlos y subdividirlos de acuerdo a ciertas reglas o criterios. Al leer las respuestas emitidas por los informantes clave, se puede tener en mente algunas categorías que usualmente relacionamos con el tipo de datos en estudio. Otras veces estas surgen de la lectura de los datos. Generalmente se utilizan ambos tipos, aquellas que manejamos por experiencia previa o por lecturas y las que se fundan o brotan de los datos.
Ahora bien, tomando en consideración el discurso categorial emergente, de acuerdo con la información suministrada por los informantes clave sobre la aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria, develo los siguientes hallazgos:
El informante clave 1, comento; “hicimos… 3 talleres con los coordinadores de carrera un poco para sensibilizarlos en cuanto a lo que es emprendimiento, todas las modalidades hay en la formación de emprendimiento. Fue una experiencia muy chévere y allí se dieron cuenta de que en la universidad se daban esas materias como electivas.…”; además considera la importancia que tiene la adecuación de los recursos y estrategias desde el emprendimiento para promover en el estudiante las competencias y habilidades técnicas profesionales desde la práctica del saber y el hacer, para orientar su potencial del ser humano, siendo necesario a su vez reforzar el proceso de enseñanza aprendizaje con el apoyo de medios tecnológicos los cuales hacen posible la innovación creativa en el educando y la vinculación hacia el proceso productivo mediante el emprendedurismo.
En cuanto al informante clave 2 señalo: “No, considero que las metodologías deben estar asociadas a la población y las características del país, debería ser la formación al servicio del emprendedor y no el emprendedor al servicio de la formación. Es necesario incorporar contenidos y hacer una revisión de la metodología para adaptarnos a las realidades del país.…”, al respecto coincide con el informante clave 1, al referir la necesidad de fomentar el conocimiento a través del uso de recursos y estrategias con el apoyo de las Tics ya que facilita el acompañamiento no sólo individual sino grupal, generando así innovación y construcción de nuevos saberes que promuevan el fortalecimiento del emprendedurismo como herramienta para enaltecer la capacidad productiva social e individual por medio de la formación a los emprendedores, en este caso nuestros estudiantes.
En relación al informante clave 3 manifestó, “… el emprendimiento no es un problema de contenido, es de desarrollo de actitudes, de eso que podemos llamar competencias de emprendedores, y estas se desarrollan haciendo…”, donde vincula el aprendizaje con el desarrollo de competencias de tipo actitudinales entre las que destacan: las de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en la universidad con el único fin de afrontar la realidad que rodea al estudiante y convertirlo en un ser humano capaz de cumplir sus metas y sueños, a través del emprendimiento. En este sentido, pude observar que los tres informantes clave tienen la misma inquietud de hacer que el emprendedurismo tenga éxito entre los estudiantes de las diversas universidades, razón por la cual cuestionan su currículo y dan por supuesto que no es sólo este el que debe cambiar, sino también que deben existir bases sólidas en el capital humano que recibe las enseñanzas.
Ahora bien, luego de haber revisado las categorías y subcategorías emergentes de la dialogicidad desarrolla a partir de los informantes clave, puedo leer entre líneas como para la creación de una cátedra de emprendimiento es necesario dirigir los procesos pedagógicos y didácticos de manera asertiva con la finalidad de fortalecer el perfil de los egresados emprendedores, maximizando la creatividad que el trabajo puede generar.
En este sentido, para impulsar el emprendimiento se necesita, ciertamente, fortalecer al futuro empresario en destrezas y las técnicas para crear una empresa e inyectarle vitalidad, a través de la formación de ideas nuevas o innovadoras que se transformen la dinámica en operaciones comerciales. Por ello, la universidad debe crear una cátedra de emprendedurismo con información de vanguardia que facilite cambios y adaptaciones a las exigencias del mundo de hoy.
En cuanto a la insuficiente receptividad del entorno, es importante vincular al emprendedor con la realidad que le circunda, de manera tal que pueda, a la luz del conocimiento adquirido, ponerse en marcha fortaleciendo las ideas con creatividad e innovación, generando decisiones a partir de la percepción cultural que ayudaran a configurar el sistema económico de libre empresa, descubriendo necesidades en el mercado y lanzando nuevas empresas para satisfacer tales necesidades.
Asimismo, las universidades deben promover a través de la cátedra de emprendimiento, competencias y habilidad vinculadas al quehacer diario minimizando la resistencia gerencial mediante un conjunto de acciones destinadas al éxito de las metas y objetivos propuestos. Todo esto fortalecerá el mercado productivo a partir de las capacidades y destrezas de los futuros emprendedores desde la Educación Universitaria.
Lo anterior, nos convoca, a acortar distancias entre el mundo cotidiano y el aula a través de la Educación Universitaria, instalando debates sociales contingentes, en donde puedan revisarse temas como el desenvolvimiento pleno de las potenciales emprendedoras desde lo cognitivo, afectivo, creativo, ético, espiritual y político, valorando el reconocimiento y las diferencias, aspiraciones de equidad social, de etnia y de género, entendiendo que esto contribuye con la sociedad en su conjunto, constituyendo, a su vez, instancias dinamizadoras, fortaleciendo de los estudiantes mediante el emprendedurismo, lo cual facilitó darle respuesta a los objetivos planteados en esta investigación.
La presente investigación ha permitido constatar la importancia del capital intelectual y de las características del emprendedor sobre el éxito de la innovación. Los resultados obtenidos permiten derivar un conjunto de conclusiones que hacen referencia al marco teórico, a la comprobación empírica de las inquietudes planteadas y los propósitos generados.
En este caso, el concepto de innovación se vincula con cambios tecnológicos que mejoran la calidad de los productos y servicios o aumenta la eficiencia con que los recursos se consumen en la organización (Bermúdez, 2006). Se observa aquí la fusión que los emprendedores hacen entre los términos tecnología e innovación, al asignar a la utilización del conocimiento científico para mejorar el trabajo humano mediante el emprendedurismo.
Toda esta argumentación teórica en torno a la relación entre capital intelectual e innovación ha permitido formular tres hipótesis que plantean que la adecuada gestión de cada uno de los componentes del capital intelectual (humano, relacional y estructural) influye positivamente sobre el éxito de la innovación tecnológica que la empresa desarrolla, pero vista e interpretada desde las formación para emprendedores en las universidades.
Además de plantear las relaciones cómo se desarrollan los procesos capaces de transformar el conocimiento y la formación del emprendedor describiéndolo como quien comienza un negocio propio, nuevo y pequeño cuya característica más sobresaliente es la innovación (Palma, 2008) pero a quien se le atribuyen también otras más como inteligencia, imaginación, audacia, liderazgo superior, entre otras.
Ahora bien, dentro de este marco de emprendedurismo… al hablar de capital humano del emprendedor se abordan variables relacionadas con sus habilidades, conocimientos y destrezas, mientras que cuando nos referimos a sus características psicológicas se recogen sus valores éticos, aspiraciones, deseo de independencia, (características cognitivas) así como su flexibilidad, creatividad, visión (características afectivas-conductuales).
Del análisis descriptivo recogido al inicio del estudio empírico se concluye que las compañías enfrentan varios obstáculos cuando van a implementar las innovaciones; entre ellos están la falta de planificación, el choque cultural a la hora del cambio por la cantidad de puntos de mejora, el cumplimiento de multitud de requisitos para adquirir el financiamiento o las certificaciones ISO, y la lenta implementación de las iniciativas que dilatan años, ya sea en la comercialización del producto, el acceso al mercado o la consolidación de los procesos.
Una vez implementada la innovación, se logra consolidar la calidad en el proceso productivo, hacer los cambios positivos en la manera de trabajar en todas las áreas de la empresa y se integra el concepto de la calidad en los procesos y áreas productivas, desde la planta hasta mercadeo. Esto promueve más innovación y consolidación de metas que abren otras oportunidades.
En este orden de ideas, se debe de ahondar en las motivaciones para innovar, su capacidad de adaptarse al cambio, su conocimiento de la legislación y las nuevas tendencias, sus habilidades analíticas y comunicativas, su especialización, habilidad de procesar información, vincular recursos, su capacidad para internacionalizarse, utilizar herramientas financieras, administrativas y tecnológicas.
Por ello, al describir los elementos claves inherentes a los saberes y haceres utilizados por las universidades al formar a los estudiantes emprendedores se destaca que surgieron aspectos de gran importancia, los cuales fueron expresados por los informantes claves como: control y cumplimiento administrativo, creatividad y trabajo generador, vanguardia transformadora, promoción y motivación hacia la excelencia y la calidad.. Para que todo se lleve a cabo es importante que las universidades tomen en cuenta que su función requiere más de responsabilidad, que participen y trabajen en conjunto que comprendan que son los encargados de incentivar organizando los proyectos a acometer en la institución a través de los estudiantes emprendedores.
Sin embargo, hoy en día vivimos en una sociedad cambiante donde se necesitan gerentes que mantengan entre ellos y su personal buenas relaciones humanas, que propicien actividades de trabajo y por supuesto una excelente supervisión y administración en general. Es indispensable que dentro de la organización universitaria los roles del rector, docentes y estudiantes estén bien definidos con el fin de realizar las exigencias en los casos que sean necesarios.
Asimismo, el docente debe ser un instrumento importante para enfrentar desafíos dentro de la organización, allí es donde su gestión juega un papel decisivo que es el de promover la participación de todos los involucrados en la solución de dichos problemas, hay que tener claro que él es el encargado mas no el dueño de la institución por eso debemos trabajar todos en conjunto y formar el emprendedor que necesita la actual sociedad cargado de innovación, valores y conocimientos cónsonos con las exigencias del mundo de hoy.
Conclusiones
Una vez revisados los comentarios de cada uno de los informantes en torno a la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria, se evidencia claramente su importancia en la práctica docente para crear un ambiente que estimule el proceso de enseñanza y aprendizaje de manera integral, incrementando en el educando la competitividad y diversificación del conocimiento a través del mejor uso de recursos y estrategias aplicados desde la dimensión individual como grupal.
Asimismo, es necesario crear una cultura en el aula orientada al conocimiento en la que los estudiantes tengan curiosidad intelectual, estén dispuestos a explorar y tengan libertad para hacerlo, minimizando los factores de inhibición, desde esta perspectiva la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria permite como medio de realimentación descubrir, transferir, transmitir, reproducir y producir el discernimiento dentro de las organizaciones educativas para lo cual debe valerse de soportes tecnológicos que le permitan realizar adecuadamente estos procesos.
Para lograr la vinculación universidad sociedad que requiere el emprendedurismo, los docentes deben asegurarse de que los conocimientos generados sean significativos y transferidos a contextos concretos en los que ocurren las prácticas educativas. La competencia profesional no se identifica con conocimientos y capacidades aisladas, sino que es un proceso que integra conocimientos y cualidades. Las competencias no constituyen sólo aplicación de conocimientos, sino que movilización de todos los recursos cognitivos, afectivos y sociales de la persona, para llevar a cabo determinadas tareas de tipo profesional. El concepto de competencia es multidimensional y holístico, toda vez que integra la comprensión, realización y actitudes del individuo en una experiencia totalizadora, ya sea aprendizaje o desempeño profesional.
En cuanto al primer propósito, el cual tiene la finalidad de develar los significados que los directivos de las universidades UCAB; UNIMET y USB construyen sobre la formación de emprendedores, se han generado acciones desde las diferentes cátedras para fortalecer la innovación y promoción del trabajo de los estudiantes, hace falta fortificarlas aun más con la constante de involucrar a diferentes actores que participan de manera directa e indirecta en el emprendedurismo, como por ejemplo estudiantes, docentes y empresarios.
Por otro lado, en relación al segundo propósito que es comprender los elementos teóricos emergentes de los significados develados inherentes a los saberes y haceres desarrollados desde la Educación Universitaria referidos a la formación de emprendedores, puedo leer entre líneas como para la creación de una cátedra de emprendimiento, es necesario dirigir los procesos pedagógicos y didácticos de manera asertiva con la finalidad de fortalecer el perfil de los egresados emprendedores, maximizando la creatividad que el trabajo puede generar a través de elementos teóricos como: innovación, tics, productividad, percepción, emprendedurismo, receptividad, vanguardia, transformación, entre otras que pueden ayudar a formar a los emprendedores.
Asimismo, al hablar del tercer propósito el cual tiene la finalidad de construir una aproximación teórica para la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria profundizando y analizando conceptos como emprendedores, gestión del conocimiento, aprender a aprender, competencias, actitudes, motivaciones e innovación, y algunas de las principales relaciones entre estos elementos expuestos.
Recomendaciones
De toda la información recabada e interpretada surgen las siguientes recomendaciones:
Las universidades están llamadas a promover el emprendedurismo, para que los estudiantes y demás actores, socialicen, los transformen y cambien la realidad que subyace en la educación, por tal motivo, el docente como principal gestor del conocimiento debe fortalecer mediante su acción los nuevos paradigmas, con el fin de actualizar los saberes y haceres en su propia cotidianidad social impulsando así la creatividad, innovación en los emprendedores desde la Educación Universitaria.
Es por ello, que mediante la formación de emprendedores desde la Educación Universitaria debe orientase el desarrollo de competencias que conlleven al estudiante generar micro proyectos emprendedores que favorezcan los procesos creativos e innovadores hacia la prosecución de metas y objetivos que estos se propongan. Por ello, recomiendo que los docentes fomenten desde las aulas nuevos escenarios vinculados a las competencias profesionales emprendedoras que emergen desde las realidades propias y ajenas de esta sociedad.
Asimismo, que los docentes se adapten a la visión humanista de la enseñanza emprendedora que se desea enfatizar y que no se limiten sólo a preparar nuevos empresarios y profesionales para adaptarse perfectamente a las realidades económicas y laborales.
Y sin dudas que formen personas integrales, con autoconocimiento de sí mismas, con herramientas para su autorrealización, más felices con el quehacer y la vida diaria. No puedo finalizar sin mencionar las palabras de Casamayor (2014) quien señala que:
Distinta podrá ser la realidad cuando una nueva cultura emprendedora permee toda la Universidad, los diferentes ámbitos de gestión y toda la formación profesional. En ese caso, los profesionales estarán familiarizados con el emprendimiento y serán reconocidos como innovadores en todos los ámbitos, y será el momento en que una segunda fase del programa de educación emprendedora permitirá focalizarse en la creación de emprendimientos tecnológicos, sociales y culturales dando apoyo, continuidad y seguimiento a estos emprendimientos.
Sin lugar a dudas, todo lo que se realice desde la dialogicidad existente en las aulas para convertirlas en motores incesantes de emprendibilidad hacia el desarrollo socioproductivo de los conocimientos adquiridos por los estudiantes, con la única finalidad de mejorar y fortalecer la iniciativa, creatividad y el emprendimiento de nuevas metas enmarcadas en la capacidad productiva de cada ser humano.
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Datos para citar este artículo:
Erasmo Tudares Trocoli. (2024). Aproximación teórica a la formación de emprendedores desde la educación universitaria. Revista Vinculando, 22(1). https://vinculando.org/educacion/formacion-de-emprendedores-educacion-universitaria.html
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