Desarrollo:
En México, la automedicación se ha incrementado en los últimos años debido a la creciente disponibilidad medicamentos de venta libre, especialmente aquellos que anteriormente estaban disponibles sólo por prescripción.
A fines de los años 90, el Ministerio de Salud de México cambió más de 200 medicamentos recetados al estado de medicamentos de venta libre. Como resultado, el mercado mexicano tiene ahora más de 500 productos que se venden sin receta médica.
Más de 30 millones de mexicanos se automedican en al menos una vez al año y la comunidad médica recientemente comenzó a expresar preocupación por la salud y por el potencial riesgo de esta práctica.
La automedicación es definida como la ingestión de medicamentos de venta libre o por iniciativa propia; otros autores la definen como "el consumo de medicamentos, hierbas o remedios caseros por iniciativa propia o por consejo de otra persona, sin consultar a un médico". La automedicación ha sido motivo de diferentes investigaciones en algunos países de América Latina, donde es una forma común de “autocuidado de la salud”.
La falta de sistemas de salud con recursos óptimos e insumos que brinden atención oportuna y de gran cobertura a la población, facilita la automedicación en la población en general. Muchas personas retrasan formalmente la atención médica, así como se presenta la subutilización de la atención preventiva, y confían en medicinas alternativas o en el uso de la auto-receta para mejorar.
Familiares, amigos, vecinos y hasta el farmacéutico recomiendan con frecuencia medicamentos, y producen mucho mayor impacto los anuncios comerciales en televisión, en periódicos o revistas populares.
Los estudios realizados sobre la automedicación, indican que es una práctica frecuente, especialmente en comunidades económicamente desfavorecidas. Burtica (Colombia, 2002) determinó la frecuencia y las características de la automedicación en estudiantes de la Universidad de Caldas, Colombia. Demostró que el 47% se automedican.
Se encontró que los medicamentos más utilizados son antiinflamatorios no esteroideos hasta en un 67%. Los motivos: cefalea 33% y otros dolores 22%.
Alvitres (Argentina, 2002), en una escuela de enfermería, mostró que el 71% de los profesionales de enfermería se autodiagnóstican y automedican, y entre los factores que influyen se ubican: el económico, el medioambiental y el sociocultural. Los medicamentos más utilizados son: analgésicos, antiinflamatorios, antipiréticos y antibióticos.
En tanto, Madaldi (Venezuela, 2004) determinó los eventos adversos frecuentes asociados al uso de fármacos automedicados. En su estudio reveló que el 68.9% de los encuestados han experimentado algún evento adverso relacionado al consumo de medicamentos, siendo de tipo alérgico en un 8.9%.
En cuanto al hábito del consumo de fármacos, el 81% de los estudiantes practica la automedicación y el 78% prefiere consumir genéricos, ya que son económicos, en contraste con los de marca de patente.
Por su parte, Guillem Sáiz (España, 2010) en un grupo de población universitaria española, encontró que la práctica de automedicación fue del 90.8% de las 501 personas que contestaron correctamente la encuesta.
Algunos gobiernos están fomentando cada vez más el autocuidado de enfermedades menores, incluida la automedicación. Es importante apuntar que una práctica de automedicación responsable ayuda a reducir el costo del tratamiento, el tiempo de viaje, el tiempo del médico, es decir, el tiempo de consulta, pero es indispensable el conocimiento previo por parte del paciente y acudir al médico.
Los principales problemas relacionados con la automedicación son el desperdicio de recursos, el aumento de la resistencia de los patógenos y causa graves riesgos para la salud, como reacciones adversas y sufrimiento prolongado. La resistencia a los antimicrobianos es un problema actual en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo donde los antibióticos están disponibles sin receta.
Entre las patologías que destacaron para automedicarse se reportaron: cefalea, dolor de espalda, fiebre o traumatismos. Los fármacos más consumidos sin prescripción médica fueron antiinflamatorios, analgésicos, antipiréticos y antigripales, por lo cual se llegó a la conclusión de que la prevalencia de automedicación es de un 85.6%, lo que coincide con la opinión de las enfermeras a favor de una automedicación responsable para procesos leves.
Los efectos adversos correspondieron al aparato gastrointestinal por no considerar los efectos adversos y el seguimiento del tratamiento.
La automedicación constituye una práctica riesgosa cuyas consecuencias pueden ser el enmascaramiento de una enfermedad y retraso en la asistencia médica en casos en los que es realmente necesaria; aparición de reacciones adversas e interacciones medicamentosas; aumento de la resistencia a agentes antimicrobianos, elección incorrecta de medicamentos y riesgo de abuso o farmaco-dependencia, ya que un medicamento es una sustancia con propiedades para el tratamiento o la prevención de enfermedades en los seres humanos y si no se lleva un control adecuado puede crear una dependencia sin darse cuenta.
El aumento de la cobertura del seguro de salud podría reducir la demanda de automedicación al hacer que la atención médica sea más asequible y al cambiar las percepciones de la población sobre los beneficios de la medicina moderna. La regulación en los anuncios comerciales televisivos u otros medios de información facilitaría reducir esta práctica y con ello los eventos que de ella se derivan.
Invitamos a la población a que analice bien antes de automedicarse, existen muchos motivos por los cuales se justifica la automedicación, desde las largas horas de espera para atención médica, hasta el bombardeo comercial que lo fomenta, sin embargo, es importante evaluar el riesgo/beneficio en los síntomas antes de usar medicamentos por cuenta propia, ya que pueden enmascarar y disfrazan las enfermedades, lo cual puede fomentar el retraso en una atención oportuna y generar mayores complicaciones asociadas.
Bibliografía
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- Burtica O. Automedicación en los estudiantes de la Universidad de Caldas. Rev Ciencias Básicas Biosalud. Disponible: .
- Alvitres B. Autodiagnóstico y automedicación en el personal de enfermería: una práctica usual en nuestros días. Rev Saude 2002; 10 (49): 37-40. Disponible en:http://bases.bireme.br/cgibin/wxislind.exe/iah/online/?IsisScript=iah/iah.xis&src=google&base=LILACS&lang=p&nextAction=lnk&exprSearch=324245&indexSearch=ID
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Datos para citar este artículo:
Juan Antonio Lugo Machado. (2018). Riesgos de la automedicación. Revista Vinculando, 16(2). https://vinculando.org/salud/riesgos-de-la-automedicacion.html
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