Las reformas educativas históricamente son consideradas como proyectos políticos que intentan incorporar, modificar o experimentar estrategias que perjudican directamente en el proceso de enseñanza aprendizaje y en los contenidos curriculares, además las reformas también están directamente vinculadas con la formación docente.
El docente siempre ha sido considerado como el sujeto clave para llevar a cabo las prácticas educativas, él es quien forma las nuevas generaciones, y su papel ha sido importante en las diferentes épocas, de igual forma ha participado en los diferentes cambios que hemos tenido en el sistema educativo. Por tal razón tiene más exigencias para actualizar su capital cultural constantemente e innovar su práctica docente.
Las lecturas existentes especifican que a mediados del siglo XIX, los maestros no tenían una integración como colectivo docente, sus opiniones no eran tomado en cuenta por los órganos del Estado, con el paso del tiempo esto fue cambiando debido a que el maestro no tenía una formación elemental, por lo tanto, surgían problemas que él no podía solucionar.
Juárez, J. (2000) señala que en 1823 la solución para resolver el problema de la falta de preparación del docente fue través de la Compañía Lancasteriana, esta compañía estableció la primera Escuela Normal donde preparaban a los maestros con diferentes técnicas, de igual forma permitió que en aquella época se perfeccionaran los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura.
Hasta ese momento las reformas provocaron dos tipos de actitudes de los docentes: por un lado había profesores que no tenían iniciativa para reflexionar sobre su quehacer, tampoco para decidir por sí mismo; por otro lado estaban los docentes que vieron el mundo educativo con un pensamiento crítico y un compromiso transformador hacia la comunidad, por ejemplo: José Vasconcelos, Justo Sierra, entre otros.
La creación de la SEP, accedió a reformar y unificar programas integrales para que se llevaran a cabo como proyecto nacional, esto pactó un compromiso estable entre la SEP y la comunidad docente; por lo tanto el Estado estaba obligado a otorgar capacitación y formación docente, basados en una ideología nacional. En esta etapa se pensaba que lo más importante era las relaciones sociales, es decir, las relaciones entre el niño y el hombre.
El impacto de las reformas implementadas fue directamente hacia los maestros rurales, pues ellos no habían sido formados en escuelas normales, sino que la elección como docentes fue porque sabían leer y escribir, además porque mostraban un espíritu comunitario.
Las políticas públicas encaminadas a crear reformas educativas han presentado una debilidad al igual que el mismo Sistema Educativo, la de no saber a ciencia cierta la realidad de la educación; hasta el momento no se ha hecho una evaluación con parámetros confiables, donde destaque claramente la realidad educativa, y separe entre lo que se está logrando y lo que no.
Por eso a mediados de los años 40´s, las reformas solucionaban los problemas pero solo de manera temporal, no había un impacto profundo, quizá porque las exigencias del momento y los cambios sociales eran constantes. Aun así se organizaban cursos de capacitación para los docentes, se adecuaron las bibliotecas y organizaron talleres para elaborar materiales didácticos; todos estos aspectos aun se lleva a cabo en el sistema educativo actual.
Los cambios sociales, económicos y culturales exigen cada vez más una preparación eficaz del docente, pues mientras más avanza la sociedad del conocimiento se requiere de docentes que tengan un alto capital cultural, para formar jóvenes competentes, sin embargo cabe destacar que las prácticas docentes actuales son el resultado de las múltiples transformaciones que la formación inicial tuvo desde su origen.
El sistema de formación inicial[1] de profesores por mucho tiempo no ha encaminado correctamente los requisitos de ingreso para los estudiantes, no ha tenido cuidado principalmente en el elemento de la vocación. En un estudio realizado sobre educación normal se concluyó que:
En la Escuela Nacional de Maestros las dos terceras partes de los estudiantes confesaban haber elegido la carrera por sus ventajas materiales y prácticas (carrera corta que les daba el diploma de bachillerato y el de maestro de primaria, les aseguraba una plaza federal con sueldo y prestaciones de por vida, o por haber sido ésta la decisión de sus padres), y sólo 37.5% estudiaba “por vocación al magisterio”. Al preguntarles también si pensaban perseverar en el magisterio a largo plazo, 36.4% opinó que pensaban abandonarlo y 27.3% que planeaban combinarlo con el estudio y ejercicio de otra carrera. (De Calvo, en Latapí, 2003. p. 13).
Hace falta sentido de vocación para ser maestros comprometidos y eficaces, desafortunadamente son muchas las escuelas que se dedican a formar maestros, (UPN, Universidades, Normales) aunque tengan los mismos planes y programas, se diferencian por las perspectivas y visiones internas que tiene cada una de ellas.
¿Cómo se encuentra la formación inicial?
Lo que distingue al maestro del siglo XXI no es que enseña, sino que aprende continuamente. El capital cultural debe estar actualizado constantemente, sin lugar a duda, la del maestro es una profesión que requiere un reto intelectual, para ello necesita adquirir conocimiento, apropiarse de él y saber difundirlo a sus alumnos.
Lo anterior se logra a través de una evolución continua, por medio de la actualización y la pasión personal, teniendo como base la formación inicial.
Se conoce que todos los sistemas de formación inicial en el mundo son diferentes, sin embargo existe un consenso internacional que debe reunir cuatro aspectos, según Latapí (2003) el primero se refiere a una formación humana integral, donde se desarrollen destrezas intelectuales formales y el desarrollo de valores humanos; el segundo destaca la sólida preparación en las disciplinas que se van a enseñar, el tercero señala que el desarrollo del aprendizaje están relacionados con los conocimientos y las habilidades adquiridas y el cuarto aspecto se refiere a que la práctica de la enseñanza debe ser guiado por un maestro con mucha experiencia.
Lo anterior obliga a las Escuelas Normales del País a ser más competentes, con una enseñanza que responda a las exigencias de la sociedad, para que los egresados verdaderamente desarrollen esas destrezas intelectuales deseadas. Es urgente pensar en estos cuatro aspectos de la formación inicial, ya que si en el futuro se sueña con una alta escala en calidad, las escuelas deberán formar maestros que estén a la altura de estos retos.
En nuestro país un rasgo indispensable del perfil de los profesores se relaciona a la profesionalización y a la actualización, sin embargo existen cifras lamentables relacionadas a los bajos índices de lectura por parte de los docentes, según datos del INEE[2] (2006) especifican:
Los datos por nivel educativo apuntan a los profesores de secundaria como los que en mayor porcentaje −ocho de cada diez− reportan leer al menos un libro al año, les siguen en igual proporción los de preescolar y de 4°, 5° y 6° de primaria (70.6%), mientras que seis de cada diez profesores de los tres primeros grados de primaria dicen tener esta práctica de lectura. Este último resultado es inquietante, pues son los primeros años de primaria cuando los docentes debiesen de aprovechan para iniciar entre sus alumnos el gusto por la lectura; sin embargo, quienes deben de promoverlo son los que menos la practican. (p. 114)
En México existe un desajuste entre la teoría y la práctica, entre lo que se quiere lograr y lo que realmente se logra, por eso es necesario que el docente constantemente enriquezca su capital cultural en todos los ámbitos, académico, social y familiar.
Actualmente es fácil observar en la práctica docente que la mayoría de los profesores imparten una asignatura diferente a la especialidad que estudiaron, también se visualiza una limitada infraestructura y medios necesarios que limitan de alguna forma la ejecución correcta de la reforma actual.
Lo anterior son las consecuencias y los fallos que en determinado momento fueron heredadas por los planes de estudios de 1984 y 1997. Ya que en el primero las Escuelas Normales se preocupaba que sus egresados se concibieran como técnicos operativos de los programas oficiales, y no como verdaderos profesionales de la educación. En el segundo el implante fue más apegado a la formación docente, al desarrollo de habilidades criticas donde el docente podía transformar su propia realidad. (Duran, 2004)
El plan de estudios de 1984 estableció al maestro como docente investigador, teóricamente conocía los aspectos del perfil de egreso, pero la práctica era muy diferente, ya que en las escuelas existían limitados materiales de apoyo, es decir, él sabía que tenía que ser un agente transformador de su realidad pero era difícil hacerlo. Lo anterior sucedió porque desafortunadamente las escuelas normales no tenían los recursos suficientes para implementar este plan.
En cambio el plan 97 superó de alguna forma aspectos que habían sido rezagados en el plan 84, se interesó en formar docentes, no docentes investigadores, reorganizó los contenidos teóricos, sin embargo de igual forma lo que falla nuevamente es la organización de las escuelas normales y sus docentes.
Los dos planes estuvieron inmersos en un círculo vicioso, la falta de organización de las escuelas normales, la falta de materiales y de apoyo financiero. Quizá el problema más grave es la falta de voluntad política para llevar las reformas hasta sus ultima consecuencias académicas.
En determinados momentos se puede pensar que la ejecución de las reformas ha fallado por la cultura conformista del personal docente, pues han mostrado un rechazo al cambio; hasta cierto punto es cierto, pero también se ha insistido en implementar nuevos modelos curriculares sin haber concretizado en toda su dimensión el vigente.
En el siglo XXI la necesidad urgente es que las escuelas normales sean reformadas en cuanto a sus enfoques, para tener una vinculación real entre la formación y la práctica docente. Para ello necesitamos de docentes comprometidos y actualizados.
Referencias
- Durán, Alfonso. (2004). Las reformas curriculares en educación normal o la tarea de Sísifo. Educar. Octubre-Diciembre 2004.
- INEE. (2006).Estimaciones a partir de la Encuesta Nacional de Prácticas de Lectura en Educación Básica, SEP-INEGI.
- Juárez, J. (2000). La reforma educativa. Una conjugación entre sujeto y proyecto. Revista Educar. Número 14 Reforma y Educación. Revisado en noviembre de 2011
- Latapí, Pablo.(2003). ¿Cómo aprenden los maestros? Cuadernos de discusión 6, Conferencia magistral en el XXXV aniversario de la Escuela Normal Superior del Estado de México. Toluca, 18 de enero de 2003. Primera edición. SEP.
Notas
[1] Un proceso sistemático, que se realiza debidamente legalizados, con una normatividad específica que incluye escolaridad, requisitos personales y jurídicos, así como campos de formación y perfiles de ingreso y egreso; constituye una carrera profesional que, con fundamento en el Artículo 5º Constitucional, se propone brindar la preparación teórico- práctica necesaria para desempeñarse con eficacia como profesores de de educación preescolar, primaria, secundaria, especial, física, artística o tecnológica. (Diez consensos de los maestros normalistas de México. 1996. pp. 19-20).
[2] Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
Datos para citar este artículo:
Rodolfo Moreno Alfaro. (2015). Impacto de las reformas educativas. Revista Vinculando, 13(1). https://vinculando.org/educacion/impacto-de-las-reformas-educativas.html
Neftali Perez dice
Las reformas educativas son proyectos políticos que perjudican directamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la formación docente, porque se ha dejado de lado los intereses externos a la práctica docente; anteriormente las personas escogían la docencia por las ventajas de la profesión y por lo cual hacia falta la vocación, ejerciendo docentes sin iniciativa y transformación de cambio para mejorar.
Desde 1984 los planes mal acostumbraban al docente por querer ser investigador ajeno a la práctica por falta de recursos y aún en 1997 se encontró el círculo vicioso de las normales y las prácticas. Ahora las Escuelas Normales del siglo XXI preparan a docentes con diversas técnicas para perfeccionar los métodos de enseñanza de la lectura y escritura; donde sean competentes para vincular su formación con la práctica, creando una nueva generación de docentes con prácticas educativas con innovación y actualización para la resolución de problemas: docentes de vocación.
En la declaración mundial sobre educación para todos de 1990 en el art. 1° “Satisfacción de las necesidades básicas del aprendizaje” deja en claro aprovechar las oportunidades para mejorar como docente, teniendo conocimientos teóricos y prácticos de valores y actitudes; que exista un aprendizaje continuo donde la escuela sea la base, dando prioridad a la lectura, escritura, expresión oral, cálculo y la solución de problemas.
Por ello, la SEP integró programas para unificar el proyecto nacional, por lo tanto, el estado obliga a otorgar capacitación y formación continua; fortaleciendo el sistema de formación inicial inclinada a la rama humanista integral, disciplinas enseñadas y aprendizajes adquiridos por maestros con experiencia.
La historia de la educación encaminó a diseñar un plan que vinculara y comprometiera al profesor, poniendo en marcha el Plan y Programas 2011, teniendo los siguientes compromisos, acuerdos y alianzas:
– El Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica como referente para el cambio de la educación y el sistema educativo en cuanto a la gestión, renovación, infraestructura y actualización de los planes y programas.
– El compromiso Social para la Calidad de la Educación en la transformación del sistema educativo, los estándares de aprendizaje, desarrollo armónico del individuo y la comunidad.
-La alianza por la Calidad de la Educación, desarrollando competencias para la vida y habilidades, el logro del perfil de egreso a partir del aprendizaje, el diseño adecuado de políticas educativas y modernizar el centro escolar.
Eduardo de la Riva dice
La implementación de reformas educativas es un tema que en la actualidad está en boga y no está demás el enfatizar en el porqué de ello; la causa principal es el enfoque que la actual reforma en realidad no da indicios de ser con un propósito educativo, sino meramente laboral. Ante esto es que los docentes tenemos cierto hermetismo a ella, esto debido a que las condiciones en las que se plantea la actual reforma no son del todo cercanas a lo adecuado, sino todo lo contrario; pareciera que ésta está totalmente descontextualizada de la realidad educativa y pedagógica.
Lo anterior lo afirmo debido a que con base en mi experiencia, al presentar el examen de oposición para el ingreso al servicio profesional docente, pude percatar de la incongruencia y estandarización de dicha prueba, en la cual no daba alternativas de solución en cuanto a la preparación del docente evaluado. Los reactivos se centraban en ámbitos en los que la gran mayoría no han tenido ni el menor acercamiento, es decir: contextos indígenas, rurales, escuelas multigrado, entre otros. Asimismo se recalca la incongruencia de los reactivos, en donde algunos de éstos estaban fuera de lo actual, haciendo preguntas de metodologías que ya ni siquiera son manejadas en algunos grados escolares.
Es por ello que los docentes expresamos cierto descontento a lo que las autoridades creen que es adecuado y medible, cómo el pretender que el examen del Servicio Profesional Docente (SPD) en cualquiera de sus modalidades puede llegar a determinar la capacidad del docente para desenvolverse en su labor y promover los conocimientos y competencias que el siglo actual demanda.
El problema de lo anterior también engloba algunos otros, tal como lo es el creer que al ser entes magisteriales somos el centro de la educación, y el sistema gubernamental y social pareciera que quieren dejar todo el proceso educativo en nuestras manos, lo cual no es del todo así, somos agentes de cambio, pero siempre y cuando exista una vinculación y congruencia entre lo que podemos dar y lo que pretenden los demás que demos y hagamos.
Las autoridades educativas necesitan enfocar su trabajo en la comprensión de en dónde se requiere de un ajuste y éste es en el identificar que el alumno no sólo requiere de la intervención docente, sino que los materiales con los que ambos contamos (alumno y maestro) deben ser acorde a lo que el aprendizaje infantil demanda, y no sólo brindar contenidos o materiales que en algunos casos contienen errores, tienen información incompleta, y en el peor de los casos, el material no llega completo.
Pero no todo lo que se presenta en la actualidad es malo o contraproducente; el hecho de contar con una “reforma educativa” nos obliga (en el buen sentido de la palabra) a prepararnos aún más de lo que solemos hacer, y para ello contamos con diferentes alternativas, siendo éstas: los posgrados, diplomados, capacitaciones docentes sobre asuntos de la Reforma Integral de Educación Básica (RIEB) y cursos enfocados a ciertos campos de formación explícitos en el plan 2011 que nos rige actualmente.
Por último quisiera recalcar que además del compromiso de las autoridades que anteriormente se mencionaron, se requiere de un mayor esfuerzo por parte de las escuelas normales (formadoras de docentes) para brindar las herramientas necesarias para que los futuros docentes se puedan enfrentar a los retos que el sistema educativo y sus autoridades proponen; entre ellos es el de hacer que los docentes en formación tengan el acercamiento a todos y cada uno de los diferentes contextos y escenarios de la vida real para así conocer las situaciones específicas y únicas de cada uno de éstos.
Edgar Campos dice
El hablar de una reforma implica analizar esta palabra, pues hablar de reformar es buscar un cambio a través de la innovación, de la re estructuración de planteamientos y formatos previamente establecidos.
Las reformas educativas desde cierto punto tienen un lado positivo y un lado negativo, pues estas buscan mejorías en todos los ámbitos de la educación, y aunque muchas veces no se delimitan las necesidades reales que existen en un sistema educativo, buscan la mejora continua.
Entonces creo yo que enfocar las reformas desde una perspectiva pedagógica, no es malo, más sin embargo se necesitan delimitar alcances, pertinencia y hacer un estudio exhaustivo de las necesidades reales que se presentan en cada nivel educativo.
Para que una reforma tenga éxito se necesita que efectivamente tenga un impacto tanto social como escolar pues siempre tiene que buscar la mejoría, y aunque los movimientos políticos siempre serán beneficiados con estos cambios, se necesita exponer de manera clara los objetivos que se pretenden de tal manera que se llegue a una buena participación colectiva.
Desde mi punto de vista se debe primeramente enfocar un cambio en normales, en las cuales se debe priorizar la vocación antes que los beneficios, pues la docencia implica más que estar frente a un grupo de niños, se necesita implementar cambios estratégicos para que las normales tengan el funcionamiento adecuado, partiendo de ahí creo que la educación mejorara, pues habrá buenos y mejores maestros con el interés real de buscar la mejora siempre de los alumnos y no de ver una buena oportunidad de ganar dinero por echar a perder sociedades completas.
Entonces hablar de reformas creo que se deberá trabajar desde los próximos nuevos docentes de normales y después partir a la ruptura de vicios generados en educación y cuando realmente se vea que el interés es mejorar la educación, una reforma tendrá su éxito real y no solo para cumplir un requisito meramente político .
Diana González dice
El docente es el agente principal en que se han fundamentado las reformas educativas, en cierta parte, la razón por la qué sucede, es por la influencia que tiene el proceso de enseñanza en cuanto a los aprendizajes que se espera logre el estudiante. Es importante entonces que desde que estamos en formación en las escuelas normales, identificando así la necesidad de enfocarnos en las necesidades que va teniendo nuestra sociedad para que como docentes podamos enfrentarlas en el aula.
Antiguamente la opinión docente no era tomada en cuenta, sólo se le daban los programas para ejecutarlos en el aula, actualmente es primordial la opinión del docente, incluso en las guías de consejo técnico escolar, podemos darnos cuenta que se han considerado temáticas y organización (como el intercambio de experiencias entre escuelas) que favorecen y retroalimentan la práctica docente.
La SEP dio organización y funcionamiento a unificar los programas a nivel nacional, por lo que el docente se vio en la necesidad de capacitarse. Desde 1921 creada por José Vasconcelos, hasta la actualidad se ha promovido la constante capacitación docente para mejorar el sistema, que trata de cubrir la demanda social que se tenga en el país.
Analizando la estrategia de capacitación docente, debió ser necesario comenzar desde los programas de formación normal, donde se podría capacitar a los docentes antes de que salieran a la práctica. Desafortunadamente así como se realizaron estudios con anterioridad, actualmente nos encontramos con muchos docentes que laboran la profesión por herencia, por facilidad de plaza o porque no tenía otra opción, pocos son los que realmente nos dicen que por convicción o por vocación.
Creo que desafortunadamente, los programas de educación normal, no se están actualizando con la exactitud que se necesita, deberían hacerse a la par de las reformas de educación básica, pues cuando se está en proceso inicial de formación docente, se deben conocer los planes recientes, los que se trabajan en las aulas de básica. En mi experiencia, en lo que egresé en el año 2009 (Comienzo de la reforma 2011), mi plan de estudios de Educación primaria aun era de 1997, dicho de otra forma, aprendí a dar clases con un programa que ya era obsoleto en educación básica cuando egresé. Es aquí donde la vocación sale a relucir para mantener el deseo de llevar una actualización permanente e incluso la cualidad autodidacta para aprender a desarrollar el nuevo programa que se nos propone.
Las reformas pretenden que las nuevas generaciones de docentes y alumnos, fortalezcan las áreas de oportunidad que dejaron abiertas anteriormente.
Estefanía Joaquín dice
La sociedad evoluciona a grandes zancadas, en cuanto a ejercicio (o pérdida) de valores, avances tecnológicos, conocimientos en todos los ámbitos (político, matemático, histórico, geográfico, cultural, de lenguaje, biológico, químico, cósmico, astronómico, etc.); por ello la educación que se les ofrece a los miembros de esa sociedad debe de ir a la par de ese cambio constante, no se les pueden brindar aprendizajes desfasados o arcaicos, ya que así se estará coartando su posibilidad de desarrollarse como seres capaces y competentes en un mundo evolucionado.
Por lo anterior, el sistema educativo saca a la luz reformas cuyo propósito es formar seres humanos acordes a lo que la sociedad en turno demanda; haciendo cambios en programas de estudio (y con ello la metodología de enseñanza, los contenidos, las formas, perfiles, parámetros y estándares), en infraestructura (supuestamente), equipamiento, formación y actualización de docentes y programas de apoyo federales y estatales. Sin embargo, no es suficiente plasmar una Reforma Educativa quimeramente en un papel oficial, sino que para que funcione es necesario proporcionar lo que en ella se señala y crear las condiciones para que los cambios pretendidos se den.
Es bueno que el gobierno se preocupe por que los jóvenes e infantes que cursan las aulas de educación básica, media y superior sean formados para ser competentes en la sociedad en la que se encuentran y pasar a ser ciudadanos útiles para la misma. No obstante, el por qué no han rendido o se han visto frutos de esas reformas es porque el gobierno no proporciona los recurso humanos, monetarios y materiales suficientes y adecuados para que eso sea posible.
Para vislumbrar y gozar de los beneficios claros de una Reforma Educativa, necesitan de pasar 30 años en los cuales se forme con base a dicha reforma y poder constatar de cómo fueron formados los alumnos que crecieron con todo lo que la misma señalaba. En México no dejan pasar un periodo de tiempo razonable para poder apreciar el resultado, sino que a los pocos años se vuelven a reformar plan, programas, formas de enseñanza, de actualización y evaluación, lo cual sesga la posibilidad de razonar entre los beneficios y obstáculos que la Reforma implementada pudo traer consigo, y con ello limitando la cabida a inyectar mejoras en ella, en el afán de lograr una verdadera calidad educativa en el país.
Otro factor es la formación inicial docente. Se debería procurar una calidad en programas de estudio y preparación de maestros en las Escuelas Normales. Puesto que por lo regular se enseñan metodologías desfasadas, o bien, los docentes encargados de formar profesionales de la educación no cuentan con las destrezas, habilidades y capacidades para hacerlo de forma correcta, puesto que muchos de ellos ya tienen años en el mundo de la docencia y reproducen lo que han venido haciendo de antaño.
Por todo lo anterior, es que concibo (desde mi humilde opinión) que las Reformas Educativas en México no han funcionado adecuadamente, y ni lo seguirán haciendo, mientras no se de espacio ni condiciones para que esto ocurra, por parte del las autoridades educativas federales y estatales correspondientes.
María de la Luz de Lira dice
Indudablemente las reformas en el ámbito educativo son planificadas de manera concienzuda y proyectadas a las exigencias del mundo globalizado, el formar estudiantes y ciudadanos de clase mundial que sean capaces de incorporarse a cualquier entorno de desempeño personal y profesional es una tarea que se comienza desde la propia familia y a partir de la instrucción formal en los centros educativos.
En mi caso personal, la reforma que aplica en mi centro de trabajo es la RIEMS misma que integra básicamente tres categorías de competencias a desarrollar en los educandos, las competencias genéricas que desde mi punto de vista son fundamentales para el desarrollo personal, las competencias disciplinares que tienen que ver directamente con el aspecto académico y las competencias profesionales que fortalecen la adaptación del sujeto al campo laboral en el área que a éste le competa.
Valoro profundamente aspectos como inclusión y equidad, mismos que son fundamentales para el desarrollo sustentable de toda la sociedad, el fomentar cultura de igualdad entre pueblos y condiciones de origen hace de nuestro México un país con mejores y mayores oportunidades para todos.
Por otro lado, la RIEMS eleva el grado de compromiso de todos los agentes involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje a partir del rol que cada uno desempeña, desde el padre de familia, alumno, autoridades educativas y docentes ya que demanda una capacitación y profesionalización permanente para enfrentar los retos que ésta propone, sobre todo de aquellos quienes atienden directamente al estudiante en los centros escolares.
Mariely Caballero dice
Las reformas siempre han buscado impactar en los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde el docente es clave de éstas prácticas pues es él quien tiene que hacer frente a los cambios constantes de reforma y poder innovar su práctica.
Lamentablemente las políticas educativas no logran comprender cuál es la realidad escolar, años atrás las reformas solo solucionaban problemas de manera temporal debido a que la sociedad estaba en constante cambio, aun así se organizaban talleres para elaborar materiales didácticos que aún se llevan a cabo en el sistema educativo
El nuevo maestro es distinguido por que está en constante aprendizaje, actualización y profesionalización, mucha de la enseñanza y profesionalización recae en las escuelas normales.
Lucia Muñoz dice
La existencia del sistema educativo en México, ha significado enormes cambios generacionales, tanto en los docentes, como en la sociedad en general, ha representado luz y oscuridad, ha sido elogiado y juzgado durante muchos años; a partir de ese juicio crítico se lograron implementar reformas que para cuando se publica este artículo en el año 2015, de autoría de Rodolfo Moreno Alfaro, es perceptible que, en el recuento de los años notamos pocos avances, sin embargo el autor menciona que se comienzan a reconocer soluciones factibles para aplicar la evolución necesaria en el sistema educativo actual.
Se habla de evolución, estoy completamente de acuerdo, ya que, nos invita a capacitarnos, actualizarnos, reconsiderar lo aprendido; cuestionándonos sobre la necesidad de modificar prácticas obsoletas.
Al tener la visión de evolucionar como profesional de la educación concretamente, tenemos la apertura de colaborar en redes de aprendizaje, utilizando toda la información disponible en la web, en diplomados, certificaciones y cursos en línea; el autoaprendizaje nos augura una factible actitud a los requerimientos actuales.
No debemos cegarnos a la evolución y mucho menos a la profesionalización.