¿Qué es ser maestro?
Maestro es un concepto tan profundo que algunos dicen que nos queda grande a todos los docentes, pero ¿qué significa realmente?
Es común calificar de maestro al hombre eminente en cualquier faceta de la cultura, así el ilustre director de una orquesta es el maestro, un distinguido coreógrafo de ballet es maestro, existen maestros de ceremonia malos y buenos un notable escritor y filósofo es maestro.
También, en el ámbito de las manualidades y los oficios aparecen los maestros, un maestro panadero, un maestro de cocina, un maestro catador de licores.
Esta acepción del término creo que implica un doble significado: por una parte, la maestría o habilidad superior para ejercer un oficio, por otra, una influencia formativa sobre quienes trabajan con él. Para mí un concepto muy estrecho para referirlo con la categoría maestro.
Y yo me pregunto entonces ¿qué somos nosotros si todos son maestros o pueden serlo? Creo que detrás de cada uno de esos llamados maestros lo que si ha existido un maestro de aula, un maestro de pintarrón y libros. Un maestro donde su materia prima son los niños, el que conjuga arte y manualidades.
Nosotros somos todo eso un poquito, creo que menos catares de licores. Pero somos algo más y grandes pensadores también maestros lo manifestaron de la siguiente manera.
José de la Luz Caballero maestro cubano del siglo XXI decía que maestro "Ha de ser toda inspiración, sacerdocio, mansedumbre, carácter, templanza, flexibilidad".
Entiéndase mansedumbre como: humildad, fidelidad, disciplina, rendimiento.
José Martí Pérez. El hombre más puro de raza a decir de Gabriela Mistral señaló: "El maestro es la letra viva" Cuánto encierra esta "simple" frase, letra viva, no letra muerta; significa que el maestro es toda pasión, entrega, entusiasmo, que cada gesto o frase debe estar acompañada de un respaldo personal y comprometimiento, de una toma de partido.
José Vasconcelos (1921) mexicano de visión científica y humanista decía: "afirmamos que es legítimamente maestro el que trata de aprender y se empeña en mejorarse a sí mismo. Maestros son quienes se apresuran a dar sin reserva el buen consejo, el secreto recóndito, cuya conquista acaso ha costado dolor y esfuerzo".
En esta cita se aprecia un mensaje: el maestro tiene que aprender para ser mejor para poder dar, pero ese aprender y dar no es fácil se logra con esfuerzos y sacrificios y valor.
El valor de educar; tema muy complejo en la realidad educativa actual de cualquier país, trataré de ser lo más concreta posible porque sé que al maestro, más que le hablen de filosofía o teorías, que ya se ha hablado bastante, necesita que se le hable de la práctica educativa, de ese mundo tan diverso que tiene que desafiar día a día , pero es insoslayable hablar de teorías educativas, de política educativas, de reformas educativas, de legislaciones, de decretos amparados y respaldados por los sistemas educativos, aunque no queramos, porque son precisamente los maestros los que concretan estos, en el acto de educar en el trabajo diario en su salón de clase. Es ahí donde precisamente se decide el valor del maestro.
Veamos el valor del maestro y el valor de educar
Marcela Chavarría Olarte seña que: "el valor intrínseco del magisterio y la valentía de ejercerlo son dos aspectos que llaman a la reflexión; sobre todo cuando la propia vida transcurre, entre las cuatro paredes de un aula. Si todo obrero corre riesgos cuando usa los materiales con que trabaja, ¿cuáles corre el maestro si su "materia prima" son la inteligencia, la libertad, la afectividad y la trascendencia de otros seres como él?"
Visto de esta manera el ejercer el magisterio se convierte en un reto profesional particularmente riesgoso y para ello hay que tener valentía
- ¿Cuántos de ustedes son maestros?
- ¿Cuántos son maestros por vocación?
- ¿Cuántos por circunstancias de la vida?
Hay personas que parecen tener una aptitud natural para orientar a otras. Otras "trabajan de maestros" pero no lo son; dan clases mientras encuentran "un mejor empleo", lo cual indica que no consideran que lo mejor para ellos está ahí. Otros hacen de la docencia una rutina sin brillo ni vida, intentan reproducir textos, repetir programas, realizar lo mismo día a día.
En cambio, hay quienes intuyen los procedimientos docentes, aprenden a ver detrás de la mirada de cada alumno, se enamoran de la profesión y hacen de la docencia un apostolado profesional. Esto es ser valiente tener valor.
Ser maestro por vocación es uno de los mejores escenarios para descubrir la riqueza de la vida humana, es encontrar la plenitud personal en el servicio al perfeccionamiento ajeno y hacer de este una meta, un reto y una misión de vida. Esto es ser valiente tener valor.
La vocación del maestro es el conjunto de intereses, necesidades, aptitudes, ideales y circunstancias personales que al conjuntarse hacen que el sujeto se sienta atraído por el magisterio capaz de afrontar los retos que supone esta profesión. La vocación de maestro se descubre y desarrolla hasta convertirse en "un proyecto operativo de realización vital". No se trata de un destino predeterminado, sino de un llamado interior para amar y enseñar.
Es preciso cultivar la vocación de maestro con el esfuerzo diario; a partir de la libre elección falta aún estudiar, reflexionar, ejercitarse, equivocarse y rectificar, amar lo que se estudia y aplica, y por ello mismo buscar su perfección. A medida que la vocación se desarrolla, el maestro disfruta lo que hace, aprende y se perfecciona en su profesión y como persona.
Cuando estudiábamos para ser maestros entre las cualidades docentes que se fomentan estaban la paciencia, la confianza, la estabilidad emocional y otras muchas; pero es casi seguro que al iniciarnos en esta profesión nunca imaginamos que también teníamos que desarrollar la valentía.
Si vamos a hablar del valor del maestro se impone la necesidad para este intercambio de asumir que significan los términos "valor" y "educar"
El concepto valor, es un concepto ético, proviene de una importante corriente del siglo XX, la Axiología, entre cuyos principales exponentes figuran Max Scheler y Nicolai Hartmann.
El valor como concepto filosófico pudiéramos asumirlo como un sentimiento de fortaleza, de coraje. Y estas son sentimientos claves, que todo maestro debe albergar en su corazón y en su pensamiento diario, si realmente quiere que lo llamen maestro.
Porque una cosa es ser maestro y otra que te llamen maestro.
El escritor y filosofo español Fernando Savater autor del libro El valor de educar, su obra más famosa, publicada en 1997, al referirse al significado del título de este libro señalaba: "Quiero decir que la educación es valiosa y válida, pero también que es un acto de coraje, un paso al frente de la valentía humana".
¿De quién es ese acto de coraje y de valentía humana? Del maestro.
Y….Hay que tener valor para dedicarse a la Educación no cabe duda (pero… cuando la educación, el acto de educar se realiza en un aula en una Ranchería con más de 30 alumnos de ellos 2 ó 3 con nee o cuando se realiza en un barrio considerado marginal. Hay que tener más que valor , sin lugar a duda se necesita , coraje, pasión, entusiasmo, fe, optimismo, alegría, patriotismo, vocación y no podría faltar un término muy recurrente en la actualidad: competencias para enseñar. Abordadas por Perrenaux, que en ellas de manera implícita, aparecen algunos de estos valores.
La educación adquiere valor en sí mismo porque es la acción que nos permite transformar, cambiar y mejorar la realidad que nos rodea, al mismo tiempo que cambiamos, nosotros mismos nos transformamos y transformamos también y a nuestros semejantes, pero para ello tiene que haber maestro.
Veamos, el significado de educación se ha dado de diferentes aristas, así si hablamos de educación en su sentido más amplio se define como: la trasmisión de conocimientos valores y costumbres y formas de actuar de una generación a otra.
Como educación informal: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes en el sentido que todos trasmitimos aprendizajes y valores aun de forma no intencionada.
En un sentido más institucional referida a la educación escolarizada como un proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad, es la escuela el primer lugar de socialización del niño fuera de su entorno familiar.
También educación se asume como un proceso de vinculación y concienciación, cultural moral y conductual en el sentido que al educar debe existir un vínculo y equilibrio entre conocimientos, valores y habilidades que permitan un modo de actuación consciente en cada maestro.
Dicho de otra manera formar y desarrollar la personalidad. Nadie nace con personalidad, la personalidad se forma y es precisamente la educación, en la figura del maestro, la encargada de ello.
José Martí pensador cubano, organizador de las guerras de independencia, periodista, maestro y poeta (la define como: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote. Es preparar al hombre para la vida."
Influenciado por el pensamiento Pestalozzi padre de la pedagogía moderna (1746 – 1827) Martí, en esta referencia, nos da una visión de educar. Esta visión de educar interpretada en un lenguaje más cercano refiere el educar trasmisión de conocimientos; la educación empieza con la vida y termina con muerte, siempre se puede aprender a lo largo de la vida, educar para su tiempo para la sociedad donde vive y para trasformar (tecnología) para que se realice y crezca y educar en la formación de valores, habilidades.
Ahora bien la educación no se da por sí sola, para que se dé el acto de educar, tienen que darse condiciones objetivas. Hoy en la actualidad está demostrado que todo ser humano posee la cualidad la propiedad la característica biológica de ser educado, es decir tiene todas la posibilidades biológicas para ser educado, los maestros de la educación especial lo sabemos muy bien porque independientemente de las desviaciones, que presentan en su desarrollo los alumnos, por el solo hecho de ser humanos son educables.
Asumiendo la educabilidad como: una cualidad humana, como el conjunto de disposiciones y capacidades, que permiten a una persona recibir influencias para construir su conocimiento. Concepto abordado por (Herbart).
Esta cualidad propia del ser humano no se desarrolla espontáneamente sino en una acción educativa donde la educabilidad se manifiesta desde dos aristas:
- como condición para ser influido representado por el alumno y
- como capacidad para influir representado por el educador. Si esto no sucede ¿pudiéramos hablar de educabilidad?
La educabilidad es la premisa más importante para educar aunque educar tiene que ver muchísimo también con la situación social económica y las políticas educativas que se vienen desarrollando en cada país.
Se ha hablado mucho por especialista, por instituciones en fórum nacionales e internacionales y lo vemos a diario de todas las adversidades e infortunios que en la vida de hoy padecen estos componentes personales que interviene en el proceso de educar por un lado: los educandos y por otro los maestros o educadores.
El educando en situación de desventajas sociales por diferentes causas: desnutrición, maltrato infantil y familiar, guerras, drogas, discriminación racial, desviaciones en el desarrollo, entre otras.
El educador: mal remunerados, desmotivados, faltos de preparación, ausentes, etc., etc.
Pero los sistemas educativos no pueden estar excluidos de este proceso y aunque muchas veces se diluye su responsabilidad y la centran en los problemas del alumno, del maestro y de la familia. Es ineludible su compromiso en los resultados educativos en cualquier país.
Asumimos el término sistemas educativos como las instituciones y las normas, que rigen para la educación. Por supuesto que los maestros forman parte de ese sistema.
La enorme aceleración de los cambios sociales modifican de una forma tan rápida nuestras formas de vida, introduciendo nuevas concepciones económicas, nuevos desarrollos científicos y tecnológicos y nuevos valores sociales, que demandas de cambio de la sociedad y en los sistemas educativos para ello se diseñan reformas y más reformas educativas, apenas se ha comprendido una y ya tenemos que iniciar la puesta en práctica de otra que se supone que será más eficiente y la que resolverá los problemas existentes y pondrá la educación acorde con el momento actual.
El desconcierto ante el cambio y el sentimiento de sentirse no preparados para ello afectan a la moral de los cuerpos de maestros, que se convierten en los primeros críticos de sus propios sistemas educativos y muchas veces no se dan cuenta que ellos forman parte de ese sistema y que son los encargados de hacerlo más o menos eficiente.
Lo que sucede también es que individualmente, los maestros llevan el peso de estas reformas, a veces copiadas de otros contextos, sin una visión de conjunto sobre los maestros y los alumnos que tenemos, cambios que no se han sustentados muchas veces en la investigación científica y las necesidades sentidas de maestros, alumnos y sus familias, como componentes fundamentales en el acto de educar de la acción educativa.
Muchos no creen el ella y la asumen como una indicación, porque no se sienten parte de esa reforma educativa o se sienten preparados para lograr esas reformas y trasformar la manera de educar.
Un maestro a la pregunta de ¿Cuál es el mayor desafío que debe enfrentar un maestro? decía; "Lo más difícil es quizá la incomprensión de los que no saben qué es enseñar, que implica: ser madre, padre, educador, trabajador social, y sobre todo reunir valores positivos para poder formar a las nuevas generaciones."
Pero que pasa, esto no siempre se enseña en las escuelas formadores de maestros.
Algunos apuestan a que estos problemas se resuelven con una formación de maestros que los prepare para enfrentar los nuevos desafíos de nuestros sistemas educativos como el factor clave para hablar de la calidad de la educación y yo agregaríamos del valor de la educación.
Aquí está la clave de la futura calidad de la educación. Si los profesionales que ejercen una función no están específicamente preparados para afrontar los problemas que deben resolver, jamás podrá esperarse una actuación profesional de calidad y se perderá el valor de educar y por consiguiente el valor de la educación.
Muchas veces se habla de profesionales de la educación, bien preparados, para referirse a buenos o malos maestro, pero…
- ¿Son los maestros los únicos que deben preparase?
- ¿Están bien preparadas las estructuras de los diferentes niveles para cumplir sus funciones y resolver los problemas que deben resolver?
- ¿Están bien preparados los que diseñan reformas y programas?
- ¿Ocupan puestos directivos los mejores maestros, los que han tenido una práctica docente exitosa, que puedan trasmitir a las nuevas generaciones de maestros?
Cuando esto no sucede la educación también pierde valor porque si educar es trasmitir experiencias y valores ¿que podrán entonces trasmitir a las nuevas generaciones de alumnos y también de maestros que se inician en el aula, profesionales sin preparación y sin prácticas exitosas? Esto es también un elemento central.
El aumento de dotaciones, instalaciones, tan solicitadas por muchos, porque creen que con ello van a cambiar la calidad de la educación, cuando esto suceda, pero no saben que es puro accesorio, son accesorios que no cambia la esencia de la educación. Una enseñanza para que tenga valor sólo la hará, un maestro de calidad, aunque de sus clases en una escuela despintada con muebles viejos arreglados por padres. Pero con amor, dedicación, coraje, entusiasmo motivación y convicción de lo que hace. Una escuela bien dotada contribuye a la educación de calidad pero no decide.
"Vamos a dotar a todos los niños de una computadora, bueno me parece muy bien naturalmente que unos niños tengan computadora, y tengan zapatos, y tengan ropa y tengan todas las cosas útiles para la vida. Pero la educación es algo que se hace de persona a persona, cuerpo a cuerpo como otras muchas cosas importantes de la vida, como el amor no se puede hacer de manera virtual, hay que hacerla cuerpo a cuerpo, porque sólo otro ser humano nos puede enseñar a ser humanos, sólo otro ser humano nos puede enseñar a vivir como humanos, ninguna máquina, ningún aparato. A decir de Fernando Sabater
Un maestro, un director desmotivado, perdido sin compromiso, aunque tenga los máximos títulos universitarios, vagará como alma en pena por escuelas dotadas, con salones de clase, de computación admirables, polideportivos fastuosos, sin conseguir con ello darle valor a la educación.
Martí decía: "Queremos maestros hábiles y teóricos profundos, antes que eruditos indigestos y prácticos superficiales".
Consideremos otros factores que dan valor a la enseñanza.
La estructuración de ayudas.
En el marco de las reformas educativa para fortalecer el sistema educativo se ha incorporado la Asesoría Técnica Pedagógica como: "una acción técnica de carácter científico, cuya misión es orientar las prácticas educativas en procesos de reflexión y crítica con los actores principales del hecho educativo y pedagógico" Esta definición se enmarca en un nuevo concepto de atención, es una labor técnica, porque centra sus acciones en orientaciones y ayudas en el trabajo didáctico en el área pedagógica. Esto implica promover el fortalecimiento pedagógico del maestro.
Si preguntáramos: ¿Cuántos de ustedes han recibido acompañamiento en su salón de clase en este ciclo escolar? Levanten la mano los que se sienten acompañados.
Es lamentable que este concepto tan bello y bien diseñado en las políticas no se convierta en "letra viva" a decir de Martí.
Creo que es necesario que las estructuras educativas articulen en su planeación, el acompañamiento a la escuela, al maestro en el aula, para el maestro en ejercicio, que aún no ha logrado una vía de actuación práctica lo suficientemente coherente, para los que por falta de recursos personales no dominan la problemática de la enseñanza, para aquellos que están utilizando la inhibición y la rutina como medios para atenuar su implicación personal ante problemas que se les escapan; para esos maestros, por último, para los que viven su trabajo cotidiano dominados por la ansiedad producto muchas veces de la incomunicación dentro de la misma escuela.
Para que esta ayuda se dé, los maestros recién graduados que se inician deben de estar abiertos al aprendizaje, tener modestia, sencillez, tener deseos de seguir aprendiendo y no pensar que en la Normal lo aprendí todo. También debe de estar dispuesto a compartir su aprendizaje, por supuesto muy actualizado, con los maestros de la escuela donde inician su trabajo. Esto enriquece y valoriza la educación en cualquier contexto.
También los maestros en ejercicio deben asimilar las profundas transformaciones que se producir en la enseñanza, en el aula y en el contexto social que la rodea, adaptando consecuentemente sus estilos docentes y el papel que van a desempeñar y para ello necesitan que se les apoye, se les demuestre, se les estimule y se les reconozca.
Más que supervisar se debe de acompañar a decir del maestro mexicano Rafael Ramírez Castañeda.
Por último la actuación de la administración puede mejorar una serie de elementos referidos a las condiciones de trabajo de los maestros elevando la calidad de su actuación profesional, su rendimiento y su satisfacción en el trabajo que propicie la valoración positiva de la educación y con ello revalorizar la imagen del maestro .
El maestro Rafael Ramírez, humanista alumbrado por los grandes filósofos y maestros que hicieron de la educación un baluarte para la formación humana del hombre latinoamericano, donde Martí, constituye un paradigma insoslayable decía:
"Forjemos al hombre nuevo de espíritu, con sabiduría, tolerante, critico, apasionado, dispuesto a dar lo mejor de sí, integro, justo y leal a sus principios, bajo el sustento filosófico del humanismo. Logrando así el bienestar social que le da la satisfacción de servir a su semejante."
Así aspiramos que sean los maestros y para ello tenemos que acompañarlos y prestigiarlos porque su valor es incuestionable.
Un elemento muy poco abordado es el valor preventivo de educar, la educación en si es preventiva pero esta arista es a veces poco entendida en la escuela y en el aula en particular, si tuviéramos presente la prevención en el acto educativo ¿Cuántos alumnos perderían el apellido de alumnos con nee?
José Martí decía: "El maestro es aquel vigía que a todas las horas sabe dónde está y que hace cada alumno suyo, les mata los vicios, con las manos suaves o enérgicas que sean menester, en las mismas raíces".
Básicamente, la Prevención tiene el propósito de evitar la aparición de riesgos, actuar para que un problema no aparezca o, si ya está el problema, disminuir sus efectos.
Es imprescindible contar con maestros que comprenda la necesidad de conocer los problemas de sus alumnos y familiares, comprometidos con ellos y luche por lograr la comunicación educativa con los educandos, sus familias para obtener resultados significativos tanto individuales como colectivos
La prevención es un sinónimo de evitación y se materializa en el sistema de acciones que se realizan para evitar como hemos señalado el surgimiento de una deficiencia, desviación o insuficiencia en el desarrollo en cualquier etapa de la vida escolar.
La labor del maestro es eminentemente formativa y preventiva. Porque ayuda a los alumnos a adquirir competencias, capacidades, habilidades, valores o actitudes para enfrentar las exigencias y desafíos que se les presenta en su proceso de desarrollo.
Es Preventiva porque promueve y potencia el desarrollo en sus alumnos y así evita y minimiza los factores de riesgo. Trata de anticiparse a los problemas mediante estrategias útiles y sistemáticas, que el alumno podrá utilizar oportunamente para enfrentar esos factores de riesgo. En este sentido, acompañar y escuchar a los alumnos (as), facilita el reconocimiento de sus dificultades.
Es preventiva porque el alumno recibe del maestro, durante todo su recorrido educativo, apoyo e instrumentos que le permitan manejar las situaciones propias de la vida.
El maestro en su labor preventiva se interesa por el alumno como persona con características, particulares, que tienen un sinnúmero de factores hereditarios, ambientales, sociales y culturales, que lo configuran de manera única y que pudieran estar influenciando de manera negativa en él.
La prevención para su efectividad va seguida inmediatamente de la intervención precisa en cada caso. Por esto la prontitud en la detección ha de acompañarse de la inmediatez de la respuesta, sin que medie tiempo alguno que demore la puesta en marcha de las medidas que se requieran tomar con cada niño o familia para que la educación adquiera entonces el valor preventivo.
Por supuesto que para detectar hay que evaluar, caracterizar o diagnosticar potencialidades y necesidades de los alumnos, en diferentes momentos del ciclo escolar. Si se realiza solo al final del mismo, no hay detección, no hay prevención, solo un resultado del tránsito del alumno por un aula abandonado a su suerte sin una educación diferenciada o personalizada. Probablemente métodos y programas sean eficaces para muchos, pero dejan en el camino a incontables alumnos, aunque bien es cierto que por muy diversas circunstancias.
Pensemos ahora en el valor que tiene una educación que respete la diferencia, la diversidad y para darle a la educación este valor, hoy se proclama la educación inclusiva. La educación
José Manuel Bautista Vallejo. Doctor en Psicopedagogía. Universidad de Huelva dice sobre la Educación inclusiva y atención a la diversidad que: "La atención a la diversidad no depende exclusivamente de la adopción de un determinado enfoque organizativo, aunque lo incluye, ni depende de la puesta en marcha de una o varias medidas puntuales, aunque son bienvenidos".
La atención a la diversidad del alumnado es un problema complejo que requiere una pedagogía diferente o de un maestro diferente o de ambas cosas.
Se dice por muchos entendidos que en la actual se produjo un cambio de paradigma. Aunque ya desde hace dos siglos Luz Caballero decía:
"La dulzura unida con la constancia y la justicia es siempre medio más seguro de alcanzar este objeto que no el rigor excesivo o acompañado de la inconstancia y la desigualdad en el manejo de los alumnos".
En la práctica educativa más que un paradigma es una nueva forma de hacer pedagogía ¿Por qué? Porque ha cambiado el objeto y el contexto donde hoy se da el acto de educar.
En una clase el maestro se encontrará con alumnos muy diferentes, desde el punto de vista intelectual, psíquico, social, cultural, religioso, étnico y económico. A eso se le llama diversidad.
Sin duda que para atender bien a la diversidad los maestros tenemos que saber de todo un poco (psicología, evaluación, contenido disciplinar, tecnología, sociología etc.) y estar todo el tiempo evaluándonos.
Un maestro para atender a la diversidad de su aula tiene necesariamente que conocer a los alumnos y para ello tendrá necesariamente que seguir el siguiente algoritmo antes de organizar su ciclo escolar:
- La evaluación psicopedagógica
- Evaluación del contexto familiar y comunitario
- Evaluación del contexto escolar
- Respuesta educativa desde el currículo
- Formulación de las adaptaciones curriculares
- Muy significativas
- Poco significativas
- Provisión de recursos materiales, ayudas personales y modalidades de apoyo.
- Planeación de actividades y clases y Forma de Evaluar.
A mi modo de ver esta sería la concreción del cambio de paradigma para una pedagogía de la diversidad. No se puede enseñar si conocer al sujeto que se va a educar.
¿Quién puede conocer al alumno?
En la actualidad, existe la certeza de que todos los alumnos pueden aprender (educabilidad) siempre que se les proporcionen las condiciones adecuadas y para poder proporcionar hay que conocer las potencialidades y las debilidades de cada alumno.
Esto implica dejar atrás la imagen de las clases frontales carentes de sentido y centradas en contenidos, descontextualizadas de la realidad para dar paso a un nuevo proceso clases centradas en aprendizajes, a través del cual los alumnos tienen la posibilidad de compartir y disfrutar en un clima cálido y acogedor , donde las situaciones de aprendizaje estén relacionadas con sus propias experiencias, en contextos donde se valoren, se tomen en cuenta y respetan sus diferencias individuales y en el cual exista cotidianamente la oportunidad de beneficiarse junto con los demás a través de los trabajos cooperativos y de la formación de grupos heterogéneos.
La inclusión escolar se hace efectiva cuando se organizan, planifican, operacionalizan y adaptan un conjunto de acciones en la escuela, en el aula y se tiene en cuenta a la familia y a la comunidad.
Aquí radica el valor de la educación inclusiva, donde escuela y maestros se adaptan a la diversidad y responden a las necesidades individuales de los estudiantes, articulando de modos diferentes las vías por las cuales los alumnos pueden dar cumplimiento al ciclo escolar, apuntando a la evolución de cada proceso de aprendizaje y considerando los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de cada uno de ellos.
Conclusiones
A modo de conclusión voy a utilizar una frase de Michel de Montaigne
"El niño no es una botella que hay que llenar, es un fuego que hay que encender"
Y es precisamente con el valor de educar del maestro y con una educación valida, que tenga presente el valor preventivo y el valor inclusivo se podrá encender ese fuego de vida, de alegría, aprendizaje, de valores en nuestros alumnos.
Para concluir quisiera leer les un fragmento de Carta de Albert Camus a su profesor
Querido Sr. Bernard: esperé que se apagara un poco el ruido que ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande [el Nobel de Literatura], que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de ese tipo. Pero ofrece, por lo menos, la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. Lo abrazo con todas mis fuerzas. Albert.
Estos son los verdaderos maestros, es aquí donde está el valor de educar y el valor del acto educativo, el valor del maestro, los que traspasan la piel de sus alumnos, los que llegan al corazón, los que en momentos de regocijo y de triunfos nos viene a nuestra mente. Gracias a cada uno de nuestros maestros, que traspasaron el aula para seguir orientándonos, dejando huellas en la piel de nuestra memoria y encendiendo la luz de nuestro corazón a decir de Vasconcelos.
Datos para citar este artículo:
Nilda E. de la Peña Bermúdez. (2011). El valor del maestro en el acto de educar. Revista Vinculando, 9(1). https://vinculando.org/educacion/el_valor_del_maestro_en_el_acto_de_educar.html
Ana Béjar dice
Solo quiero hacer la observación de que al mencionar a un educador cubano, se escribió “siglo IXX”, en lugar de “siglo XIX”.
Ojalá sea posible subsanar el error, seguramnte involuntario.
Buen día.
Vinculando.org dice
Muchas gracias Ana,
Ya hemos corregido este pequeño error. Recibe un cordial saludo.