Resumen
El presente ensayo busca plasmar las ideas e información que, considero, son relevantes para entender con claridad la importancia de incluir a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el proceso educativo y que, quienes somos docentes, requerimos por una necesidad de poder brindar educación de calidad a nuestros jóvenes alumnos y darles, así, la oportunidad de enfrentarse con éxito a los problemas que les depara su cada vez más cambiante e incierto futuro.
Entre los 20 ejes básicos del nuevo plan educativo del gobierno federal (García, diciembre 2018, parr. 2) los marcados con los números 7, 15 y 19 tienen que ver con la permanente capacitación y formación docente, así como la evaluación con una visión de actualización y estímulos económicos a quienes decidan migrar a la excelencia necesaria para poder brindar una educación de calidad en cualquier nivel educativo, incluído el nivel Medio Superior.
En este proceso de migración digital, una de las transformaciones que los adultos debemos llevar a cabo, sobre todo si queremos que los jóvenes estudiantes sientan interés por el conocimiento y la información que a través de la clase más apegada a sus intereses, para que canalicen por voluntad propia esas “… formidables energías que se liberan, en un nuevo ánimo que se despiera…” (Fize, 2012, p. 26) para aprender a ser una mejor persona y un ser humano más útil a su entorno de vida.
Si logramos dominar esos saberes, si podemos guiar con maestría a los contenidos verdaderamente valiosos en el mundo digital, estaremos logrando enseñar a los jóvenes las bondades y grandes posibilidades que la Internet les ofrece para alcanzar un aprendizaje significativo y visible.
Palabras clave: Aprendizaje, docentes, TIC, migración digital, jóvenes, adolescente
Introducción
Anteriormente la función principal de los docentes, de cualquier nivel educativo, era, como refiere De Azevedo (2013, p. 147), la transmisión de bienes intelectuales de una generación a otra, mismos a los que poco a poco se iban acumulando los propios de la época, mismos que eran conocidos y, a veces, creados por la misma institución que dirigía la educación de un país o una región determinada.
Durante todo el siglo XIXI y gran parte del siglo XX, la palabra “educar” (teniendo implícito el saber, el conocimiento y la información significativa de la época) correspondía en exclusiva a los maestros y educadores, como bien señala Michel Fize (2012, p. 20).
Sin embargo, en el presente siglo XXI, los avances tecnológicos y científicos provocaron que las personas, cada vez en mayor número, tengan la posibilidad de acceder a ese conocimiento y a información como jamás antes en la historia humana. Textualmente transcribo las palabras del doctor Álvar Marchesi (2008), respecro de la era que nos ha tocado vivir:
“El desarrollo acelerado de la sociedad de la información está suponiendo retos, impensables hace unos años, para la educación y el aprendizaje. Tal vez lo más relevante sea que nos encontramos con una nueva generación de aprendices que no han tenido que acceder a las nuevas tecnologías, sino que han nacido con ellas y que se enfrentan al conocimiento desde postulados diferentes a los del pasado. Ello supone un desafío enorme para los profesores, la mayoría de ellos inmigrantes digitales, para las escuelas, para los responsables educativos y para los gestores de las políticas públicas relacionadas con la innovación, la tecnología, la ciencia y la educación.”.
Ya no hay pretexto para cambiar, para transitar al manejo y dominio de las TIC y su uso como herramientas de enseñanza cotidianas en el aula.
El maestro que no emigre a lo digital, aunque siga con el derecho de usar estrategias de aprendizaje análogicas, no estará a la altura de las demandas que la globalización y el propio entorno social en ciudades como Xalapa, por ejemplo, se requieren para poder obsequiar una educación de calidad a todos los jóvenes estudiantes del nivel medio superior.
Contextualización del tema
Para el maestro Velasco Toro (2016, p. 83) el aprender es una movilización efectiva de saberes, a través de la cual se reorganiza la percepción del entorno y la visión del yo, para modificar las cualidades conductuales adaptativas de quien aprende. Educar es, según Assmann (2002), el crear nuevas condiciones para la organización de las experiencias de aprendizaje que sirvan al alumno para mejorar, como persona y como miembro de una sociedad. Movilización, creación, en un entorno donde, lo único seguro, es actualemente la incertidumbre.
La práctica del docente de bachillerato basada en la escuela tradicional
En estos tiempos el maestro necesita urgentemente crecer; debe convertirse en un profesional de la educación y del aprendizaje, con la capacidad creadora en la elaboración de herramientas de enseñanza innovadoras, que le sirvan para aplicar estrategias didácticas y proyectos integradores de bloque; que adquieran habilidades socioemocionales para poder ser ejemplo ante sus alumnos y ayudarlos a ser autocríticos, cultivar relaciones interpersonales sanas, quitarse el miedo de pedir ayuda y dejar el egoísmo para apoyar, de manera colaborativa, a quienes le rodean; tratando a todos con respeto e igualdad, siendo inclusivo y flexible para que todos sus alumnos aprendan a aprender, a conocer, a hacer y a ser.
La mayoría de los maestros de Educación Media Superior, sin embargo, demuestran desinterés e insensibilidad al contexto de cada uno de sus alumnos, que lleva a un distanciamiento entre ambos sujetos educativos y que provoca la desilusión y, a veces, hasta la deserción escolar, puede tener distintos orígenes:
- Por ignorancia y falta de capacitación magisterial; de manera inconscientemente, el
- maestro aplica el mismo sistema de enseñanza que a él le tocó como alumno, de corte lancasteriano, donde el maestro era la autoridad y el alumno era educado con la cátedra magistral o el dictado.
- Por el miedo a verse rebasado por los alumnos. En este contexto, el docente inicia una guerra sin tregua para empoderarse dentro del aula, conservando esta relación de supra a subordinación con sus estudiantes.
- Para no demostrar debilidad o falta de capacidad, en su campo disciplinar de experiencia. Pone, así, una barrera infranqueable para el diálogo y flujo de ideas con sus alumnos, lo que imposibilita el surgimiento de la creatividad y el trabajo colaborativo en el salón de clases.
- Quizá el más grave de los aquí mencionados: Porque al profesor no le interesa si el alumno aprende o no aprende nada durante su curso. Como dice el adagio popular en los pasillos de los gremios del magisterio: De todos modos, a mí me pagan.
Excluyendo la última de las causales, todas las demás reflejan un problema, no de actitud de quien asume el rol de docente, sino de una deficiente planeación de política educativa que le impide ser empático con los estudiantes.
Para José Pérez (2017, p. 56) docente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los maestros no pueden traducir o captar lo que acontece con sus alumnos, porque ni en el sistema de ingreso, formación (pocas veces magisterial), ni siquiera la propia organización institucional de la enseñanza Media Superior, les permitiría adquirir estas capacidades.
Si a esto se le agrega la cantidad de formatos y documentos que deben llenar cada semestre, se sienten saturados y, por tanto, profundizan en el distanciamiento con sus alumnos, debilitando el vínculo de pertenencia de la escuela.
Todo esto provoca que el maestro de bachillerato y de nivel superior continúe con ese modelo tradicional de enseñanza, pues es así como a ellos los educaron en su momento.
Pero ¿qué es la escuela tradicional? Se puede resumir, leyendo a Berenice Díaz (2017, pp. 54 – 59) en los siguientes puntos:
- La escuela es la principal fuente de información, transformación cultural e ideología de las masas, respondiendo a los intereses de la burguesía como clase dominante.
- El maestro es el centro del proceso de enseñanza.
- El alumno juega un papel pasivo, con un pobre desarrollo de pensamiento teórico.
- Los programas de estudio son rígidos y con gran cantidad de información.
- El método de enseñanza fundamental es la exposición verbal, también llamada la cátedra magistral.
- El profesor exige del alumno la memorización de lo que narra y expone.
- Inicia en Francia, en los siglos XVII y XVIII, con la consolidación de los internados de los jesuitas de San Ignacio de Loyola, aislando al alumno del mundo, volviéndolo sumiso, obediente y pasivo.
- La evaluación del aprendizaje es reproductiva, centrada en la calificación del resultado.
La realidad es que este tipo de educación es común que se siga implementando por los maestros, aún cuando en los formatos de secuencias didáctidas se formule el plan de clase de una manera distinta, conforme a los lineamientos impuestos por la institución educativa.
El reto de la transformación
Hay una nueva realidad que impacta y presiona a las instituciones educativas de manera global, que inciden directamente en los problemas de la educación media superior, como el abandono escolar, infraestructura arcaica, deficiencia en la inversión educativa, inadecuada formación docente y falta de datos estadísticos confiables (Castillo, 2013, p. 60).
En las escuelas de bachilleres de Veracruz nos enfrentamos a altos índices de deserción escolar, casi el 34% de los alumnos, según datos del año 2016 de la Subsecretaría de Educación Media Superior, dependiente de la Secretaría de Educación Pública; nuestra cobertura educativa es menor al 70%; apenas el 10% de los docentes tiene la certificación del nivel y nuestros procesos educativos en el aula, en la mayoría de los casos, no usa las TIC o, si las usan, distan de ser eficaces, pertinentes y eficientes.
En las conclusiones del informe 2010 – 2011 sobre la Educación Media Superior elaborado por el INEE (Santos, 2012, p. 151), uno de los grandes retos es la transformación de las prácticas de enseñanza; por lo anterior, una de las mayores preocupaciones del Sistema Educativo es la formación y profesionalización permanente de los docentes, como la única forma en que puedan mejorar los aprendizajes en dicho nivel educativo. Pasar de la educación tradicional a una más ágil, flexible, con nuevas herramientas didácticas e instrumentos de enseñanza y de aprendizaje.
Es necesario dotar, pues, a los docentes de esquemas pedagógicos y didácticos que les sirvan para implementar estrategias de aprendizaje útiles y eficaces, pertinentes y atractivas, para cada uno de sus alumnos, tomando en cuenta sus estilos de aprendizaje, nivel socioeconómico, saberes previos (andamiaje), cantidad de alumnos y posibilidad de acceso a las tecnologías de la información y el conocimiento.
Ahí es donde la capacitación permanente entra en escena. Es por esto por lo que la profesionalización y actualización de los maestros se debe convertir en una política pública de carácter educativa, ya que el seguir ofertando educación mayoritariamente deficiente se vuelve un problema fundamental para la sociedad mexicana (Lasswell, 2007, p. 89); mismo que requiere la actividad del poder público y la toma de decisiones acertadas para resolver dicha problemática y tener así una plantilla docente capacitada para ofertar una educación de calidad.
Las TIC y su acceso a las escuelas de nivel medio superior
Jeremy Rifkin, al hablar en una conferencia sobre la civilización empática, señaló que la transformacón tecnológica no solamente ha cambiado el paradigma de la enseñanza a nivel global, sino que está desapareciendo el mundo como lo conocíamos hace apenas 20 años, enfrentándonos por tanto a un momento de ruptura e incertidumbre.
Los jóvenes y el uso de las TIC
Marc Prensky (2001, p. 1 – 2), a quien se le atribuye el concepto de nativos digitales (alumnos del siglo XXI) e inmigrantes digitales (docentes en el siglo XXI), refiere a lo que nos enfrentamos, hoy día, en las aulas del nivel medio superior, cuando menos en la mayoría de las escuelas urbanas, por ejemplo, en ciudades como Xalapa, Veracruz, sean éstas matutinas, vespertinas, técnicas, propedéuticas o mixtas:
Los jóvenes, en detrimento de la lectura (en la que han invertido menos de 5.000 horas), han dedicado, en cambio, 10.000 horas a los videojuegos y 20.000 horas a la televisión, por lo cual no es exagerado considerar que la mensajería inmediata, el teléfono móvil, Internet, el correo electrónico, los juegos de ordenador… son inseparables de sus vidas.
Refiero en este punto a un segmento de los jóvenes mencionados por Reguillo (2010, p. 431), como los comprendidos entre los 12 y 29 años, según la Encuesta Nacional de la Juventud de 2005 que usa como referencia etaria. Los jóvenes a que hago referencia fluctúan entre los 16 y los 20 años de edad, que son los alumnos a los que, con excepción de la modalidad mixta, vamos a encontrarnos en las aulas del nivel medio superior, léase bachillerato.
Los jóvenes nativos digitales, siguiendo a Prensky (2001, p. 6), tienen las siguientes características, que los hacen diferentes, diametralmente distintos, a quienes no nacimos y no nos formamos con esta vorágine de información, comunicación, inmediatez y conectividad, no sólo con quienes conviven en un entorno del mundo real (o analógico), sino con personas de distintas edades, ideas, cosmovisión y hasta idioma distintos alrededor del mundo:
- Quieren recibir la información de forma ágil e inmediata;
- Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos;
- Prefieren los gráficos a los textos y, si son textos, prefieren los digitales a los impresos;
- Se inclinan por los accesos al azar (desde hipertextos);
- Funcionan mejor y rinden más cuando trabajan en Red;
- Tienen la conciencia de que van progresando, lo cual les reporta satisfacción y recompensa inmediatas; y
- Prefieren instruirse de forma lúdica a embarcarse en el rigor del trabajo tradicional.
No importa si son parte de la cultura dominante o de alguna de las subculturas dominadas a las que hace referencia Miguel Pérez (2018, p. 148), tampoco si son rurales, urbanos, tradicionalistas, de barrio, rocanrolero, folklorista, incluídos o excluídos, integrados o marginales (Pérez, 2018, pp. 130 – 132), la mayoría de ellos es casi seguro que tengan un aparato tecnológico que los conecte con la Internet.
Los adultos profesores y las TIC
Mientras los jóvenes hoy día se sienten cada vez más integrados al mundo virtual, nostros, los denominados Inmigrantes Digitales (Yaracunda, 2017) tenemos muchas dudas sobre las nuevas habilidades con las que interactúan en su contexto de vida los ahora llamados Nativos Digitales.
Seguimos pensando (aunque en el discurso hablemos de lo que hemos aprendido y cambiado, nuestra apertura para tratar de entender a nuestros actuales estudiantes y la cantidad de cursos y número de formatos oficiales relacionados con nuestra planeación didáctica y herramientas de apoyo educativo) que los jóvenes deben ser guiados, al puro estilo de la educación tradicional, a través de nuestra superior capacidad para entregarles el Encuadre, sin darles posibilidad de negociar formas, actividades y porcentajes de los criterios de evaluación.
Esto es, en palabras de Tappan Merino (2008, p. 74), no estamos revisando nuestros propios parámetros, limitaciones y prejuicios y pensamos que estamos educando bien a los jóvenes bachilleres.
A pesar de los cursos, diplomados, especialidades, posgrados, conferencias o talleres que hayamos tomado, seguimos, en general, apostando por un tipo de instrucción donde continuemos sintiendo la seguridad que brinda la supremacía del docente y la subordinación de nuestros estudiantes dentro del aula.
Requerimos del orden, de actuar como profesionistas de la educación en las formas que ya conocemos, como nos enseñaron en su tiempo nuestros profesores, pues no nos gusta la confrontación de ideas y el diálogo abierto con nuestros alumnos.
Prensky es muy claro en que lo que requerimos, con urgencia, quienes nos dedicamos a esta maravillosa profesión, en cualquiera de los niveles educativos, es lo que a continuación se plasma textualmente:
“Los profesores del Siglo XXI han de aprender a comunicarse con sus estudiantes a través de una lengua y de un estilo común. Ello no signifi ca cambiar el signifi cado de lo importante, de lo trascendente, ni tampoco implica fi jar otras habilidades distintas. Muy al contrario, signifi ca, por ejemplo, abandonar el “paso a paso” por el “ir más rápido”; implica profundizar más, pero siempre en paralelo, implica acceder desde y bajo el azar, etc., pero olvidándose de la eterna y desazonadora pregunta, reveladora de inconscientes prejuicios: “¿Cómo se enseña lógica de esa manera, con tales procedimientos?””. (Prensky, 2001, p. 8)
¿Competir contra las TIC o adoptarlas para mejorar la educación en bachillerato?
Es necesario dejar de competir contra las TIC (¿quién no ha impuesto a sus alumnos al inicio del curso escolar la prohibición del uso de teléfonos celulares, computadoras o tabletas?) y hacerlas parte de nuestras herramientas de trabajo para crear nuestros proyectos de aprendizaje.
Según la CEPAL (Balboni, 2011, p. 13) uno de los objetivos de desarrollo del Milenio es brindar acceso a los beneficios de las TIC, de manera equitativa, a todos los mexicanos, siendo ahora los 3 objetivos principales de todo docente del siglo XXI: el enseñar a sus alumnos a comunicarse, colaborar y participar (Tolosa y García, s/f, p. 9).
Es por eso que el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (Soto Ruiz, 2013, p. 9) apostó a la llamada Estrategia Digital Nacional, que busca desarrollar el uso de las TIC en el proceso educativo y su oferta a través de cursos digitales.
En el Programa estatal de Educación 2016-2018, el gobierno del estado de Veracruz también propuso proyectos de inclusión de las TIC en el aula, a través del impulso a la educación a distancia; dotación de computadoras y material de última generación en las escuelas, así como la profesionalización docente y la digitalización administrativa (Gaceta Oficial, 2017, p. 75).
Independientemente si se cumplieron todos los objetivos y programas planeados por las administraciones anteriores, federal y estatal, los inmigrantes digitales tenemos una ventaja por sobre los nativos digitales; nosotros todavía podemos realizar muchas actividades sin depender de la telefonía móvil, los ordenadores y otros elementos tecnológicos, mientras que los nativos dependen cada vez más de su utilización y pueden invertir el rol de la enseñanza hacia quienes deberían enseñarles (Yaracunda, 2017).
Nosotros tenemos todavía la posibilidad de mezclar lo analógico con lo virtual y generar, de este modo, cursos y clases muy dinámicos y lúdicos que atrapen la atención de nuestros estudiantes.
Mientras más entendamos que el proceso de enseñanza – aprendizaje requiere de códigos que puedan ser entendidos y aceptados, dentro del diálogo entre interlocutores, por ambas partes (jóvenes estudiantes y adultos docentes), más podremos generar en nosotros las necesidades de cambio para entrar con igualdad de circunstancias al proceso de negociación con los modelos gestuales y rítmicos con los que los estudiantes, tratando de mantener una identidad e imagen de sí mismos (de forma individual) con los demás (como parte de un grupo) y con el profesor (miembro de la cultura dominante), aplican en el aula día a día (Mcaren, 2007, p. 21).
Consideraciones finales
Tal y como lo señalan Alonso Tejeda y María Eréndira (2009, p. 8), todo profesor debe convertirse en un promotor del aprendizaje, pero también en un investigador permanente de su práctica docente y de las condiciones y contextos sociales, institucionales y culturales que incidan y presionen los paradigmas educativos y las prácticas educativas, debiendo tener la capacidad de ser flexible en la creación de sus secuencias didácticas.
Y es que, como bien señala Pierre Bourdieu, la educación es una función todavía fundamental para la conformación de una vida buena de la comunidad, de manera conciente y sistemática, emocional y racionalizada (2007, p. 135)
Es necesario plantearse la siguiente pregunta, eligiendo con total honestidad la respuesta que refleja, en la realidad, nuestra postura en el aula.
¿Cómo veo a mis estudiantes?
- Como personas capaces de aprender por su cuenta, a través de la información que tienen a la mano en la Internet, por lo que no me esfuerzo ya en enseñarles.
- Como personas que van formandose, conociendo, comprendiendo y aprendiendo, con mi guía y apoyo durante dicho proceso de enseñanza – aprendizaje.
- Como vasijas vacías a las que simplemente hay que llenar con conocimientos, para ejercitar su memoria.
Muchos docentes piensan que lo que se quiere de ellos ahora es, simplemente, dar cierta información que los estudiantes deben complementar de forma autodidácta, aprovechando que el conocimiento lo tienen a la mano, de manera virtual.
Otros, siguen creyendo que los alumnos no tienen la capacidad de pensar y razonar; que necesitan a un maestro impositivo, que toma decisiones unilateralmente, que llena la vasija con datos, conceptos y teorías, porque así fueron ellos educados y lograron cumplir sus objetivos de vida en la adultez.
Sin embargo, las TIC están cambiando todo el paradigma educativo, no sólo en México, sino a nivel global. La llamada aldea digital se mueve en el mundo virtual, a velocidades vertiginosas, con relaciones inter e intrapersonales en niños y jóvenes totalmente distintas a las conocidas hace apenas 30 años.
Como docentes de nivel medio superior no podemos seguir pensando en una educación basada en estrategias didácticas tradicionales; se debe afrontar el reto de conocer, comprender y dominar las TIC, en beneficio de nuestros alumnos y en pro de la calidad en la educación.
Basta recordar que los retos del nuevo Milenio son: la educación inclusiva, equitativa y de calidad. Estos retos no se podrán conseguir si los profesores seguimos siendo analfabetas digitales.
Lista de referencias
- Assmann, H. (2002). Placer y ternura en la educación. Hacia una sociedad aprendiente. Madrid, España: Editorial Narcea.
- Balboni M. y otros (2011). Propuesta de indicadores complementarios para el monitoreo de los ODM: indicadores de acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones. Santiago, Chile: CEPAL.
- Bourdieu, P. (2011) 9. Principios para una reflexión sobre los contenidos de la enseñanza. En P. Bourdieu, Capital cultural, escuela y espacio social (2ª ed., pp. 113-127) México: Siglo XXI.
- Castillo Sánchez, M. (2013). Desafíos de la educación en la sociedad actual. Revista “Diálogos educativos”, Vol. 12, No. 24. Recuperado el 16 de agosto de 2018 de .
- De Azevedo, F. (2013) III. La escuela, institución social. En F. de Azevedo (Ed.), Sociología de la educación (8ª reimp., pp. 147-159) México: FCE.
- Díaz Alvarado, B. (2017) La educación tradicional y la educación nueva. Análisis desde la pedagogía crítica. (Tesis de maestría) Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Ajusco. Facultad de Pedagogía. México.
- Gaceta Oficial del Estado (2017). Programa estatal de Educación. Tomo CXCV, No. extraordinario 240. Xalapa: Gobierno del Estado de Veracruz.
- Marchesi, A. (2008) Metas educativas 2021: La educación que queremos para la generación de los Bicentenarios. Madrid: OEI.
- Pérez, M. (2018) Identificaciones juveniles. (Tesis de maestría inédita). Universidad Veracruzana, Facultad de Antropología, Veracruz, México.
- Prensky, M. (octubre 2001) Digital natives, digital immigrants. On the Horizon, 23 (5). Estados Unidos de América: MCB University Press.
- Reguillo, R. (2010) Epílogo. La sociedad mexicana vista desde los jóvenes. En R. Reguillo (Coord.), Los jóvenes en México (pp. 430-444) México: FCE, CONACULTA.
- Soto Ruiz, A. (2013). Estrategia Digital Nacional. México: Gobierno de la República.
- Tappan Merino, J. E. (2008) Notas preliminares sobre la infancia y la adolescencia. Erinias, Revista de Psicología, psicoanálisis y cultura (9), 72-83.
- Tejeda, A. y Eréndira, M. (2009) La planeación didáctica. Teorías del aprendizaje y práctica didáctica. México: Escuela Nacional Preparatoria.
- Tolosa y García (s/f). Google Sites como herramienta educativa. España: Universidad de Alicante.
- Velasco Toro, J. (2016). Horizonte educativo, hacia una pedagogía de la autoorganización. México: Universidad Pedagógica Veracruzana.
- Yaracunda, S. (2017) Las diferencias entre nativos e inmigrantes digitales. OEI. Recuperado de https://www.oei.es/histórico/divulgacióncientifica/?-Las-diferencias-entre-nativos-e-inmigrantes-digitales.
Sobre el autor: Licenciado en Derecho. Maestro en Derecho Constitucional y Juicio de Amparo. Docente Tiempo Completo de la Universidad Veracruzana. Aprendiente de la Maestría en Educación Media Superior en la Universidad Pedagógica Veracruzana.
Datos para citar este artículo:
Rafael Ignacio Mora Ortega. (2019). Inclusión de las TIC en el proceso educativo de nivel medio superior. Revista Vinculando, 17(1). https://vinculando.org/educacion/la-inclusion-de-las-tic-en-el-proceso-educativo-del-nivel-medio-superior.html
Deja un comentario