Introducción
Para hablar de autoconocimiento debemos de entender la raíz de todo conocimiento. Y esta raíz es la que interesa a la razón. Ya que el ser humano es animal racional, según Aristóteles, debería estar motivado por el cultivo de su pensamiento.
Desde la práctica didáctica, el autoconocimiento es un tema simultáneamente transversal y radical a cualquier otro ámbito que se pueda aprender, investigar o comunicar. Se entiende que una enseñanza de la que pueda obtenerse dominio cognoscitivo es eficaz; una educación que favorezca la realización de aprendizajes significativos y creativos es, sin duda, fértil; pero una didáctica que adopte al autoconocimiento como referente formativo siempre puede ser más útil para conocer.
Desde un punto de vista socioeducativo, más allá del dato, está la información; más allá de la información, está el conocimiento; más allá, la toma de decisiones; posteriormente la comunicación, la acción social, la investigación, la innovación, la crítica social, la educación en valores y la transformación.
El pensamiento propio o la capacidad de soberanía personal puede entenderse como el para qué de las cosas. La creatividad y la educación misma se suelen ocupar de lo que es objetal, lo prioritario a la persona o significativo a la sociedad. Casi todo lo que se dice pertenece al exterior.
La educación no se ocupa de la situación interior del ser humano. A algunas personas esta atención difuminada se nos antoja enojosa, sobre todo por las causas de su mal aprendizaje; más extraño nos parece que sus implicaciones no se asocien a su mal cultivo ni se denuncie el hecho; preocupante, que aquellas consecuencias desatendidas, no se interpreten como contradicción o problema educativo y finalmente, peor nos parece que casi no haya literatura científica de carácter psicológico o pedagógico suficientemente honda, certera e interesante, con la cual promover la difusión del quién, el porqué, el cómo y el para qué.
El resultado es un verdadero desastre. Es más raro escuchar a ciertas personas debatir en torno a la desorientación que genera la insatisfacción de este interrogante arquetípico. La consecuencia, en todo caso, suele ser una necesidad poco definida de cambio radical de naturaleza educativa. Sin embargo, desde la educación ordinaria, que engloba a la escuela (nivel básico), el asunto se percibe paradójico: aunque se le mencione como cuestión fundamental, se desatiende porque no se entiende bien o porque se asegura que creer conocer es saber.
Así, desde dentro o desde fuera de la escuela, su responsabilidad se cede a otras instituciones sociales o poderes fácticos; quizá los mismos que obstaculizan el avance educativo para poder seguir encargándose de custodiar el vacío esencial que ellos mismos generan, salvo excepciones, a sabiendas. Sin embargo, el autoconocimiento es una condición para interiorizar y mejorar como personas.
El nivel básico superior debe favorecer la madurez personal de sus alumnos, desde una formación centrada en la conciencia y la superación de egocentrismos personales y colectivos, porque sólo así contribuye a una sociedad capaz de evolucionar al tiempo que progresa.
- Caballero (1979) apreciaba que estos tiempos de mediocridad pueden abonar mejores vientos: Uno de los signos actuales de los tiempos [sic] es el de la interiorización, hacia la que muchos aspiran. No hay que confundirla con la introversión. Mientras ésta representa solamente una ausencia del ambiente y de la convivencia, aquélla es una profundidad mayor que se crea en la relación con todo (p. 2).
Epistémicamente hablando, el autoconocimiento debe ser un proceso de aprendizaje básico y continuo respecto al del resto de los aprendizajes posibles, precisamente por tratar al sujeto que conoce como objeto de sí mismo. Desde estas líneas se propone reflexionar sobre el papel de los profesores y la responsabilidad social de este aprendizaje que repercute indirectamente en todo comportamiento cotidiano y profesional.
La inquietud respecto a la relación que existe entre el pensamiento lógico y el autoconocimiento para el aprendizaje es a partir de la experiencia docente, he percibido que, a los jóvenes, se les dificulta la toma de decisiones racionales, no reflexionan sobre su conciencia, desarrollo interpersonal es incompleto, así como el pensamiento lógico, crítico y creativo. He llegado a la conclusión que el autoconocimiento es la raíz de todo conocimiento.
El motivo del presente escrito surge de la observación, durante las clases, de los alumnos que están por egresar del bachillerato, ya que, al hacerles, el siguiente cuestionamiento ¿quién eres?, ¿a qué viniste a este mundo? ¿sabes qué sabes?, muchos dudan en su respuesta, tal parece que no cursaron ningún grado de estudio. Se conflictúan de tal manera que terminan por errar en la toma de decisiones o, al enfrentar un problema emitir juicios asertivos.
Este tiempo me he percatado de este problema tan notorio, y he llegado a la conclusión que, la formación académica a los alumnos, se ha enfocado únicamente en contenidos, haciendo un depósito de conocimiento en su testa y se ha dejado a un lado la formación crítica, reflexiva en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Objetivo:
El objetivo es mostrar las ventajas del autoconocimiento donde el estudiante aprenda como aprende para que, a partir de este autoconocimiento, facilite los procesos de aprendizaje, pensamiento crítico y analítico.
Objetivos específicos:
- Investigar las características del aprender a aprender.
- Distinguir las ventajas del aprender a aprender en el estudiante.
- Encontrar la relación que existe entre el aprender a aprender y su influencia en los procesos de análisis.
Capítulo I
He percibido que a los jóvenes se les dificulta tener criterio para la toma de decisiones, conciencia de sí mismo, como el desarrollo interpersonal, el manejo y el dominio lógico, el ser crítico y creativo. El ser humano debe llegar a autoconocerse, saber que sabe, saber lo que conoce. Según Agustín de la Herán Gascón (2015):
“He llegado a la conclusión que el autoconocimiento es la raíz de todo conocimiento. En unicidad, raíz y emergencia componen e interesan a la razón. Aristóteles decía que el ser humano es animal racional, en la cual debería estar motivado por el cultivo de su pensamiento, pero sobre todo de su tramo radical…”
Desde la práctica didáctica, el autoconocimiento es un tema transversal y radical a cualquier otro ámbito que se pueda aprender, investigar o comunicar. Por eso entiendo que, una enseñanza de la que pueda obtenerse dominio cognoscitivo, es eficaz; una educación que favorezca la realización de aprendizajes significativos y creativos es, sin duda fértil; pero una didáctica que adopte al autoconocimiento como referente formativo siempre puede ser más útil para conocer.
Desde un punto de vista socioeducativo, más allá del dato, está la información, más allá de la información está el contenido, más allá del contenido está el conocimiento, más allá la comunicación, investigación, innovación, educación y la transformación. Pero esto no es suficiente: Más allá de la educación (en valores, casi siempre predeterminados y ofrecidos como parte de programaciones mentales colectivas asociadas a sí mismos de todos los gustos y colores) y la transformación está el pensamiento propio o fuerte (autocrítico, indagador, dialéctico, etc.), la complejidad conciencia y la (auto)transformación evolutiva, centrada en lo que los ancestros llamaban virtudes.
El autoconocimiento o autoconciencia de sí, podría comprenderse como este eje o ese centro, aunque no parezca tal por encontrarse ausente, tergiversado, desnaturalizado o tapado. Por parecer tan cubierto, diríase, que no cuenta para la vida cotidiana.
Epistémicamente hablando, el autoconocimiento debe ser un proceso de aprendizaje básico y continuo respecto al del resto de los aprendizajes posibles, precisamente por tratar al sujeto que conoce como objeto de sí mismo. ¿Acaso no es previa la cámara a la fotografía, el molde al adobe, el pintor al mural? Desde esta línea quisiera proponer reflexionar sobre el papel de los profesores y la responsabilidad social de este aprendizaje que repercute indirectamente en todo comportamiento cotidiano y profesional”[1].
- El conocimiento y la lógica Aristotélica.
El proceso psíquico consiste en clasificar los fenómenos que se han de estudiar. El individuo es inefable, no se ha agotado el estudio de analizarlo, porque en él estriba una infinidad de causas. Con base en estas causas, surge la necesidad de un esfuerzo de abstracción. Las cosas que parecen de la misma naturaleza se agrupan en una clase. Y, las que no tienen los mismos caracteres se colocan en otras clases. Posteriormente, se dejan de lado lo que es estrictamente individual en el objeto considerado y sólo se retiene su “esencia”.
La vida psíquica del hombre es, en efecto, personal, variable y compleja. Los fenómenos psicológicos existen en lo individual y están marcados por su pasado y su herencia, por su contexto en el mundo. Desde W. James y Bergson hicieron notar que la vida de la conciencia es una corriente, una duración continua: yo no soy el mismo de ayer, es posible vivir dos veces el mismo estado de conciencia.
El ser humano debe de realizar un trabajo de abstracción y clasificación, realizar un análisis de los datos brutos de la experiencia, para ello recurriremos a la lógica Aristotélica donde debemos de sacar clases y tipos. Una clase es un concepto tomado desde el punto de vista de la extensión. Un tipo es el mismo concepto tomado desde el punto de vista de la comprensión.
La comprensión debe ser lo primero y fundamental que todo individuo debe de realizar, ya que la zona de aplicación de un concepto depende de las notas o caracteres que contenga.
La clasificación deriva, de la abstracción, y todo se reduce a definir correctamente cierto número de esencias: la sensación, la tendencia, el juicio, etc.
La conciencia y la atención son funciones del conocimiento. Toda conciencia es conciencia de algo. La metafísica aristotélica siempre parte de la experiencia, primero, porque está fundada desde los hechos, después, porque une los dos puntos de vistas, subjetivo y objetivo. Por último, porque ofrece un buen punto de partida para un estudio metafísico del hombre tal como nosotros lo comprendemos.
Hay dos reacciones fundamentales de un ser consiente con respecto del mundo: el conocimiento y la petición. El conocimiento consiste en dejarse invadir por el objeto y captarlo en sí de un cierto modo. La petición o tendencia, consiste en ir hacia un objeto que se presenta como bueno de un modo u otro.
- El conocimiento
El conocimiento es una noción primaria, indefinible, ya que no se puede referirla a una noción más clara. Si una persona no está dotada de conocimiento, no se plantea la cuestión, es que está dotado de conocimiento, entonces sabe lo que es.
La experiencia es clara y primaria, pero debemos de definir conceptualmente los fenómenos, pensar los hechos, ya que una definición se hace por el género próximo y la diferencia específica.
- Estructura del conocimiento
El conocimiento es una actividad, la persona sólo conoce si reacciona. Dicha actividad es espontánea y también inmanente, ya que, cuando se conoce un objeto no se modifica en nada, es el sujeto quien se enriquece, es por ello que se dice que el conocimiento es inmanente. Se ha afirmado que el conocimiento es una relación entre el sujeto y el objeto. No hay conocimiento sin sujeto que conozca y, tampoco, sin un objeto que lo provoque y dé un contenido a su acto.
El sujeto es un ser vivo en el que hay conciencia, pero, esta conciencia no es obligatoriamente reflexiva. Las cosas pueden existir en sí, independientemente del acto del conocimiento; pero sólo se convierten en objeto (de conocimiento) en el momento en que un sujeto apunta hacia ellas. Por su parte, el objeto especifica el conocimiento, es decir, hace que sea uno u otro, dándole un contenido.
Según R. Verneaux (1988): “ La experiencia solamente nos presenta dos grados de conocimiento: El conocimiento sensible y el conocimiento intelectual. El primero tiene un objeto concreto, singular, material; su sujeto, el sentido, sin reducirse a un órgano, está no obstante intrínsecamente unido al funcionamiento del organismo. El otro tiene un objeto desmaterializado, abstracto: la esencia. Su sujeto es espiritual, aunque dependiente extrínsecamente del cuerpo” .[2]
Hoy en día, el joven, se inclina a pensar lo que cada quien cree, según su experiencia o como vea las cosas, haciendo a un lado los conceptos, emiten juicios desde lo subjetivo sin hacer un análisis de las cosas.
- El conocimiento sensible en el aprendizaje.
Tanto el sujeto como el objeto son correlativos, ambos se tienen que tomar en cuenta en el aprendizaje del ser humano, en esta relación existe un orden lógico. En un primer momento el objeto es el que especifica el acto y la función.
Desde el punto de vista biológico, la función de los sentidos consiste en poner a los seres vivos en relación con el medio físico en el que tiene que vivir, y al que para vivir tiene que adaptarse. Según Aristóteles, en su libro (cf. De Anima, II, 13: n. os 384-387) se debe distinguir entre objeto per se y objeto per accidens. En el primero, los sentidos distinguen en razón a su naturaleza o por constitución.
Y esto corresponde a la sensación bruta o pura, según la psicología moderna, corresponde a la introspección analítica. El segundo, corresponde a la percepción. El sentido solamente entra en actividad y pasa al acto si es movido, excitado desde fuera, Sensus est potentia passiva quae nata est inmutari ab exterior sensibili ( S. Th. I, 78, 3).
- La sensación en el aprendizaje.
La sensación es un fenómeno psíquico, es un acto espontáneo en cuanto a su origen e inmanente en cuanto a su término. Es un acto vital ya que, es un acto de conocimiento, es inmaterial, el conocimiento en general no es posible si no está separado de la materia. La tesis de que la sensación es un acto del conocimiento, es en contra de las tesis de Descartes, Malebranche, y contra todas las escuelas idealistas.
La sensación revela algo, un aspecto del objeto de la naturaleza, revela la naturaleza de las cosas en la medida en que las cosas actúan sobre ellos, más no nos proporcionan datos específicos de las cosas.
No podemos dejar a un lado el conocimiento de la sensación relativa, debemos tomar en cuenta que es relativa por la naturaleza de los sentidos, cada uno de ellos según su constitución. Pero, esta sensación relativa no impide que podamos hablar de una sensación intuitiva, ”El conocimiento sensible, el objeto es concreto con base en hechos este niño y no el niño, este carro y no el carro”. El objeto está presente en los sentidos. No Llega física o materialmente a los sentidos, sino, más bien, por su acción o su species.
El conocimiento sensible es inmediato, se produce sin discurso, sin razonamiento.
- Los sentidos internos
El objeto de los sentidos internos es el estado de conciencia, según los escolásticos, son: el sentido común, la imaginación, la estimativa y la cogitativa, la memoria (S. Th. I, 78, 4).
Hablar de sentido común es entender que, nosotros, los seres humanos, distinguimos y unimos cualidades sensibles diferentes, de orden diferente, como un color y un sabor. Por ejemplo: tenemos un terrón de azúcar, distinguimos el blanco de lo azucarado y lo referimos al mismo objeto.
Para comparar se debe de probar a la vez los dos términos. Pero, ningún sentido particular puede hacerlo: la vista distingue el blanco y el rojo, porque son dos colores, pero no el blanco y el dulce, porque ella no experimenta lo dulce; igualmente, el gusto distingue lo dulce y lo salado, pero no los colores.
Nosotros conocemos nuestras sensaciones, no sólo sentimos los objetos, sino que sabemos que lo sentimos.
- La imaginación en el aprendizaje
La imaginación consiste en representar un objeto, la imagen no es la presentación sino la representación de un objeto real en ausencia de éste. El conocimiento por imaginación se termina en la conciencia: Visio corporis sucut ad objectum ( De Veritate, 10, 8 ad 2 in contra). Su objeto es el fantasma, o lo imaginario; no tiene existencia fuera del acto que lo ve.
- La estimativa en el aprendizaje
Se le ha llamado estimativa a los elementos del conocimiento que están implicados en el instinto, siendo el otro elemento un apetito natural. En efecto, el instinto puede definirse como una tendencia y una habilidad innatas. La tendencia innata es lo que llamamos un apetito natural; la habilidad es la estimativa. Este nombre se le ha reservado al instinto animal. En el hombre, la misma función, se llama cogitativa porque está perfeccionada por la razón.
La estimativa se acerca a la inteligencia; opera un principio de abstracción captando una relación. Pero no es aún la inteligencia propiamente dicha, porque no capta lo universal.
- La memoria en el aprendizaje
Con frecuencia se confunde la memoria con la imaginación, la memoria la supone. Podemos llamar memoria, en sentido amplio, a la facultad de conservar y de reproducir imágenes. Pero lo que especifica a la memoria es su objeto formal, a saber: el pasado. Es el conocimiento del pasado como tal. El acto propio de la memoria es el reconocimiento de los recuerdos.
En el hombre, la memoria se halla perfeccionada por influencia de la inteligencia. Ésta organiza los recuerdos, los reúne y los encuadra en ideas generales, facilitando su evocación y localización.
Tal parece que, en la actualidad, los jóvenes emiten juicios asertivos desde este primer plano del conocimiento. Descuidando todo el proceso del aprender, se enfocan únicamente en la experiencia o en la adquisición de certificados y grados de estudios haciendo a un lado el proceso del aprendizaje, descuidando la estructura del conocimiento intelectual.
Capítulo II
Estructura del conocimiento intelectual
- El objetivo, Estructura y naturaleza de la Inteligencia humana
La palabra inteligencia viene del latín ; “intus” “legere”, es decir: leer adentro, en el interior.
La inteligencia es espiritual
Según Verneaux (1988) Por limitada e imperfecta que sea, la inteligencia humana no deja de ser una inteligencia que tienen por objeto el ser. De hecho, le son desconocidas una infinidad de cosas. Pero no hay nada que le sea absolutamente inaccesibles. Est enim propium obiectum intellectus ens intelligibile, quod quidem comprehendit omnest differentias et species entis posibilis. Quidquid enim ese potest, intelligi potest ( C.G.II, 98).
Tesis: El objeto propio de la inteligencia humana es la “quidditas” de las cosas materiales representadas por la imaginación, como abstracta y universal. (S.Th. I, 84,1 y 6; I, 85, 1). ( p.99)
El objeto propio es conocer al ser y puede conocer todo ser.. La inteligencia humana conoce directamente las cosas materiales, c siguiendo las observaciones de Verneaux (1988) en donde afirma con la tercera tesis los siguientes puntos:
- La inteligencia humana conoce directamente las cosas materiales
- Conoce sólo aquellas que han sido reconocidas por los sentidos y que son efectivamente representadas por la imaginación
- 3. en las cosas , la inteligencia capta confusamente su esencia
- 4. a diferencia de los sentidos, cuyo objeto es la cosa material en su individualidad concreta, la inteligencia conoce su objeto bajo forma abstracta. Sin sus caracteres individuales y por lo tanto como universal. (p. 100)
Además de la quidditas abstracta de las cosas materiales, la inteligencia humana puede alcanzar otros objetos por caminos indirectos: ella misma y las cosas singulares por reflexión, y las cosas inmateriales, por analogía.
- La simple aprehensión
La primera operación mental consiste en captar mentalmente un dato inteligible, la simple aprehensión es la operación mental por la cual un sujeto capta un elemento necesario del objeto, una idea, esta primera operación mental es el paso de la imagen representada a la idea. Aprehender es una captura de algo, es lo mismo que concebir una idea, el producto de esta concepción es la idea o el concepto, ya que el concepto surge de la palabra concebir.
Ya presente el objeto y el sujeto de la inteligencia, a continuación, redactaré su acto, la simple aprehensión.[3] Es el acto de comprender algo sin afirmar o negar nada de ello, la simple aprehensión consiste en conocer una quidditas abstracta, tan confusamente como se quiera. Si, viendo una cosa, no se comprende lo que es, no hay aun acto intelectual. Si se comprende una maquina o un animal, se trata en el plano del conocimiento intelectual.
- Los conceptos
El carácter esencial del concepto, por el que se distingue de todos los fenómenos de conocimiento sensible, consiste en ser abstracto y universal. Sólo hay pensamientos propiamente dichos cuando se representa una esencia, es decir, un objeto libre de los caracteres, condiciones, circunstancias individuales.
Admitiendo, que la inteligencia humana procede de conceptos abstractos, es necesario considerar más de cerca la abstracción. Primero precisar de hechos, después buscar su explicación.[4]
- La función del juicio
La lógica se aplica a la proposición en que se expresa el juicio. La psicología se aplica al acto mental de juzgar. La expresión de los actos es sin duda un elemento de su estudio, pero no basta, pues hay actos interiores que no están expresados, un mismo acto puede expresarse de muchas maneras, y en todo caso la expresión verbal no es el acto mental.
Lo que constituye el acto de juzgar, su elemento esencial, es la afirmación. El papel del juicio es perfeccionar el conocimiento, es decir, llevarlo a su punto de perfección ( S. Th. I, 85, 5), Y es lo que hace desde un doble punto de vista.
Subjetivamente, aclara un concepto confuso distinguiendo sus elementos, y completa un concepto inadecuado añadiéndole diversas notas. Objetivamente, lo que es el punto principal, el juicio hace salir al pensamiento de la esfera de la subjetividad llevándolo a lo real.
Todos los juicios tienen la cualidad de ser afirmativos o negativos, según Sáenz Raúl (2007):
“los juicios afirmativos son los que expresan una relación de conveniencia entre el sujeto y el predicado. También se dice que es el que une o sintetiza el predicado con el sujeto. Y el juicio negativo es el que expresa una relación de no conveniencia entre sujeto y predicado. O bien, es el que separa el predicado con respecto al sujeto” (p. 129)
Se debe de identificar la propiedad del juicio en su adecuación o inadecuación a la realidad, existen juicios verdaderos y juicios falsos, los verdaderos son los que están de acuerdo con la realidad y los falsos es el que está en desacuerdo, tal pareciera que en la actualidad los jóvenes han perdido de vista este punto.
- El razonamiento, raíz de todo autoconocimiento.
Es necesario hablar del razonamiento para adquirir un autoconocimiento como dice Sanguineti ( 2000):
“El razonamiento es la construcción lógica objetiva, El raciocinio es un movimiento de la mente por el que pasamos varios juicios- comprobándolos entre sí- a la formulación de un nuevo juicio, que necesariamente sigue de los anteriores. A partir de las proposiciones el hombre es libre y la libertad implica responsabilidad, se puede concluir que el hombre es responsable”. (p. 125)
El ser humano se distingue de los animales por ser racional, su actuar es movido por lo que percibe intelectualmente, el instintivo del ser humano es la racionalidad, el no dejarse llevar por un impulso instintivo. Las cosas son y deben ser porque le anteponen una verdad ulterior. El razonamiento es una verdad natural en el hombre, en su vida ordinaria.
En un sentido subjetivo Verneaux (1988) define a la razón con cuatro matices y la presenta de la siguiente manera:
El autoconocimiento es la facultad del conocimiento, pero con numerosos matices.
- Puede ser conocimiento natural, que engloba todas las facultades, incluso los sentidos.
- La capacidad de juzgar bien
- Designa a la facultad de lo absoluto.
- La facultad de razonar, la función discursiva. (p. 148)
Para que se dé el conocimiento de uno mismo debemos recurrir a estos matices. Castellanos y otros (2005) definen el proceso de aprendizaje como el proceso dialéctico de apropiación de los contenidos y las formas de conocer, hacer, convivir y ser construidos en la experiencia socio-histórica, produciéndose cambios relativamente duraderos y generalizables que permiten al individuo adaptarse a la realidad, transformarla y crecer como personalidad, como resultado de su actividad y de la interacción con otros individuos.
- La voluntad, dominio de sí mismo, fruto del autoconocimiento.
La voluntad es la tendencia despertada por el conocimiento intelectual de un bien o, lo que es lo mismo, la tendencia hacia un bien concebido por la inteligencia.
Para Spinoza (SPINOZA, BARUCH DE: 1988, Tratado de la Reforma del Entendimiento, Madrid, Alianza Editorial), en la conciencia no hay más que ideas: el espíritu se reduce al entendimiento. Pero una idea no es una pintura muda, es dinámica, tiende por si misma a realizarse.
Por ejemplo, puede que un individuo no haya realizado un acto de voluntad y que siga sus pasiones sin reflexionar. O, inversamente, que la decisión sea tan pronta y fácil, una vez claramente concebido el fin, que pase advertida. Pero, en la mayoría de los hombres, hay una experiencia del querer que lo presenta como irreductible tanto al deseo como a la idea.
- La voluntad y la inteligencia.
Según Santo Tomás (S. Th. I, 82, 3; cf. I, 16, 1; I, 27, 4), la facultad es superior a la voluntad, porque su objeto es más simple y más absoluto. Pero, si se consideran las facultades relativamente a diversos objetos, es ontológicamente inferior al alma, si es una cosa material, más vale conocerla que amarla, pues, el conocimiento la eleva a nuestro nivel, mientras que el amor nos baja al suyo.
Si el objeto es superior al alma, si se trata de Dios, muy especialmente, más vale entonces amarlo que conocerlo, pues el conocimiento lo rebaja a nuestro nivel, mientras que el amor nos eleva al suyo.
El alumno debe de tener voluntad e iniciar el proceso del conocimiento. Pero, dentro de este proceso, el factor enseñanza aprendizaje juega un papel muy importante. En la educación el alumno debe de aprender a asimilar conocimientos, a hacer, a vivir con los demás y a ser. “Saber para ser y ser para hacer”.
Capítulo III
La relación del buen uso del aprender a aprender.
El aprendizaje
El aprendizaje es una actividad mental que involucra íntegramente a la persona incluye, junto al aspecto intelectivo, la sensibilidad y la afectividad) para que adquiera nuevos conocimientos teóricos o prácticos.
¿Para qué te sirve aprender?
Ante la pregunta ¿para qué sirve aprender? Podemos afirmar que, para alcanzar conocimientos y habilidades que me transformen, que me proporcionen una mejor comprensión de mí y del medio en el que me desenvuelvo. Para adquirir conocimientos dentro de un campo del saber para un óptimo desempeño profesional. Para desarrollar habilidades que me permitan ser productivo y crecer como persona.
¿Qué es la metacognición?
A partir del análisis del término metacognición, que significa el conocimiento de nuestro conocimiento, pero también de nuestros procesos cognitivos. En este sentido, puede advertirse que, la metacognición, puede verse como producto (que es el primer caso) o como proceso que, fundamentalmente, es el aspecto que importa pues es la manera en que se aborda en el capítulo dos.
Si definimos la metacognición como el conocimiento que tenemos de los propios procesos cognitivos, entonces significa que se toma conciencia del funcionamiento de la propia manera de aprender. Hecho lo anterior, es posible controlar las actividades cognitivas y esto implica planificarlas, controlar el proceso por el cual aprendemos y, posteriormente, evaluarlo.
Es importante establecer que se trata de conocer los propios procesos cognitivos. La definición no habla de conocer simplemente, ni plantea la posibilidad de conocer, pues, es un hecho que conocemos, de lo contrario, no seríamos capaces de plantearnos ninguna cuestión. Se trata de un conocer nuestro modo de conocer, por datos de experiencia adquirida en nuestro quehacer diario, sabemos que la actividad cognitiva es conocida por cada uno, no nos son ajenos nuestros procesos por los que conocemos, la ventaja de ello es que podremos organizar el material a estudiar que puede facilitar el aprendizaje y, además, usar las estrategias convenientes para aprender con sentido. Los frutos de la metacognición según lo que se afirmó son los siguientes: conocimiento de las limitaciones propias en lo que respecta al aprendizaje; conocimiento del repertorio de estrategias de las que disponemos y usarlas adecuadamente, supervisar, revisar el proceso y su efectividad.
- La relación que existe entre la metacognición y el proceso del aprendizaje
Si partimos del hecho que la metacognición es el conocimiento de los propios procesos cognitivos, entonces, la relación que tiene con el proceso del aprendizaje se sigue del hecho de que por la metacognición conocemos nuestras limitaciones en el acto de aprender, las estrategias de que disponemos entre otros aspectos, entonces, podemos hacer más significativo nuestro aprendizaje ya que tendremos herramientas para atender a los siete principios reguladores del proceso del aprendizaje. Según Gonzalez Pere (S.f), publicado en la página Inusual, en Cultura innovadora[5]:
- El que aprende en el centro
- El ambiente de aprendizaje reconoce al que aprende como sus participantes esenciales, alienta su compromiso activo y desarrolla en ellos la comprensión de su propia actividad como aprendices.
- Los aprendices son los actores esenciales en el ambiente y por tanto las actividades se centran en su cognición y crecimiento. Las actividades de aprendizaje permiten a los estudiantes construir su aprendizaje a través de su compromiso y exploración activos.
- Esto requiere una mezcla de pedagogías, lo que incluye enfoques y acciones guiadas, así como aprendizaje cooperativo, basado en la investigación y aprendizaje-servicio.
- El ambiente busca desarrollar “aprendices auto-regulados”, quienes:
- Desarrollan habilidades meta-cognitivas
- Monitorean, evalúan y optimizan la adquisición y uso del aprendizaje
- Regulan sus emociones y motivaciones durante el proceso de aprendizaje
- Gestionan bien el tiempo de estudio
Establecen metas específicas más altas y personales, y son capaces de monitorizarlas.
El aprendizaje es social
El ambiente de aprendizaje se basa en su naturaleza social y fomenta activamente el aprendizaje cooperativo y bien organizado. La Neurociencia confirma que podemos aprender a través de la interacción social – la organización del aprendizaje debería ser altamente social.
- El trabajo en grupos cooperativos organizado y estructurado apropiadamente, ha demostrado beneficios muy claros para los logros, así como para los resultados afectivos y de conducta. Los métodos cooperativos funcionan para todo tipo de estudiantes porque, bien trabajados, impulsan a los aprendices de todas las habilidades.
La investigación y el estudio personal son naturalmente también importantes, y las oportunidades para el aprendizaje autónomo deberían aumentar en la medida que los estudiantes maduran.
3· Las emociones son esenciales para el aprendizaje
- Los profesionales del aprendizaje dentro del ambiente de aprendizaje están altamente a tono con las motivaciones del aprendiz y el rol fundamental de las emociones en el logro. El aprendizaje resulta de la relación dinámica entre emociones, motivación y cognición. Estas están profundamente interrelacionadas. Las convicciones positivas sobre uno mismo como aprendiz en general y en una materia en particular representan un componente fundamental para la comprensión profunda y la “habilidad adaptiva”.
- Las emociones, al igual que su importancia, aún tienden a ser consideradas como blandas, a pesar de que, según la teoría, son muy difíciles de reconocer en la práctica.
La atención que se pone a las motivaciones implica para todos aquellos involucrados, incluyendo a los estudiantes, hacer el aprendizaje primero que nada más efectivo, no más entretenido (aunque es mejor si es ambas cosas).
4 · Reconocer las diferencias individuales
- El ambiente de aprendizaje es muy sensible a las diferencias individuales entre los aprendices, incluyendo su conocimiento previo. Los estudiantes son diferentes de muchas maneras que son fundamentales para el aprendizaje: conocimiento previo, habilidades, concepciones de aprendizaje, estilos de aprendizaje y estrategias, intereses, motivaciones, convicciones sobre la propia eficiencia y emociones. Difieren también en términos socio-ambientales tales como antecedentes lingüísticos, culturales y sociales.
- El conocimiento anterior en el que los estudiantes varían sustancialmente tiene una gran influencia en la calidad del aprendizaje.
Los ambientes de aprendizaje necesitan adaptabilidad para reflejar las diferencias individuales y grupales que sean sustentables tanto para los aprendices individuales como para el grupo completo. Alejarse de la idea de que “café para todos” puede ser un buen desafío.
5 · Incluir a todos los que aprenden
- El ambiente de aprendizaje diseña programas que conllevan trabajo arduo y son reto para todos, sin caer en una sobrecarga excesiva. Ser sensible a las diferencias y necesidades individuales también significa poner desafíos por encima del nivel y capacidad existentes. Sin embargo, nadie deber quedarse atrás por mucho tiempo.
- Los estudiantes con mejores resultados pueden ayudar a quienes están más abajo, lo que ayuda a incluir a todos los aprendices.
Esto enfatiza la necesidad de evitar la sobrecarga y los regímenes desmotivadores basados en opresión, temor y presión excesivos. Esto no sólo por razones humanas, sino porque no son consistentes con la evidencia cognitiva y motivacional sobre el aprendizaje efectivo.
- · Evaluación para el aprendizaje.
El ambiente de aprendizaje opera con claridad de expectativas y utiliza estrategias de evaluación consistentes con dichas expectativas; también hace énfasis en la retroalimentación.
- El ambiente de aprendizaje necesita ser muy claro sobre lo que se espera de los aprendices, lo que hacen y por qué; de lo contrario, la motivación decrece, los estudiantes son menos capaces de adaptar actividades pequeñas a marcos de conocimiento mayores, y tienen menos probabilidad de lograr la autor-regulación.
La evaluación formativa debe ser sustancial y regular, debe también proporcionar retroalimentación relevante e información a los aprendices de manera individual. El conocimiento adquirido debe utilizarse constantemente para determinar la dirección y la práctica en los ambientes de aprendizaje.
7 · Construir conexiones horizontales
El ambiente de aprendizaje promueve especialmente la “conexión horizontal” entre áreas del conocimiento y entre distintas materias, así como la conexión con la comunidad y con el mundo.
- Un rasgo fundamental del aprendizaje es que las estructuras de conocimiento complejo se construyen a partir de piezas más básicas de conocimiento y de modo jerárquico. Si están bien construidas, estas estructuras proporcionan un conocimiento que puede transferirse a situaciones nuevas, lo que constituye una competencia crítica del siglo XXI.
- La capacidad de los aprendices para ver las conexiones y la “conexión horizontal” es también importante para el ambiente formal de aprendizaje, el medio ambiente y la sociedad en general. El “aprendizaje auténtico” que esto genera, también promueve un entendimiento más profundo. Con el aprendizaje, el conocimiento de las cosas, podemos llegar a obtener un autoconocimiento.
Capítulo IV
El autoconocimiento
- El autoconocimiento es la capacidad de responder quién soy yo, es el conocimiento que cada quien tiene de si.
- Es lo específico de la persona, la consecuencia de sí Nos identificamos y evaluamos, no es fácil tener un autoconcepto claro.
- Esta disposición personal establece la autoestima.
- De todos los juicios a los que nos sometemos, ninguno es tan importante como el propio. La imagen que nos vamos haciendo de nosotros mismos se construye desde el momento en que nacemos a través de la interacción que tenemos con nuestra familia, especialmente con la madre. A partir de estas relaciones, se desarrolla un proceso de percibirse a sí mismo como una realidad diferente a los demás. La valoración de la imagen que el niño va haciendo de sí mismo depende de la forma en que lo valora su familia.
- Una persona con autoconcepto limitado de sí mismo suele sentirse incómodo con su apariencia física, tiene un deseo excesivo por complacer a los demás, se siente víctima de las circunstancias, tiene dificultad para expresar sus sentimientos, da excesivo interés o poca importancia a la ropa, busca agradar a los demás.
- Por el contrario, una persona con buen autoconcepto confía en sí mismo, no tiene temor a separarse de las personas, se siente bien frente a cualquier cambio, no le tiene miedo a las críticas, se hace responsable de sus propias acciones.
Contexto histórico del autoconocimiento.
Realizaremos un recorrido histórico referente al autoconocimiento, tomando como referencia cuatro frases conocidas, De la Herran Gascon Agustín (2004), El autoconocimiento como eje de la formación, iniciaremos con:
“conócete a ti mismo”: D. Ikeda (1899) premio nobel de la paz, citó a Buda ( 560-460) decía a sus monjes: “ Vuestro deber es estudiaros y reflexionar sobre vosotros mismos”. ( p. 66). Sócrates (470-399) filósofo griego decía “ Sólo sé que nada sé», venían a sugerir: Conócete a ti mismo y conocerás la naturaleza de los dioses”.
Más tarde Platón discípulo de Sócrates siguió la misma línea de investigación de su maestro “Conociendo la naturaleza me conozco mejor a mí mismo, pero no podré alcanzar a comprender la esencia de lo externo, sin autodescubrirme primero. Por esto, Platón, perseguía conocimientos que no le fueron del todo extraños, porque los entendía como el negativo de lo fundamental.
“NO ES PEQUEÑA LÁSTIMA Y CONFUSIÓN” esta frase la utilizó Santa Teresa (1972), con sus hermanas del convento en donde aplicó una verdadera didáctica de autoconocimiento. Desde sus enseñanzas, no dudó en poner de manifiesto la superficial identidad entre el verdadero yo y la presencia física, algo que permanece ignoto en la conciencia ordinaria:
- No es pequeña lástima y confusión, que hoy por nuestra culpa no entendamos a nosotros mesmos, ni sepamos quién somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que preguntasen a uno quién es, y no se conociese, ni supiera quién fué su padre, ni su madre, ni de qué tierra? Pues si esto sería gran bestialidad sin comparación es mayor la que hay en nosotros, cuando no procuramos saber qué cosas somos, sino que nos detenemos en estos cuerpos y ansí a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos almas; mas qué bienes puede haber en este alma, u quién está dentro desta alma, u el gran valor de la, pocas veces lo consideramos, y ansí se tiene en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura. Todo se nos va en la grosería del engaste u cerca de este castillo, que son estos cuerpos (p. 10).“LA MÁS DIFÍCIL DE TODAS LAS TAREAS”: Esta frase fue utilizada por I. Kant (1989) que, retomando la antorcha de la dualidad, dejada por la filosofía de Descartes, la consolidó aún más. Refleja una relación entre experiencia y conocimiento del autoconocimiento.
- Reconoce la experiencia como una materia empírica como dice Herran Gascon (2004)
- Kant (1989)) fue legar a sus discípulos las siguientes premisas, expresa otácitamente:
a) Que la tarea de autoconocerse es «la más difícil», porque comunica la idea de autoconocimiento completo, terminado y perfecto, y no la posibilidad de inicio de un proceso gradual que, descompuesto en momentos diferenciales, pueda ser calificado hasta de espontáneo, natural y fácil, como hace Buda: «El Yo es lo más fácil de conocer». Esta valoración es evidentemente egocéntrica, y la consideración de su procedimiento no es generalizable.
b) Que el autoconocimiento se opone en algo a la razón crítica, cuando, como suele ocurrir con las disposiciones especulativas duales, no responden con fidelidad al planteamiento original, al verificarse alguna de estas dos apreciaciones: 1) Inicialmente, se complementan, y finalmente convergen, y 2) En cualquiera de las dos subyace la expresión de la otra, por mínima que ésta sea.
c) Que pasar por alto la tarea de autoconocerse para entregarse a la crítica de la razón pura sea una forma rigurosa de proceder, cuando en sentido estricto es un contradictio in terminis, ya que lo propio de todo conocimiento es guardar y consolidar su base, antes de desarrollarse; y la de los conocimientos objetales u objetivados ha de preceder al del sujeto, y no al revés, y lo que en todo caso no es consecuente es declarar una impotencia y proceder a indagar en un sentido más complejo.
d) El uso de la razón no es sólo la especulación discursiva de I. Kant. Usar la razón es también colegir que el método racional crítico kantiano no es apropiado para asir en alguna medida al autoconocimiento, pero no por ello ha de concluirse con que la razón no puede hacerlo desapegándose (desidentificando) de un estilo de ejercicio racional, sin incurrir en juicios de pars pro toto que no asocien cierta provisionalidad en sus conclusiones, que en este contexto se basan en un conocimiento epistémico limitado, probablemente adscribible a la activación de procesos neurocognitivos del hemisferio derecho del cerebro, culturalmente condicionados, transmitidos y compartidos.
- “YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA”: inicialmente neokantiano J. Ortega y Gasset, que fue y sigue siendo,por su popularidad, un importante empuje hacia el oscurecimiento de laposibilidad de autoconocerse. Digamos, de entrada, que esta premisa o esfalsa, o es profundamente fragmentaria. (pp. 7-9)
Hablar en la actualidad de autoconocimiento en los jóvenes es un poco confuso, investigaciones han comprobado que dicho concepto se encuentra confusa en la vida de los estudiantes, en la revista REICE, (2013) afirma “La aplicación del método histórico lógico permitió comprobar que los estudiantes transitan de una educación a otra y posteriormente de un año a otro de la carrera, sin mostrar auto-conocimiento de sus propios estilos de aprendizaje. Esto les hace engorrosa la actividad de estudio y trae como consecuencia bajos resultados académicos, lo cual se demuestra en las graduaciones de cursos anteriores donde el promedio de estudiantes con calificación de 3 es mayor que el de estudiantes con calificación de 4, y en el curso 2011-2012 por ejemplo, solo 1 de 12 estudiantes alcanzaron el mérito de Título de Oro, que otorga la Universidad en Cuba. (p. 7)
- Ventajas del autoconocimiento.
Humildad: Dijo Confucio: “Admitir que no sabemos lo que no sabemos; eso es saber” (en Lin Yutang, 2000, p. 444). “Sólo sé que nada sé” (Sócrates), en tener mejor reconocimiento del ego propio y ajeno, ganancia en reflexividad, mejora en la práctica de la duda, incremento de la posibilidad de superación del prejuicio, centración en la perspectiva del conocimiento, construcción del propio conocimiento desde y para la síntesis, razonamiento más complejo y más consciente: mejora en la (auto)educación de la razón, el alumno se hace mejor comprensión del sentido de la vida-muerte, la serenidad, la compasión, interiorización, meditación, ganancia en el nivel ético, posibilidad de incremento en madurez personal, posible incremento de autoconciencia (A. de la Herrán, y J. Muñoz, 2002, pp. 33-62), tanto sincrónica (visión flexible y amplia, más clara comprensión de sí y del mundo, experiencia de sentimiento de humanidad, en el sentido de Herder), como histórica, ( Hegel) o autoconciencia evolutiva (Teilhard de Chardin), y de motivación consecuente
Conclusión
Por medio de la metacognición conocemos nuestros procesos cognitivos, por ello, no es posible identificar mejor nuestro estilo de aprendizaje y saber explotar sus ventajas de modo que nuestro proceso de aprendizaje nos involucre íntegramente de manera que, aprender, no sea percibido solamente como un proceso meramente intelectual.
El hecho de que sea mental, significa que, involucra tanto la intelectualidad como la afectividad que mira hacia la experiencia como un aspecto importante en el proceso del aprendizaje y no sólo esto, sino que, hace que el aprendizaje sea significativo, porque no impulsa a aprender haciendo.
Además, se debe advertir la interacción entre los conocimientos previos y los recién adquiridos. Una vez adquiridos los conocimientos, entonces las habilidades del pensamiento nos sirven de estructura y apoyo para construir y organizar el conocimiento adquirido.
Para que el proceso de aprendizaje produzca frutos efectivos, debo conocer mis propios procesos cognitivos (metacognición), pues me proporcionan conocimiento cierto sobre mis debilidades respecto al aprendizaje. Así como mis fortalezas, las estrategias que he desarrollado para aprender y un balance sobre mi manera de aprender, pues, sus resultados, no dejan lugar a que me engañe al respecto.
Por la metacognición, puedo advertir mi propio estilo de aprendizaje, para organizar el material de acuerdo a mis características, de modo que, lo que aprenda sea dinámico, aprenda elaborando y organice contenidos de modo adecuado a mi estilo. Pero, no todo culmina con adquirir conocimientos nuevos, hace falta organizarlos, construir con ellos.
Los educadores deben ser conscientes de los distintos ritmos de desarrollo de cada alumno, a fin que se sientan cómodos en la escuela y puedan aprovechar el tiempo que dedican a formarse en los planos académico y personal.
También es preciso comprender que la mente de cada alumno está llena de
imágenes. Estas imágenes son tridimensionales:
- Se relaciona con la imagen que el alumno tiene de sí mismo.
- Se vincula con la opinión que el alumno tiene de sí mismo en relación con otras personas.
- Se relaciona con la imagen de sí mismo como es y cómo desearía que fuera.
Por todo esto, es muy importante que, el tiempo que los alumnos pasan en la escuela, les ayude a descubrir y aprender a ser las personas que quieren ser, respetando sus tiempos, conflictos y confusiones.
Como educadores, se debe de comprender y asumir, cómo crear un ambiente que permita encontrar oportunidades dentro del mismo, donde cada alumno pueda sentirse importante. Se deben reconocer y valorar los puntos fuertes de cada alumno. Hay que tener conciencia de los sentimientos y las imágenes que los alumnos tienen en mente cuando van a la escuela.
Cuando se trata a alguien como si fuese ignorante, es muy probable que, si no lo es, llegue pronto a serlo, o cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas probabilidades de que se cumplan. A éste fenómeno, en Psicología Social, se le llama “El Efecto Pigmalión” o “la profecía autocumplida”, que es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de un grupo respecto a alguien afectan su conducta, hasta el punto que provoca su confirmación.
Surge la necesidad de propiciar en los estudiantes una educación del auto-conocimiento de sus estilos de aprendizaje con el fin de mejorar su actividad de estudio, el empleo de estrategias de aprendizaje y la selección correcta de estrategias de enseñanza en el ejercicio de su futura profesión.
Referencias
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- Cañizares Espinosa, Yamiley; Guillen Estévez, Anselmo Leonides Auto-conocimiento de los estilos de aprendizaje, aspecto esencial en la actividad de estudio REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 11, núm. 3, 2013, pp. 123-137 Red Iberoamericana de Investigación Sobre Cambio y Eficacia Escolar, Madrid, España
- Spinoza, Baruch de: 1988, Tratado de la Reforma del Entendimiento, Madrid, Alianza Editorial
- Gutierrez Sáenz Raúl, (2007), introducción a la lógica, Novena edición, Esfinge, México, pp. 355
- Herrán Gascón, A. de la (1998). La conciencia humana.Madrid: Editorial San Pablo.
- Herrán Gascón, A. de la (2003). El siglo de la Educación: Formación evolucionista para el cambio social. Huelva: Editorial Hergué.
- Herrán Gascón, A. de la, y González Sánchez,I. (2002). El egodocente, punto ciego de la enseñanza, el desarrollo profesional y laformación del profesorado. Madrid: Universitas.
- Kant, 1.(1989).Crítica delarazón pura(6ªed.).Madrid: Ediciones Alfaguara,S.A. (e.o.:1978).
- Sanguineti Juan José ( 2000), lógica, quinta edición, Eunsa, Pamplona, p. 240.
- Popper, K.R., Y Eccles, J. (1989). El yo Y su cerebro. Madrid: Editorial Tecnos
- Ouspensky, P. D. (1978). Psicología de la posible evolución del hombre (9ª ed.). Argentina: Librería Hachette, S.A.
- R. Verneaux, (1988). Filosofía del hombre, curso de filosofía Tomista, Barcelona, Editorial Herder.
- Yutang, L. (2000). La importancia de comprender. Barcelona: Ediciones Apóstrofe
- https://www.redalyc.org/pdf/551/55128038006.pdf
- https://www.researchgate.net/publication/27578289_El_autoconocimiento_como_eje_de_la_formacion
- https://inusual.com/es/blog/los-7-principios-del-aprendizaje
- https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6409.pdf
- https://revistas.uam.es/tendenciaspedagogicas/issue/download/264/112
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- https://educrea.cl/wp-content/uploads/2019/07/DOC1-Estrategias-Ensenar.pdf
Notas
[1] Agustín de la Herán Gascón (2015), “Autoconocimiento y Formación: Más allá de la Educación en Valores”, publicado por la Universidad Autónoma de Madrid.
[2] R. Verneaux, (1988). Filosofía del hombre, curso de filosofía Tomista, Barcelona, Editorial Herder.
[3] Cf. Garin, (1938) La Théorie de I´idée suivant I´école thomiste; Peillaube, Le Concept; Dondeyne, L´ Abtraction, “Revue Néo-scolatique”; Van Riet, 1952, La Theorie thomiste de lábstraction, “Revue philo. De Louvain”.
[4] Castro Videla Matias, J. Lloveras Eduardo y E. Castro Gabriel, ( 2016) El conocimiento humano, Departamento de formación humanística catedra de Filosofía, Universidad Fasta, ( p. 24)
[5] https://inusual.com/es/blog/los-7-principios-del-aprendizaje
Datos para citar este artículo:
Indra Altair Bernal Toledo. (2021). Relación entre pensamiento lógico y autoconocimiento para el aprendizaje en el nivel medio superior. Revista Vinculando. https://vinculando.org/educacion/relacion-entre-pensamiento-logico-y-autoconocimiento-para-el-aprendizaje-en-el-nivel-medio-superior.html
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